ESTAMBUL Aquí estoy, sólo por complacer a mi abuela. —Buenas noches, tengo una reservación. —Sí señor Zahir, ya lo voy a conducir a su mesa. La mesa está preparada como para un momento muy especial. —Abuela, estás son cosas tuyas, voy aprovechar este momento para llamar a Pamela, Cuando me dispongo a sacar el teléfono de mi chaqueta, veo a una mujer muy atractiva acercándose a la mesa acompañada por uno de los mesoneros, me levanto de la silla para recibirla. —Buenas noches señorita, bienvenida. —Buenas noches Zahir, te lo agradezco. Le tomo la mano y me la llevo a los labios, sólo como un gesto de bienvenida y de caballerosidad, en ese instante veo una luz como de un flash, voltee pero no miré a nadie, sólo a los otros comensales, el restaurante está muy concurrido. El mesonero se acerca con una botella de champagne, cosa que no he pedido. Enseguida nos sirve dos copas. —Zahir vamos a brindar por esta noche que sea la
ESTAMBUL. —Abuela, Abuela. —Hijo, ¿qué pasa? —¿Dónde está la abuela? —No sé. —¿Qué sabe usted de esto? Le enseño el celular con las fotos a papá, quedó tan sorprendido como yo. —Hijo, te juro que no sé nada de esto, cuéntame eso ocurrió anoche en la cena, me imagino. —Sí, me tendieron una trampa y yo como un estúpido caí en las redes. —Ya va, cálmate estás muy ofuscado, ¿esto ocurrió o es un montaje? —Sí ocurrió, pero no como allí lo plantean, tomaron las fotos que necesitaban para armar la trampa, tú sabes que asistí a esa cita por puro compromiso, no para formalizar una relación como allí lo plantean. —¿Quién tomó las fotos? —No lo vi, pero sospechaba que había un fotógrafo por la luz del flash. —Ahora cómo vas hacer para desmentir esa información —No lo sé, no tengo pruebas, la única prueba es lo que le dije a Alev, por supuesto que ella no va a mencionar nada de eso. —¿Qué le dijiste? —Que no la
CASA DE PAMELA. Después de tanto batallar me quedo dormida, creo que no dormí mucho, me despierta una llamada entrante a mi teléfono, lo veo y es Zahir. —No voy a contestar, que se reviente el teléfono, pero no voy a contestar. —Ahora es una nota de voz, tampoco la voy a escuchar. —El no me va dejar dormir, ahora es un mensaje, ese si lo voy a leer. "Amor ya estoy en Boston, necesito verte, por favor vamos hablar" —Ya sé cómo se le va a quitar las ganas de hablar, voy a tomar un capture de una de las fotos, está la del beso. Se la voy a enviar, vamos a ver qué me va a decir ahora. "Quedaste muy bien en la foto, felicidades por tu compromiso, salúdame a tu novia" Pensé que se iba a cansar, pero no deja de llamar, ahora otro mensaje. —Amor, eso tiene una explicación, por favor déjame explicarte, te amo Pamela. Mejor apago el celular, así no puedo, tengo tantas ganas de contestarle, pero no, no puedo creer en él, me engañó, me
CASA DE PAMELA. —Hola hija, ¿cómo te fue en el almuerzo? —Fatal. Corro a mi habitación y me encierro en ella, le paso seguro para que nadie me moleste, quiero estar sola. —Zahir, Zahir, porque no me dejas en paz, tuve que mentirle a Paúl, le dije que Frank me llamó urgente, que por eso tardé en el baño, que lo lamentaba, pero tenía que irme para la casa, necesitaba realizar un trabajo urgente, por ti he dicho tantas mentiras que ya me siento mal. También que estaba disfrutando mi almuerzo, aunque no voy a negar que me encantó el beso. ¡Dios! Cómo amo a ese hombre, no sé cuánto tiempo voy a resistir sin verlo, pero Pamela tienes que hacerlo, lo que hizo no puede quedar sin castigo, no puedo aceptar que me esté engañando. —Hija, abre la puerta por favor. —Sí mamá ya te abro. —Ven acá, vamos hablar, no quiero meterme en tus cosas, pero ya, estás sufriendo y eso es muy duro para mí, así que por favor dime lo que te está pasando, a lo mejor
