Wari, al cumplir un año comenzó a hablar con mucha claridad en su nativo. Al ver esto sus padres sorprendidos apoyaban y aportaban al desarrollo de su hijo, aunque sabían que era muy acelerado. Sin embargo, también querían que haga cosas de acuerdo con su edad para que no pierda esa experiencia necesaria. Pero Wari prefería pasar tiempo en la naturaleza a solas o con un carpincho que había comenzado a visitarlo a diario en su aldea desde hace algunos meses, debido al encuentro que tuvieron en el río.
A Wari le gustaba sentarse en la esquina de su vivienda y observar cada una de las actividades que realizaban en la aldea. Pero algunos días también iba con sus padres a recolectar las cosechas, ya que a sus padres no les gustaba llevarlo con ellos debido a su corta edad. Wari ocasionalmente salía a hurtadillas de donde cuidaban a los niños para ir a observar y sorprender a sus padres en sus largas jornadas de trabajo.
Wari ocasionalmente salía a hurtadillas de donde cuidaban a los niños para ir a observar y sorprender a sus padres en sus largas jornadas de trabajo. El niño se escondía como una bestia a punto de atacar, en los campos hasta que divisaba a su padre o madre y luego les saltaba a la Pierna, fingiendo que era un jaguar. Ellos se sentían muy preocupados ya que le tramo que tenía que recorrer para llegar a los sembríos era muy largo para un niño de su edad.
Wari seguía creciendo con rapidez, y cada vez era más fuerte he independiente. A la edad de dos años, el kuraka les pidió a sus padres que lo dejaran con él durante sus jornadas laborales. El kuraka comenzó a enseñarle sobre las plantas y cómo estás podían curar a la gente, el anciano sabía que Wari era un niño diferente a cualquier otro y que entendería todo rápidamente. Y efectivamente así fue, a la edad de tres años comprendía ya el uso de la mayoría de las plantas y sabía cuáles eran venenosas y cuáles no. Sisa y Sayani estaban realmente felices con sus aprendizajes y sobre todo sorprendidos. La tribu observaba con admiración a Wari, ya que nunca habían visto a un niño como él, con el paso del tiempo fue demostrando aún más habilidades.
Una mañana Wari se encontraba caminando por la selva, se iba a recoger plantas para llevarle a su madre quien tenía un fuerte dolor de espalda por su trabajo. Él sabía perfectamente lo que necesitaba para poder sanar su dolor. Sin darse cuenta se adentró en la selva, mucho más de lo que sus padres le habían permitido estando solo. Pero era ahí, sumergido en el espesor de la naturaleza, donde encontraría lo que buscaba. De repente se quedó inmóvil, sintió que muy cerca había un jaguar. Comenzó a caminar cuidadosamente, avanzó varios metros hasta que encontró al jaguar. El animal estaba recostado, en sus rugidos parecía que se estuviera quejando. Al verlo, supo de inmediato que ese jaguar era el mismo que había visto tiempo atrás cuando salió a caminar con su padre.
El animal estaba gravemente herido, Wari se acercó y vio que tenía una herida grande en la parte de las costillas. El jaguar lo miro directamente, y él supo que le estaba advirtiendo de algo importante. Wari haciendo caso omiso a la advertencia del jaguar se acercó más y lo acarició, mientras pensaba como podría ayudarlo. Es entonces cuando el niño escucho como la yerba a su alrededor se comenzaba a mover bruscamente, se levantó de un salto y vio como un jaguar mucho más grande se aproximaba, ese había sido quien ataco al animal que estaba ahora herido.
Wari había pensado que todos los animales serían gentiles con él, ya que hasta el momento había sido así. Sin embargo, este animal no tenía intenciones de ser gentil. Wari no comprendía su ira, pero lo notó al ver directamente en sus ojos. El jaguar atacaría a Wari en cualquier momento, y él estaba seguro de que correr no era la mejor idea. Con sus ojos y con su espíritu, Wari intentaba comunicarle al jaguar que él no le haría daño, que él solo quería ayudar. El animal no estaba en condiciones de ceder parecía ser que su ira se desprendía de entre su pelaje.
