Se encontraban alistándose los muchachos al ser que hace algunas horas llego Olivia y que ambos la hayan recibido en puerta viéndola con un vestido sencillo, casual con medias y botines.
—Sé que dijiste que no trajera nada, pero les prepare un flan.
—Olivia anda dámelo lo llevare a la cocina. —dijo Alejandro una vez que ella entro.
Se encontraban platicando Miguel.
—Entonces eres de Monterrey debo decir que no he tenido la oportunidad de ir haya.
—Es una bonita ciudad a veces me acompaña Alejandro.
—En serio que bien.
Estaba sentados a la mesa mientras los dos servían y ella veía la suculenta y deliciosa cena.
—Ustedes hicieron esto se ve delicioso.
—Debes saber Olivia que Alejandro lo hizo y es un famoso y extraordinario chef.
—¿Cómo? Alejandro eres dueño de la tienda y no solo eso un chef.
—Y repostero. —agrega Miguel.
—También.
Miguel comenzó a contar parte de historia de su amigo entre que dejo a un lado un poco su trabajo como un famoso chef y repostero en un restaurante muy famoso es como Alejandro decide contarlo él al decir:
—Olivia tuve éxito, pero sentir la fama causo en mi vida un agobio, estrés y soledad en la que yo mismo debía salvarme me di cuenta de eso cuando mis amigos llamaron a mi madre y fue ella quien decidió en que volviera a mi hogar encargarme de la tienda y su jardín hasta esta mejor.
—Creo que eso te hizo bien toda madre sabe qué hacer.
Los tres se encontraban comiendo mientras Miguel los veía hablar parecía extraño, pero ellos dos tenían una especie de química buena considerando parecer viejos amigos.
—Agradezco a mi madre por su ayuda.
—Y piensas volver a la ciudad.
Olivia y Alejandro voltean al escuchar a Miguel para después ella mirar a él diciéndole:
—Volverías a la ciudad.
—Todavía no sé si yo quiera volver.
—Pues tal vez esta vez sea diferente imagino que a temprana edad llego la fama a ti.
—Tienes razón era chico cuando eso sucedió, pero debo pensarlo bien.
Ella solo asintió continuaron comiendo y charlando de otras cosas entre risas, bromas y prevés anécdotas de ellos dos la cena iba más que bien que se habían imaginado los tres para enseguida disfrutar de ese postre Olivia continuaba con ellos en eso comenzó a llover.
—Recuerdo que en cada lluvia ambos salíamos a jugar y nuestras madres se enojaban.
Mientras se encontraba tomando su taza de café gira a mirar a Alejandro.
—¿Perdón? —pregunta ella enseguida.
Alejandro reacciona al cambiar un poco de lo que acaba de decir que dijo con sinceridad.
—Decía que cuando era niño tenía una buena amiga con la que salía a jugar bajo la lluvia y nuestras madres se molestaban.
—Lindos recuerdos no sé si te lo haya contado Alejandro Miguel, pero tuve un accidente que me provoco tener amnesia por algunos meses y recuerdos de la lluvia no creo tener. —dijo Olivia al tomar de su taza de café.
En eso piensan uno de los chicos “cuantos serán sus recuerdos olvidados” en eso dice Alejandro.
—Vamos afuera.
Los dos lo miraron y solo asintieron aceptando salieron los tres afueran mirando la lluvia en eso ellos salieron sintiendo las gotas de agua Olivia sonríe cada que los chicos la ven le parece que esperan a que ella diga algo lo que quiere es disfrutarlo.
—Las lluvias de la ciudad son tan escandalosas y aquí se escuchan tan calmadas.
—Eso es cierto Olivia.
Se quedaron por algunos minutos más cuando se dieron cuenta que comenzaría un poco más fuerte es como Alejandro les menciona que sería hora de entrar quedaron de acuerdo tomando de nuevo un café caliente Olivia se quedó por algún rato más hasta que mira su reloj.
—Debo irme ya es tarde.
Alejandro mira el reloj que tiene colgado.
