- ... Y por esa razón este reinado no puede continuar... - Dijo Sir. Antonio ante los llamados concejo monárquico. Todos convocados a una de las reuniones más controversiales del pequeño reino del Este. Yo estaba sentada ahí junto a ellos con una expresión ambigua que demostraba enojo y confusión.
- Pero mi señor - Hizo una pausa pensando si sus comentarios serían escuchados. - ¿Cómo sabemos que ese pergamino encontrado en el Norte es real? Y aquella historia... - Un hombre sentado al frente de mi dijo estas palabras, me miró y bajó su mirada al piso. - Había un poco de compasión en su mirada y pude reconfortarme gracias a ella. Miré al hombre intensamente mientras mis labios temblaban y pronto me di cuenta que en sus ojos había solamente compasión barata.
- Aquí mismo el bibliotecario Martín podría explicarlo mejor. - un hombre de mediana edad se levantó de uno de los asientos de atrás y caminó lentamente para acercarse a el juez. Martín, un hombre que entraba en las personas que más apreciaba en mi vida en el Palacio, pero hoy se paraba contra mi.
- Acaso un bibliotecario y un Sir ¿Quieren derrocarme? - Pregunté con una sonrisa burlona despreciándolos, pero el nudo en mi garganta se intensificaba al ver la mirada vacía que me daba este hombre -Esto es inaceptable. ¿Por qué deberíamos oírlos? ¡Están profanando el legado real!- Reclamé sintiendo la impotencia apoderándose de mi.
- Guarda silencio - dijo una voz que no distingui en medio de otras más. Sentí una punzada en el corazón como una daga envenenada que hizo que mis ojos se abrieran y tuve la sensación de un hueco en el pecho.
Martín tomó asiento en frente mirándome superiormente, sus piernas estaban cruzadas y sus manos entrelazadas encima de la mesa.
Fruncí el seño y alcé el mentón confiada poniéndome de la misma manera que él.
- Este pergamino habla sobre una mujer que traería paz y alegría al reino del- Tomó una pausa - Es un pergamino inconcluso faltan más partes. Pero hace unas dos o tres décadas en el Reino del Centro como los más antiguos líderes de estas tierras saben hubo una guerra.
Sir. Antonio tragó saliva negando para que así dejará de hablar.
- Bueno quiero llegar al punto mi señoría que el Reino Del Centro demostró que aquella niña no era más que una amenaza. ¡Trajo hambrunas, pestes, temblores! ¡Fue una maldición! Y se confirma que aquella niña reencarno en nada más que nuestra princesa ¡Elizabeth!.
Las voces se levantaron y el juez golpeó con su martillo varias veces callándolos.
- El pergamino ahora mismo no está en nuestras manos porque no es de nuestra propiedad, pero yo con mis propios ojos pude verlo hace unos días así que le creo.
- Déjeme verlo! Puede ser que no lo interpretaron bien, yo tuve una de las mejores educaciones por lo que no sería difi-
Su cara.
Estaba vacía, no había dolor, no había compasión. Si yo hablaba una palabra más quizás no tendría oportunidad de defenderme posteriormente. Aquella cara me recalcó lo insignificante y fea que era mi voz en aquel lugar rodeado de hombres, me recalcó mi lugar como una bofetada. No era como la que me veía jugar en el columpio, aquel hombre que estaba decidiendo mi futuro me había visto crecer ¿Por qué te olvidas de mi en mi momento más difícil?
- Traigan la carta del rey difunto.
- Descanse en paz! - dijeron todos al unísono.
Un hombre desconocido se paró a un lado del tribunal y con un asentamiento de cabeza de el juez habló sin despegar sus ojos del papel de sus manos. - "Desde lo más profundo de mi corazón, como rey por más de 15 años de este precioso reino, escribo con temblor en mi mano sabiendo que mis días están cerca y el nuevo coronamiento de nuestra princesa de sangre real se acerca. Me atrevo a decir que no deseo que mi sobrina ponga un pie en el trono, ni su respiro llegue a él, por cuánto por mi labor espero y aspiro que las pruebas harán que mi precipitado comentario se entienda, que la Reencarnada de una maldición no puede llegar a ser reina." - Apreté los dientes recordando tal escándalo - así lo dice más claro. Como ya sabemos la heredera del reino legítimamente es Elizabeth porque es hija del primer hijo, pero al morir su alteza, Elizabeth era muy pequeña para tener el Reino así que se lo dio a su hermano hasta que Elizabeth cumpliese la edad de veinticinco, pero nuestro rey murió antes... - agachó su cabeza...- ¡El rey escribió estas palabras por un motivo!
