Capítulo 6
No podía pensar en nada más, no podía quitar de mi cabeza que yo era la que estaba besando a Blake, después de haber dicho y prometido tantas cosas, me encontraba aquí sin poder despegar mis labios de los suyos.
Ese sueño… yo, demonios, me había dado cuenta de lo mucho que me atemorizaba que algo le pasase, no podía permitirlo, no podía vivir toda mi vida con rencor hacia él, ni sentirme culpable por jamás haberle dado el beneficio de la duda, de todos modos, no era su culpa que le hicieran creer tantas mentiras. Y aunque, sí, tenía en mente todo lo que me hizo pasar, y ni siquiera eso me hizo reaccionar, seguí aferrada a su masculino aroma sin suavizar ni siquiera un poco mi agarre en sus hombros. No puedo entender qué me sucede en este momento.
Y sí, probablemente también me arrepentiría, pero el calor en estos momentos estaba afectando cada parte de mi cuerpo, y ya no podía si quiera pensar con claridad.
—Entonces—gimió de forma suave cuando chupé su labio con fuerza mientras él se separaba—, ¿es esta tu forma de solucionar las cosas?
—No hables—farfullé, besando ahora su cuello—. No digas una sola palabra.
—Deberíamos hablar pri…—presioné mis caderas con fuerza hacia abajo y cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás— Mierda—jadeó—. Haz lo que quieras.
Detuve mis movimientos y lo observé con malicia, él me miró con ojos deseosos y dudé por un segundo de lo que estaba haciendo. Mordí mi labio y pude ver cómo el deslizaba la lengua por los suyos.
—¿Estás vengándote de mí, Amy? ¿Es eso?
—Blake—acerqué mi boca a su oído—, no soy tan desgraciada cómo tú. Si quisiera vengarme de ti, ya lo hubiese hecho.
—Entonces…—murmuró, su respiración impactó sobre mi mejilla, y subiendo su mano a mi nuca, comenzó a acariciarla, estremeciéndome así la piel— dime con todos los detalles por qué te uniste a ese hijo de p**a.
—Ya lo he dicho—suspiré y me alejé de él para mirarlo—para proteger a tu manada, después de todo también es mi responsabilidad ¿no?
—No me mientas—soltó una risita socarrona y agarró mi mentón entre sus dedos—, lo haces por mí, Amy, aunque lo niegues siempre tuviste tus ojos puestos en mí, y es así hasta el día de hoy ¿no es así?
Fruncí el ceño molesta y tragué saliva por su intensa mirada puesta en mí.
Abrí la boca, dispuesta a defenderme, pero me interrumpió:
—A ellos ni siquiera los conociste y…
—¿Quieres que te recuerde por qué fue así?
—No me interrumpas. ¿Por qué tomarías atención a ellos si ni siquiera tuviste una conversación con la manada?—rio y me miró burlesco— Es por mí, Amy. Y no te atrevas a negarlo, no te atrevas a mentirme otra vez, porque puedo ver en tu mirada lo mucho que luchas con tus emociones, con tu orgullo y rencor para no perdonarme.
—Que no sepa de ellos no significa que me sea indiferente si algo les ocurre—farfullé.
—Ajá, sigue poniendo excusas, corazón—le salió tan natural que mis mejillas enrojecieron de inmediato, su apodo en esa carta ya estaba en mi memoria, pero escucharlo… demonios, escuchar su voz decirlo y de esa manera causaron que mi corazón latiese más fuerte de lo normal.
—Se te ha ido la sangre a la cara—se burló y con su mano deslizó un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Y a ti muy probablemente se te ha ido a un lado no muy decente—sonreí triunfante cuando su sonrisita desapareció y me miró serio.
De pronto me levantó de su regazo y creí que se había molestado, pero cuando me giró dejándome de espaldas en la cama supe que era algo completamente distinto. Estaba planeando algo.
—¿Me vas a negar que también te prendiste moviéndote así sobre mí, Amy?