El niño se quedó paralizado, sin saber que hacer frente a una amenaza como esta. Nunca pensó que las cosas podrían darse de esta manera. Cuando el jaguar estaba a punto de saltar sobre Wari, algo que fue difícil de divisar para el niño saltó sobre el jaguar y lo detuvo. Wari, estupefacto, se puso de pie para poder ver que es lo que había atacado al enorme animal. Pudo observar cómo, a pocos metros de él, un hombre de gran tamaño luchaba con el jaguar cuerpo a cuerpo. Su pelea duró aproximadamente diez minutos, hasta que finalmente el animal cayó rendido. El hombre, estaba sobre el lomo del animal cuyas patas no habían aguantado más, le sostenía la cabeza y el cuello con fuerza. " ¡Ven aquí niño! ! gritó el hombre dirigiéndose a Wari con un grito muy fuerte. Wari con temor y rapidez se acercó al hombre. " Debes quitarle la vida mientras lo miras a los ojos" le dije el hombre mientras le extendía rápidamente un arma cortante. Wari la tomo entre sus pequeñas manos, no sabía realmente que hacer. Se sentía muy nervioso y asustado, eran emociones que nunca antes había experimentado. " ¡Hazlo rápido!! gritó el hombre interrumpiendo su hilo de pensamientos. El niño sin saber exactamente lo que hacía se acercó al animal y clavo el arma en su pecho mirándolo directamente a los ojos. Murió al cabo de unos segundos. Wari no supo exactamente lo que había ocurrido, por primera vez en mucho tiempo comenzó a llorar, no podía detener sus lágrimas, no había llorado desde que era un bebe de meses de nacido. Sintió en su corazón una pena muy grande al haber matado a aquel majestuoso animal. Posó sus brazos sobre el cadáver y ocultando su rostro en ellos soltó sus lágrimas desconsoladamente. Era un momento en el que Wari había experimentado muchas emociones nuevas. Estaba confundido y a la vez triste. En un momento dado levanto su rostro al cielo y gritó "¡Perdóname pacha mama por lo que he hecho!".
El hombre que estaba junto a él, quien era parte de los guerreros boca de jaguar, se fue acercando poco a poco.
— Hijo de los dioses, ¿Entiendes lo que acabas de hacer? — Dijo el hombre mientras posaba su mano sobre la espalda de Wari.
— Lo entiendo, acabo de quitarle la vida a uno de mis hermanos — Dijo Wari aun llorando — Los dioses no me van a perdonar. ¿Qué debo hacer ahora? No poder levantar el rostro a los cielos — Dijo Wari mirando a los ojos al hombre. Él se estremeció al escuchar a Wari, “Solo tiene tres años y comprende lo que acaba de hacer, es verdad lo que decían de él, a pesar de su conciencia sigue teniendo la inocencia de un niño” pensó.
— Joven Wari, no te preocupes, los dioses nos permiten defendernos de las bestias ya que ellas no tienen la consciencia que nosotros tenemos. Pero no olvides que no está bien sacrificar a un animal sin razón alguna — Le dijo el hombre con cariño — ¿Te arrepientes de lo que acabas de hacer?
— Me arrepiento desde lo más profundo de mi ser, quisiera dar mi vida por la del jaguar, porque yo estoy en su territorio, a pesar de que sabía de las historias que contaban de la selva. Me siento muy culpable.
— Niño, vamos a hablar con el kuraka. Por cierto, mi nombre es Amaru, líder de los jaguares.
Caminaron juntos, hacia la aldea, cargando el cadáver del animal, en busca el jefe de la tribu. Wari, durante todo el camino no había parado de llorar en silencio, pidiéndole a Amaru un momento a solas con el cadáver del jaguar, Amaru asintió con la cabeza y se alejó, sin dejarlo de observar, debido a que estaba muy intrigado con ver que planeaba hacer Wari.
