Desde aquel día las cosas habían cambiado en casa de los Nigel. Se notaba la desesperanza y el pesar entre sus paredes. Leah se sentía triste por la ausencia de su hija quien ya había establecido una rutina diaria a la que tenía acostumbrados a todos, Chris extrañaba a su hermana incluso cuando se encontraban durante la semana en el parque cuando llevaba a Michael para sus paseos juntos. El señor Nigel empezó a extrañarla también en la oficina, nada era igual sin ella. Estaba mal acostumbrado a la efectividad y eficiencia de la muchacha al realizar sus tareas pero nada podía hacer, solo tiempo, algo que cada vez tenía menos. Quería disfrutar de su familia lo que pudiera. La vida le había regalado una oportunidad de volver a disfrutar de las pequeñas cosas y también estaba triste por el sufrimiento de su hijo.
Josh era como un fantasma silencioso al que cada ve
Maia Hoy es mi día de regreso a Nigel corp. Estas últimas semanas me he dedicado a buscar otras opciones laborales y con el currículum que tengo he conseguido un par de ofertas tentadoras pero ninguna como la que tengo en la empresa. Haciendo números no podría darle una buena vida a Michael y no quiero vivir de la limosna de mi madre, ahora que está casada con un hombre rico al menos no debo preocuparme en ese aspecto por ella. El señor Nigel le ha abierto una cuenta bancaria exclusivamente para ella y sus gastos personales en la que deposita una suma considerable mes a mes. Con eso mi madre solventa los gastos de Chris y me ayuda mucho con Michael. Si bien he ahorrado un poco de dinero para comprar una casa digna para mi hijo y para mí aun no es suficiente para los gastos de ambos.Me estoy dirigiendo en taxi a Nigel Corp. De lejos voy acercándome a la compañía que ahora también será de mi familia gracias al matrimonio de su dueño con mi madre. Si bien yo solo soy un
JoshLlegué a la oficina sin saludar a nadie. Sé que a veces soy un cretino con el personal, no soy mi padre. Él es amable y saluda a todos cuando llega. No tenía ánimos para entablar ningún tipo de comunicación. La cabeza aún me retumbaba como un tambor, no quedó otra opción que usar unos anteojos opacos para que no vieran lo oscuro que estaban mis ojos a causa de las trasnoches y los excesos. Aún así pude ver a secretarias y asistentes que compartieron parte de mi viaje por los distintos pisos como me comían con la mirada, eso había sido mi perdición desde tiempos en los que no tengo memoria, me dejaba llevar por la lujuria pero ahora no quería saber nada, había cometido un error la noche pasada y esperaba no se repitiera. En el último tramo agradecí quedar solo en el ascensor hasta llegar al último piso, aproveché para rec
Maia"Dios, siento que voy a morir", salí de la reunión hecha un trapo, las piernas me bailaban del temblequeo que tenía y no tengo en claro el causal de que me sintiera tan acalorada, no se si fue la calentura con la que todos los monos juntos metidos en la misma sala me observaban o la mirada de uno de ellos que atravesaba como un láser mis ropas y que buscaba mis ojos en todo momento. Estoy segura que si fuera un arma ya me habría desintegrado. Tuve que hacer un esfuerzo para concentrarme en la presentación. "Al señor Nigel le gusta meterme en problemas", maldije mientras continuaba arreglando el archivero, el cual estaba hecho un desastre después de las vacaciones forzadas que me había tomado. No entendía porque me encargó a mí esta ardua tarea, sin dudas era algo muy importante que renovaría los aires de la empresa. Podrían haberlo hecho ambos herederos, estaban igual