Me quedé en silencio, porque, realmente no habían palabras para responder a eso.
Se acomodó sobre mí sin aplastarme y acarició mis mejillas con sus grandes manos, haciendo que cerrara los ojos, casi dejándome llevar por el cansancio.
Sentí su rostro más cerca y su respiración acarició mi mentón. Sentí como su mano me acarició con extrema delicadeza, como si temiese que cualquier acto que me tomase desprevenida iba a arruinar el momento, entonces sentí cómo su pecho tocó el mío, supe exactamente lo que iba a ser, y no iba a detenerlo, no hoy.
Sus suaves labios tocaron los míos y cada parte de mi cuerpo se estremeció, sentía mi corazón latiendo a mil cada segundo que pasaba.
Puse mis manos en su pecho y eché mi cabeza hacia atrás.
—¿He dicho que puedas besarme?
—Amy…
—Bromeaba—solté una risita y agarré su rostro atrayéndolo a mí para besarlo. Sí, yo fui quien lo volvió a besar.
En verdad estaba con la cabeza hecha un tremendo lío en este minuto,
pero no me iba a seguir permitiendo pensar en eso cuando tenía a Blake besándome cómo un loco en este instante.
Su agarre en mi cintura no era precisamente débil que digamos, su agarre era posesivo, desesperado, cómo si de alguna manera quisiese que no me separase más de él, como si quisiese mantenerme tan pegada a él como si fuésemos uno solo.
Ahora que analizaba cómo actuaba, podía darme cuenta de que Blake tenía actitudes muy diferentes dependiendo de la situación, cuando se trataba de pedir perdón, era muy suave, y cuando deseaba tocarte lo hacía con una delicadeza que en estos momentos no era propia de él. Ahora, que estaba bastante desesperado en términos… sexuales, era brusco, rápido, posesivo, y no de esa manera en la que hacía daño y te incomodaba, más bien en esa manera que te gustaba y encendía.
Lo más probable es que me esté volviendo loca.
Justo cuando mis sentidos ya dejaban de responder y Blake deslizaba su mano dentro de mi camiseta para acariciarme, la puerta se abrió de sopetón.
—Me han dicho que ha vuelto la bella Amy, ¿no me digas que te tienen haciendo pasar rabias aquí encerra…—su boca se abrió en una gran O y sus ojos parecían dos huevos fritos.Blake gruñó molesto, ordenándose la camisa blanca de su traje real y alejándose, y yo por mi parte me cubrí el rostro con la almohada de inmediato.
—Okey, encerrada no estás y pasando rabias tampoco—me quité la almohada de la cara y se la lancé a lo que él soltó una carcajada.
Me crucé de brazos y le di una mala mirada.
—¿Por qué vienes a joder tan temprano?—se quejó Blake, levantándose de la cama.
—Hey, que vengo viajando hace cinco horas para verlos ¿y así es como me recibes?
Blake soltó un resoplido y se pasó las manos por la cara.
—Espéranos abajo.
Adam, el primo de Blake lo ignoró y se acercó a mí abriendo sus brazos.
—¿Qué no piensas saludar a tu primo favorito?
Sonreí y me acerqué, rodeándolo con mis brazos con fuerza.
—Ella no es tu prima, no seas pesado.
—Aun no, pero cuando se casen, ella será mi prima preferida— desordenó mi cabello y ajustó su agarre en mí elevándome del piso chillé y le di un manotazo en el hombro.
—Eh, que la sueltes, vas a asfixiarla—protestó Blake y el pelirrojo me bajó aun manteniéndome entre sus brazos. Blake llegó hasta mí tomándome de la cintura y alejándome de Adam, luego retrocedió unos pasos apoyándose en la pared.
—Esto…—balbuceé, intentando explicar lo que Adam había visto hace un par de minutos atrás.
—Bien, lo siento, no debí entrar así a interrumpir su intimidad, pero es que estaba bastante emocionado con esto de que habías vuelto.