CASA DE PAMELA. —Buenos días amor, ¿cómo amaneciste? —Estoy bien y tú qué tal te fue con la lluvia de anoche. —Amanecí un poco resfriado, ya estoy tomando unas cápsulas para el resfrío, tengo que mejorar porque está noche tengo una cena de negocios. Amor en cuanto termine la cena te llamo, si salgo de ese compromiso y todavía es temprano te llamo para vernos. —¿Qué pasó que estás callada? Eso es extraño en ti. ¡Miércoles! Con la emoción de anoche se me había olvidado que hoy tengo la cena en casa de la tía de Paúl, no le puedo decir a Zahir que voy a salir con el hombre del restaurante, no quiero despertar sus celos nuevamente. —¿Pamela estás ahí? —Sí. —Como no respondes. —Es que me distraje. —Te decía que tengo una cena de negocios, si me desocupo temprano te llamo para vernos, necesitamos hablar. —Sí está bien, anda descansa y cuídate ese resfriado, si estás tomando medicamentos no vayas a tomar alcohol. —No voy
La besé con ganas, con deseo, con todo ese sentimiento que tenía acumulado cuando la ví en la casa de los Bustamante. Luego me mira, mientras una lágrima corre por su mejilla. Le beso la lágrima y luego sus ojos. —Amor cuando te vi en la portada de la revista, me dije está muchacha tiene que ser para mí; no sé si fue por presumir, por vanidad, por cosas de muchacho rico o porque de verdad me había enamorado de ti, el caso fue que desde ese momento empezó la persecución, contraté un investigador y él me daba detalles de tu vida, de tus estudios, de tus amigos, por él y también por varios empresarios nos enteramos de la deuda que tenía tu papá, para ese entonces ya me habían diagnosticado mi enfermedad, mi papá conocía mi obsesión como la llamaba él por ti y para complacer a su hijo armó todo lo del matrimonio. —Quiere decir que ya tú sabías todo de mí. —Sí. —y si tú papá tiene razón y lo que tienes por mi es una obsesión. —No lo es, si lo fuera, c
—Amor despierta, te siento muy caliente, tu temperatura está muy elevada. —Buenos días amor. —¿Cómo te sientes? —Terrible, estoy prendido por dentro. —Ven yo te acompaño al baño, tienes que bañarte, vamos a ver si así se te baja la fiebre. Lo llevo al baño, de verdad tiene mucha fiebre, me meto con él en la ducha, allí estuvimos durante un buen rato. —¿Te sientes mejor? —Sí un poco. —Amor ya Samet viene en camino, lo llamé hace rato. —Hiciste bien. —Ven yo te ayudo a vestirte. —No te preocupes, yo lo puedo hacer solo. —Pero yo te quiero ayudar. —Está bien, ayúdame. —¿Quieres que te llevemos a emergencias,? —No amor, yo tengo un amigo de Estambul que es médico aquí en Boston, él fue quien me indicó las pastillas que me estaba tomando, cuando llegue al apartamento lo llamo. Llegamos y nada que se le baja la fiebre, ya me estoy asustando, al llegar Zahir llamó a su amigo y en poco tiempo ya el amigo
EMPRESA DE PAÚL. —Tío que tanto tú conoces al turco con quién te asociaste. —De conocerlo en forma personal no, pero como empresario es muy bueno, él es el presidente de un conglomerado de negocios en Estambul, su familia es muy reconocida en esa ciudad. —No sé, pero hay algo en él que no me gustó a parte de las miradas que toda la noche le estuvo lanzando a Pamela, él se cree que no me di cuenta, pero lo estuve observando. —Lo que pasa es que estás celoso, ya es hora que formalices tu noviazgo con Pamela. —Sí tío, eso es lo que voy hacer, estoy esperando que se gradúe, ahora no tiene cabeza para nada, sólo para eso, pero después de su graduación me caso. —Ya es hora sobrino, tú sabes que a mí siempre me gustó Claudia, es inteligente, simpática y muy hermosa, pero bueno tú eres quien decide, aunque Pamela no se queda atrás es bellísima. —Volviendo al turco, no sé es demasiado altivo. —Mira sobrino, aquí lo importante es que sabe hacer muy b