Elena fue a su habitación, se duchó, se puso un pijama y se acostó a zigzaguear canales en la televisión, quería ir con Pablo, pero tenía un poco de inseguridad y si ya estaba dormido, pero como toda mujer, encontró una excusa para ir, tomo su crema humectante, cuadro los hombros y fue hacia la habitación de Pablo, tocó la puerta pasito, si no le abría era que se había dormido y se devolvería a su habitación, Pablo abrió la puerta con un paño alrededor de la cadera y con otro se secaba el cabello.
— Elena, apenas escuché la puerta.
— No quería molestarte si estabas dormido.
— ¿Estabas llorando?
— No, debe ser el agua salada y los lentes de contacto que me acabó de quitar que enrojeció mis ojos—mintió Elena.
— Pero pasa nena, no te quedes ahí, ¿Qué es eso que trajiste, crema?
— Sí es una crema humectante buenísima.&nbs
— Todas para una y una para todas —dijo Elena— y ahora qué se hace alusión a historias de Francia, me recuerda a los recién llegados de esas tierras, pasa por la ceremonia de iniciación y cuenta Belinda. Belinda enrojeció hasta las orejas, Elena comenzó a reírse y Brenda puso los ojos en blanco. — Mal síntoma, Dios que haré con dos románticas, si pudieras ver cómo te pusiste roja Belinda. — Ya déjenme, bueno les diré que Dante fue muy caballero conmigo, le gusta hacerse el villano, pero es una máscara, es algo como tú Brenda, muestras una fachada, pero si se toman el tiempo en conocerte verían que no eres esa chica ruda que todos piensan. — Y eso lo dedujiste en un día con él, y te diré que yo soy bastante ruda y él bastante mujeriego, yo sé lo que te digo. — No me digas Brenda, que tú y Dante. — No hermanita por Dios, a mí no me gusta para
Pablo regresó al hotel inquieto, pasó parte del día discutiendo con Miguel López, este le echaba la culpa Concept LM Group por las molestias ocasionadas que su familia, no quería vivir en una casa que había tenido un cadáver, que los pobres nervios de su mujer lo traían molesto, Pablo lo escuchó humilde todas sus quejas, después de todo tenía razón, finalmente, Miguel López llegó a un acuerdo con Dante, que le compraría el terreno, pagando un precio por encima del mercado, esto le permitiría al señor López comprar otro terreno y la empresa le construiría la casa acordada al precio acordado, ante esto el señor López se fue contento, al siguiente día llegaría Mauricio Rondón, los detectives irían temprano a la oficina, Pablo tenía un peso en el pecho, los nervios asfixiantes de sentir que su nombre y respeto tan duramente labrado quedaría hecho añicos si Mauricio no solventaba las dudas de los detectives, Dante había quedado con Dinorah su am
— Quédense tranquilos esto exonera a su empresa y sus trabajadores, pueden volver a su trabajo normal, eso sí el terreno aún es la escena de un crimen, pero tan pronto el culpable sea procesado liberaremos el terreno ya que el homicidio no ocurrió allí. — Muchas gracias por todo detectives —Pablo se levantó y dio la mano a Raúl y también a Carolina, lo mismo hicieron Dante y Mauricio, Patricia sonreía. — Bueno, una vez más Mauricio salva el día, es lo bueno de tener alguien paranoico y metódico en nuestra empresa —dijo Dante a Pablo y Mauricio, después de despedir a los detectives que salieron con Patricia, se acercó a Mauricio y le dio un abrazo de oso. — De verdad muchachos debieron encontrar una manera de avisarme, y a mí que se me pasó por alto comentarles lo de las cámaras. Pablo soltó el aire de sus pulmones aliviado y dijo a Mauricio. — Sabes que viejito no i
