¿Saben a lo que se refiere?
Harper se encontraba tras bambalinas, ajustando cuidadosamente su elegante disfraz de La bruja Carabosse. La expectación en el aire se volvía más espeso, y cada uno de los participantes sentía la presión de las semifinales. Con movimientos calculados y gráciles, Harper se aseguraba de que cada detalle de su atuendo estuviera en su lugar. Su mirada era serena, pero sus ojos destellaban con una mezcla de determinación implacable y nerviosismo limitante. —Todos brillan, pero tú hechizas— Fannie palmeó su hombro. —Estás espectacular, piensa en qué hasta respirar se ve igual. La pelirroja tomó una bocanada de aire y asintió, volviéndose hacia lo que pasaba detrás suyo. Las luces del escenario proyectaban sombras alargadas, y el eco de la música resonaba, mientras Fauna realizaba su coreografía individual. Una bailarina muy elogiada por su extensa experiencia y habilidad para brillar en cualquier papel. Entre pirouette y ágiles saltos, tenía a todos expectantes. Phiama disfrutaba esa
Harper.Era peligroso sólo desearlo. Era desatar una condena pensarlo. Una sentencia caía sobre quién lo tocara y un infierno se encendía con ceder en sus manos. Las arremetidas deliciosas me rompían las cuerdas vocales, el hombre sobre mí sostenía mis manos con fuerza arriba de mi cabeza, mientras sus caderas se ondeaban contra mi entrepierna, estrellándose con la fuerza de una colisión indetenible. Su respiración rugía contra mi cuello, sus labios atacaban los míos sin un gramo de consideración y aunque dolía cómo nunca, resistía la voracidad de lo que me daba, porque me hacía perder la lucidez, la realidad dejaba de importar y mi cuerpo dolía por algo diferente y delicioso.Deslizó mis manos hacia mi cabeza, atrapando mi cabello con la misma mano, sin soltarme. Con su mano libre separó aún más mis piernas, clavando su longitud tan salvaje que sentí el desgarro, cómo si fuera la primera vez. Aún así no quise que se detuviera. —Por favor— pedí sobre su boca y él me liberó. Mis man
—¿Eso lo ves como una obligación?— consultó el hombre rubio que veía todo mediante imágenes, las cuáles habían logrado capturar desde la distancia. En ellas se veía claramente cuándo Harper y Mateo estaban saliendo del auditorio, juntos y muy cercanos. —No lo es, lo supe desde hace meses, pero la muy perra perderá eso también— contestó Yara, acariciando su brazo. —Podrías matarlos a los dos y te lo agradecería mucho. —Él no me interesa— le entregó el Macbook a la única de sus hermanas que le quedaba. —Que la disfrute. Padre la recuperará y dentro de poco será lo que se acordó hace años. Nada. —Pero él también… El hacha en su mano golpeó el objetivo al separar el brazo completo de su dueño. El grito erizó a Yara y ver toda la sangre correr por las manos de Valente Bohemond era escalofriante. Esa era la orden para cerrar la boca. Su hermano levantó la articulación que había cortado, lanzándola al fuego, para acariciar la siguiente con el filo del metal que hizo llorar al hombre
Si algo sabía Lorcan era lo difícil que fue encontrar personas confiables que cuidaran material del estilo que sus contactos tenían. Justo por esa razón no tenía manera de dar con ellos al viajar a sus respectivas ciudades. Lo que detestaba era la idea de perder el control sobre alguien que le había dejado tanto. Harper fue y seguiría siendo el seguro de que Rowena iba a arrepentirse por haberlo convertido en una burla. Era una maldit@ drogadicta que lo buscaba sólo cuando necesitaba de él, pero no fue capaz de… La tuvo para él. Jamás había sentido algo por nadie y la primera vez que se lo permitió, tuvo que ser de alguien tan podrida, cómo lo era la Duquesa. Una mujer hermosa, con los rasgos perfectos y una sonrisa encantadora. Pero detrás de esa imagen tan única se encontraba una dependiente de sustancias alucinógenas. Rowena Bonnieville enviudó por la pelea que tuvo con su esposo, fue ella quién lo asesinó al escapar. Fue él quién cubrió ese asesinato. Su relación comenzó debido
