Chirrido.Marina escuchó el suave sonido de la puerta abriéndose, y un rayo de luz tenue iluminó la habitación al instante.—Marina. La voz de Sergio era muy grave.Marina fingió en ese momento no haber oído nada.Sergio elevó un poco el tono: —¡Marina!Ella ya con rabia no se despabiló. —Es de noche, ¿por qué me despiertas?—¡Levántate! Sergio sonaba furioso.Marina, irritada, se levantó de un solo salto. Mirando a Sergio que estaba en la puerta, le preguntó algo desconcertada: —¡Sergio, ¿te has vuelto loco?!De repente, él se abalanzó directo sobre ella. Marina se sorprendió muchísimo, y en el siguiente instante, Sergio la empujó con fuerza contra la cama.La luz tenue daba un toque de intimidad a la escena. Marina contuvo la respiración por un momento y finalmente se calmó: —¿Qué es lo que realmente quieres?—¿Dónde estuviste esta noche?—Estuve cenando con amigos.—¿Quién?Marina frunció muy pensativa el ceño. —No tengo ninguna obligación de decirte eso, ¿verdad? No olvides
En su vida pasada, y después de casarse con Sergio, Marina creía en todo lo que decía la abuela: para conquistar el corazón de un hombre, primero debes conquistar su estómago. Así que la joven mimada, que nunca había hecho tareas domésticas, comenzó poco a poco a meterse en las tareas de la cocina. Pero al final, Sergio nunca probó sus platos.Todo se debía a que Sergio amaba más a Sofía que a ella.Cuando el desayuno estuvo listo, Sergio notó en ese momento que no había nnada para él y frunció el ceño. —¿Y el mío?—Pues, si quieres comer, prepárate tú mismo el desayuno.Marina no le mostró ningún tipo de amabilidad.Sergio se enfadó un poco. —¡Marina!Marina lo ignoró por completo y continuó arrancando pedazos de pan y comiéndolos. Ya que no le gustaba Sergio, no necesitaba esforzarse demasiado en complacerlo.—He terminado.Después de comer, Marina llevó directamente los platos a la cocina. Luego tomó un pequeño bolso y se dispuso a salir.—¿A dónde vas?—Tengo clases ahorita en l
En esta situación, Marina sabía muy bien que estaba en una gran desventaja y no tuvo más remedio que seguir lo que decía Sergio.—Está bien, vamos de compras.Después de todo, no iba a gastar el dinero de ella, ¡así que le daba igual! Marina no notó la sarcástica sonrisa que se formó en los labios de Sergio.Al llegar al centro comercial, Marina observó el diseño a su alrededor. Ella estaba a punto de construir una gran calle comercial, así que era necesario hacer la debida investigación.De repente, sintió que alguien le tiraba de la mano. Instintivamente, se volteó con cierta cautela hacia a Sergio, que ya había regresado con la bebida. Le preguntó curiosa: —¿Qué estás haciendo?—Tomarnos de la mano para una foto.Sergio le echó un ligero vistazo hacia una persona no muy lejos que sostenía una cámara, pareciendo ser un paparazzi. Aunque Marina lo encontró algo molesto, decidió seguirle la corriente.Luego, Sergio algo inquieto sacó su celular y abrió la cámara. Marina le preguntó:
Si realmente no quería salir con ella, ¿por qué le insistía tanto al principio? Marina guardó en ese momento sus pensamientos, y Sergio no le prestó atención alguna, sino que aceleró de repente: —Cuando lleguemos a casa, transfiéreme el dinero que gasté hoy.Al escuchar esto, Marina se enfadó demasiado. —Me invitas a salir y ¿luego me haces pagar?—Solo estábamos actuando.—¡Como hombre, no hay nada malo en gastar un poco de dinero en tu esposa!—Fuiste tú quien lo dijo, somos una pareja por simple acuerdo.Marina se quedó en ese instante sin palabras. Ella quería aprovecharse un poco de Sergio, se daba cuenta de que había sido en realidad muy ingenua. Sergio, siendo un comerciante, ¿cómo iba a dejarse perjudicar?—¡Qué tacaño eres!Marina respiró hondo. Bueno, no vale la pena enojarse. Al fin y al cabo, ella tampoco quería deberle nada en lo absoluto.Al regresar a casa, Marina recibió una avalancha de notificaciones de noticias, rápidamente una tras otra, acompañadas de fotos de el