—Es verdad vamos te dejo en tu casa. —le dice Alejandro porque ya se había ido a dormir Miguel.
La lluvia ya había terminado ambos salieron de la casa nota él frio que tiene ella y es como se quita su suéter tejido que traía puesto.
—Gracias.
Llegan a la puerta de la casa abre y solamente entra al quitarse el suéter devolviéndoselo a Alejandro.
—Gracias y cocinas delicioso es una suerte para Miguel tenerte como su chef personal.
Los dos ríen un poco.
—Gracias a ti por a ver venido y ya sabes lo que necesites estoy a un lado.
Olivia asiente moviendo la cabeza ambos se miran están muy cerca le confunde a ella sentirse rara y muy familiar que solo ignora al interrumpir algo que no debía pasar a lo que saca de onda a Alejandro pensando en que podría a verlo hecho a lo que sucedió despedirse y el solo volver a su casa.
—Listo ya te lo envié.
Olivia se encontraba trabajando esa mañana después de a ver cenado en casa de sus vecinos no los ha visto en estos días solamente por la ventana de la que era su habitación de niña y a veces por la ventana de la cocina.
—Investigue a tu famoso chef.
Olivia hablaba con Susana por video chat mientras se encontraba en cocinando una receta fácil que había mirado por una de sus redes sociales cuando ella empezó a oler un aroma raro que comenzó a reconocer que se quemaba la tortilla y su amiga reía.
—Sí que te tiene loquita.
Ella niega con la cabeza.
—¿Qué encontraste de Alejandro? —pregunta Olivia al comer un poco de salchicha.
—Es cierto él trabajaba en un restaurante y no uno simple sino en Escandón.
—¿Algún escandalo? —pregunta.
—Rumores de ser mujeriego un chef mandón y antipático al igual lo normal que hace la presa de crear chismes sin sentidos y él como las personas que lo rodeaban como su mánager no supieron manejarlo y como me mencionabas que fue su madre quien decidió porque él se dejó manipular por personas incorrectas sigue pensando en volver ser un chef.
—Él dice que está pensándolo no sé, pero eso me hizo pensar en lo que una vez mi papá me menciono que tenía un primo que era chef.
—¿Cómo se llama? —le pregunta Susana.
Olivia intento recordarlo, pero ve su amiga niega con la cabeza.
—Pero estás segura que tu padre te haya dicho que fuera chef.
—Si porque lo vimos por televisión y él solo lo dijo.
—Bueno no me hagas caso, pero tal vez sea una casualidad.
Olivia conocía bien a Susana con esa afinación de crear destinos irreales creando teorías o como ella lo dice casualidades.
—Espera insinúas que...
—Olvídalo no dije nada ahora dime se volverán a ver. —le dice Susana.
Alza los hombros y dice:
—No sé realmente desde la cena no nos hemos visto he ido a correr y siempre lo veo ir en carro y solo nos saludamos.
—Debe estar ocupado.
—Es lo mismo que pienso.
En eso estaba listo su plato a lo que se despiden ambas y se desconecta Olivia al cerrar su laptop tomarla al ir hasta el sillón y después con su plato y vaso listo de nuevo la enciende y mira una serie, aunque sus pensamientos analizan lo que acababa de conversar son su amiga.
—Has hablado con ella.
—No la veo cuando ella corre.
—¿Cuándo volverás a verla? —pregunto Miguel.
—No lo sé porque esa noche que la deje en su casa te juro que una sensación rara tuve que me indicaba besarla.
—Porque no lo hiciste.
—Creo que ella lo noto y es como se despidió rápido.
—Debo decir nuevamente como te lo dije tienen química.
—Ok si existe en nosotros, pero no puedo.
—¿Mentir? —pregunta Miguel.
Los dos se encontraban sentados a su sillón escuchando y mirando tv mientras hablaban.
—Si Olivia se daría cuenta.
—Cierto descubría que no solo eres su vecino sino esa persona que tiene mucho de no a ver visto, pero si ella te investigara.
