Narra Vale.
Mi vida al principio nunca fue traumática. Era una chica normal y siempre pensé que los problemas típicos de la vida eran lo peor que me podía pasar. Como cuando no obtenía lo que quería, llegué a pesar que lo malo que creía que me pasaba solo me pasaba a mí. Nunca pensé o creí que alguien más podía estar peor que yo.
A mis 5 años recuerdo que me molestaba con mi papá cuando no pasaba tiempo conmigo por el trabajo, pero cuando llegaba el atardecer la rabia que sentía en ese momento la olvidaba.
Siempre me gustó la noche porque tenía a mis padres juntos, Jugábamos, cenábamos juntos, siempre me leían un cuento antes de dormir, me sentía protegida; pero como todo niño yo también deseaba creer rápido para ser auto suficiente.
El tiempo se apresura y al crecer nos damos cuenta que no es tal cual pensábamos. Olvidamos esos niños que fuimos y no fui la excepción, pues me fui alejando de mis padres prefería en la noche ir al cine con mis amigos, salir a comer, y pensaba que ellos estarían siempre para mí, las discusiones llegaron, la razón era sencilla pues decía que no me entendían. Sentía que me odiaban la verdad siempre quisieron cuidar de mí.
No fue hasta que cumplí 15 años que entendí el amor que ellos me tenían. Un día común y corriente fui y le dije a mis padres que nos veríamos en la noche; era un martes así que la fiesta la haríamos el sábado. Pensé que era una persona adulta y podría hacer lo que quisiera, tomé alcohol hasta casi perder la conciencia. Mis padres salieron en mi búsqueda, se habían preocupado por la hora que era y no había llegado.
Pero nunca se sabe si llegaremos a casa. Veo el auto de mis padres llegando al cada dónde está y otro auto sale, era un chico que estaba con los niveles de alcohol elevados. estaba detrás del volante sin tener precaución, manejó y no se fijó que el auto venía en la vía. Él tomo la vía equivocada y los dos autos chocaron, provocando un gran accidente que quitó la vida a mis padres. Me culpes y sigo haciéndolo hasta el día de hoy.
Recuerdo cómo veía al auto volcarse yo no pude decir nada, vi a mi madre salir en una de las vueltas del carro por la ventanilla, estaba bañada de sangre. la sirena empezó a escucharse, todo lo oía a lo lejos. No tuve consciencia o no asimilaba sus muertes. Hasta el día de su entierro, sentía cuando bajaban las urnas como una parte de mí se iba con ellos, me dolía el alma y mi corazón.
Mis padres siempre confiaron en una tía que se llama Cielo. pensaron que ella me iba a cuidar, pues siempre había demostrado un lado protector y sensible, transmitía confianza. Luego que todo pasó, las personas dejaban de darle el pésame. Ella fue cambiada poco a poco: comenzó a decir que estaba estresada por la falta de dinero, que la herencia que mis padres dejaron ya se había acabado, que tenía que dejar el colegio por ese año. Comenzó a decirme que no podía salir, a encerrarme en el cuarto y cuando se sentía mal me golpeaba. Llegó a estar tan borracha y drogada que el cigarrillo que siempre tenía en la mano lo apagaba en cada parte de mi cuerpo que podía alcanzar, decía que odiaba mi "belleza" y la de mi madre, que por su culpa tenía que cuidar a un estorbo.
Pasaron los días sin comer llegando a ser un castigo. Ella pensaba que no hacía las cosas bien, pensaba que era la mayor desgracia. Yo pensé que me lo merecía y ella también, que por mi culpa mis padres murieron
Una noche mientras dormía ella abrió la puerta de mi cuarto y dejó entrar a un hombre y cerró la puerta. Trate de correr, pero estaba muy débil el me pegó y poco a poco me violó. A aún recuerdo su aroma a cigarrillo
Pensé que era lo único que iba a pasar, pero noche tras noche dejaba a entrar a hombres distintos y cuando trate de defenderme, me inyectaba una sustancia a la cual ella creía que mi vida se apagaba sin embargo no era así, realmente apaga mi cuerpo, sin embargo, mi alma estaba viva a esos pensamientos asquerosos.