Blake permanecía con el ceño fruncido y cara de asesino en serie mirando a Adam con los brazos cruzados.
—Adam…
—Para la próxima vez tocaré la puerta y evitaré que mis inocentes ojos vuelvan a ver las muestras de amor tan intensas que tienen.
—Adam…
—Aunque yo venía a despertarte porque lo normal a estas horas es que estén durmiendo y no apunto de follar…
—¡Adam!—grité, con las mejillas encendidas. El pegó un saltito y me miró con el ceño fruncido.
—¿Queeé?
—¡Que ha sido una equivocación lo que acabas de ver!—me arrepentí al instante.
—Perdona, pero vi perfectamente cómo le seguías…
—¿Una equivocación?—Blake empujó, sin medir fuerza, el cuerpo de Adam -el cual cayó de trasero al suelo- y tomó su lugar mientras me observaba molesto y con la mandíbula tensa.
—¡Oye!—protestó Adam, levantándose del suelo.
Di un paso hacia Blake y el retrocedió con el semblante cada vez más serio.
—No quise decir eso—expliqué.
—Si lo has dicho es porque lo sientes ¿Por qué demonios me has dado esperanzas si sigues odiándome?—farfulló entre dientes.
—¡Estoy confundida! ¿Okey?—me llevé las manos a la cara, frustrada por no poder controlar la situación.
—Si estás confundida no me involucres a mí en esa m****a y no me confundas a mí también, no lo hagas.
—Blake, no te pases—intervino Adam.
Blake se giró hacia él y lo apuntó con el dedo.
—Tú, si no sales en dos minutos de esta habitación yo mismo vendré a buscarte—y luego de eso, salió de la habitación dando un fuerte portazo.
Me senté en la cama nuevamente y pasé las manos por mi cabello.
—La he cagado ¿verdad?
—Amy, el la ha cagado muchas más veces y tú lo has perdonado, es lo justo que él te perdone también.
—Es que ¿y si aun no he logrado olvidar y no lo he perdonado?
Se sentó en la cama y me pasó un brazo por los hombros.
—No es muy inteligente ponerte a pensar eso después de lo que pasó, Amy. Si no tienes las cosas claras vas a dañarlo a él y a ti a la vez. Blake fue un idiota, pero jamás te usó de esta manera.
—Blake me descontrola, Adam ¿qué demonios puedo hacer con eso?
—¿No crees que ya es tiempo de dejar el pasado atrás? Sabes que este tipo de sensaciones son inevitables, y si vas a estar con él que sea porque ya lo perdonaste y en verdad quieres hacerlo, y no simplemente porque el lazo está creciendo y no te puedes controlar.
Me quedé en silencio, tal vez tenía razón, tal vez todos la tenían y yo era la única que estaba equivocada, tal vez estaba actuando como una verdadera resentida, quizás estaba siendo igual que Blake cuando creyó que yo era responsable de la muerte de sus padres y no tenía la capacidad de perdonar. Lo había llamado tantas veces resentido de m****a, y lo irónico es que esta vez lo estaba siendo yo también.
Lo engañaron, le mintieron, le quitaron todo lo que tenía, era normal que se sintiera de esa forma ¿verdad?
Había estado pensando durante tanto tiempo en mí, en lo que yo sentía, en lo que yo sufría, pero jamás me puse a pensar en como él se sentía y tal vez ya era tiempo de que lo hiciera.
—Es mejor que me vaya—musitó Adam, yo solo asentí aun sumida en mis pensamientos y sentí el ruido de la puerta cerrarse.
Salí de la habitación luego de unas horas, acercándome a una mujer que merodeaba por los pasillos con una bandeja de comida en sus manos.
—Hola ¿sabes donde se encuentra la habitación de Blake?
—Oh, claro que sí, justo le llevaba algo de comer, no quiso abrirme cuando vine hace un rato, cuando salió tras de usted no había comido—ella me sonrió y señaló la bandeja con su cabeza.