MaiaNúmero desconocido"Te busco a las 19. Envíame ubicación."Casi caigo de bruces cuando recibí el mensaje. Parece que el señorito consiguió otro teléfono del cual hablarme porque a su número lo tengo bloqueado.Maia"No pienso enviarte nada, no quiero que sepas donde vivo. Dime donde nos encontramos y allí estaré."Carita triste.Casi me rio, no sé que bicho le picó.Número desconocido"En el parque aquel donde estuvimos aquella vez, ¿recuerdas? Estoy seguro que si. Espérame en el mismo banco y llegaré por tí. Vestimenta formal."Carita enojada.¿Quién se creyó? Iré vestida como me plazca. Ni siquiera tenía intenciones de salir con él, si no fuera porq
MaiaLlegué convertida en un manojo de nervios al parque que me traía tantos recuerdos, fue en ese lugar donde tuvimos nuestra primera charla seria e íntima. El mismo banco donde nos habíamos encontrado estaba ocupado por un señor que comía algo con mucha grasa a juzgar por los restos aceitosos alrededor de su boca y una anciana que permanecía completamente inmóvil mirando al infinito y más allá. Me quedé parada, sintiéndome ridícula por la forma en la que estaba vestida. Miré para todos lados esperando que por una vez en su vida el imbécil sea puntual, jamás lo había sido así que era mucho pedir que ahora llegara a horario. Estaba por darme vuelta y regresar cuando casi choco de nuevo con su amplio pecho. Estaba con un traje que le quedaba perfecto, resaltando su cuerpo espectacular que me había vuelto loca durante los años de instituto
JoshPor Dios, ¡ cuánto la había extrañado'. Sin ella me faltaba un trozo de mí mismo. Hace años que estaba loco por esta mujer, si antes fui un cobarde ahora debía compensar con hechos valientes, arrojados, que ella sepa realmente que no soy solo palabras. En ese gran momento que quería perpetuar venían las letras de una bella canción que escuché aquella vez que realice mi viaje hacia la sanación de mi alma y mi corazón, cuando también hube de desprenderme de ella para encontrar el camino correcto. Recordé llorar todo el tiempo, pues reflejaba nuestra relación, surcada de dolores y pesares:Quiero volver a ser quien te amabaComo un juego de niñosVolver al verde de tu miradaY secar la pena que hoy nos calaArrancaré del calendario las despedidas grisesLos días más felices no han llegadoTe prometo
JoshLlegamos juntos a la cena. Ya era un poco tarde, la comida estaba en su apogeo y se encontraban dando las palabras de agradecimiento por los micrófonos que habían preparado, el encargado en la entrada vino corriendo a nuestro encuentro en cuanto nos vio llegar, con los ojos desorbitados y con manchas de transpiración debajo de sus axilas y chorreando por la cara y cuello.—Señor Nigel, ¡qué bueno que ya está entre nosotros!. En breve le toca dar las palabras, síganme por favor —sudaba profusamente y se le notaba nervioso. Nos condujo hasta nuestra mesa en la que se habían dispuesto los nombres de cada invitado. El de Maia se encontraba a dos sillas de la mía por lo que solicité amablemente a la morocha con curvas grandes que habían sentado a mi lado que le cediera el lugar. Hice un despliegue de mis artes seductoras hasta que finalmente la mujer accedió no sin ant
Maia"Es un gorila", sabía que esto no funcionaría. Detesto cuando despliega sus aires de grandeza y su espíritu posesivo delante de todos. Me siento confundida cuando estoy cerca de él. Pero vaya que el momento de alegría que había vivido cuando me nombró no se disipaba, seguía allí, alimentando los bombeos de mi corazón. Estaba orgullosa de mí misa. "Al fin estas viendo tus frutos", le decía a mi propìa imagen proyectada en el espejo del baño. Me sentía en un estado que pocas veces había experimentado en mi vida: euforia. Abrí la canilla para remojarme la cara y el cuello y quitar el calor que me había provocado el beso de Josh. Era increíble lo que sentía con solo apoyar sus labios sobre los míos.Estaba distraída en mis pensamientos cuando escuché detrás mío la puerta cerrarse. Al levantar