7. ¡... NO VUELVAS A ACERCARTE A MI HIJO!Es jueves y Marcos regresa del trabajo. Está deseando ver la sonrisa de Sarah que, junto a los juegos, bromas y chistes que se hacen mutuamente, se han convertido en lo segundo que el ofical anhela ver cuando sale de su día laboral. Lo primero es su hijo.—¿23? —es lo primero que dice cuando ella le abre sonriéndo. Le extiende una barra de chocolate sin maní esta vez.—Gracias y... No.—Entonces me rindo, porque no creo que seas mayor de 23.—¿Por qué no?—Porque no aparentas más de eso.—Pues... tengo 25 —le dice por fin.—No, no te creo.—¿Te muestro mi cédula?—¡Por favor!Marcos entra y saluda a su hijo, mientras Sarah busca su cédula. Hallandola, le muestra el documento tapando la foto con su dedo pulgar.—Déjame verte —le pide él.—No, salgo horrible.—Todos salimos mal en la foto de los documentos.—Pues no quiero que me veas, así que mira la fecha de nacimiento rápido.Él corrobora la edad, pero además lee su nombre completo y estalla e
8. ¿ERES BIPOLAR O QUÉ?Sarah ve con tristeza a Simón esperando con Marcos y el otro niño, la ruta de la escuela. El pequeño no deja de mirar a la dirección de su casa con los ojos humedos e hinchados. La ruta llega y lo ve subir al transporte escolar.Le parte el corazón ver a su pequeño amigo así.Decidida, sale a confrontar a Marcos luego que el pequeño se va.—¡Marcos! Necesito una explicación —le pide acercándose.Marcos que tampoco a dormido, resopla antes de mirar a Sarah.—¿Qué quieres que te explique? ¿Qué me enteré de las intenciones que tienes con mi hijo? ¿Qué sé que no es la primera vez que te involucras con un menor? —la mira con desprecio—. No esperaba esto de tí, Sarah. Llegaste a engañarme a mi también.Sarah lo mira sin poder creer lo que sale de la boca del hombre que tiene en frente.—No sé por qué me juzgas y me calumnias de esa manera, y no por mí, sino por tu hijo, espero que te enteres de toda la verdad. Que tengas buen día, Marcos —la chica le da la espalda y c
9. MÍRAME Y DIME QUE NO SIENTES LO MISMO...Temprano por la mañana, Sarah sale de carrera para el trabajo porque va tarde, se monta en su carro, pero este no le enciende.—¡Chatarra! —exclama pegando la frente al volante.—No lo llevaste al mecánico —le dice Marcos, asomándose a la ventana del piloto.Sarah se sobresalta, no se había percatado que su vecino había salido con Simón para lavar el carro.Lleva esponja y jabón para autos en las manos y se ve graciosamente sexy con pantalón deportivo y un sueter que deja ver sus pectorales y brazos no excesivamente trabajados. Simón está entretenido estirando la manguera.—Hola. No, lo olvidé.—Lo revisaré —Marcos abre el capó y sale un espeso humo negro. Mira a Sarah, hace una mueca y niega con la cabeza—. Esta vez, no creo que pueda ayudarte.—No te preocupes, tomaré un taxi —dice ella bajándose del auto y agarrando su bolso.—No, yo te llevaré.—No, tranquilo, no te preocupes.—Insisto, espérame —Marcos corre a la casa a buscar las llave
10. ...VOY A DISFRUTAR CUÁNTO SEA POSIBLE, EL TENERTE.Los labios de Marcos saborean los de Sarah en una danza excitante, sus manos se apoderan de su cintura atrayéndola con anhelo a él.Desliza su boca por la mandíbula de ella y le recorre el cuello, lamiendo a su paso con su lengua, provocándole corrientes de placer que se evidencian por los jadeos melódicos que salen de su boca.Sus manos inquietas le masajean el cuerpo, mientras las de Sarah, viajan por su pecho sintiendo la dureza de su tórax.Marcos la levanta del suelo y la baja encima de la lavadora que está archivada en el sótano y arranca su blusa dejando sus pechos desnudos.Se saborea antes de meterlos a su boca y los chupa sin contemplación haciéndola retorcer de placer.De un momento a otro, Sarah, no sabe dónde quedaron sus bragas pues se haya sin ellas, al igual que la ropa de él que quién sabe dónde estará.El camino de la boca del hombre baja por su ombligo y va dejando chupones en el camino, hasta posicionarse en su