—¿Te molesta si se la llevo yo?
—Claro que no, a él le encantará la idea—me entregó la bandeja y se marchó.
Me dirigí a su habitación y golpeé la puerta, al no tener respuesta simplemente abrí, esperando que no se enojará. Casi se me cae la bandeja al suelo al verlo.
Estaba sentado a un lado de la cama, la luz de la luna alumbraba su habitación y pude ver detalladamente como sus mejillas lucían mojadas. Dejé la bandeja en la cama y corrí hasta él, agachándome a su lado.
—¿Qué…
Divisé una botella de vidrio a su lado, no supe cual era su contenido pero si pude sentir el intenso aroma a alcohol, eso definitivamente no era un trago normal, porque cuando me acerqué un poco más y lo oí balbucear con torpeza, supe que estaba borracho.
Capítulo 7 —Blake—susurré agarrando sus mejillas, el solo me miró, pero no dijo palabra alguna—¿Qué has bebido?—Debes reposar—por fin habló, cuando miré mi pie recién entré en cuenta de que este estaba vendado.—No te preocupes de eso, Blake—me senté a su lado apoyando mi espalda sobre el costado de la cama—. No has respondido mi pregunta.—Lo siento—murmuró, y en un acto inesperado, recostó su cabeza en mi hombro.—Quien debe disculparse soy yo—jugueteé con mis dedos sobre mi regazo—. No debí decir eso.—No puedo cambiar lo que sientes—metió su rostro en mi cuello, inhalando mi aroma—y puedo entender que no quieras nada conmigo, pero eso no quiere decir que no me duele, porque joder, es como si me clavasen mil flechas de pla
Me quedé en blanco por unos instantes, sin saber qué decir. —Amy—musitó de nuevo, serio. —Marc es un amigo de la cabaña—respondí. —¿Un cazador?—se sentó, pasando las manos por su cabello con frustración—¿Tienes un amigo cazador? —Si, Blake, pero… él no es como ellos. Soltó una risa irónica mientras me observaba. —Amy, es exactamente igual. Mata a gente como yo, tortura, desprecia. Es exactamente igual. —No mata porque lo desea—expliqué—él… —Ah, lo hace sin querer entonces—me interrumpió. —Solo escucha. Puedo confiar en él, porque al igual que yo hace esto por la gente que aprecia, por su seguridad. Lo obligaron a hacer esto. —¿Qué tal si te mintió? ¿Qué tal si hizo que creyeras todo eso y no está de tu lado? —Marc no es así. —Parece como si ya lo conocieras lo suficiente. —Lo conozco—exclamé—y estoy dispuesta a meter mis manos al fuego por él, porque ha sido un gran apoyo para mí,
—Debes irte rápidamente. Date prisa antes de que pase el efecto—musitó Kendra, dándome una cesta con alimentos y un botiquín de primeros auxilios,Asentí con la cabeza mientras a trompicones me dirigía a la salida, acompañada de sus empujones un poco fuertes.—Vamos, vamos—me apuró—. Si me descubren no vivo para contarlo, Amy, que valga la pena.Cuando estuve en la entrada me giré hacia ella y la abracé con fuerza, soltando un suspiro—. No sabes lo mucho que te agradeceré esto.—Amy—habló, dándome unas cuantas palmaditas en la espalda—. Tambien te quiero, linda, pero hay poco tiempo.—Ajá, sí. Adiós, y gracias—me separé, y despidiéndome con la mano salí del castillo, dirigiéndome al auto que me esperaba fuera.Abrí la puerta y salud
Entré en pánico y me levanté enseguida, ni siquiera me acordé del dolor. Miré a cada uno, se habían quedado en silencio, todos con el ceño fruncido.—Si se acercan al territorio, los matamos, sino no nos arriesgaremos—habló Carlos.Me tranquilicé un poco más, pero el saber que lobos podían llegar aquí y que podían matarlos me mantuvo preocupada.—Terminado el entrenamiento por hoy.Después de que Carlos nos dejara libres, con Marc nos quedamos fuera, sentados en el tronco de siempre mientras yo bebía agua de mi botella.—¿Crees que estén cerca?—No estoy del todo segura, pero me aterra un poco pensar que puede morir gente inocente.—Creo que no deberías involucrarte en eso, Amy.—No puedo no involucrarme—me giré hacia él y solté un susp