El niño se acercó a la criatura muerta, se arrodillo, se abalanzó sobre ella mientras lloraba con más intensidad. “Perdóname, ha sido mi culpa que haya pasado esto, tú solo protegías tu territorio, te prometo que jamás volveré a hacer daño a alguna bestia. SI fallo en mi promesa que los dioses me castiguen” dijo Wari en un susurro. Para cerrar su trato Wari toma la pata de la bestia y la presiona hasta que la garra se asoma y con ella se hace un corto en la palma de la mano, la sangre brotando de la mano de Wari, como una cascada, se dirige directamente hacia la boca de la bestia, como símbolo de su promesa.
Amaru observando desde lejos, se acerca donde el niño, dándole un abrazo. Recoge el cadáver y vuelve al camino. Al llegar finalmente con el Kuraka, Amaru, le relata todo lo sucedido. El kuraka al ver el cadáver del animal y al ver la sangre, le pregunta a Wari si realmente él le quitó la vida.
— Joven Wari, ¿realmente le has quitado la vida?
— Así es — Dijo con lágrimas en sus ojos — Soy un hombre malo, ¿debo ser castigado por lo que he hecho?
— No te preocupes, yo hablaré por ti con los dioses – Dijo el anciano con voz cálida.
Wari dando las gracias se retira hacia su casa, mientras Amaru y el jefe se quedan charlando. El niño recuerda en el momento en el que Amaru saltó de entre la maleza, tenía en su mente presente, cada uno de sus movimientos. Estaba sorprendido con la habilidad del hombre por lo que empieza a imitarlo. Un momento más tarde, llegan sus padres a casa, junto al kuraka, quien ya les había contado lo sucedido. Sisa, llama a Wari para comentarle lo que habían hablado con el kuraka. Wari se acercó, temeroso por la acción cometida, sin embargo, sus padres lo recibieron alegremente, debido a que el Kuraka había tomado la decisión de que Wari fuera su sucesor cuando crezca.
— Lo que has hecho no es malo, has protegido tu vida y la de tu tribu, estamos felices por ti. Gracias a ti todos estamos a salvo — Dijo Sisa con alegría.
— Killa churi, quiero que seas el siguiente kuraka. Te enseñaré todo lo que sé.
— No quiero ser el jefe, quiero ser un guerrero, un boca de jaguar — Responde Wari — Como Amaru, quien me salvó hoy y así proteger a la Aldea.
— Lo serás, serás el mejor guerrero — Despidiéndose así, de la familia.
Los padres estaban molestos por la respuesta de Wari, ya que, para su comunidad, el mayor honor era ser un kuraka. “Si no eres el kuraka, solo serás un agricultor, como tus padres y tus ancestros” dijo su madre.
Wari huyó de la discusión con sus padres, adentrándose en la selva una vez más. Buscando a su amigo carpincho. Al encontrarlo, le contó todo lo sucedido mientras sus lágrimas brotaban de sus ojos, con confusión y miedo. Sin saber que, el destino le tenía preparado algo diferente.
Se quedó dormido junto al carpincho. Tuvo un sueño donde el combatía a unos seres extraños, de piel blanca, montados sobre bestias de cuatro patas, las cuales nunca había visto, las mismas que eran maltratadas por los hombres blancos. El carpincho al verlo dormido fue a la aldea a buscar a sus padres. Ellos al ya conocer que pasaba mucho tiempo con él, entendieron que tenían que seguirlo. Sisa y Sayani, tomaron una antorcha y siguieron al animal, quien los guio hacia donde se encontraba Wari, quien estaba totalmente dormido alrededor de unos matorrales. Sisa, cargo al niño con amor y delicadeza, llevándolo de vuelta hacia la tribu para que descanse, ya que sabía que su día había sido complicado. Observando, en el camino, la herida que tenía Wari en su mano.
