—Y Miguel. —dice David.Un amigo que llego hace algunas horas a casa de él.—Salió con amigos de la universidad, me parece que van a hacer una especie de pijamada. —contesta Alejandro.Los dos se encuentran mirando televisión en el sillón.—Entonces, que fuiste al bautizo del hijo de Javier.—Sí y no te vi. —dice Alejandro.Había sido el día anterior el bautizo donde el asistió, después de a ver mirado a Olivia por la ventana, y estar bien arreglado que fue uno de los motivos, por lo que no fue a la reunión de amigos de su vecina.—Oye, que tu prima Olivia volvió.Alejandro no hace mucho caso, y solo decide responder un:—Si.—La otra vez la vi, esta guapa.—A sí, no la he visto. —contesta mintiendo.—Qué mala suerte, y eso que son vecinos.—No he estado en casa mucho, y ahora que recuerdo debo ir a la tienda.—A esta hora.—Sí, debo checar algunas cosas, nos vamos. —dijo Alejandro al tener a la mano las llaves, y ya a ver apagado él la tv.David un hombre alto, fornido, de vaqueros y
Olivia niega después de oler un frasco que Alejandro le enseño, ambos se encuentran en la cocina de él, desde ayer él se quedó en casa de ella muy tarde, algo que para él era como en los viejos tiempos, y para ella algo agradable.Alejandro le había propuesto en no solo comer en su casa, sino también cenar, a lo que ella pensó antes de responderle y solo le dijo:—Bueno, comeríamos juntos después de que trabaje ¿Si?—Claro mi am… — en ese mismo instante cambia su dialogo. —Te parece que cenemos también.Ella solo asiente.—Si claro.Alejandro no dejaría pasar la oportunidad, y ahora se encuentran aún en la cocina, mientras Alejandro cocina lo último, para ya de ahí comer, al ser que la mesa esta lista.—Donde está tu baño. —dice Olivia.—Sube por las escaleras a la segunda puerta.—Ok ya vuelvo.Olivia subió las escaleras yendo al baño, donde no estuvo mucho tiempo, encontrándose lavando las manos y abrir el interior del espejo que tenía algunos medicamentos, pomadas, entre otras cosa
Están cenando, se disfrutaba estando solos y juntos, tenía Alejandro tantos recuerdos que contarle a ella que debían esperar, y fue preciso decir sobre aquella invitación que tenía planeado decir a Olivia.—Olivia, te gustaría ir conmigo a ver Leima.—¿Cuándo? —pregunta ella.—Bueno, como en unos días te vas, mañana salgamos eso de las siete a recorrer Leima.—Mañana bien, sí.—No te preocupes, yo me encargo sobre la comida y las cosas.—Ok.Terminaron de cenar, Olivia se quedó un rato más mientras miraban los dos una película, que estaban trasmitiendo en una de los canales.—Debo irme, ya es tarde. —le dice Olivia, después de ver su reloj.Alejandro se da cuenta que ya pasan de las 11 de la noche, a lo que va a dejarla a su casa.—Nos vemos mañana, y parece que todavía hará frio.—Si, por las mañanas hace frio y como saldremos temprano.—Estaré abrigada.Ambos se despiden, ella sí que tenía mucho sueño y llego a dormir hasta la cama de la habitación que era de sus padres, pero antes
De una forma extraña, la mujer de la fotografía le recuerda a una de sus tías, lo piensa con insistencia aferrándose a recordarlo de alguna forma, inusualmente pareciera que le es difícil, a lo que solo sonrió antes que hiciera preguntas Alejandro.Olivia se encontraba trabajando mientras comía un emparedado, no sabe cómo ese recuerdo viene a ella constantemente, más aún ahora que Alejandro y ella han estado muy cerca, aparte de esos besos apasionados, caricias estando juntos en la cama.Ellos no se han visto estas últimas veces, aunque Miguel ya regreso y en ocasiones come con ellos, y solo faltan algunos días para volver a casa, y no ha pensado en como quedara su relación con él.—Amor hola.—Hola Alejandro. —dice saludándolo al contestar al teléfono.—Estás ocupada.—No, acabo de salir de trabajar.—También yo, amor te parece bien comer juntos.—Sí, porque creo que llego Miguel.—No amor, solo tú y yo.—Ok.—Entonces llegó en quince minutos.—A mi casa. —dice algo sorprendida.Pero
