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04.- Mentira o Verdad.

Con el aroma que su nariz percibía su boca se hacía agua sin saberlo él esa era su comida favorita.

—Hola Alejandro tenía tiempo tocando a la puerta.

—No.

Ella solo mueve la cabeza.

—Pero anda te lo decía porque he estado en el sótano veo que traes algo.

—Si es espagueti con albóndigas espero te gusta.

—Gracias siento que me encuentres en mi ropa deportiva es que en la mañana salí a correr volví y solo he estado en el sótano es bueno que hayas venido puedes ayudarme en algo en especial.

—Si.

—Gracias bueno deja aquí el espagueti y sigue me ignora ver las sabanas que cubren todo fue mi madre era la que acostumbraba cubrir todo para mantenerlo porque es lo mismo en el sótano.

—Que quiere que haga.

—Ayer halle varias cajas cerradas y como vez esta es de fotografías que he intentado subir arriba, pero esta algo pesada puedes subirla.

—Claro.

Alejandro cargo la caja que ella había dicho decido ella que la dejara en la sala cerca del sofá.

—Gracias vamos a comer deja y traigo platos.

—No deja ayúdate.

—Bueno.

Los dos se encuentran en la cocina toman los platos y cubiertos y en vez de comer sobre la mesa lo hacen sentados al sofá con la mesa de centro sirviendo la pasta mientras platican y ríen un poco.

—Veo que la caja tiene fotografías.

—Eso espero Alejandro te contare lo que espero es encontrar fotos mías.

—No tienes fotos tuyas.

Mueve la cabeza.

—Las que conservo son muy pocas y espero que está caja las tenga. —dice Olivia al dar un pequeño golpe a la caja.

—Piensas quedarte.

—Algunos días más.

—¿Que harás con la casa?

Mira a Alejandro, pero antes que ella diga algo dice él.

—Perdón no debí preguntar.

—No te preocupes no es gran cosa porque aún no sé qué hacer con ella.

—Podrías rentarla a los estudiantes de la universidad.

—Buena idea tal vez he pensado en venderá o rentarla a una familia, aunque se me haría algo difícil.

—¿Por?

—No te lo había contado pero mis padres murieron hace algunos meses y de las cosas que me heredaron ellos es esta casa y como te digo a eso vine a averiguar todo de ellos y de mí y como vez lo he pensado mucho sobre lo que hare con esto porque si decido no venderla debo darle mantenimiento como mi padre lo hacía y no creo tener lo suficiente o el tiempo, pero dejemos de hablar de la casa en ¿Qué trabajas? Alejandro.

—Soy dueño del a tienda care.

—En serio entonces cuanto tienes viviendo aquí en Leima.

A lo que es prevé en su respuesta al solo decir:

—Bueno viví mi niñez aquí después fui a la ciudad donde estudié, pero decidí volver encargándome de la tienda de mis padres, pero dime tu en que trabajas.

Alejandro decidió no mencionar nada de su vida como chef Olivia sonrió al comer algo de la pasta.

—Bueno trabajo en una compañía en línea.

Mientras ella continúa hablando de ello suena de repente el móvil de Alejandro.

—Me disculpas.

—Si claro. —responde ella.

Mira quien lo llama al ver el número de Miguel y solo contesta mientras come Olivia y bebe del vaso de jugo en eso se levanta del sofá Alejandro ve que ella sube las escaleras.

—Vine a visitar a Olivia.

—Hasta que te animaste.

Continuaba Alejandro hablando por teléfono Olivia ya había vuelto ella escucha que él se despide colgando el teléfono.

—Hace mucho que vive Miguel contigo.

—No tiene mucho ambos nos conocimos en un trabajo y nos hicimos amigos después nos encontramos aquí en Leima por la universidad de aquí tiene la carrera que él está estudiando y como Miguel buscaba un lugar donde rentar.

—Y ambos viven en la misma casa ahora.

—Así es Olivia es un gran muchacho e inteligente y buen amigo.

—Hace un momento me dices que viviste tu niñez aquí en Leima entonces naciste aquí.

—No nací aquí en Leima soy del D.F.

—Entiendo y tu niñez aquí.

—Sí y me parece que tu igual. —dice Alejandro con precaución al ser que no sabe quiénes ahora ella.

—No mentiré si, aunque suene extraño no recuerdo mi niñez aun estando en esta casa.

Es algo que le extraña a Alejandro.

—¿Por qué? —pregunta.

—Mis padres rara vez me hablaban de Leima, aunque se el porqué.

Medio sonríe y él mueve la cabeza.

—A mi mamá le desagradaba vivir y aparte cuando era pequeña tuve un accidente que provoco bloquear ciertos recuerdos.

—¿Recuerdos?

—Si bueno tuve amnesia por algunos meses no fue tan grave podía hablar y caminar, pero fueron mis recuerdos los que se bloquearon.

—Debiste hacer nuevos.

—Si digamos partes de mis memorias de la infancia son las que no he recordado como amigos, comidas, travesuras etc que haces de niño fueron borradas.

—Aun visitas al doctor.

—La verdad después de recuperarme y darme de alta ya no, aunque tengo contacto con mi doctora.

Alejandro la quiere abrazar en ese momento, pero decide no hacerlo ni decir lo que él está pensando en este mismo momento.

—Qué bueno pues ya estás aquí espero halles lo que busca.

—Te será gracioso lo que te diré, pero esta casa mantiene mis secretos.