Bueno eso quería creer, aunque realmente no eran pensamientos, eran una realidad a la cual quería escapar, como podría pensar que la persona que debe cuidar de mi es la persona que me está haciendo daño, es la misma que me prostituye solamente por una estúpida idea de obtener dinero, ni si quiera es para algo que valga la pena, es solamente porque necesita dinero para sus drogas.
No creo, es más estoy segura que mis padres nunca quisieron esto para mi, pero siempre actuaba bien, realmente le crea, creía que ella me amaba, era esa tía alcahueta, esa tía cool con la que te identificas porque era la oveja negra de la familia.
Podremos decir que no toda la familia, aunque sea de sangre de verdad te ama
Llega un momento cuando no sabes por qué las cosas pasan y te dicen que el destino está escrito. Te preguntas ciertas cosas como:
¿Dios existirá?, ¿Buda?, ¿Jehová? O todos eso dioses y héroes que dice que existen.
La respuesta se vuelve sencilla: creo que si existen todas esas leyendas Mitológica que dicen que escriben el futuro, me odian o solo no saben que existo.
Mientras ellos hacen milagros y cuidan a las personas necesitadas, cada noche vivo un infierno. Es una rutina que vivo a diario: llegar al club, cambiarme la ropa, bailar y esperar a que mi tía consiga a alguien para que se acueste conmigo. No le es difícil con tantos borrachos que llegan a este lugar, su nueva meta es que atienda a 10 clientes por noche, según ella le genera más ganancia, así puede vivir más tranquila y cómoda y pagaría los gasto que genera en mí.
Todo eso hace que me sienta vacía sin saber qué hacer. Llegue a la conclusión que por más salida que busque simplemente no la consigo, siento que si escapo o trato de hacerlo me mataría, pero tal vez sería lo mejor la única salida, el morir y así poder terminar de vivir este infierno. No sé hasta cuando pueda sobrevivir, mi vida siempre es manejada por ella. El comer, vivir y vestirme es decisión de ella. Mi día a día o mi vida ya está planeada para ella.
Las cosas pasan como si nada, para las personas que asisten a esos lugares solo soy la puta o la mujer que para ellos es un desahogo, pero ¿qué puedo esperar? Ofrezco placer a cambio de unos billetes. Me preguntan si sé qué es el amor, pues cada vez creo menos en el amor, y no sé si algún día exista para mí. Pensamos que las personas son tan distintas desde los más pobres hasta con más dinero, gastan todo acá sin importar sus esposas e hijos.
Me veo en el espejo y no me reconozco, y no soy esa niña de antes. Estoy delgada, mi cuerpo lleno de cicatrices y aunque sanen, están allí y sé que lo estarán y nunca van a desaparecer.
¿Será que mis padres algún día me amaron? ¿Por qué me dejaron con ella?
Todos estos pensamientos me acompañan diariamente, me atormentan y nunca desaparecerán.
Trato de descansar un rato y dejar de pensar y veo a mi tía quien esta entretenida hablando con unas personas, me mezclo entre todas ellas y salgo del club.
— ¿A dónde vas Vale? — Pregunta el guardia de seguridad.
— Solo quiero fumar algo.
— Está bien Vale, llamaré a tu tía.
— Por favor no lo hagas.
— ¿A qué le temes?
— A nada.
— Oh Vale, cuéntame o llamaré a tu tía.
— Solo quiero tomar un poco de aire, es todo.
— Está bien— Se aleja un poco.
Enciendo el cigarrillo y comienzo a caminar mirando a la entrada del club, veo a mi tía salir y ver a mi dirección, tengo el impulso de correr y lo hago. Ella y otros chicos corren detrás de mí, corro lo más fuerte que puedo, pero estoy tan débil que caigo y siento como ella me toma del cabello tirando de él.
— Qué mala agradecida me saliste, te voy a enseñar lo que es querer escapar.
— ¿Qué me harás? — la veo encender su cigarro y comienza a presionarlo contra mi piel.
— ¿No vas a gritar? — Dice molesta— ¿Solo lloraras? — Sonríe— Creo que es hora de otra cosa.