Blake sonrió con aires de superioridad, volteándose y mirando a las personas frente a él sin rastro de miedo o inseguridad.—¿Acaso creen que estoy solo?Los chicos se observaron entre ellos, confundidos, pero con cada arma firme en sus manos.—Tengo una manada entera que es capaz de acabar con ustedes antes de que puedan actuar. Arrancarían su piel en menos de un segundo, ¿de verdad creen que con sus juguetitos lograrán hacerme daño?—su tono podría ponerle los pelos de punta a cualquiera, pero no a mí, y es que estaba un poquito acostumbrada a escucharlo cabreado.—Sal de aquí—murmuró con rabia uno de los integrantes del grupito. Con las manos temblorosas sobre la cacha del arma.—Lo haré—musitó y con el dedo apuntó a Carlos—,pero me llevaré a esa porquería, así que si no les
Permanecía en la sala de espera con la cabeza gacha, esperando alguna noticia, teniendo esperanza de que todo estaba bien. Ella es fuerte, estaba seguro de que podría con esto.Joder, no sé ni para qué hacía el intento de tranquilizarme, estaba aterrado, como nunca antes lo había estado.Cuando mis padres fueron secuestrados, asesinados y torturados sin piedad por aquellos cazadores, todo sucedió tan rápido, que cuando el golpe de realidad llegó a mí, ya estaba cavando sus tumbas y metiéndolos bajo dos metros de tierra.Desde ahí, desde los 15 años de edad estuve solo, liderando la manada, al principio sin nada de experiencia, y poco a poco desarrollé mis habilidades, mi fuerza y mi poder, pero junto a eso, la ira, el dolor y la rabia fueron también creciendo a la par del deseo de venganza. Y cuando todo eso me convirtió en un verdadero gilipollas, ah&
Amy en unos minutos estaba dormida, creo que su cuerpo aun estaba bajo los efectos de algún sedante o algo por el estilo. Su cabello cayó sobre su rostro de forma desordenada y se lo quité con cuidado, acariciando su mejilla en el proceso.Nadie podría entender lo que sentía en estos momentos, la tranquilidad y felicidad que se hallaba en mí era indescriptible.Sentía mi corazón latir con más tranquilidad, mi pulso estaba estable y mi pecho ya no dolía. Es increíble el daño que le puede causar a un lobo que su compañera esté mal, a veces se siente como si Amy y yo fuésemos uno solo y pudiera adivinar todo lo que quiere, siente y piensa. Es una conexión que va más allá de lo que puedo explicar.Y tal vez un poco tarde me he dado cuenta de cuanto ella vale, de todo lo que me hace sentir y de lo importante que es Amy en mi vida.Cuand
AmyNo sé qué pasaba por mi mente en estos momentos, solo sé que lo quería, acariciando mi piel, besándome, o lo que quisiera. No me importaba nada más.Él podía ser un idiota, y yo al igual que él podía serlo, estaba comportándome impulsivamente, dejándome llevar por lo que mi cuerpo anhelaba. Unas cuantas ideas aparecieron en mi mente, y tuve la sensación de querer experimentar cosas distintas con Blake. Porque apenas me tocó la piel de mi pierna desnuda, supe que quería que lo siguiera haciendo, quería que, su piel caliente estuviera en contacto con la mía, que sus dedos se siguieran deslizando por la piel, que sus labios volvieran a rozar mis mejillas, mis labios, o cualquier parte de mi piel que a él se le antojase, y es que tal vez lo deseaba más de lo que me gustaría admitir.¿Pero aquí?