Según mi conciencia, hay dos razones por las cuales el hombre que amo dijo esa última frase. La primera: está completamente loco, la segunda: es demasiado valiente; sin embargo, una tercera opción llega un instante después a mi mente y resulta ser la correcta: Alexander es locamente valiente… El sujeto que nos tiene secuestradas hizo una pequeña pausa al escuchar su respuesta. Es obvio que no esperaba que Alex rechazara su propuesta; lo investigaron lo suficiente como para estar seguros de que él no arriesgaría la vida de la mujer que ama y la de su hermana, pero esto no les sirvió de nada. Los pocos segundos de duda y confusión que se toma el secuestrador que lleva el mando, son suficientes para que Alex desenfunde dos pistolas del interior de su chaqueta, apuntándoles a ambos. La vacilación de ellos y la seguridad de Alex es lo que nos salva… En ese mismo instante se escuchan dos estruendos. Alex acciona las dos armas al mismo tiempo, atinándole al líder en la frente y al otro e
No puedo explicar con palabras lo que siento... Solo sé que mi corazón empieza a deshacerse poco a poco mientras lo miro completamente anonadada, sintiendo que mi pulso se debilita; si no fuera por su mirada seria y su ceño fruncido, podría pensar que me está jugando una broma muy pesada; esa es mi única esperanza en este momento.—¿Estás bromeando? —cuestiono sin apartar mi mirada de sus ojos que me observan con desconcierto—. No hagas eso Alexander porque no es divertido.—¿Quién es usted? —repite, notándose enfadado—. ¿Por qué cree que le haría una broma pesada en el estado en el que me encuentro?, ¿me puede explicar por qué acaba de besarme?Mi respiración se vuelve pesada, y puedo ver por debajo de mis párpados, cómo mi pecho se mueve a gran velocidad.—Amor... —pronuncio débilmente, acercándome a él para tomar su mano—. ¡Soy yo, Alex!, ¡soy tu prometida!—¿Prometida? —cuestiona, soltando mi mano—. Lo siento, señorita, pero tal vez se está equivocando de paciente, yo no estoy com
El silencio reina en la habitación; nadie se había decidido a intervenir hasta que Hannah toma a su madre del brazo y la arrastra hacia afuera. Rachel, Christopher y yo nos quedamos en la habitación con Alexander en completo silencio hasta que él mismo lo rompe:—¿Quiénes son ustedes?—Abril es tu novia, Christopher y yo somos sus mejores amigos y también los tuyos —explica Rachel.—¿Dónde nos conocimos?—A Abril y a mí en el instituto A.M.R.A., y a Christopher en un club.—No recuerdo para nada sus caras —asegura negando con la cabeza—. ¡qué extraño es todo esto!—Lo sé, amigo, debe ser muy difícil para ti y créeme que para nosotros también lo es; aunque tú eres el principal afectado y lo entendemos —dice Chris—. No queremos presionarte ni nada parecido, puedes tomarte todo el tiempo que quieras para volver a conocernos si es necesario. —Palmotea suavemente su hombro—. Estaremos aquí.—Gracias por tu comprensión.—No te preocupes, Alex, nosotros te queremos mucho —dice Rachel, sin po
Me despierto en la mañana, bañado en sudor, completamente agitado y nervioso…«¿Qué fue ese sueño?»La imagen de esa chica está grabada como un tatuaje en mi mente y por más que restriego mis ojos con el dorso de mis manos, su rostro no desaparece… Necesito darme una ducha y no esperaré hasta que Hannah venga y me acompañe como si fuera un niño de cinco años; ahora estoy solo en el apartamento y nadie podrá evitar que me levante de la cama.Camino hasta la ducha despacio y abro la llave de la bañera a una temperatura templada; espero pacientemente a que se llene hasta la mitad y me sumerjo con cuidado para empezar a lavar mi cuerpo con la esponja. El agua me refresca de una manera gratificante, limpiando mi cuerpo, pero no logra borrar el rostro de esa chica de mi mente…«¿Por qué soñé con ella?, ¿por qué fui a su casa?, ¿por qué le dije todo eso?… ¿Cuál fue su deseo?…»No recuerdo haberla visto antes, ni mucho menos haber soñado con ella en alguna otra ocasión; sin embargo, su cara