—Imaginas que ella lo haga.
—Claro hoy en día puedes hallar lo que sea por internet.
Alejandro asiente.
—Pero me encontraría con mi nombre artístico.
—Claro, pero las mujeres son muy minuciosas y recuerda lo que ella nos dijo.
—Sobre qué.
—Su amiga que llama Susan que es detective que identifica a personas.
—Crees que su amiga haga eso.
—Ella lo dijo.
—Si fuera eso solo hallaría que he cambiado mis apellidos.
—Exacto por la de tus padres verdaderos que piezas que ella haga una vez que lo sepa recuerda ella aún mantiene su amnesia, aunque no se note.
—Si lo sé Miguel y no creo que lleguemos a eso.
Miguel pone una expresión de asombro.
—Piensas en alejarte de ella.
Alejandro no dice nada solo asiente y continúan mirando la televisión Miguel mira de reojo lo conoce bien sabe que no piensa separarse de ella después de todo lo que él le conto y el por qué ella lo tiene olvidado.
Olivia camina por las calles de Leima se sienta en las gradas mirando jugar basquetbol a un grupo mixto después se da cuenta un grupo de adolescentes bailando.
—Olivia hola.
Ella voltea al ver quien la saluda.
—Hola Ramiro ¿Cómo estás?
—Bien.
—Juegas bien.
—Gracias aquí siempre nos reunimos a jugar.
Olivia asiente.
—Y veo que los de haya bailan algo de shuffle.
—Sí y es siempre ¿Te gusta el bailar?
—Si más chica lo hacía, aunque no creí que aún lo continuaran bailando.
—Ven algunos de ellos son mis amigos.
—Ok. —contesta Olivia.
Al ver a los muchachos y a las jóvenes bailar con aquella música entre electrónica o contagiosa para solo divertirse y bailar por un rato una de las chicas dice:
—Hola me llamo Estefanía, pero dime fanny.
Estrecharon las manos y ella se presento es como así conoció a las demás y la invitaron a bailar o grabar un vídeo que otro para subir a las redes sociales Olivia claro que acepto divirtiéndose un poco con ellas y con los chicos al hacer e interpretar varios bailes.
Los estudiantes de universidad se encontraban por el centro y mientras Miguel venía con algunos amigos riendo y comiendo una paleta de hielo él nota al mirar al grupo de jóvenes bailar y es como se da cuenta que entre ellos está precisamente Olivia riendo y bailando al que decide acercarse un poco más y grabarlo un poco.
—Chicas debo irme, pero gracias me divertí.
Olivia solo se despidió de todos y volvió a casa caminando siendo que dejo el jepp en casa mientras iba para haya escuchaba música teniendo sus grandes y cómodos audífonos conectados al mp3.
—Hola.
No sabe quién es él solo se quita los audífonos por un segundo y lo saluda.
—No te acuerdas de mi soy Salvador Olivia.
—Lo siento Salvador no te recuerdo.
—Entiendo pues ya hace mucho que no nos vemos, pero siento lo de tus padres.
No sabía que decir y solo asintió en cambio él la abrazo.
—Bueno tu yo fuimos a la misma primaria y fuimos compañeros quizás recuerdes todos me llaman Chava.
Un brillo tenue en sus ojos reapareció al sonreír y asentir al solo recordarlo.