Con el paso de los días, Warí comenzó a escapar de casa y se escabullía tal cual un jaguar antes de cazar, para observar cómo entrenaban los boca de jaguar, llevando con él a su carpincho que se había convertido en su compañero de aventuras a través de sus juegos, sin darse cuenta Wari comenzó a imitar lo que veía de los boca de jaguar y de las bestias de la selva, casi como si fuera parte de él. Debido a esto Wari adquirió habilidades como la caza y el uso de las amas y la lucha. Los padres de Wari, al estar en contra de que él entrene, lo hacía a escondidas. Pero él no sabía que el hombre que lo había salvado en días anteriores lo observaba. Este hombre al darse cuenta de las increíbles habilidades de Wari, decido comentarlo con el Kuraka.El kuraka, observa a escondidas a Wari y se sorprende al notar que a tan corta edad haya podido desarrollar estas habilidades. Viendo su capacidad física tan prometedora, llama a los padres de Wari para que lo observen de lejos, al igual que él lo
Antes de emprender su travesía por la selva, a Wari se le ocurrió la idea de mostrarle a su nueva amiga, el árbol donde había nacido y donde los dioses le habían devuelto la vida. Tomándola de la mano la llevó hacía el lugar, aunque el trayecto no era largo, había que caminar una distancia considerable. El lugar donde Wari llegó al mundo había sido transformado en un espacio de adoración a los dioses, debido a lo ocurrido en su nacimiento. El árbol, a pesar de los años que habían pasado y del daño que había sufrido, mantenía sus raíces firmes y fuertes y sus hojas, aunque pocas, seguían floreciendo con una tonalidad verde intensa y otras habían tomado un color blanco similar al color de la cicatriz de Wari. Se podía ver en su tronco la grieta que había dejado el rayo que cayó sobre él, sin embargo, se había cubierto de corteza nueva, y por eso se asemejaba a una cicatriz sobre la piel.Wari, entusiasmado, corrió hasta el árbol, mientras le contaba a Suyana que en ese lugar fue donde
Los niños acompañados de su gran amigo carpincho decidieron seguir la ruta ya trazada, realizando un esfuerzo sobrehumano para transportar el cadáver del animal, atravesando una espesa selva con temor a perderse, escuchando los sonidos de la naturaleza, el viento susurrante, el sol que se ocultaba entre las copas de los árboles. El viento soplaba con fuerza, elevando la tierra y partículas pequeñas hacia el rostro de los dos exploradores. Los animales ya empezaban a percibir el olor de la carne muerta, con miedo el niño tomó su lanza para poder seguir adelante y protegerse de las bestias de la noche. Llegaron al lugar donde horas atrás, se habían detenido a descansar. Al ver un rastro de la braza sobrante, tenuemente encendido, con un rojo brillante, Wari decidió amarrar hojas a su lanza y realizar una antorcha para iluminar su camino a casa. El carpincho caminaba delante de ellos con la intención de protegerlos.De repente, sonó un ruido estruendoso, apareciendo de entre la oscuridad
Todos en la tribu estaban realmente intrigados por la extraña herida del animal. El kuraka había examinado la herida con detenimiento durante toda noche. A pesar de todos sus conocimientos no pudo determinar que pudo haber causado la herida. Eso lo preocupo bastante, la muerte indescifrable de ese animal significaba para su tribu un peligro constante. No sabían a lo que se estaban enfrentando.Tal vez podría ser un animal que no conocemos — Sugirió Amaru al kuraka.Es posible, la selva es muy extensa y la Pacha mama nos sorprende todo el tiempo — Dijo el kuraka pensativo — Seguramente es algún tipo de criatura nocturna.Tenemos que estar alerta durante las noches, no podemos permitir que esa bestia nos sorprenda dormidos y ataque a nuestra tribu.Tienes razón. ¡Escuchen todos! — Grito el kuraka para que la tribu lo pueda oír — ¡Tenemos que organizarnos para proteger nuestra tribu, hay un animal que nunca antes hemos visto merodeando por nuestro territorio!Todos se miraron entre sí co
