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Joaquín miró al hombre con rabia, solo imaginar que pudiese tocar a su esposa, que hubiese mentido y no fuese su hermano.Diana sonrió levemente.—¿Qué hacen aquí? —exclamó Rodolfo—. Pensé que habías elegido a este hombre que a tu hermano y familia.Diana se sorprendió, pero bajó la mirada.—Yo…—¡¿Quién eres tú?!Rodolfo miró al hombre con ojos acerados.—¿No me conoces? ¿De verdad? Hablemos aparte, tú y yo, de hombre a hombre, si te atreves.Los ojos de Joaquín se volvieron crueles, no aceptaba ese desafío, su rostro era feroz.Antes de que Joaquín se alejara, Diana tomó su brazo.—Por favor, no le hagas daño.Los ojos de Joaquín la miraron con rencor, mir``o su brazo, ella sintió miedo, tuvo que soltarlo.Joaquín y Rodolfo se alejaron para hablar.—¡¿Quién eres tú?! ¿Es cierto que eres el hermano de Diana?Rodolfo le miró con tal rabia, que Joaquín no tuvo duda, ese hombre sabía cosas.—Sì, soy su hermano.—¡Quiero pruebas! —exclamó con furia.Rodolfo estaba enojado de que no le c
Joaquín deambuló por la habitación.—¡Yo no maté a tu padre! No hice eso.—¡No mientas! Maldita sea, sé que lo hiciste, ¿Por qué mantuviste a mi hermana encerrada todo el embarazo? Solo para que no supiera la realidad.—¿Y por qué no fuiste a buscarla? ¿Por qué no te enfrentaste a mí?—Porque pensé que me odiaba por ser un hijo bastardo, ella no me conocía. Joaquín, sé que tú mataste a nuestra familia, no vas a cambiar mi opinión de ti.—Voy a demostrarle a Diana que yo no lo hice.—Ah, ¿sì? ¿Y cuándo le confesarás la verdad? Estás aprovechándote de su amnesia para tenerla a tu lado de nuevo, no creas que no puedo ver a través de ti —dijo Rodolfo.—¡Y eso seguirá así! Porque si le dices algo, si te atreves, Diana no volverá a ver a sus hijos, ¿quieres eso?Rodolfo se sintió desarmado, le mirò con desprecio.—¡Eres un desgraciado!—¡Voy a demostrar mi inocencia, Rodolfo Larson! Te voy a demostrar que no soy un asesino, pero, no te atrevas a volver a alejar a Diana de mi lado, porque e
—¡No te atrevas a disparar! —exclamó Joaquín—¡Mi hija está muriendo, y espera un hijo tuyo, Joaquín!Los ojos de Joaquín se ensancharon al escucharlo, no pudo evitar sentir miedo, y ver a Diana de reojo, quien estaba tan sorprendida como él.El padre de Felicia bajó el arma.—¡Tienes que hacerte cargo de tus obligaciones! Debes reconocer a tu hijo, y divorciarte de ella, porque ahora mi hija será tu esposa.Diana retrocedió un paso y los hombres de Joaquín detuvieron al hombre y le quitaron la pistola, hasta hacerlo arrodillarse y que ya no fuera una amenaza.Diana entró en la casa, mientras su suegra y Margot aparecían.—Pero… ¡¿Qué ha pasado, Joaquín?! Porque el padre de Felicia actúa de una forma tan errática, ¿Es cierto que ella está hospitalizada? —exclamó Pilar, pero Joaquín no la escuchó y fue detrás de Diana.Diana entró en su alcoba, pero Joaquín fue detrás de ella, se miraron fijamente.—¿Así qué la embarazaste? Bien, Joaquín, entonces, déjame ir, dame el divorcio, cásate c
—¡Escúchame, Felicia! No puedo decidir lo que tú hagas con tu cuerpo, pero no aceptaré tus chantajes, si decides terminar el embarazo, puedes hacerlo, pero te olvidas siquiera de que yo vuelva a ver tu cara, porque te despreciaré hasta mi muerte, en cambio, si eliges tenerlo, yo cuidaré de mi hijo y de ti por ser su madre.—¡Yo te quiero conmigo, Joaquín!—Lo siento, Felicia, es todo lo que puedo ofrecerte, tómalo o déjalo.Joaquín salió de ahí, ella sollozó sin control.Encontró al padre de Felicia que le cerró el paso.—¡No te irás sin hacerte cargo!Joaquín estaba bien harto del viejo, lo tomó del cuello y lo puso contra la pared.—¡¿Quién te crees para hablarme así?! ¿Eh? ¡Podrías estar muerto por esto, idiota! Escúchame bien, si tu hija quiere tener al bebé, yo lo cuidaré, pero si no quiere, y decide terminar el embarazo, ¡no la quiero volver a ver y te olvidas del apoyo que te he dado! No quieran chantajearme, porque todavía no nace quien pueda hacerlo.Joaquín soltó al hombre