Anoche fue divertido a ver estado en la feria, jugando varias veces en los diferentes juegos de canicas, tiro al blanco o pescando, esa misma noche, Olivia y Alejandro conocieron a Gabriela y a los amigos de Miguel.Pero esta mañana, ambos dormían muy a gusto, ella abrazada a él.Olivia se encuentra desnuda, lo mira desde que lo han hecho, el amor, se ha dado cuenta de su tatuaje que tiene en una parte de su torso, ella ha pasado los días más bonitos con él, no sabe que vendrá una vez que deba volver a casa, en eso se levanta tomando la camisa que está en el piso.Salió de la habitación para la cocina por un vaso de agua que se encuentra tomando, cuando escucha que suena su teléfono sonar, a lo que ella va directo a la mesa, donde su móvil se encuentra en la mesa junto a su laptop, se apresura a checar y ver que es un mensaje que dice:—Olivia conéctate al chat de inmediato.Al ver que el mensaje es de su amiga Susana, es como enseguida Olivia lo hace, en ese mismo momento esperado a
Se encuentra llorando sentada cerca de la ventana de su habitación, mirando a la casa vecina, no quiso decir nada a él, fingió tan bien que Alejandro no lo noto, se siente herida y solo se despidieron con un engañoso beso, que no la hizo sentir lo que ella sentía en cada beso.Olivia solo quiere volver a la ciudad, y no volverlo a ver, ahora entiende el por qué Alejo, al ser que ella así lo llamaba, y fue ella quien escribió en la fotografía los nombres de ellos, no se explica cómo puede estarse enamorando de su primo, movió la cabeza y decidió ir a dormir.Olivia había manejado en su Jeep como lo había planeado, salió muy temprano de Leima, sabe en fondo que no a verlo confrontado fue un error, tal vez fue miedo de creer en sus mentiras de nuevo, porque realmente se enamoró de él, solo mueve la cabeza y contesta al teléfono.—¿Dónde estás Olivia?—Hola Susana, ya estoy en mi casa.—Qué bueno, estás trabajando.—No, espera tocan a la puerta.—Si hablamos luego.Aunque se encuentra en
—Desde temprano he ido a tocar a su puerta y la he llamado, pero Olivia no contesta ninguna de mis llamadas.Una vez que regreso de la universidad, mientras se encuentra comiendo, solo escucha la preocupación repitiendo una y otra vez que no contesta sus llamadas, ni mensajes.—Fue tanta mi insistencia, que entre por la ventana de su habitación.—No puedo creerlo. —le dice su amigo al voltearlo a ver.—Bueno, de chico lo hacía.—Pero como.—Estaba tan preocupado de ella, que pensé si se había hecho daño o algo así.—Y la encontraste.—No, me estas escuchando Miguel, ella no respondía mientas tocaba a la puerta, y de ella no había nada, Olivia solo se fue.—Sin despedirse.Alejandro mueve la cabeza al asentir, al decir:—Y ayer a ti te dijo algo, o se despidió de ti.—No nada, no la vi, después de que tu volviste de su casa no la vi.Alejandro no sabe que pensar de todo esto, viene a su mente teorías, suponiendo varias conclusiones y presintiendo lo peor.—Se bien que ella se iría la p
La ciudad de nuevo, tantas cosas que vivió, disfruto y amo, a tomado el Uber dirigiéndose a la casa de su madre, no quiso avisar a ella, solo a Héctor a que guardara la sorpresa.—Gracias. —dice al chico del Uber.Y solo se dirigió a la puerta, al ver a su mamá los dos se abrazaron cargando su maleta.—Alejandro, me hubieras avisado que venias, hubiera ido por ti.—Lo sé mamá, quería que fuera sorpresa.Ambos se dirigen hasta la sala.—Y Héctor o Quique.—Quique en la sala y Héctor en su cuarto, pero ya les digo que llegaste, ¡Héctor! —grita su madre desde la entrada de las escaleras.Es como Héctor baja enseguida, al ver a Alejandro y saludarlo, en cambio él se da cuenta que las heridas que tiene en la cara, aún no se recuperan, y tiene Héctor lastimado del brazo con un soporte, y cuando saluda a Enrique lo ve con la pierna con yeso, con heridas igual en su cara.—¿Cómo te sientes? Quique. —dice Alejandro, al sentarse al sillón, casi no se habla con él.Enrique un muchacho de cabello