Daniel se dio vuelta de inmediato y corrió hacia Belén. Sin embargo, en el siguiente instante, vio que ella ayudaba a Santiago a levantarse del suelo. Él no la había golpeado. William le mintió.«¡Maldita sea!»Daniel se dio vuelta y lo fulminó con la mirada. William contuvo la risa, dio un paso adelante y preguntó.—¿Todavía niegas tus sentimientos por ella?— Es diferente. — respondió Daniel.Lo que sentía por Belén era gratitud y admiración, no amor entre un hombre y una mujer.William se encogió de hombros y guardó silencio. Daniel podía mentirle a todos, pero no podía mentirse a sí mismo, ya que, que aunque su boca no se moviera, sus ojos lo afirmaban. William esperaba el día en que Daniela asumiera la verdad de sus sentimientos.Por otro lado, Belén ayudaba a Santiago a levantarse mientras decía.—Padre, levántate rápido. No está bien quedarse en la miseria, podemos reconstruir el edificio si ya no está. Pero puede que no te recuperes y arruinas tu salud.Santiago tomó a Belén d
—¿Preguntas por qué? ¿Maldita? ¿Así es como describes a tu propia sobrina? Espero que no te olvides que ahora eres su madre — dijo Santiago entre dientes. Ella frunció los labios nerviosa y se maldijo a sí misma por haberse precipitado a llamar a Belén, una portadora de la mala suerte. Sin embargo, parpadeó y le vino una nueva idea a la mente. — Es cierto que lo salvó, pero la Torre se derrumbó y costará una gran suma de reconstruirla. Además, de todas las veces que podría haber estallado, la explosión sucedió mientras ella firmaba en la empresa. En verdad, es la portadora de la mala suerte que destruyó el edificio. Santiago volvió a vacilar. «Tiene razón. No tengo que indemnizar a nadie, pero igual tengo que reconstruir el edificio y la empresa ha tenido un presupuesto ajustado en estos últimos tiempos. Que el edificio se derrumbe ahora…» En ese momento, una voz respectiva llegó a sus oídos. —¿Quién dices que es la portadora de la mala suerte? Belén se dio vuelta de manera ins
No podían enviarla al monasterio, ya que no quería ver a cierta persona siniestra. Cualquier lugar era mejor que el monasterio. «Esa anciana siempre fue hostil conmigo, y es una mujer difícil de tratar». «El monasterio es el único lugar al que nunca debería ir». —A decir verdad, en estos últimos meses he ahorrado algo de dinero propio. — se apresuró a decir Alicia mientras parpadeaba—. Puedo usarlo para reconstruir el edificio. Al oír sus palabras, Santiago volvió a dudar de su decisión. La realidad era que no tenía los fondos suficientes para reconstruirlo solo. En ese momento, Daniel se adelantó. —Señor García — dijo él—. Dado que fui yo quien provocó la explosión del edificio, seré quien pague los gastos de reconstrucción del lugar. Cubriría los costos de los diseños y la reconstrucción. En tres meses, devolveré una oficina nueva para el grupo García. Además, cubriré los salarios de los empleados durante esos tres meses, así como el alquiler de una oficina temporal.