Le pide el cinturón a uno de los guardias de seguridad y con la hebilla me da por la cara y algunas patadas en mi estómago, no me dejó tranquila hasta verme vomitar sangre, trate de levantarme, pero fue inútil todo se volvió negro
Me despierto un poco desorientada, siento un dolor intenso en mi cuerpo, veo a mi alrededor y me puedo dar cuenta que estoy en un cuarto oscuro. Tengo las manos atadas al frente, trato de moverme, pero es inútil. Mis pies están atados con una pequeña cadena a un tubo, la figura de mi tía aparece con un látigo en la mano. Esta habitación la reconozco, siempre me trae al sótano, acá me trae ella cuando mi conducta no es la correcta y me deja sin comer. Solo donde estoy en un delgado y desgastado colchón ya oscuro con una taza al frente donde coloca un poco de agua o comida. Siempre me coloca las cadenas para que no escape, y siempre escucho los sonidos que hacen los ratones, el sonido de la gota de agua que cae de las tuberías.Puedo observar algunas partes de mi cuerpo, solamente lo cubre un panty, del resto estoy completamente desnuda. Tengo tanta sed, ella se acerca lentamente y me cubre la boca con un trapo para que no hable, sus ojos solamente demuestran odio, un odio que nunca ent
Narra Vale — Hoy es una fiesta importante no quiero estupideces Vale — Lo se cielo, sé que esta noche debería tener los mejores clientes— le contestó de mala manera a mi tía mientras me maquillo— No me interesa tanto los mejores clientes, prácticamente casi todos han pasado por tu cama, hoy quiero que busques más clientes que ayer, recuerda que hay que pagar la renta— ¿El dinero de ayer?, ¿Acaso no sirve? — voltea la silla donde estoy sentada y acerca su rostro al mío— No te importa lo que yo haga, siempre has Sido una carga ahora debes hacer lo que te digo y ya— Esta bien— suspiro— Ten— me da una copa de vino— ¿Y eso?— Solo tómalo— le hago caso y tomó un sorbo del vino, tiene un sabor particular pero no le prestó atención, hoy es la fiesta de carnaval, salgo del Camarín y suspiró, tomó una bandeja para repartir los tragos me dibujó una sonrisa, veo las luces de todos colores, las personas disfrazadas y con antifaz, la música está a todo volumen hoy será un día pesado.Comi
ha había pasado una semana desde que desperté en esta casa, no sé nada de mi tía, ni que hago acá, es una casa grande, tiene dos pisos, equipada con todo de última generación lo cual me pone más nerviosa el estar acá.Jenny es una chica increíble, pero habla poco casi detalle de qué hago acá no me da, aún sigo teniendo el yeso, Jenny me ayuda a pasear por la casa en una silla de ruedas, la verdad es que pista de quien me tiene acá no sé, tampoco entiendo el motivo por el cual estaré acá.Pero hay algo que debo admitir he sentido una paz que no sentía desde hace mucho tiempo, a pesar de mi soledad, debo admitir que no es fácil en la noche despertar con pesadillas de lo que he vivido siempre en la madrugada la pobre Jenny llega a mi habitación a no dejarme sola con todo lo que me pasa.No es fácil vivir en esta incertidumbre, estoy en la sala viendo televisión y la puerta principal se abre, veo a un chico blanco, alto, su cabello algo ondulado rubio, ojos claro, poco a poco se acerca a
¿Cuál era el sentido de vivir aun estando en el mismísimo infierno? ¿En qué parte mi vida se convirtió en un libro en donde mi destino ya estaba escrito? ¿En qué momento estaba con los ojos cerrados? Cegada al obscuro rumbo que estaba tomando mi vida, del que me conducía a recuperar la felicidad perdida sin saber que solo estaba cayendo lentamente al más profundo abismo de lo que se volvería mi tormento.Creí que avanzaría si dejaba todo atrás. Sin embargo, volvía a retroceder hasta llegar al punto de inicio. Aquel doloroso punto de inicio.Fui enviada con mi tía luego de que mis padres fallecieron en un accidente. En ese instante pensé que ya no había necesidad de seguir viviendo, ya no la había si mis padres ya no estaban conmigo. Ya no había razón si ya estaba muerta por dentro. Sin embargo, me aferré a la idea de que las cosas con mi tía cambiarían para bien, que su cálida compañía me ayudaría en cierto modo, haciéndome sentir que aún no estaba del todo sola. Que era evidente que