Por otra parte, Amílcar acababa de recibir el mensaje de William Gallardo, quien envió un mensaje de voz de vuelta. William, “Hola, Amílcar, ¿ya estás en casa? No duermas en la carretera, unos perros salvajes podrían comerte vivo”. Diego: “¡Ja, ja, ja! Será capaz de alimentar a cinco perros". Amílcar: "¡Cállate, Diego!" No voy a beber más" refutó Amílcar de buen humor. Los otros tres pensaron que estaban alucinando cuando escucharon a Amílcar, quien básicamente vivía en un bar, anunciar que no iba a beber más. Williams entonces envió un mensaje de texto: "¿Qué?" Diego se apresuró a añadir a eso: "¿qué demonios?" Justo entonces, Daniel, quien rara vez aparecía en el chat, envió un mensaje de voz al grupo. "¿Qué le sucede?" Tras su aparición, Diego envió un mensaje de voz: "¡Demonio!" Amílcar, tus tonterías se han obligado a nuestro hombre ocupado a salir de su escondite, date prisa y Dinos, que estás bromeando". Había estado bebiendo de manera continua, porque no podía encon
—¿Puedo saber si la señorita, quien tiene que rodar hoy, está lista para irse? – preguntó una joven cuando entró a la casa. Cuando Ana se dio vuelta, vio a la joven parada sola en la puerta. "¿Debe de estar buscando a Belén? Lo sabía, ¿no necesita mucha gente para el rodaje de un comercial?" Entretenida, se dio vuelta hacia Belén y se jactó. —¿Lo ves, Belén? Ella es quien te busca para tu rodaje. Parece que esto es un gran malentendido. Sin embargo, un instante después, la joven dijo: —Señorita Ana García, ¿hay un malentendido? Estoy aquí para buscarla para el rodaje. La joven había reconocido a Ana. Ana no lo podía creer. Miró con incredulidad antes de girarse para ver a la decena de personas en la sala de estar. "¿Están todos aquí para buscar a Belén, para el rodaje del comercial? Es solo un comercial. ¿De veras necesita que una multitud la lleve al lugar?" — Ana, en efecto, es un gran malentendido. Apresúrate para tu rodaje. No dejes al equipo de filmación esper
Mientras tanto, Belén estaba en el camerino. Belén rara vez usaba maquillaje, pero para el rodaje, se había puesto una capa de maquillaje antes de ir; sin embargo, tenía que quitárselo todo. “No debería haberme maquillado desde un principio, podría haberme ahorrado tiempo”. La maquilladora le quitaba con cuidado el maquillaje, pero sin querer le quitó las pestañas postizas. Belén siseó por el dolor. Al escucharla, la maquilladora enpalidecido y comenzó a disculparse con vehemencia. Había maquillado a diferentes tipos de personas. Si sucedía ese tipo de errores, por lo general tenía que soportar muchos regaños. Algunos con mal temperamento, que incluso le demandaban que se fuera de inmediato. —¡Lo siento, lo siento! — la maquilladora temblaba mucho. Sus superiores le habían recortado que tenía que cuidar mucho a Belén, pero acabó ofendiéndola. “¿Qué sucederá si el grupo Peralta no quiere trabajar más conmigo?” Para su sorpresa, escuchó una voz gentil al instante. — Está bien, pu
—Lo tengo— asintió Belén. El rodaje comenzó. Belén tomó un paraguas, se precipitó hacia su cliente, y consiguió protegerlo de la lluvia, pero la mitad de su hombro terminó empapado. —¡Corten! Tanto el director como El fotógrafo estaban satisfecho con su actuación y aplaudieron—. ¡Muy bien! ¡Eso estuvo perfecto! Al final, Belén suspiró aliviada. Aún faltaba media hora para el horario de finalización del rodaje. En el momento en que se disponía a cambiar su ropa mojada, escuchó la voz de Elsa. — Esa toma no es para nada aceptable. ¡Vuelve a firmar! Era evidente que él se molestaba a Belén a propósito. — Señorita Elsa, esa toma ya es perfecta – dijo el director mientras asentía–. La expresión de sus emociones fue excelente, no hay necesidad de volver a firmar. Elsa cruzó los brazos sobre su pecho mientras alzaba su mentón. — soy la persona a cargo de este rodaje. No significa no. Belén miró a Elsa con una mirada de desprecio. En un principio quiso ser amable con ella