Mira la expresión de Alejandro algo que le causa reír a ella en eso voltea al ver el refractario donde tenía el espagueti que casi estaba acabada al solo quedar una cuarta parte reconociendo que realmente tenía hambre a lo que ella dice enseguida:

—Sé que encontrare al en las fotografías quieres más jugo perdón es que solo tengo jugo.

—No te preocupes, aunque si nos terminamos el espagueti.

En lo que ella toma los vasos para llevarlos a la cocina ella dice:

—Eso creo, pero debes saber que es una de mis comidas favoritas.

—No lo sabía. —miente Alejandro al decirlo.

—Pues gracias si tenía hambre. —le dice Olivia algo fuerte al venir de la cocina, pero escucha una voz masculina afuera.

—¿Pasa algo? —pregunta él.

—Es que escucho a alguien afuera.

Entonces él se levanta y ambos van hacia la ventana Alejandro sonríe al ser que sabe quién es.

—Es mi amigo Javier lo siento Olivia debo irme.

—No te preocupes.

—Gracias. —agradece, pero realmente quiere continuar platicando con ella.

—Anda ve después voy a dejarte tu refractario.

Antes de contestar decide decir:

—Porque no mañana vienes a cenar.

Ella piensa “en serio” pero lo único que dijo:

—Está bien si ¿Quieres que lleve algo?

—No, no te preocupes entonces te esperamos a las siete.

—Claro bien.

Los dos se despidieron en eso extrañamente para Olivia recibir aquel prevé abrazo que le da Alejandro que solo recibe y ella acepta al despedirse de él en eso mira por la ventana que saluda al hombre y solo se van ella ignora lo que paso hace un rato se mira y es como decide ir a bañarse después de dejar en el refri el espagueti.

—Pero siéntate Javier quieres agua. —ofrece él.

—Si por favor.

Alejandro le sirve un vaso de agua de tamarindo.

—Gracias.

—Bueno Javier para que soy bueno.

—Quiero invitarlo al bautizo de mi hijo.

—Si claro.

—Es el sábado la misa es a las siete y la comida a las tres lo esperamos.

—Gracias hay estaré.

Se quedaron hablando de trabajos y algunas cosas más mientras Olivia disfruta viendo una película animada sentada sobre la cama de la habitación cenando ha tenido algunas llamas con algunos amigos y con compañeros de trabajo y ahora disfrutando siendo que mañana después de trabajar se ocuparía de la caja de fotos.

—Bueno. —contesta Olivia al a ver escuchado la alarma de su reloj y sonando su móvil al reconocer la voz de la persona que se encuentra en la línea.

—¿Dónde estás?

Se encuentra acostada a la cama.

—Estoy en Leima ¿Qué necesitas Alondra?

Alondra una amiga de Coahuila que a veces venía a visitarla para quedarse unos días mientras trabaja de fotógrafa para ciertos museos.

—Perdón, pero entre a tu casa al ver que no estas pensé que algo te había pasado y solo tomé la llave que se encuentra bajo el jarrón del cactus.

—Si no te preocupes.

Olivia le comenta sobre sus padres y el por qué está en Leima al ser que se levantó de la cama encontrándose caminando por la habitación mirando su maleta eligiendo que ponerse.

—Siento lo de tus padres nena no te prometo, pero si tengo un espacio disponible voy a verte es que ahorita debo salir rápido debo ir al museo Enríquez.

—No te preocupes puedes quedarte en casa lo que tú quieras.

—Gracias nena.

Hablaron un poco más hasta que las dos se despidieron ella colgó al solo guardar su teléfono en su bolsillo mientras se prepara su cereal con leche al irse a sentarse a la mesa donde enciende su laptop después de terminar empezó a trabajar.

En cambio, Alejandro se encontraba ya en la tienda la mercancía había llegado la acomodaban en ese instante entre estantes y en la bodega desde que fue a ver a Olivia sus pensamientos y así mismo se encuentra confundido al aceptar y comprender las de las que ella le hablo.

—Alejandro estas bien.

El voltea hacia al escuchar a Tomas.

—Si estoy bien.

—Te preocupa algo porque te veo que estás pensando más de lo común.

El niega con la cabeza no podía decir nada a Tomas un muchacho que ha trabajado desde hace un tiempo en la tienda no le tiene la confianza en ciertas cosas, pero en algo tan personal prefiere esperar y decirlo a Enrique.

—Estoy bien gracias.

—Como está la señora Carolina. 

—Bien, bien gracias.

Siguieron hablando mientras continuaban trabajando ya más tarde Alejandro volvió a casa encontrándose con Miguel que ya había vuelto de la universidad.

—Cómo te fue Miguel.

—Bien como siempre, pero cuéntame tu que fuiste ayer a ver a lo tu prima o quieres llamarla la vecina.

 Entiende lo que hace Miguel.

—Pues la invite a cenar esta noche nos acompañara.

—Eso significa que te fue bien o muy bien. —dice al medio reír.

Alejandro le corto no todo, pero si un poco de algunas cosas.

—Tu sabías antes sobre aquel accidente.

—Nada nunca me lo dijo mi mamá.

—No crees que es por eso que te dijo que tuvieras cuidado.

No lo había pensado, aunque se dice “por eso debo tener cuidado en decirle que soy su primo” en eso dice Miguel.

—Ahora debes elegir.

—¿Elegir? —pregunta.

—Mentir o decir la verdad yo solo digo amigo tomare un baño.

—Si.

Miguel se fue mientras Alejandro se quedó ahora pensando en mentir o decir la verdad es como vuelve a pensar en la promesa y que finalmente puede ser real sin obstáculos.

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