Los compañeros de clase siempre habían admirado demasiado a Sofía por su belleza. Al verla llorar, empezaron a interceder de inmediato por ella. Esto solo hizo que la profesora pareciera aún más severa.Evidentemente, el semblante de la profesora se tornó aún más sombrío. Sofía se sintió un poco inquieta. Esta vez, su táctica no había funcionado como de costumbre. En lugar de ablandarse, por el contrario, la profesora le dijo con frialdad: —No te esfuerzas en estudiar, pero para hacer amigos sí eres muy buena. ¿Verdad, Sofía?Sofía negó con la cabeza apresuradamente: —Señora, yo...En ese preciso momento, sonó la campana de fin de clase, la profesora agarró su libro y se marchó. Viendo eso, Lorena agarró el brazo de Sofía y le dijo apresurada: —No te preocupes por ella, ¡solo está celosa de ti! ¡Se nota que está en la menopausia! ¿Sabes qué? Esta mañana en la cartelera apareció la foto comprometedora de una mujer, ¡e incluso se filtraron rumores de que se acostaba con hombres a camb
Sofía tiró nerviosamente del brazo de Lorena y le dijo apresurada: —Ya está, deja de hablar.Lorena no pareció importarle esto.Por otro lado, Marina ni siquiera se dio cuenta de Sofía. Solo vio un asiento vacío más atrás y fue directamente a ocuparlo. Cuando ella pasó junto a las tres, notó de reojo a Sofía, que estaba intentando concentrarse en su comida.En ese preciso momento, Lorena se puso de pie de repente y bloqueó el camino de Marina.—¿Nos conocemos, compañera? —dijo Marina con una leve sonrisa, tenue, pero sin ninguna amabilidad en sus ojos.—Eres una simple mujer de compañía, por supuesto que no te conozco. Y todos aquí te reconocen de inmediato, ¿verdad? Lorena elevó deliberadamente su tono de voz para que todos pudieran escuchar con claridad. El incidente de la cartelera había sido muy comentado, casi la mitad de la uni sabía de ello.Marina no se molestó por sus palabras, quería escuchar lo que Lorena iba a decirle. Lorena dijo alzando la voz: —¡Gente como tú, que se
Alejandro lanzó una mirada feroz a Lorena, sin ocultar en lo absoluto su disgusto y desprecio.Al ver que la situación no pintaba para nada bien, Sofía se puso de pie rápidamente y se interpuso en ese momento entre Lorena y él, diciendo: —Señor García, todo esto es un verdadero malentendido. ¡Lorena no tiene malas intenciones!—¿Desde cuándo te toca hablar a ti? Alejandro no le dio ni un ápice de respeto a Sofía. La expresión de Sofía se oscureció al instante. Todos notaron el gran favoritismo de Alejandro hacía Marina, y los ojos de Lorena no podían ocultar su evidente envidia.—Acaso, ¿qué has hecho para engañar al señor García? Señor García, ¿sabes que esta mujer es la tercera en discordia? ¡Le robó el novio a otra, es una prostituta! —gritó Lorena con fuerza, pero la mirada de Alejandro se volvió sombría. Lorena se estremeció en ese momento. Alejandro le dijo con ira: —Nunca he golpeado a una mujer, pero si vuelves a decir algo así, puede que seas realmente la primera.Viendo e
Al escuchar esto, Sofía se apresuró a intentar defenderse: —Quizás ella estaba jugando con palabras. Quién sabe en qué estaba pensando. Mejor, deja de preocuparte por esto, vamos a comer.Al escuchar esto, Lorena finalmente contuvo sus dudas. Pero María, a su lado, ya había descubierto por fin algo. No era en verdad, tan ingenua como Lorena y no creía ciegamente todo lo que Sofía decía. Más bien, había notado algo extraño en la apresurada reacción de Sofía.—Esta noche continuaremos con el plan —dijo María de repente, sin ningún tipo de rodeos.—¡Sí! La seguiremos. ¡Debo obtener pruebas sólidas para que Alejandro sepa que esa mujer en realidad no es nada buena! —exclamó Lorena muy decidida.La expresión de Sofía se volvió aún más sombría. Ella había pensado en ese momento que después del incidente anterior, las dos no seguirían adelante con sus planes. ¡Pero no esperaba que María lo propusiera de nuevo!—Sofía, ¿te unirás a nosotras?María miró fijamente a Sofía de manera tentativa. S