Las notas del piano resonaban en los oìdos de Harper, cuál pieza que dulcificaba el entorno, mientras tres niños corrían de un lugar a otro, entre gritos y quejas. Noelle los reprendía con severidad, Clifford se acercaba a quiénes quería, mientras Edison soltaba las teclas para verla. Ahora, esa casa estaba con mantas blancas cubriendo los muebles, dejando el silencio absoluto que calaba hasta los huesos. Todo había cambiado. Ya no habían flores frescas, ni aromas a comida deliciosa en la cocina, menos ventanas abiertas en la casa de los Visconde. Su antiguo dormitorio daba la idea de haber sido abandonado por una adolescente que no tenía gusto por una sola cosa. Aún podía recordar a la Harper de ese momento. Frente a la ventana, deseando poder escapar del destino que le esperaba. Aunque todo el deseo por hacerlo no daría frutos, toda su vida estaba planeada por otros, todos sus pasos tenían dueños y cada respiro lo daría contra su voluntad. Encontró el pequeño trofeo que ganó y
La palabra "caos" no hacía justicia a la situación que se vivía entre las posesiones de uno de los clanes portugueses más influyentes del país.Estaban buscando al líder de la organización, a quien no habían logrado localizar tras tres días de exhaustivas búsquedas. Una cosa estaba clara: no se encontraba en ninguno de los lugares que solía frecuentar. La inusual desaparición del líder generaba una inestabilidad peligrosa para el clan.Las pérdidas económicas serían exorbitantes si no lograban encontrarlo, vivo o muerto. La ausencia del líder en cualquier clan siempre despertaba el interés de sus enemigos. En un estado de emergencia, la situación se agravaba aún más; la inestabilidad haría que todas las posesiones del clan fueran llevadas a territorio controlado, ya que sus enemigos no dudarían en aprovechar la oportunidad para reclamar bienes y territorios. El botín perdido de los portugueses sería la ganancia de otros, y siempre había quienes codiciaban una u otra cosa.Harper sentí
En cuánto amaneció, Harper debía acompañar a Alaric y Noelle, ya que Delphine había vuelto un poco más tarde y según Obed, tenía otras cosas para resolver con sus propios padres. Los marqués iban a visitarlos y la obligación de su esposa era estar ahí para recibirlos. Esperar no era tan agradable y ver a médicos pasar sin ser a quiénes esperaban, solo los tenían a la expectativa a los dos hijos de Noelle que seguían en silencio. Aunque en esta ocasión, ya sentían tanta incomodidad cómo la vez anterior. —Pueden pasar —la puerta se abrió dejando ver a Gálata. Noelle estaba leyendo los resultados y ellos tuvieron que entrar. Harper tenía sus dilemas propios, aunque saber lo que tenía Noelle también era prioridad. Al menos eso le quedaría como satisfacción. Haberle devuelto un poco de lo que ella hizo todos esos años. —Los análisis muestran un alto nivel de proteínas anormales en la sangre —dijo Gálata con seriedad. Alaric presionó el hombro de su madre con suavidad, Harper mantuvo s
—No puedes estar en las calles por mucho tiempo— la fatalidad de su presencia llegaba con la responsabilidad sobre ella. —Hoy pueden ser polacos, mañana holandeses o Siberianos.Mateo subió después de ella al vehículo. —Alguien raptó o algo a Lorcan— alegó Harper al verlo recibir las identificaciones. —Y ahora no sé qué me conviene más. —Por ahora estar fuera del ojo público— cerró las ventanillas. —Apégate al sistema de seguridad, y hagas lo que hagas, no hables con nadie, por muy confiables que sean, ninguno debe saber dónde te encuentras. —¿No iré al apartamento?—Ese lugar es conocido y mi casa es muy obvio, no la quiero estropear con sangre de gente de mierd@ —dio una nueva dirección y al escuchar supo que era el lugar donde alguna vez se quedaron. —Los ensayos…—No los necesitas, en forma estás y todos están descansando— el auto no tardó en estar en movimiento. Contaba con la facilidad de conocer la ciudad cómo el lugar que había visto desde su niñez, por lo que sabía cuále