Daniel miró a William y este se adelantó para explicar. — La jefa localizó la ubicación aproximada de ese hombre. Lo confirmaré con ella más tarde. Pronto enviará la ubicación aquí. —¿Qué jefa? — Amílcar estaba confundido—. ¿Acaso no eres tú el mejor hacker en Distrito Imperial? — La jefa es la señorita Suárez — respondió William de forma despreocupada. Al Oír sus palabras, los ojos de Amílcar Se abrieron de par en par con desconcierto. —¿Belén también sabe hackear? Diego también se sorprendió. —¿Hay algo que ella no pueda hacer? ¿Cómo puede alguien del campo tener tantas habilidades? — Por favor, muestra algo de respeto. —Al oír sus palabras, William intentó defender a Belén—. ¿Cómo puedes menospreciar a alguien solo por sus orígenes? —¿No eres tú el que no la quería? — incrédulo, Diego le devolvió la mirada. — Eso era antes. — dijo William mientras un dejo de desagrado se reflejaba en sus ojos—. Voy a llamarla ahora. Daniel, ¿podrías enviarme su contacto? En efecto, l
—De acuerdo. — Belén soltó la tarjeta de presentación—. El vuelo es mañana. Envía a tu hijo al extranjero, Y mantén un perfil bajo. Te prometo que lo traeré sano y salvo. El corazón de Noemí latió a toda prisa, mientras que sus ojos rebosaban de lágrimas. — Muchas gracias, señorita Belén. Siempre supe que usted era una buena persona. Pero, ¿qué es lo que quiere que haga por usted? —Yo… Quiero saber sobre mi madre. En el momento en que las palabras salieron de los labios de Belén, el rostro de Noemí palideció de miedo, como si la joven hubiera mencionado algo aterrador. —¿Qué? — preguntó Belén con curiosidad—. ¿Qué sucede? —Tenemos prohibido mencionar a la señora Suárez en esta casa. — dijo Noemí con voz suave. Belén frunció el ceño. —No te preocupes. La señora García está ahora mismo en el monasterio, mientras que mi padre está ocupado con su trabajo. No aparecerán por aquí. Solo cuéntame todo lo que sepa sobre mi madre. No es mi camino con cuidado a cerrar la puerta antes d
Después de tirar el hacha, Ana salió del patio. Cargada de remordimiento, Alicia fue tras ella para disculparse. —Lo siento, Ana. No fue mi intención. Aunque fueras insolente, no debía haberte golpeado. Dime, ¿ la tía Noelia te ha hablado mal de mí? Noelia repudiaba el matrimonio entre ella y Santiago, y despreciaba a Alicia desde que se habían casado. «Noelia debe estar detrás de esto» Enfadada, Ana apartó a Alicia y se marchó sin decir una palabra. Su madre no pudo alcanzarla. Debido a eso, esa noche no tuvo más remedio que dormir en la cama con Noelia. Mientras estaba vuelta, Alicia no podía dormir, y cuando llegó la mañana siguiente, la mujer despertó con grandes ojeras en los ojos. «¡No puedo quedarme aquí por más tiempo! Si esto sigue así, ¡voy a volverme loca» Alicia se dirigió a un rincón apartado para llamar a Álvaro. —¡Enviaré a alguien a buscarte ahora mismo! — respondió Álvaro de inmediato al oír la situación en la que se encontraba Alicia—. Ya no deberían importar
«Aunque no sea la responsable de la muerte de mi madre, ¡las cosas que me hizo desde que regresé a casa son motivos suficientes para despreciarla!» Mientras tanto, Alicia, que estaba cargando leña en la montaña, estornudo de repente. «¡¿Alguien me está maldiciendo?» —¡Apresúrate o no llegaremos antes del Atardecer! — gritó Noelia, enfadada después de voltear a verla. —Sí — respondió Alicia con una mirada malhumorada. «Cuando termine con Santiago, ¡vendré por ti, pequeña arpía!» Mientras tanto, Belén regresó al plato para el rodaje del comercial. Como el incidente de la explosión ya había terminado, por fin podría continuar con el rodaje. Por su parte, a Daniel lo despertó el llamado del director que se encontraba en el plato. — Señor Peralta, ya estamos listos para el rodaje. ¿Puede venir? —¿Ya están listos para el rodaje? — sorprendido, Daniel se levantó de la cama y preguntó—: ¿Belén ya está allí? —Sí, la señorita Suárez ya llegó. Daniel quedó boca abierta. «¿No está
—Tienes razón. —¿Qué? — preguntó Bella, impactada, incapaz de procesar al instante lo que dijo su hijo. —¿Por qué debería recibir a una extraña? Dejar que se quede aquí si en verdad te agrada tanto. Solo avísame cuando te canses de verla por ahí — respondió Daniel con desdén. —Tú… — Bella se enrojeció de la ira—. Atrévete a decir eso de nuevo. Te ayudo a elegir a tu futura esposa, no a un amante. —Oh, no tienes que preocuparte por eso. Puedo encontrar a mi propia esposa. Es más, ya la encontré. Bella se sorprendió al escucharlo Y de pronto recordó la llamada telefónica de antes. Sus pupilas se contrajeron cuando exclamó—; ¿No inventaste eso solo para ignorarme? Daniel no quería continuar la conversación, Así que miró su reloj y dijo: —Tengo trabajo que atender. — se alejó. Solo entonces, Bella se dio cuenta de que él hablaba en serio y continuó entusiasmada. —¿Quién es? ¿Cuáles son sus cualificaciones? ¿Cómo se llama? ¿La conozco? Por supuesto, lo que más le preocupaba e