— Por fin llegaron —dijo Pablo dirigiéndose a las tres, pero solo viendo a Elena, que llevaba un conjunto de falda tubo color vino que llegaba por debajo de las rodillas y una blusa de mangas largas igual ceñida corta en el abdomen, que dejaba ver su cintura esbelta con unas sandalias altísimas de tacón de aguja color champagne — Sexi y despampanante —dijo bajito Pablo al oído de Elena, luego puso sus manos ahí donde la tela no tocaba su abdomen y le dio otro beso tierno en los labios, Elena estaba segura que se derretiría. — Pero que sorpresa tan esplendida —dijoBernhardcolocándose al lado de Pablo y Elena. — Gracias por invitarnos Pablo —dijo Brenda—, Berni, esto es una fiesta, así que vamos a bailar, de alguna forma debo ponerte hacer ejercicio, ya que no te he visto en varios días en el gym. — Cariño contigo hago ejerci
— No seas un chiquillo absurdo Pablo, los celos no te van, además son inmerecidos ahora, de haber conocido a Elena en otro momento de mi vida, no la hubiera dejado escapar, pero no te preocupes es toda tuya. Por ahora. Voy a socializar en la fiesta de allá afuera. Bernhard no pudo evitar aguijonear a Pablo, ya que le molestó que ofendiera a Elena, era evidente que le gustaba mucho si tomaba en consideración la escena de celos, los dejó solos en la sala de conferencias aislados de la fiesta. Elena se levantó, y enfrentó a Pablo, le tomó una mano y este la soltó y fue hacia la ventana, trató de razonar con él. — No me gustó que te expresaras así, ¿consideras que yo sería capaz de tener algo con Bernhard apenas te vayas? No puede ser que siguas creyendo que mi verdadero interés está en Bernhard y solo te usé para manipularlo. Pablo dejó la ventana y se acercó a ella y habló con furia contenida.
Las chicas hablaron rieron y lloraron al menos lo hicieron Elena y Belinda mientras Brenda las regañaba, compartiendo una nueva camaradería entre las tres, al terminarse la botella de vodka comenzaron con otra, estaban bastante achispadas. — Por el último brindis de la noche —alzó el vaso Brenda— al menos con ustedes porque me voy a la discoteca del hotel, la noche es joven. — No Brenda, estas muy borracha para ir sola, nos vamos las tres —Dijo Belinda caminando hacia la puerta de la oficina, no sin antes tropezar con la mesa, Elena soltó una carcajada. — Creo que Belinda esta borracha, que mala influencia somos. — Las dos están borrachas —declaró Brenda— por eso las dos se van directo a sus habitaciones y yo a la discoteca, no es por espantarte hermanita, pero las bebidas con vodka me ponen caliente y sé que un amigo está en la disco así que voy
— Pablo se puede saber, que haces —Preguntó airada de manera retorica ya que era obvio lo que Pablo hacia— volvamos ahora mismo, no dejaré sola a Belinda. — Belinda fue a comer perro caliente no le pasará nada. — Sí, solo anda con el más mujeriego de Caracas y encima achispada, bajemos de este ascensor, Brenda me va a matar si permito que Belinda salga sola con Dante. — Ya Elena, Dante no es un violador, Belinda está perfectamente a salvo con él, si no deberá responderme a mí directamente —las puertas del ascensor se abrieron en el piso de las suites familiares, salieron hacia el ascensor general y Pablo marcó el piso 8; Elena marcó planta baja, al llegar al piso 8 se abrieron las puertas, Pablo empujó a Elena fuera del ascensor y la retuvo hasta que cerró sus puertas. — Suéltame Pablo, no estoy jugando. — Eso lo sé —dijo mirándola con ternura
— Claro que fue así, Pablo sé que no lo entiendes, pero soy sobreprotectora con Belinda porque su vida fue difícil antes de llegar al orfanato, Brenda es implacable, Belinda es inocente, ambas son mis hermanas, aunque no de sangre así las siento. — Belinda está bien, no te preocupes; ¿recuerdas a tus padres? — Claro que sí, me amaban, quizás de haber vivido más, habrían tenido otro hijo, pero no pudieron. — Yo desde que tengo uso de razón tenía a Sebasthian, lo quiero igual que a mi hermana, somos primos, pero jamás hemos sentido que éramos menos que hermanos, y luego esta Dante que ha sido mi compañero tantos años que le tengo plena confianza, sé que no es mi hermano que tiene intereses propios, pero le confiaría mi vida, por eso estoy seguro que Belinda no corre peligro con él. —Pablo no te quiero espantar ni presionar, pero puedes confiar en mí, esto que t