—Lo siento mucho, pero los visitantes al complejo necesitan verificación de identidad y permiso del propietario para entrar —insistió con firmeza el guardia de seguridad.Lorena exclamó frustrada: —Nunca he oído hablar de tener que verificar la identidad para visitar a una amiga. Te dije que en verdad ella es mi amiga, ¡somos de la misma universidad!—Lamento las molestias causadas, pero tendría que pedirle que nos llame para poder permitirle la entrada —respondió en ese instante el guardia, ya mostrando una gran impaciencia.Todos los residentes aquí eran gente muy adinerada y poderosa, incluso los guardias se comportaban con más altivez. Lorena estaba furiosa pero no podía hacer nada más al respecto que retirarse con resignación. De regreso, María finalmente expresó sus dudas: —¿Quién es realmente esa mujer? He oído que solo personas especiales pueden vivir en este suntuoso complejo. ¿Esa era realmente... una simple mujer de compañía?—María, acaso, ¿qué estás insinuando? Si no es
Al día siguiente, cuando Marina llegó a su respectiva aula, vio a Sofía, con un vestido blanco, parada en la puerta, aparentemente estaba esperando a alguien. Después de lo ocurrido ayer, Marina no tenía intención alguna de volver a tener contacto con Sofía, así que fingió no verla y se dirigió en ese momento directo hacia adentro del aula.—¡Señorita Sánchez! —la llamó Sofía apresurada.Marina se detuvo por un instante y la miró con frialdad: —¿Qué quieres?Sofía mordió con rabia sus labios, claramente luchando por encontrar las palabras adecuadas.—Señorita Sánchez, realmente siento muchísimo lo de ayer —dijo Sofía cabizbaja. —En realidad, no esperaba que Lorena te dijera esas cosas, todas te malinterpretaron.—¿Y tú también? Marina le lanzó una mirada bastante irónica, como si pudiera en verdad ver a través de sus pensamientos.Sofía sacudió la cabeza rápidamente, tratando de desvincularse: —¡No! Señorita Sánchez, ¿cómo podría pensar eso de ti? Ayer traté de detenerlas todo el t
Al ver la mirada de desconfianza en los ojos de María, de repente el rostro de Sofía se puso rígido por un instante, pero rápidamente adoptó una expresión de gran aflicción. —María, acaso ¿cómo podría engañarte? ¿Por qué de repente me preguntas eso?María vio en ese momento que los ojos de Sofía se llenaban de lágrimas y, le dijo: —Es solo una pregunta sin importancia, no te lo tomes muy a pecho.Viendo que Sofía estaba a punto de llorar, María le tomó la mano con cariño y añadió: —Somos muy buenas amigas, no nos mentirías, ¿verdad?—Por supuesto, nunca las engañaría —respondió con certeza Sofía.—Vamos de una vez a clase —dijo María mientras la llevaba escaleras arriba. Sofía, mirando a María delante de ella, se volvió aún más cautelosa. Definitivamente no podía permitir que María y Lorena descubrieran sus viles mentiras antes de graduarse; de lo contrario, su vida universitaria estaría por completo arruinada.Arriba, frente al aula de Sofía, había un montón de gente reunida. Loren
¿Están mal de la cabeza estas dos?—¡Si ustedes no se van, yo sí me voy!Sofía estaba tan ansiosa por irse. Pero justo cuando estaba a punto de huir, escuchó a un compañero en la puerta gritar: —¡Sofía! ¡El comité disciplinario te busca carajo!Al escuchar esto, Sofía sintió un nudo en el estómago.En ese preciso momento, el miembro del comité disciplinario salió, señalando a Sofía y diciendo: —Tú, detente ahí mismo.Sofía se quedó rígida al instante y respondió con cierta cautela mientras se giraba: —Sí… soy yo.—¿Eres del dormitorio 317?Sofía afirmó, sin entender por qué le preguntaban eso.—¿Lorena es tu compañera del dormitorio?—… Sí.Instintivamente, Sofía miró a Lorena que estaba muy cerca. Lorena se sorprendió y el miembro del comité disciplinario también la miró fijamente.—¿Eres Lorena?Lorena, con el cuerpo rígido, lo afirmó.El hombre bajó la mirada directo hacia la carta de denuncia en su mano y le dijo: —Alguien te ha acusado de difundir información falsa en el campu