11. ERES... SORPRENDENTE.Marcos regresa de trabajar temprano, entra a su casa y nota que no hay nadie. Deja sus cosas y va directo a donde Sarah.Sube el porche y escucha una música salir de la casa de Sarah. Se asoma con curiosidad por la ventana lateral de la casa de su vecina, y ve a su pequeño Simón bailar con Sarah.La cabeza de ambos se mueve de un lado al otro al compás de la música e imitan tocar la guitarra.Se arrodillan en el suelo con el imaginario instrumento cuando la cancion está por finalizar. Ríen al unísono y se sientan en el sofá.Marcos es consciente de que esa bella chica ha traído felicidad a sus corazones.Toca el timbre y lo reciben ese par de sonrisas que llenan su mundo.—Papá, mira la maqueta que hicimos yo y Sarah —le muestra Simón, apenas el hombre entra.—Sarah y tú, mi amor. Se menciona primero a la otra persona —le corrige Marcos—. Y déjame decirte que quedó increíble. ¡Qué gran trabajo hicieron, hijo!... —Le frota el cabello y mira a Sarah—. Sarah, mu
12. ...NO QUISIERA VERTE SUFRIR, MI NIÑA.Sarah aturdida, logra levantarse y camina a la cocina, toma agua, mas al tragar, siente que su garganta le impide el paso al líquido y con una arcada bota lo poco que logró pasarle.Una fuerte presión en el pecho la hace doblarse y siente que algo oprime su rostro. Alcanza a verse los brazos y nota el sarpullido que cubre su piel.También logra ver su reflejo en una de las ollas de la cocina y cae en cuenta de lo que le está pasando.«Pero si no he comido nada con maní» piensa.Trastabillando y con la respiración pesada, camina al perchero de su cuarto en donde están todos sus bolsos, buscando una autoinyección de epinefrina que carga en uno de ellos, pero con el aturdimiento no recuerda en cuál, así que, en medio de la angustia por no poder respirar bien, tira el soporte haciendo caer todos los bolsos al suelo y se tira también a buscar.Simón escucha el ruido y los jadeos de Sarah por el poco aire que llega a sus pulmones y camina a donde est
13. NO, ELLA MERECE SER EL ÚNICO PLATO...Marcos mientras es atendido en la droguería, memoriza la información de la receta.Detalladamente, verifica que esté todo. Le pide un par de cosas más al farmacéutico y las pastillas para Lina.De regreso, le deja las pastillas a Lina para el dolor de cabeza que ahora de verdad va a necesitar, pues al nuevamente fallarle su plan, la rabia ha hecho que su mentira se haga realidad.Acercándose a casa de Sarah, la escucha toser y acelera el paso. Entra encontrándose con ella inclinada, Simón a su lado sosteniendo su mano y la anciana vecina dándole palmadas en la espalda.—¿Se puso de nuevo mal? —pregunta el Oficial angustiado.Sarah niega sin poder hablar.—Efectos secundarios de la anafilaxia —le comenta la anciana—. ¿Trajiste el inhalador?—Sí —con premura busca entre la bolsa donde trae los medicamentos. Abre la caja del broncodilatador y se lo extiende a la señora.La anciana lo sacude por unos segundos y se lo pasa a Sarah para que se lo col
14. CON BESOS...—Señora Jardon, usted quizás no entendería mi situación, pero créame que no tengo intenciones de lastimar a Sarah.—Pues espero que...—¿Pasa algo? —Se asoma Sarah, con Simón al lado y la anciana calla.—Nada, Sarita, ya me voy. Armando debe estar esperándome para hacerle el desayuno, ese viejo perezoso quién sabe que hará cuando yo ya no esté... —dice la anciana bajando el porche para ir a su casa.—¡Gracias, señora Jardon!—Cuídate mucho, mi niña —le dice volteando a mirarla y mirando con severidad a Marcos.—¿Qué fue eso? —le pregunta Sarah. Marcos niega restándole importancia.—Nada, mi bonita. ¿Cómo te sientes?—Ya me siento muy bien, gracias.—Me alegra tanto... —El claxon del transporte escolar los interrumpe—. Vamos, súper oruguita.—Súper oruguita ¿eh? —se agacha Sarah a despedirse de Simón.—Sí, soy súper origuita, Sarah, así me dijo mi papá.—Me encanta, mi amor. Ahora toca ir a la escuela porque los superhéroes necesitan estudiar para ser súper inteligentes