Es un día más de clases sin él, y estoy sentada en mi sitio de siempre, mirando hacia la silla donde él solía sentarse, tratando de imaginarlo ahí, tan guapo como siempre, prestándole atención al maestro con su mirada seria, o la sonrisa que tenía cuando estaba conmigo, pero no…, él no está y quien sabe cuando voy a volver a verlo.Cristóbal se sienta en la silla de atrás todos los días y trata de animarme como siempre, con sus chistes malos, pero, lastimosamente, aún no me acostumbro a su ausencia en mi vida y me avergüenza admitir que lloro por las noches al no poder verlo. Decidí darle su propio espacio, pero siento que me estoy ahogando como si estuviera metida en un cubo, por no verlo.El maestro aún no empieza la clase y Cristóbal sigue haciéndome reír con las cosas que dice, pero de pronto comienzo a tener esa sensación de inquietud que es propia de cuando voy a verlo, y mis ojos se desvían cada dos segundos a la puerta, esperando que cruce el umbral. Mi pulso se acelera y mi r
AlexanderConduzco a mi apartamento luego de dejar a Abril en su casa, pensando en lo que pasó hoy y lo mucho que me avergoncé al tener que hacer lo que hice…El recuerdo de su cara asustada y sus mejillas sonrojadas por la vergüenza, me hace sonreír como un idiota. Su cara es tan bonita, su piel tan suave, y ni hablar de su trasero…; tiene glúteos redondos y bonitos, se nota que le han costado bastante trabajo en el gimnasio.Me sentí como un maldito afortunado, teniéndola ahí tan indefensa, dejándose curar la herida por mis manos, que no paraban de temblar mientras hacía mi trabajo.Si ella supiera todos los sentimientos y emociones que me provocó… Sé que no debo pensar de esa manera, pero me puso como ninguna otra… Por fortuna no se dio cuenta; sin embargo, alcancé a notar que el rubor en sus mejillas no era por el clima, y cuando estuvimos el uno frente al otro, tuve tantas ganas de besar esos labios…«Si supiera que cargué sus bragas en mi bolsillo todo el tiempo…»—¡Mierda!Me a
Despertar y no verlo en mi cama duele mucho más ahora que antes… Es un absoluto martirio lo que estoy viviendo ahora que no lo tengo y sueño que él está conmigo, pero no estoy dispuesta a soportarlo más… él tiene que ser mío de nuevo. A partir de hoy empieza de nuevo mi misión de conquista, en la que él ni siquiera va a darse cuenta de mis intenciones. Conozco a Alexander lo suficiente como para saber qué fue lo que lo enamoró de mí antes y esta vez no será diferente. Él va a ser mi esposo, cueste lo que me cueste…Me levanto de la cama decidida a cumplir mi objetivo; obviamente no me tomará un solo día hacer que me ame de nuevo, pero tengo tiempo suficiente para conseguirlo. El golpe que me di ayer en el culo fue lo mejor que pudo haberme pasado, porque él actuó como lo suponía siendo mi enfermero. Alexander es todo un héroe que está dispuesto a salvar chicas en aprietos, así que usaré eso como una ventaja para acercarme a él, o más bien para que él se acerque a mí; lo atraeré com
—Bien, tratemos la herida —dice Alex en cuanto nos quedamos solos.—En mi mochila hay alcohol y algodón, creo que traje un parchecito también.Me recuesto en el sofá sobre mi costado derecho, mientras él rebusca en mi mochila.—Sube tu vestido, por favor.Asiento y empiezo a subir lentamente mi vestido, mientras lo miro a los ojos y voy elevando mi trasero al mismo tiempo.Alex se aclara la garganta desviando su mirada de mis ojos a mis nalgas, y levanta las cejas al ver que esta vez traigo una tanga.—Vaya… —sonríe tímido—. Ya no hay necesidad de apartar tu ropa interior.—No me gusta llevar calzones cuando hay clase de gimnasia.—¿Y no te incomoda ese tipo de ropa íntima? —pregunta mientras se desinfecta las manos con un poco de alcohol.—Al principio sí y tenía que quitármelas —respondo clavando mi mirada en sus ojos, y noto que sus mejillas se empiezan a poner coloradas—, pero luego me acostumbré.—¿Quitártelas? —Su mirada se desvía a algún otro sitio de la habitación y cuando vue