Poniéndose de pie, miro con detenimiento lo que había encontrado. Levantó su mano mostrando a todos la pequeña esfera. Desatando miedo en la población, sin saber ni poder explicar que era el objeto. Pero definitivamente era lo que había causado la herida en el animal. Para no causar pánico en la comunidad el anciano con voz firme dijo:Esto proviene de las manos de los dioses, es un castigo. Por eso lo encontró el killa churi, para alertarnos a todos. Los dioses están molestos.¿Están molestos con nosotros? — Preguntó alguien entre la multitud.No lo sabemos. Debemos realizar una ofrenda especial, para apaciguar la ira de los dioses. Todos debemos recolectar la mejor parte de nuestras cosechas. Mañana nos encontraremos aquí, muy temprano. Todos tendrán que traer algo para hacerlo parte de la ofrenda.Todos se retiraron a trabajar en lo que el kuraka había pedido. Wari se quedó hasta el final y se acercó al kuraka con una duda. No había dejado de pensar en aquel inquietante sueño, y p
Un grupo de cinco niños estaban a vísperas de comenzar a entrenar con los guerreros boca de jaguar, entre ellos estaba Wari, quienes estaba realmente entusiasmado de que finalmente el día que tanto esperaba estuviese tan cerca. Siempre que había un grupo de nuevos niños la tribu organizaba una celebración. El kuraka había pedido que trajeran muchos alimentos y también días atrás había comenzado con la preparación de la chicha, misma que requería dé varios días para fermentarse. Todos estaban muy entusiasmados a excepción de Suyana. Ya que no había sido llamada para unirse a los guerreros y era algo que deseaba desde hace tiempo.— No sé porque el jefe no me ha incluido en el grupo de los que iniciarán — Le dijo ese día Suyana a Wari.— Es raro, pensé que había visto todas tus habilidades.— Quizás no soy tan hábil como tú Wari, yo no soy tan fuerte, ni hablo con los animales.— No es necesario eso, creo que tal vez, no se ha dado cuenta de tu potencial aún. Hemos aprendido a hacer muc
Los visitantes y los Rumi formaron una excelente relación que los llevó a compartir tradiciones y conocimientos. Se quedaron treinta días y treinta noches. Wari y Atreus habían formado una estrecha relación.El día en que los visitantes partieron Wari, con lágrimas le entregó la lanza con la que se había protegido todo ese tiempo. Atreus agradecido tomó la lanza y la sostuvo mientras se alejaba y desaparecía entre los árboles.Después de la visita, todo había marchado con normalidad en la tribu, y los niños ya habían empezado su entrenamiento. Cierto día, Wari y Suyana , estaban en la orilla del río recolectando piedras para fabricar las puntas de sus flechas. Buscaban las piedras más lizas y redondas. Estuvieron un largo rato ya que también jugaban con los peces y se salpicaban agua el uno al otro. Hace algún tiempo que no Visitaban el río, esa pequeña travesía común, les causó mucha emoción, sin embargo, no podían quedarse mucho tiempo, ya que el kuraka los esperaba.Entonces, Wari
En lo profundo de la selva amazónica, hace mucho tiempo, se asentaba una tribu llamada Los Rumi (Piedra Fuerte). En ella convivían más de cuatrocientos nativos. Tenían una organización específica, en donde cada uno cumplía con una función, desde los animales, ancianos, niños, hombres y mujeres. La organización que habían desarrollado y su manera de vivir los convirtió en una sociedad utópica.Los animales, aparte de ser una fuente de alimento, eran compañía, seguridad y apoyo en la tribu. Los Yachachik (ancianos y/o maestros) eran quienes guiaban al resto de la tribu, brindándoles sus conocimientos ancestrales sobre la (Pacha mama). Ellos contaban la historia, de como de la tierra nació el primer Rumi, decían que era como una semilla que germinó de la luz brindada por su padre Inti (Sol) y regado por las lágrimas de su madre Killa (Luna), así broto hacia los brazos de la Pacha Mama (MadreTierra). Al nacer obtuvo habilidades muy especiales regaladas por sus padres, gran sabiduría, rega