Las manos de Margot no dejaban de temblar, mientras luchaba por llamar por teléfono, sus sobrinos lloraban.Cuando escuchó la voz de su hermano, Margot no pudo evitar sollozar.—¡Hermano…!—¿Margot? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?Margot estaba en un sollozo, pero luchó porque su voz fuese escuchada.—¡Se llevaron a Diana!—¡¿Qué?! —exclamó el hombre desesperado—. ¿Dónde estás?***Margot abrazó a los niños.—Mamá va a volver, tranquilos, por favor, mamita va a volver y todo estará bien.Solo quince minutos después, Joaquín llegó, sacó a los niños y los abrazó a su pecho, el rostro de Joaquín estaba desesperado, besó las frentes de los pequeños y miró a su hermana.—Vayan con Jacques, por favor, traeré a su mamita.El guardia cargó a los niños y los llevó al auto.Joaquín se acercó a Margot. Le pidió que le contara todo, ella lloraba, pero logró decirlo todo.—¡Entonces, mi propio chofer y guardias son traidores! Maldita sea, escúchame, Margot, ve al auto con los niños, vayan a casa, y no
Diana temblaba de miedo, estaba de nuevo con la boca cubierta por cinta, mientras Pilar la miraba con rabia.Los hombres entraron—Quiero que la lancen a un barranco, o que se deshagan de ella, lo que sea, pero no quiero volver a verla.Los ojos de Diana estaban cubiertos de lágrimas, ahora creía a esa mujer capaz de todo lo malo en el mundo.Pilar sonriò.—Nos vemos en el infierno, Dianita, y salúdame a tu padre.La mujer estaba a punto de salir, cuando vio esa silueta entrar por la puerta, sus ojos se engrandecieron, pero no màs que los de Joaquín.—¡¿Cómo has podido, madre?!—¡Hijo! —gritó la mujer desesperada, no podía creer que su hijo la hubiera descubierto.Cuando Joaquín observó a su esposa, maltrecha y atada, sintió que el corazón se le empequeñeció, corrió hacia ella, a liberarla, su madre intentó escapar, pero rápidamente fue detenida por los guardias de Joaquín.—¡Diana!Diana abrió los ojos, le miró con lágrimas, èl la ayudó a liberarse, pronto la mujer cayó en sus brazo
—No debiste casarte con él, debiste ser mi esposa; ¡Ese hombre no te ama, Diana! ¡Nunca te amó!Diana Larson esperaba en el jardín, y sintió las manos fuertes de su exnovio Ronald, que la llevaron a un lado y la apartaron del salón donde estaban todos celebrando que se había casado.—¡Ya basta! Ronald, hoy es el día de mi boda y no quiero que digas nada malo de mi esposo.Estaba a punto de marcharse cuando el hombre tiró de su brazo con fuerza.—¡Espera! Hay algo que debes saber sobre ese hombre; ¡Escúchame, Diana!, todo fue un plan de venganza contra tu padre porque èl dejó en la ruina a su familia, ¡Joaquín Andrade no te ama, solo quiere vengarse de ti!Diana estaba perpleja, de todas las cosas que Ron hizo para separarla de su prometido, esta era la peor de todas.Ella abofeteó su rostro, el hombre le miró incrédulo.—¡Mientes!Ron tomó su móvil y le mostró una grabación.«Ahí podía ver con claridad a Joaquín Andrade frente al padre de Diana Larson, discutiendo.—¡Arruinaste a mi
Cuando Diana abrió los ojos, observó el lugar donde estaba. Por un instante no recordó nada, pero luego, los recuerdos vinieron de golpe.Enderezó su postura, miró a todos lados.—¡¿Dónde estoy?! — Recordó la explosión, las lágrimas corrieron por su rostro como una cascada. Pensó en sus padres, quería negar que su muerte era verdad.Alzó la vista y vio a ese hombre de pie frente a ella. La mirada de Joaquín era devastadora, había compasión y dolor en ella.—¡Dime que no es cierto! —exclamó—. Dime que mis padres no murieron, ¡todo es una pesadilla! ¿Verdad que sí?Joaquín hundió la mirada, sintió mucha tristeza, negó.Tragó saliva.—Lo siento mucho, mi amor, no sé cómo ocurrió, hubo una explosión, no pudimos salvar a nadie… Lo siento tanto…—¡No! —exclamó—. ¡No! —gritó hundiendo su rostro entre sus manos.Joaquín intentó acercarse, de pronto, Diana lo empujó, se levantó de la cama, lo apuntó con el dedo.—¡Fuiste tú! ¡Tú los mataste! Eres un ¡Asesino! —gritó con rabia.Joaquín estaba p