Han transcurrido algunos días desde que estoy viviendo con Alex en su casa. Extraño a Emma, nuestras charlas y complicidad. A pesar de que estamos viviendo juntas, ella está muy distanciada de mí. Siento que Irene la está poniendo en mi contra, aunque con Vera me estoy llevando mejor que antes, sobre todo gracias a Samuel.Con Irene nos llevamos cada vez peor, principalmente por Gabriel. Ella me culpa porque él se fue de casa y yo también me culpo. Estoy decidida a hablar con él y volver a pedirle perdón si es necesario. Él no puede alejarse de su familia por mi culpa.No quiero a Gabo cerca de Brad porque él no es una buena persona y no me gustaría que le hiciera daño. No amo a Gabriel, pero le tengo un enorme cariño y me dolería si sale lastimado por culpa de ese imbécil.En este instante, estoy esperando en la casa de Brad a que él baje. La sirvienta me aseguró que llamaría a Gabriel. Por supuesto, Alex no sabe que estoy aquí porque es muy celoso y me imagino que se formaría un gra
—Eres Alba, mi princesa, la niña que creí que estaba muerta, pero estás aquí —dice Esteban con una mezcla de asombro y certeza en su voz.—Qué buena broma, Esteban —intento disimular mis nervios, aunque mi corazón late con fuerza.Él se acerca a mí lentamente, sus pasos firmes resonando en el suelo hasta quedar a centímetros de mi rostro. Siento su aliento cálido y su mirada fija en la mía, penetrante y llena de curiosidad.—Encontré tu fotografía entre tu ropa y he estado investigando. Rubí Sánchez no existe y, si existe, no eres tú —su voz es baja pero contundente.—¿Revisaste mis cosas? —pregunto, incrédula, mientras un escalofrío recorre mi columna.Ahora comprendo por qué mi ropa estaba revuelta. Yo había creído que me habían asaltado, pero se trataba de Esteban.—Te salvé, guapa. Cuando te fuiste a la playa, Gabriel estaba como loco buscándote. Él está obsesionado contigo, no ha cambiado durante los años. Revisamos tu cuarto: él se concentró en tus bragas y yo en ocultar tu foto
Narrador omnisciente—¿Cómo pudiste ser tan torpe, Brad? —le recriminó la mujer de largo cabello, o mejor dicho, peluca. Desde hace más de doce años, ella oculta su verdadera identidad del mundo. Ser descubierta no solo arruinaría sus planes, sino que la pondría en gravísimos problemas. Sin embargo, una persona conoce su identidad: Brad. Ella debió haberlo eliminado hace años, pero aún le servía a sus propósitos.Era una mujer manipuladora y perversa, escondida tras una fachada de nobleza e inocencia. Su especialidad siempre había sido manipular a las personas a su antojo, y hasta ahora, siempre se había salido con la suya. Pero de repente, algo cambió y sus planes se vinieron abajo.—Fue un descuido —alegó Brad, restando importancia a la situación.—Como siempre, yo tendré que arreglarlo —respondió ella con desdén.El descuido de Brad había permitido que Ivana escuchara cuando él charlaba con su cómplice por teléfono sobre Alba Smith. Ahora, su hermana sabía la verdad y no dudaría en
Brad me entretuvo durante aproximadamente dos horas regañándome sobre la discusión con mi madrina y repitiéndome que somos un equipo, que solo quiere cuidarme de Alex y todas las frases que siempre usa con intenciones de manipularme. Llegué agotada al cuarto y solo quería darme un baño largo. Cuando salí de la ducha, noté que Alex había llegado y tenía sangre en los nudillos y el labio roto. Me pregunté cómo se habría lastimado de esa forma. —Amor, ¿qué ocurrió? —le pregunté preocupada. —Tuve un cruce de palabras con Brad —respondió sin mirarme directamente. —Déjame curarte —le ofrecí. Busqué el botiquín de primeros auxilios entre los cajones del clóset. Cuando lo localicé, estaba a punto de tomarlo, pero él me agarró de la cintura y comenzó a repartir besos en mi cuello. —Pequeña, me encanta tu aroma —murmuró. —Ya, payaso —intenté empujarlo, pero él me sostuvo con fuerza. —Nos vamos hoy mismo —afirmó de repente. —¿Por qué la prisa? —pregunté curiosa. —Me adelanta
