Paola siempre supo que Hugo se preocupaba por ella como primos. Aun así, se sintió un poco incómoda cuando notó la forma en la que Hugo la miraba. «¿Me estoy imaginando cosas?» Ignorando sus pensamientos, se aclaró la garganta y dijo: — Mi padre está bien. Solo quería preguntarte algo. —¿Qué sucede? Si hay algo que puedo hacer por ti, házmelo saber. Sin duda que haré mi mayor esfuerzo — respondió Hugo. Paola cambió de posición con incomodidad y sentía cada vez más una sensación extraña en su interior, pero no dejó que sus sentimientos se interpusieran en el plan. Así que llevo a Hugo al balcón. «Me pregunto por qué está siendo tan misteriosa». — Paola, ¿qué sucede? — preguntó. Paola miró alrededor para asegurarse de que nadie la escuchara, y dijo: — Hugo, ¿te acuerdas de quién es Belén? Hugo asintió. — Por supuesto. ¿Qué sucede? ¿Te intimido? Tras escucharlo, Paola sacudió la cabeza y se mordió el labio. — Para ser sincera, no me agrada para nada. Arruin
Paola sonrió con orgullo. — Como todos quieren echar un vistazo, ¿por qué no se los muestro ahora? Instalé cámaras de seguridad en todas las habitaciones, para garantizar la seguridad de la casa. Déjame traer el proyector para que podamos verlos juntos. Incluso las habitaciones de huéspedes tienen diseños únicos. Sin embargo, el diseñador que contraté es bastante joven, así que apreciaría cualquier tipo de retroalimentación sobre los diseños. La joven no sabía que la estaban usando como una pieza de juego. —¡Bueno! — asintió de forma entusiasta. Con rapidez, Paola llevó el proyector. En breve aparecieron en la pantalla varios diseños de habitaciones. En un principio, solo algunas mujeres se juntaron para mirar. A medida que pasaba el tiempo, invitados aburridos comenzaron a amontonarse para ver los diseños. Si bien, el diseñador que había contratado los Ponce era bastante joven, era un diseñador de interiores reconocido a nivel mundial. Los invitados estaban sorpren
Debido a su entusiasmo, Paola se sonrojó mientras le pestañeaba. Su Modesta e inocente mirada se habría ganado el corazón de muchos hombres. Desde luego que Hugo sucumbió antes su encanto. No obstante, la miraba de manera dubitativa. «¿Acaso no fue ella la que me pidió que entrara en esta habitación? ¿Por qué me pregunta eso?» Antes de que pudiera responder, Paola saltó a sus brazos, y en el momento en que su suave cuerpo chocó contra el de él, Hugo se sorprendió tanto que se puso rígido como una tabla. Tragó saliva con nerviosismo y se moría por devolverle el abrazo, pero era demasiado tímido para retribuirle la acción. Luego de vacilar por unos segundos, Hugo se armó de valor para abrazarla y envolvió los brazos con cautela alrededor de su delgada cintura para acercarla más mientras la sostenía como si fuera la joya más preciosa del mundo. — Paola… — A Hugo le tembló la voz al pronunciar su nombre. Había fantaseado con ese momento innumerables veces, pero ni siquiera
Mientras tanto, en la fiesta de cumpleaños, Horacio jamás se había sentido tan avergonzado en su vida. «¿Quiénes son estas personas desvergonzadas? ¿Cómo se atreven a hacer algo así en mi casa? Me humillan por completo». Se apresuró a ordenarle a su ama de llave que apague el proyector. No obstante, justo cuando estaban a punto de apagarlo, alguien gritó: —¡Miren, es Paola! Al escuchar eso, el ama de llaves se quedó estupefacta, mientras miraba a la pantalla con incredulidad. Las personas en el video se encontraban frente a la cámara de seguridad y ambos rostros se podían ver con claridad. «¡Paola! ¡La mujer en realidad es Paola! Mi querida hija». El rostro de Horacio empalideció de inmediato, se sentía furioso y avergonzado al mismo tiempo. La rabia ardía dentro de él y se veía como si fuera a explotar de la ira. Si Belén no lo hubiera curado de su enfermedad cardiovascular, ya se habría desmayado de la ira. A pesar de eso, lo único que quería hacer en ese momento er
