6. «BUENOS DÍAS DONDE ESTÉS, MI BONITA»
El hombre está tan alterado, que desde hace días ve en todos lados a Sarah o a Lina y no es la primera vez que reacciona de esa manera.
Incluso yendo en la vía, un par de veces ha detenido el auto de golpe, casi provocando un accidente y ha sacado el arma, al ver a alguna mujer parecida a Lina.
"Estás paranoico" le ha dicho Deep varias veces. Pero es ahora en medio de su trabajo, poniendo en riesgo a sus compañeros y la labor por la que llevan meses desgastándose, que es conciente de lo mal que está.
Regresa al auto sintiendo la
7. PASASTE, MI BONITA.Padre e hijo, llegan a Villa Hope bajo una tormenta de nieve, que por poco los atrapa en el camino.Beatríz y Germán Bradley, al verlos llegar, abren su garaje de inmediato y pronto los dos Jones, son refugiados dentro de la casa.Los abuelos de Simón lo llenan de besos y abrazos, admirando lo mucho que ha crecido en ese medio año en que no lo han visto.Luego de la cena, los señores Bradley, sabiendo que tienen mucho de lo que enterarse, le piden a la enfermera que cuida de ellos, ir con Simón a ver la televisión.—Ahora sí, Marcos, ¿qué es todo eso de que están buscando a Lina por asesinato? —le pregunta Germán al oficial, a penas ve a Simón salir de la sala.—Yo tampoco entiendo, ni creo todo eso que dicen en las noticias de Lina. Debe ser mentira —habla Beatríz.Los medios de comunicación locales han omitidos dos de las víctimas, al no mencionar los nombres de Simona Bradley y Leonardo Flint a petición del oficial, quien no quería que sus suegros se enteraran
8. SE VENDE.—¡No es tan difícil, Jones!—exclama Deep, acomodándole la solapa de médico y el fonendoscopio en el cuello, mientras Marcos se lo intenta quitar.—De verdad no sé que hacemos aquí y no sé cómo me dejé convencer de ti. No puedo hacerlo, Michelle, yo no soy un agente encubrierto. Ni siquiera sé cómo actuar.—Marcos, solo nos haremos pasar, tú de médico y yo por enfermera, un par de minutos. Alguno de los dos entra a los registros, averigua el nombre y apellido de la amiga de Sarah y ¡es todo!—Deep, entiende que no sé hacer esto y nos van a descubrir. A tí, estoy seguro, te quedará excelente tu papel de enfermera; mírate hasta lo pareces, pero yo, yo no sé hacerlo, por algo escogí la parte de planeación en el FBI.—A ver, Marcos, ¿quieres o no encontrar a Sarah rápido?—Sabes que sí.—¿Y crees que buscar de una en una, a todas esas mujeres de la lista, te va a tomar menos tiempo que entrar un par de minutos al hospital y buscar en los registros?—Sé que puede ser más rápido,
9. HOLA, VECINA. En posición fetal, Sarah inhala y exhala, contando mentalmente cada respiración e intentando detener el llanto que le produce ese mal sueño.«Los sueños o pesadillas, no son más que los deseos, las angustias o los miedos que están en nuestro subconsciente, no es la realidad» —repite la frase que siempre le menciona la terapeuta.Toma aire y lo suelta lento, para volver a hacerlo una vez más.Las pataditas en su interior, la hacen sonreír en medio de las lágrimas y acaricia su abdomen con las manos temblorosas.—Buenos días, mi amor —le habla al pequeño ser que crece dentro de ella—. Aquí estás —una exhalación de alivio, sale de lo más profundo de s
10. PAPÁ, SABE QUE SÍ. —Marcos, pe...pero ¿qué... qué haces aquí? —Sarah está tan sorprendida que balbucea.—Llevo meses buscándote, no te imaginas lo que me alegra encontrarte.—¿Tú?... eh... ¿y Simón?—Con sus abuelos, en Villa Peace.—Ah, y... ¿Cómo me hallaste?—Investigando; trabajo en eso, ¿recuerdas? —dice sonriéndole. Sarah lo mira, sin creer que lo tiene enfrente y por un momento, piensa que es un sueño de esos, donde lo ve aparecer y luego desaparece...—Vi... vi en las noticias que buscan a Lina —comenta ella.—Sí, lo último que supimos fue que cruzó la frontera.
11. ¡PAPÁ! ¡PAPÁ! ¿LA ENCONTRASTE...? Marcos se acomoda de lado en la cama y observa a Sarah dormida. No ha dejado de mirarla, ni deja de acariciarla a cada momento. Desliza sus dedos por su cara y acerca su nariz al cabello de ella, inhalando su olor por milésima vez. Siente que es un sueño haberla hallado. Ese día, había seguido a Delci en secreto, cuando la mujer salió de su casa. No era la primera vez que la seguía, había empezado una semana atrás, desde que descubrió su dirección, pero no se atrevió a acercarse por temor de que, al igual que el abogado, se negara a darle la ubicación de Sarah. Aquella mañana, curiosamente, Delci no usó el uniforme y su recorrido fue diferente. La vio parquear en frente de una cabaña y de inmed
12. NO TE VUELVAS A IR, POR FAVOR. —¡Sarah, viniste! —Simón corre a abrazarla y Sarah se arrodilla, para quedar a la altura de su niño; ninguno de los dos puede contener las ganas de llorar. —Aquí estoy, mi oruguita, aquí estoy, mi amor. —Me hiciste mucha falta, Sarah. No te vuelvas a ir, por favor —solloza el pequeño. —No me iré, cariño. Ya no —la chica lo arropa en sus brazos, sintiendo que otra vez, su corazón está completo. Luego de un rato, en el que hasta al propio Marcos se le escapan un par de lágrimas por tan emocionante reencuentro, Sarah y Simón desunen
13. MI OTRA RAZÓN PARA AMAR.Cuando van llegando a la carretera principal, Marcos le pide a Sarah cerrar los ojos.—Sin trampas, amor —le advierte el hombre.—Está bien —Sarah suspira, rodando los ojos y luego obedece cerrándolos.Cuando escucha que se estacionan, les pregunta a sus dos caballeros, si puede abrirlos.—No, aún no —le dice Marcos. El hombre se baja y bordea el auto para ayudarla a salir. Simón, también se baja y se hace al lado—. A la cuenta de tres los abres.—Uno, dos... ¡Tres! —cuenta el pequeño.—Ábrelos —Sarah mira en frente suyo y es la casa que había vendido—. ¿Te comenté que fui yo quien compró tu casa?
14. ...¿DESEAS SER MI ESPOSA? —Buenos días, princesa de papi, ¿cómo amanece la nena más hermosa? —escucha Sarah, en medio de susurros, mientras despierta. Al abrir los ojos, ve a Marcos con la cara a la altura de su vientre, concentrado en hablarle a la bebé. Sonríe con amplitud, confirmando nuevamente, que nada de lo que ha pasado en los últimos tres días, ha sido un sueño. Se estira un poco y Marcos nota que ha despertado—. Y la reina de esta casa y de este hombre, ¿cómo amaneció? —Feliz —pronuncia Sarah, estirándose un poco más. Marcos sube a besarla—. Y ¿tú? —Dichoso. Ya quiero verla en tiempo real. Sarah asiente con una sonrisa; mira la hora y en ese momento cae en cuenta de algo, por lo tarde que es.
Último capítulo