Los dos iban caminando platicando, porque al comenzar a recordar esa parte de su niñez que curso en la primaria, venía con algo de abundancia, aquellas anécdotas divertidas con Chava.—Cierto, recuerdo eso.—Pero aun lo juegas.—No.Haberse encontrado con Chava fue algo muy bueno para ella, al hablar un poco del pasado al ser que él fue un gran amigo, aunque no hablo mucho, pero si mencionaba en ocasiones a su primo, quiso preguntar por él que algo venía a la mente de ella, al hacer una pregunta diferente.—¿Cuánto más te quedaras? —pregunta Chava.Ella realmente aun no lo decidía, porque no sabe qué decidir con la casa y aún le falta buscar más en el sótano.—La otra semana. —responde simplemente.—Debe ser difícil decidir qué hacer con esa casa, es tan grande y tiene historia, no.Olivia sonríe.—Si viví gran parte de mi infancia con mis padres en esa casa. —dijo Olivia haciendo pensar que tiene bonitos recuerdos de esa casa, que en realidad no es así, porque no lo recuerda como ell
Olivia se encuentra trabajando, tomando el chocolate que aún le quedaba, al ser que Alejandro la había visitado con algo de chocolate de agua, y los dos habían hablado un poco de todo.—Y has abierto la caja de fotografías.—Sí, no imaginas cuantos recuerdos vienen a mi espera. —dice ella al levantarse, siendo que se encuentran sentados cerca de la barra de la cocina.Olivia solo toma el primer bonche de fotografías que tiene cerca, y las lleva hasta la cocina y es como ambos comienzan a verlas, se da cuenta él que son pocas en las que sale él de niño, y que ella no ha comentado nada sobre eso.—Y esos son mis papás. —le dice Olivia, al señalarlos en la foto que mira Alejandro.Él asiente viendo en la foto que es en el cumpleaños de ella con el pastel con velitas, y sus padres a los lados de ella.—Sí, veo que de ambos tienes algo, pero tus ojos son como los de tu padre.—Si eso creo, como es tu papá Alejandro.—No lo sé Olivia, el murió y no pude conocerlo, aunque me dicen que me par
—Y Miguel. —dice David.Un amigo que llego hace algunas horas a casa de él.—Salió con amigos de la universidad, me parece que van a hacer una especie de pijamada. —contesta Alejandro.Los dos se encuentran mirando televisión en el sillón.—Entonces, que fuiste al bautizo del hijo de Javier.—Sí y no te vi. —dice Alejandro.Había sido el día anterior el bautizo donde el asistió, después de a ver mirado a Olivia por la ventana, y estar bien arreglado que fue uno de los motivos, por lo que no fue a la reunión de amigos de su vecina.—Oye, que tu prima Olivia volvió.Alejandro no hace mucho caso, y solo decide responder un:—Si.—La otra vez la vi, esta guapa.—A sí, no la he visto. —contesta mintiendo.—Qué mala suerte, y eso que son vecinos.—No he estado en casa mucho, y ahora que recuerdo debo ir a la tienda.—A esta hora.—Sí, debo checar algunas cosas, nos vamos. —dijo Alejandro al tener a la mano las llaves, y ya a ver apagado él la tv.David un hombre alto, fornido, de vaqueros y
Olivia niega después de oler un frasco que Alejandro le enseño, ambos se encuentran en la cocina de él, desde ayer él se quedó en casa de ella muy tarde, algo que para él era como en los viejos tiempos, y para ella algo agradable.Alejandro le había propuesto en no solo comer en su casa, sino también cenar, a lo que ella pensó antes de responderle y solo le dijo:—Bueno, comeríamos juntos después de que trabaje ¿Si?—Claro mi am… — en ese mismo instante cambia su dialogo. —Te parece que cenemos también.Ella solo asiente.—Si claro.Alejandro no dejaría pasar la oportunidad, y ahora se encuentran aún en la cocina, mientras Alejandro cocina lo último, para ya de ahí comer, al ser que la mesa esta lista.—Donde está tu baño. —dice Olivia.—Sube por las escaleras a la segunda puerta.—Ok ya vuelvo.Olivia subió las escaleras yendo al baño, donde no estuvo mucho tiempo, encontrándose lavando las manos y abrir el interior del espejo que tenía algunos medicamentos, pomadas, entre otras cosa