Buya y más buya retumbando mis oídos. "Reencarnada de una maldicion" " sea nuestra reina" me lo repetí más de dos veces analizándolo ¿Cuándo había pasado esto? ¿Ayer mismo todo estaba perfecto?
- Silencio! - dijo otra voz. - Tenemos claro algo, Elizabeth no puede ser reina.
Lo Miré atónita ¿Qué había dicho? ¡¿En serio le creerán!? ¡Toda mi vida me habían preparado para esto! ¡Y ahora... Me van a botar!
- ¡¿Que!? ¡Esto es inaudito! - dije con una sonrisa nerviosa y enojada. Sentí la sangre helada a tal mención.
¿Cómo es que pueden creerle? ¡Es un estafador! Ni siquiera tiene un título alto..
- Señor... - dijo otra voz- Creo que deberíamos botarla... ¿Y si trae consigo a una catástrofe? ¡¿Qué haremos!? ¡No estamos preparados!
- Esta decidido... - dijo la voz principal, el juez...
...
- Mamá! Mamá! Mira. - dijo aquel niño señalándome.
- Agradece que tenemos hospitalidad.- dijo Sir. Antonio a mi oído para así ordenar que se me botase.
Con los ojos entumecidos en lágrimas, los ojos rojos, un vestido sucio por la tierra que allí asomaba ¡¿En serio pensaban que yo era un peligro!? Me habían criado para ser una princesa delicada y hermosa ¿Qué podría hacer una inútil como yo? Por lo menor casenme con un feo hombre de sesenta años.
Todos miraban a aquella mujer con ropas finas, con su cabello castaño arreglado... pero tirada en el suelo como un trapo que ya no se utiliza para fregar el piso ¿Yo valía eso?
- ¿Acaso esa no es la reina?- dijo una voz entre muchas más.
Quien iba a creer que la más limpia, la más reluciente, confiada, valiente... su reina estaría así llorando en la calle.
Era realmente lamentable.
........................
Ya habían pasado horas y la gente había cambiado de una mirada triste por su reina a una de asco y repugnancia, yo era esa maldición.
- Mi reina - dijo una voz lejana. - Mi reina? - se acercó y topo mi brazo el cual aleje asustada.
- ¡No me toques con tus manos sucias! - Crispé todo mi cuerpo al sentir las manos cayosas, pensé que era un caballero pero en cambio era una mujer anciana ligeramente encorvada a mi. Su cara parecía amable, pero al ver mi reacción quiso alejarse.
- Y-yo-yo l-lo siento, no no quise.. yo ... - mi respiración comenzó a agitarse. ¿Ahora también soy un ogro? Mis ojos enrojecidos comenzaban a dar nuevas lágrimas y con cada una sentía que mis ojos se saldrían.
- Mi reina venga conmigo yo la ayudaré... - aquella mujer de unos cuarenta años extendiendo su mano. ¿Acaso estoy llegando a un estado tan lamentable?. Sus manos me llevaron casi cargando mi estropeado cuerpo maldito y subiendo una pequeña colina allí había como una casa primaveral y diminuta.
- Mi reina, sé que no es un Palacio, pero es todo lo que le puedo dar mi señora.
No despegue mi mirada de mis zapatos, me sentía tan humillada al aceptar hospitalidad de una simple campesina. No tenía padres, No tenía amigos ... ¡No tenía un maldito Palacio! ¿Acaso podría desperdiciar la oportunidad de dormir segura? Esto era mejor que dormir en la calle supongo.
- Gracias - dije en un susurro que se escuchó más como un lamento o un ronroneo y así en un lugar seguro, tomando una tasa de té caliente me desmoroné, lloré en silencio, sentía como si mi corazón se saldría en cualquier momento. La mujer abrió su boca para decir algo pero la cerró rápidamente y me dejó allí en el piso mientras sus ojos se volvían locos en sus órbitas.