Hace más de dos horas estamos en el avión, Vera está casi dormida y Emma furiosa porque no pudo despedirse de Ivana. Al parecer no responde el celular, le pidió a Alex que la lleve a verla pero él se negó.No deseo separar a la niña de Ivana, pero ella debe entender que la mujer de su padre soy yo. No me gusta para nada la idea de que mi Alex este cerca de esa mujer, ni siquiera, por la niña.Yo estoy segura que Ivana sería muy capaz de usarla para recuperar a Alex y eso nunca lo permitiré, él solamente me pertenece a mí, a nadie más.—¿Emma no quieres comer un poco? —Le pregunté—No — Niega con la cabeza y me asesiná con la miradaYa no queda rastro de la niña dulce y amable que solía ser conmigo. Durante los últimas días me ha ignorado o evitado y cuando me habla lo hace de una mala forma.En verdad, me duele no soy la típica novia que quiere llevarse bien con las hijas de su novio por obligación, yo en verdad las quiero como si fueran familia.Sé que nunca sería una madre para ella
Los gritos de Emma me despertaron, irrumpiendo en nuestra habitación hecha un mar de lágrimas.—¿Qué ocurre, Emma? —le preguntó Alex mientras bostezaba.—Ivana está muerta.—¿Qué? —exclamé incrédula al escuchar esas palabras salir de su boca.Yo estaba completamente sorprendida, mientras que la expresión de Alex era diferente. Él parecía frío y distante, como si estuviera en shock o simplemente no le importara.—Debe ser un error, una noticia falsa —comentó Alex.—No, papá, me lo dijo la tía Irene. No pude despedirme de ella por culpa de ustedes dos, los odio —sollozó Emma, sin dejar de llorar.No lograba contener las lágrimas, y la culpa me consumía. Alex se acercó a su hija para abrazarla, pero no pude evitar notar que no derramaba ni una sola lágrima. La última vez que Ivana y él hablaron, ella estaba muy enfadada y le había prometido destruirlo. Después se vieron, y él me dijo que habían arreglado las cosas. Sin embargo, era imposible que se encontraran y ella no le mencionara nad
El último mes me he dedicado a intentar hundir la empresa a espaldas de Gabriel. Él no me quita la mirada de encima. No es ningún tonto y se da cuenta perfectamente de mis intenciones. Cada vez que me observa con esos ojos calculadores, siento un escalofrío recorriendo mi espalda. No es fácil llevar a cabo mis planes con él tan atento a cada uno de mis movimientos. Su habilidad y odio hacia mí no me favorecen en lo más mínimo.Cometí un grave error al confesarle quién soy. Fue una terrible equivocación, y temo que pueda decirle la verdad a Alex. No sé cómo él podría reaccionar. Brad me ha ayudado a hundir a los Santillán. Debemos aprovechar ahora que Alex está fuera de la jugada. Desearía que ese hombre no regresara nunca porque no quiero volver a verlo en lo que me resta de vida. Aún no puedo creer que estoy enamorada de un asesino, del asesino de mis padres y ahora, Ivana se suma a su lista de víctimas. Ella no me agradaba, pero no merecía morir de esa forma.Le envié toda la informa
—¿Es verdad lo que dijiste? —le pregunté a Brad cuando estuvimos a solas, mi voz apenas un susurro cargado de incredulidad y miedo.—Yo nunca miento, Alba —me respondió con firmeza, abrazándome y comenzando a frotar mi espalda en un intento de consolarme.—No puedo creer que Alex lastimó a su hermano —dije, sintiendo las lágrimas resbalar por mis mejillas—. No puedo creer que él sea un monstruo. Él no pudo ser capaz.—Ya, hermosa —dijo Brad, deteniendo mis lágrimas con sus manos en mis mejillas, su mirada llena de compasión.—Amo a un asesino. ¿Qué clase de persona soy yo? —pregunté, mi voz quebrada por la desesperación.—Alba, él te manipula a su antojo, hermosa —respondió, su voz suave pero llena de convicción.—Me dejas sola —le pedí, sintiendo que necesitaba un momento para procesar todo.—Me quedaré en el cuarto de al lado. Ve a dormir, hermosa —dijo, depositando un beso en mi frente antes de permitirme dirigirme hacia mi habitación.[...]Nos reunimos en casa de Brad, Samuel, Es