Al día siguiente, la cartelera de la escuela estaba rodeada de gente. Cuando Marina entró en el campus, notó de repente que todos la miraban de manera extraña. A lo lejos, se escuchó la voz furiosa de un hombre: —¡Apártense! ¿Qué están mirando?Luego, el hombre arrancó furioso lo que estaba pegado en la cartelera. Marina frunció ligeramente el ceño al ver que la persona rodeada era Alejandro. Él arrugó con rabia el papel en sus manos, con una expresión bastante sombría.Al ver que Marina se acercaba con cautela, la gente se retiró discretamente, pero no dejaban de mirar de reojo a los dos. Marina se burló con sarcasmo: —Hace unos días que no nos vemos, parece que el temperamento del joven García ha empeorado.—¿Te ríes? Mira esto y, dime si ¿aún puedes reírte? Alejandro le lanzó la bola de papel a Marina. Con curiosidad, ella la abrió. En el papel había una mujer con un cuerpo exuberante, vestida con ropa interior muy provocativa, y esa cara... era nada más y nada menos que la d
Los compañeros de clase siempre habían admirado demasiado a Sofía por su belleza. Al verla llorar, empezaron a interceder de inmediato por ella. Esto solo hizo que la profesora pareciera aún más severa.Evidentemente, el semblante de la profesora se tornó aún más sombrío. Sofía se sintió un poco inquieta. Esta vez, su táctica no había funcionado como de costumbre. En lugar de ablandarse, por el contrario, la profesora le dijo con frialdad: —No te esfuerzas en estudiar, pero para hacer amigos sí eres muy buena. ¿Verdad, Sofía?Sofía negó con la cabeza apresuradamente: —Señora, yo...En ese preciso momento, sonó la campana de fin de clase, la profesora agarró su libro y se marchó. Viendo eso, Lorena agarró el brazo de Sofía y le dijo apresurada: —No te preocupes por ella, ¡solo está celosa de ti! ¡Se nota que está en la menopausia! ¿Sabes qué? Esta mañana en la cartelera apareció la foto comprometedora de una mujer, ¡e incluso se filtraron rumores de que se acostaba con hombres a camb
Sofía tiró nerviosamente del brazo de Lorena y le dijo apresurada: —Ya está, deja de hablar.Lorena no pareció importarle esto.Por otro lado, Marina ni siquiera se dio cuenta de Sofía. Solo vio un asiento vacío más atrás y fue directamente a ocuparlo. Cuando ella pasó junto a las tres, notó de reojo a Sofía, que estaba intentando concentrarse en su comida.En ese preciso momento, Lorena se puso de pie de repente y bloqueó el camino de Marina.—¿Nos conocemos, compañera? —dijo Marina con una leve sonrisa, tenue, pero sin ninguna amabilidad en sus ojos.—Eres una simple mujer de compañía, por supuesto que no te conozco. Y todos aquí te reconocen de inmediato, ¿verdad? Lorena elevó deliberadamente su tono de voz para que todos pudieran escuchar con claridad. El incidente de la cartelera había sido muy comentado, casi la mitad de la uni sabía de ello.Marina no se molestó por sus palabras, quería escuchar lo que Lorena iba a decirle. Lorena dijo alzando la voz: —¡Gente como tú, que se
Alejandro lanzó una mirada feroz a Lorena, sin ocultar en lo absoluto su disgusto y desprecio.Al ver que la situación no pintaba para nada bien, Sofía se puso de pie rápidamente y se interpuso en ese momento entre Lorena y él, diciendo: —Señor García, todo esto es un verdadero malentendido. ¡Lorena no tiene malas intenciones!—¿Desde cuándo te toca hablar a ti? Alejandro no le dio ni un ápice de respeto a Sofía. La expresión de Sofía se oscureció al instante. Todos notaron el gran favoritismo de Alejandro hacía Marina, y los ojos de Lorena no podían ocultar su evidente envidia.—Acaso, ¿qué has hecho para engañar al señor García? Señor García, ¿sabes que esta mujer es la tercera en discordia? ¡Le robó el novio a otra, es una prostituta! —gritó Lorena con fuerza, pero la mirada de Alejandro se volvió sombría. Lorena se estremeció en ese momento. Alejandro le dijo con ira: —Nunca he golpeado a una mujer, pero si vuelves a decir algo así, puede que seas realmente la primera.Viendo e