Santiago no lo pensó demasiado y estaba encantado de que la colaboración de Belén no se cancelara.

Eso es excelente, Bely, de prisa, agradécele al señor Peralta.

Belén lo miró fijo, ya que solo era amable cuando era útil para él, pero cuando no lo era, la trataba mal.

Ella se volvió hacia Daniel y se vio obligada a decir: “Gracias”

No es nada todo lo contrario, yo debería de agradecerle a la señorita Suárez por colaborar con nosotros, dijo Daniel y continúo hablando con Santiago: me gustaría hablar con la señorita Suárez en privado sobre los detalles de la colaboración.

Señor García, siga por favor al personal a la otra sala para que firme el contrato.

Claro, por supuesto, tómense su tiempo.

Santiago es el igual personal a la sala de reunión de al lado para firmar el contrato con una sonrisa.

En ese momento en la sala de reunión quedaron Daniel y Belén, ella se volteó los labios y rompió el silencio. “Lamento que tengas que ver a mi padre así…”

Tú no hiciste nada malo, ¿por