Una vez que todo terminó, miró a su padre a los ojos y le preguntó cuál algo de impotencia. — Padre… ¿Por qué entraste aquí? Horacio ardía de ira y su rostro estaba enrojecido. Si no estuviera curado, sin duda habría tenido un ataque cardíaco en ese instante. —¿Por qué entré? ¿Te atreves a preguntarme cuando hiciste algo tan desvergonzado? ¿No te da vergüenza? ¿No tienes ningún maldito sentido de la vergüenza en lo absoluto? — rugió. El que jamás había insultado antes, no pudo mantener la Calma. Paola no entendía por qué estaba tan furiosa. «¿Acaso mi padre no desea que me casé con Diego? Solo hice esto porque Diego me agrada. Además, con esto, nuestra familia podría fortalecerse y convertirse en el segundo grupo Peralta» — Sé que no es correcto hacer algo así antes del matrimonio, pero ¿tienes que enfadarte tanto? Nos vamos a casar de todos modos — dijo descontenta. —¿Qué dijiste? — exclamó Horacio mientras ampliaba la mirada. Estaba tan enfadado que su pecho come
«¡El difusor de aromas!». Paola estaba segura de que el problema era el difusor de aroma. De lo contrario, ellas nomás habrían confundido a Hugo con Diego. «¿Álvaro no dijo que el efecto solo duraría quince minutos? ¿Cómo es posible que me haya afectado? A menos que… ¿Belén tiene algo que ver con esto?» Después de pensarlo por un buen tiempo, Paola terminó por desechar la idea. Álvaro fue quien consiguió la droga en el extranjero, Y aunque Belén tuviera conocimiento en medicina, no habría podido prolongar los efectos. «Álvaro debió ser descuidado y el efecto permaneció más tiempo en el aire. ¡Por eso me afectó!». Por un momento, Paola permaneció sin palabras, abrumada por la desesperación. Su intención había sido tenderle una trampa a Belén, pero el plan se había vuelto contra ella. Lo que empeoraba las cosas, era que no podía contarle la verdad a nadie, sin exponer su intención maliciosas hacia Belén. «¿Cómo se supone que siga con mi vida, después de lo que ocurrió? ¡Sin duda,
Varios de los invitados mayores, asintieron ante las palabras de Horacio. — Es cierto, es muy comprensible. En cambio, los invitados más jóvenes dudaban de la situación. —¿Cómo es que no sabíamos nada sobre la boda de la señorita Ponce? —Señor Ponce, ¿esto es solo una excusa para tapar el escándalo? —¡Es cierto! ¡También escuché que Paola y Hugo son primos! — Somos parientes lejanos de los Suárez — explicó Horacio mientras reía—. Paola solo lo llama primo por afecto. Como padre, ¿creen que los dejarían estar juntos si fueran parientes cercanos? La multitud pareció creer la explicación de Horacio e incluso los que aún sospechaban decidieron guardar silencio. Al fin y al cabo, se trataba de un asunto familiar de los Ponce y lo más prudente era que los ajenos se mantuvieran al margen. Complacido de ver cómo todos habían aceptado su explicación, Horacio se acercó a Hugo. — A partir de mañana, Hugo se convertirá en mi yerno de manera oficial. Como tal, me gustaría pedir
Por fortuna, Belén intervino para salvarlo. —Señor, lo hemos convocado hoy para descubrir la verdad. Mientras sea honesto, nadie lo enviará a prisión. Belén, con sus ojos gentiles y hermosos, contrastaba con Hugo. El vendedor se tranquilizó de inmediato y asintió con la cabeza a modo de agradecimiento. —¿Recuerda a la señorita Ponce? ¿Compró un vestido negro en su tienda? — preguntó Belén. —Sí. La señorita Ponce es cliente habitual de nuestra tienda y también vip. Hace dos días compré un vestido negro. Lo recuerdo bien porque era una talla menos que la suya acostumbrada. Me dijo que era para una amiga y me pidió que lo enviara directo a la dirección que me entregó. Hice lo que me dijo y no tengo idea de lo que ocurrió después. — Mientras miraba a Hugo, el vendedor agregó—: todo lo que he dicho es la verdad, puede hacerme responsable de eso. —¿Qué tienes para decir ahora, Hugo? — preguntó Belén con las cejas levantadas. Hugo se tomó un momento para ordenar sus pensamie