Están cenando, se disfrutaba estando solos y juntos, tenía Alejandro tantos recuerdos que contarle a ella que debían esperar, y fue preciso decir sobre aquella invitación que tenía planeado decir a Olivia.—Olivia, te gustaría ir conmigo a ver Leima.—¿Cuándo? —pregunta ella.—Bueno, como en unos días te vas, mañana salgamos eso de las siete a recorrer Leima.—Mañana bien, sí.—No te preocupes, yo me encargo sobre la comida y las cosas.—Ok.Terminaron de cenar, Olivia se quedó un rato más mientras miraban los dos una película, que estaban trasmitiendo en una de los canales.—Debo irme, ya es tarde. —le dice Olivia, después de ver su reloj.Alejandro se da cuenta que ya pasan de las 11 de la noche, a lo que va a dejarla a su casa.—Nos vemos mañana, y parece que todavía hará frio.—Si, por las mañanas hace frio y como saldremos temprano.—Estaré abrigada.Ambos se despiden, ella sí que tenía mucho sueño y llego a dormir hasta la cama de la habitación que era de sus padres, pero antes
De una forma extraña, la mujer de la fotografía le recuerda a una de sus tías, lo piensa con insistencia aferrándose a recordarlo de alguna forma, inusualmente pareciera que le es difícil, a lo que solo sonrió antes que hiciera preguntas Alejandro.Olivia se encontraba trabajando mientras comía un emparedado, no sabe cómo ese recuerdo viene a ella constantemente, más aún ahora que Alejandro y ella han estado muy cerca, aparte de esos besos apasionados, caricias estando juntos en la cama.Ellos no se han visto estas últimas veces, aunque Miguel ya regreso y en ocasiones come con ellos, y solo faltan algunos días para volver a casa, y no ha pensado en como quedara su relación con él.—Amor hola.—Hola Alejandro. —dice saludándolo al contestar al teléfono.—Estás ocupada.—No, acabo de salir de trabajar.—También yo, amor te parece bien comer juntos.—Sí, porque creo que llego Miguel.—No amor, solo tú y yo.—Ok.—Entonces llegó en quince minutos.—A mi casa. —dice algo sorprendida.Pero
Anoche fue divertido a ver estado en la feria, jugando varias veces en los diferentes juegos de canicas, tiro al blanco o pescando, esa misma noche, Olivia y Alejandro conocieron a Gabriela y a los amigos de Miguel.Pero esta mañana, ambos dormían muy a gusto, ella abrazada a él.Olivia se encuentra desnuda, lo mira desde que lo han hecho, el amor, se ha dado cuenta de su tatuaje que tiene en una parte de su torso, ella ha pasado los días más bonitos con él, no sabe que vendrá una vez que deba volver a casa, en eso se levanta tomando la camisa que está en el piso.Salió de la habitación para la cocina por un vaso de agua que se encuentra tomando, cuando escucha que suena su teléfono sonar, a lo que ella va directo a la mesa, donde su móvil se encuentra en la mesa junto a su laptop, se apresura a checar y ver que es un mensaje que dice:—Olivia conéctate al chat de inmediato.Al ver que el mensaje es de su amiga Susana, es como enseguida Olivia lo hace, en ese mismo momento esperado a
Se encuentra llorando sentada cerca de la ventana de su habitación, mirando a la casa vecina, no quiso decir nada a él, fingió tan bien que Alejandro no lo noto, se siente herida y solo se despidieron con un engañoso beso, que no la hizo sentir lo que ella sentía en cada beso.Olivia solo quiere volver a la ciudad, y no volverlo a ver, ahora entiende el por qué Alejo, al ser que ella así lo llamaba, y fue ella quien escribió en la fotografía los nombres de ellos, no se explica cómo puede estarse enamorando de su primo, movió la cabeza y decidió ir a dormir.Olivia había manejado en su Jeep como lo había planeado, salió muy temprano de Leima, sabe en fondo que no a verlo confrontado fue un error, tal vez fue miedo de creer en sus mentiras de nuevo, porque realmente se enamoró de él, solo mueve la cabeza y contesta al teléfono.—¿Dónde estás Olivia?—Hola Susana, ya estoy en mi casa.—Qué bueno, estás trabajando.—No, espera tocan a la puerta.—Si hablamos luego.Aunque se encuentra en