No había dicho nada desde que me había llevado a su casa. No tenía los ánimos ni siquiera de hablar, me sentía tan sucia... si! Así debería sentirme, ni siquiera tengo el honor de llamarme campesina, tengo una maldición en mi cuerpo. ¿Acaso hice algo malo para merecerlo?.
- Mi reina - Dijo con la voz temblorosa- puede dormir en aquella habitación.. lo la-
- No tienes porque llamarme reina- dije alfin. - Yo ahora sólo soy una escoria. - nos miramos un largo tiempo sin decir nada. Tomé una gran bocanada de aire y miré al piso diciendo. - Gracias.
-
ELIZABETHDesperté en la cama de Miriam abriendo los ojos de golpe. Por la ventana se podían observar rayos de sol y se sentía como si hubiera dormido una eternidad lo que hacía que mis ojos dolieran. Me paré de inmediato, no quería ser una carga, con pasos ligeros y pesados me acerqué a la puerta para encontrarme a Miriam preparando el almuerzo. Pude ver mi reflejo en la ventana y no pude ver una hermosa princesa, en cambio solo parecía aquellas personas mendigas de la calle.Mis ojos cafés estaban tan hinchados que raíces rojizas se extendían y unas grandes bolsas que jamás había visto en mi cara se depositaban debajo de mis ojos con descaro. Ignoré mi lamentable apariencia y recordé "Una princesa nunca deja de sonreir".Si quería dejar de considerarme una mendiga debería comenzar a subir algunos escalon
- Según el cuento que contaban los viajeros en mi época se trataba sobre una niña que traería paz y felicidad al reino en donde naciere, sus padres eran supuestamente los Reyes del Centro pero una tragedia estaba a punto de suceder después del nacimiento de tal niña ya que a los pocos días la reina murió, el pueblo había estado adolorido por esa muerte, pero a los pocos días la mayor tragedia iba a comenzar, el querido rey de tal reino había muerto o desaparecido sin rastro alguno lo que provocó unos de los más grandes bajones del reino, pero rápidamente el tercer hermano de ese rey respondió al pueblo afirmando ser un enviado de los dioses con una nueva profesia que decía que la niña tenía una sangre maldecida por los dioses cambiando sin piedad a la verdadera profesia, El pueblo dudaba pero al no recibir respuestas del Rey, nombraron a este sin
- Señorita! Señorita! ¿Está bien? Fue mi error haberla enviado a tal lugar espero que me perdone. Escuché que había Sido apedreada por este tonto pueblo asqueroso, déjeme verla.Entraba por la puerta aturdida cuestionandome tantas cosas que habian pasado a mi alrededor estos ultimos dias y más las que habían pasado antes. Una pequeña pero intrusa idea se me vino a la mente " y si en realidad... quizás yo-yo los mate? " dijo la voz quien avalanzaba con todo a su paso destruyendo lo que más dolia. Nunca pensé que yo, la heredera del reino del este tuviera una profecía, además porque soy yo? , y si solamente es una cruel mentira para tomar el trono. ¡Eso realmente tenía que ser pagado con sangre!- ¿Es-estas bien mi señorita?, Ya ha Sido vendada tu cabeza por lo que déjame revisar tus otras heridas.Ignorando sus palabras de preocupación mis pensamientos salieron por mi boca- Nunca me mostraron nada, solo me ordenar
Al despertar me levanté con un nuevo aliento de vida, hoy como ningún otro me había inspirado tanto que podría conquistar todo este reino, y si, ese día conocería el secreto que habian ocultado 4 o 3 generaciones por el simple hecho de no manchar su nombre, entonces ¿Por qué ahora cuando la vida de la próxima reina estaba en su mayor apogeo? Algo que no entiendo ahora pero entenderé después.De todas formas, el principal motivo no era las catástrofes que yo podría causar, sino que algunas de las personas poderosas de este reino tomaron está profecía como un método para quitar a una princesa engreída y tonta. Lo comprendo por una parte, solo querían lo mejor para este reino y yo no lo era. Recién en mi contacto directo con la verdadera civilización me di cuenta lo ignorante que era al respecto de la vida real, en mi burbuja de la realeza solo aprendí a sonreír y a hablar con orgullo. Ahora mismo no puedo comprenderme a mi misma por lo que mis pensamientos comenzaron a rondar en