Elsa solo estaba a un metro de Daniel, pero en poco tiempo su guardaespaldas la bloquearon con rudeza como si fuera un muro de hierro. —¡Suélteme! ¡Necesito hablar con el señor Peralta! Los guardaespaldas eran como robot y la miraban sin expresión. Elsa se mantuvo débil de pie en su lugar y giró su cabeza para mirar hacia atrás, mientras esperaba que alguien diera un paso al frente y hablara por ella. Sin embargo, al voltear no toque todas las miradas con indiferencia e incluso algunos se jactaban de ella con desprecio. ¡Pum! La puerta del auto se cerró. Él se volteó. Pero lo único que pudo hacer fue ver cómo Daniel entraba en el auto sin voltear. La puerta se cerró de golpe y todas sus esperanzas se esfumaron. Su vida estaba arruinada por completo… Las lágrimas de Elsa cayeron por sus mejillas, pero nadie se compadeció de ella. En ese momento, comprendió Por fin lo que se sentía en verdad arrepentirse. No debió impedir que el encargado del proyecto entrara en la oficina
Belén reflexionaba cuando alguien llamó a la puerta y se escuchó la voz de Emmy. —Señorita Bely, aquí está su ropa. Como no era la voz de Daniel, suspiró aliviada, y abrió un poco la puerta para tomar el bolso que cargaba Emmy. Poco después, la puerta se volvió a abrir y el vapor se escapó del baño, mientras una figura salía despacio. El atuendo que Emmy le dio, era un vestido para el rodaje que sería más tarde al aire libre. No todas se veían bien en un vestido de hada Rosa y púrpura, más Belén era lo bastante hermosa para usarlo con su luminosa piel. Cuando salió con el vapor flotando alrededor de ella, era como si una princesa de cuento saliera de su reino de hadas, y notó que en Emmy la miraba con atención. —¿Qué sucede?—preguntó riéndose entre dientes. Emmy recobró la postura y procedió a elogiarla. —Está muy hermosa. Pensé que una princesa se había escapado de un cuento de hadas. —Eres muy amable. El tiempo vuela, Así que tenemos que irnos, no quiero hacerlos esperar.
En una Cabaña desierta, gotas de lluvia gruesa caían sobre un techo de lámina, y el sonido de fuertes truenos que rompían en la oscuridad de la noche, rayos brillantes por encima de la montaña. Desorientada y aturdida. Belén García se encontraba tirado en el piso, despertando por Los Fuertes truenos, con una mirada recorrió la habitación. Al despertar de su aturdimiento, Belén recordó que unos tipos la habían noqueado. Sintiéndose impotente, Belén García tenía las manos atadas a una soga; imposible soltarse, tenía las manos demasiado apretadas. Con la luz de un rayo, visualizó un objeto brillante. Intentando alcanzar aquel objeto brillante, Belén García utilizó muchas maneras para poder hacerse de aquel pequeño fragmento de vidrio. Con tanta insistencia logró alcanzarlo cortando con dificultad la soga que tenía atadas en sus manos, recordando cómo se le estaban poniendo difícil reunirse con su familia. Había perdido el contacto por mucho tiempo con su familia. Justo a punto de
Al poco tiempo se quedó dormido, ambos descansaban a los lados de la pequeña habitación.Cuando, a media noche, despertó por unos sonidos, Belén, al abrir los ojos, se dio cuenta de que el hombre tenía su rostro pálido, estaba completamente blanco, estaba sudando frío mientras que decía incoherencias."Oye, despierta". ¿Estás bien?Belén se acercó para tocarle su frente, pero el hombre no reaccionó. Luego abrió su camisa, y comprobó su herida. Su herida estaba infectada y deliraba por la fiebre.Un par de vancomicina, le quitaría todo ese malestar, pero esa medicina, por ahorita, estaba fuera de su alcance. Al no haber de otra, Belén García intentó quitarle la ropa. Aunque funcionó, el hombre comenzó a temblar y a delirar, debido a eso lo acercó más al fuego, pero su estado no mejoró. "¡Maldición!"Maldijo Belén, y caminó como loca en la habitación, luego se acercó al hombre, lo abrazó para compartir su calor corporal con él."¡Eres un idiota! ¡Pero quién soy yo para juzgarte!""¡E