Algunos meses después.- No hicimos nada- los mire un poco decepcionada, habíamos logrado tener la mitad del pueblo a nuestro favor, habían otros que simplemente no podían darle la espalda a la corona y habían otros que tenían miedo a que el rey los ejecutase, sí que era muy difícil, pero me daba cuenta que algunas personas no querían al reinado que se les obligaba a aceptar, ellos querían un rey que escuchará sus peticiones y ayude a que puedan vivir mejor, ellos querían a un rey de verdad no uno que simplemente se fijara en cobrar altos impuestos y sobreexplotar a los campesinos para que produzcan para la corona.Pero supongo que eso siempre estuvo, desde tiempos en que mi tío seguía con vida, desde tantas generaciones ¡Incluso mis amados padres lo han hecho! En este mundo teníamos que aplastar para seguir adelante ¿Acaso e
Desperté en mi cama, sentí que mi cabeza explotaría en cualquier momento pero con dificultad puse mis dos pies en el piso tambaleándome, salí con pasos cortos y desordenados hasta llegar a la puerta donde me encontré varias personas en una clase de reunión, pude reconocer a Lucas, a el viejo y Miriam frunciendo el seño. No deberías ser tan tonta para no darte cuenta que el ambiente era muy pesado, la aura se sentía tan frustrada y dolorosa que hizo que mi cabeza de vueltas en su lugar.- ¿A qué se debe su visita, ya tomaron el té? - Dije débilmente. Entrando en la escena.- Elizabeth! - dijo Ralf casi creyendo que no estaba frente a sus ojos.- Elizabeth. ¿Estas bien cariño? ¿Te duele algo? - Rápidamente vino Miriam a abrazarme, Me apachurro mucho y sentí varias lágrimas mojando mi vestido, me sentí un poco extrañada..- ¿Cuánto tiempo me quedé dormida?- Dubitativa pregunte sabiendo que la respuesta sería bastante dolorosa. ¿Que rayos me
Y ahí estaba yo sentada en la pequeña silla de mi cuarto procesando toda la información que había recibido la noche anterior, aún tenía un pequeño dolor de cabeza pero nada que no pueda soportar. Yo reina de el Centro, eso significaba todo; pero si ese rey sabía que yo era esa tal reina desde el principio ¿Por qué? ¿Por qué me trato tan mal? ¿Y aún así me sacan del pueblo? Si yo reclamo ese reino, quizás los podría destruir ¿Por qué entonces ese maltrato? Las preguntas rondaban en mi cabeza pero un pequeño golpe en mi puerta me sacó de mis confusos pensamientos, de la puerta salió una penosa Miriam.- Elizabeth, sé que estas un poco - Hizo un sonidito con la lengua - ¿extrañada? Es mucho por asimilar y más si la noticia es de ese tamaño, pero un sirviente del Rey llamó a la puerta y piden tu ausencia, Además trajo esto.De atrás de su cuerpo me trajo una caja de madera color azul marino con pequeños brotes de color esme
Cuando nuestra pequeña Elizabeth tenía la edad de 6 años una gran tragedia sucedió, el barco donde sus padres habían estado viajando de regreso a su reino por la fiesta de una monarca en el reino del Norte se había hundido, la desesperación, los llantos y suplicas a una entidad invisible eran los más oídos entre la tripulación del barco Filantrupus del reino del Este, el más seguro, el más elegante ; contrajo la muerte de las personas que formaban al pueblo del este y así también dejar a la pobre Elizabeth huérfana. Elizabeth fue criada en Palacio con los mejores lujos y cualquier cosa que la niña deseaba así lo era ¿Por qué? Todos le tenían pena a una niña que no pudo ver más a sus padres. El reino quedó a cargo de el tio de Elizabeth, uno de sus favoritos y así continuaban hasta que su reina creciera y tomará el reino, su reino....- El pueblo aclama, pide, suplica que venga el verdadero rey, el verdadero heredero de su pueblo; están hacien