Josh
Justo cuando estaba logrando que se encendiera de nuevo entró la llamada de Leah. Michael estaba en el hospital. No puedo describir el dolor en el llanto de ella. Fui el primero en reaccionar, a pesar de que solo pensaba en hacerla mía me moví rápido ya que ella lo único que hacía era llorar.—Maia, Maia, escúchame. Vístete y te llevaré al hospital. ¡Reacciona! —La removí un tanto brusco de los hombros porque parecía fuera de sí.Ella comenzó a vestirse temblando. Yo me vestí como un rayo, tomé las llaves del auto y prácticamente la arrastré hasta el ascensor. La abracé hasta que llegamos al auto y allí lloró silenciosamente. Mi padre me había enviado un mensaje diciendo donde estaban y que llevara a Maia inmediatamente. No sabíamos lo que había pasado y no quería imaginarJoshExtraño mucho a Maia. Estos días que no fue a la oficina y se la ha pasado encerrada con el niño no tuve oportunidad de hablar con ella. Llegué a la oficina y cual fue mi sorpresa encontrarla afanada acomodando su escritorio. Ni siquiera levantó la vista para saludarme.—Buenos días, señorita Low —dije sonoramente mientras la miraba a la cara buscando desesperadamente sus hermosos ojos que desviaba deliberadamente para no encontrarse con los míos.—Buenos días, señor Nigel —aún no me miraba a la cara —Tiene a alguien esperando en su oficina —se limitó a decir y me pareció un tanto extraño su tono, como triste. Arrugué el ceño pues no tenía idea de quien fuera. No tenía cita para esta hora. Abrí la puerta de mi oficina.—¿ Qué diablos haces aquí? —pr&
El antro refulgía en sus luces multicolores y la música retumbaba en el pecho, Lauren estaba en su elemento, se movía sugerente sobre el pobre muchacho de turno, decía llamarse Brian y vaya a saber uno de donde lo había sacado para que la acompañara esa noche.En un rincón, Maia y Josh se sentaron con una bebida cada uno, solo querían disfrutar del ambiente, no estaba en sus planes bailar aún. Miraron el lujoso lugar, todo era precioso. Las mesas y sillas haciendo juegos, adornos finos y la pista de primera. Se decía que estaba el mejor DJ de la zona.—Joshua Nigel, ¿todavía sigues en tus andanzas? —se dio vuelta a ver quien saludaba tan efusivamente. Louis Jackson. Se turbó un tanto, no tenía buenos recuerdos con Louis, si bien habían sido compinches de travesuras, junto a Rick. Le devolvió el saludo tratando de mostrar su mejor cara.&mdash
JoshNuevamente llegamos a mi cuarto de hotel, encendí las luces y preparé un par de copas con un vino hasta que llegara la comida. Encendí el televisor y nos sentamos en el sofá. Ella suspiraba de a ratos, yo entendía que me quería preguntar o decir algo.—Maia, larga el rollo ya —le dije en un momento sin mirarla. De reojo pude ver que se sorprendió.—¿Cómo sabes que quiero preguntarte algo? —yo solo reí y me llevé otro sorbo de vino a la boca.—Cuando haces esa muequita hacia un costado es porque tienes una duda —le toqué con un dedo esa zona. Ella se estremeció. Me acerqué más.—No sabía que eras tan detallista. ¿Quién diría que Josh Nigel puede ver más allá de su trasero cuando se lo limpia? —en el acto se tapó la boca y yo no pude evitar re&iac
Josh—Levanta, Josh, en este instante te quiero en mi despacho —escucho la estridente voz de mi padre que por poco me hace quedar pegado al techo del susto. Es que no se les pasa la costumbre de cortar con los sueños que tengo. No hay que hacer adivino para saber con quien estaba soñando.Me sacudo la modorra de encima, me baño y cambio para ir a la guillotina, estoy seguro de que es un reclamo por algo.Casi no puedo articular palabra cuando tira sobre el escritorio un periódico conocido, una foto mía aparece allí con el titular : "Heredero Nigel embaraza a su novia. Se agranda la familia Nigel".Estoy seguro que el color se fue de mi rostro. Apreté los puños. Como fui tan imbécil de dejar a medias el tema de la perra esa.—Es mentira, papá. No embaracé a esa mujer —digo con la poca voz que encuentro buscando en los rincones de mi cabeza que me taladra
Ya terminaba otro día y mi cabeza iba a estallar de la tensión. Ahora debía ver el tema de Maia. Con ella he llegado al punto de volverme un imbécil con todas las letras, lo que sentía cuando estaba con ella no lo había pasado antes así que todo era nuevo. Fue la primera vez que estuve sin usar protección, deseaba sentirla plenamente en mi piel por eso no creí necesario el uso de preservativos. Y ahora podía haber consecuencias. Tampoco había tenido que preocuparme por ese tema antes, las mujeres con las que había estado eran experimentadas y tomaban anticonceptivos desde que iniciaban tempranamente su vida sexual activa.Pero Maia era diferente a todas sin dudas. Por supuesto que no las tomaba. Ella no tenía vida sexual antes de estar conmigo, al menos no activamente y aunque era una muchacha inteligente eso escapaba de su control.Le envié un mensaje por teléfono:
FlashbackJosh se levantó al día siguiente con la cabeza pesada. El día anterior había sido infernal, desde que su padre lo sacó de la cama para que enfrentara el escándalo con Layla y su supuesta paternidad y luego esperar el resultado del test de embarazo de Maia que lo dejó sin energías porque estuvo conteniéndose con todas sus fuerzas. Cuando fueron interrumpidos por el abogado para dar las nuevas en el caso del escándalo quedó algo pendiente. Estuvo en pausa mientras intentaba despejar su mente sentado en la cama, había algo que lo inquietaba en aquella charla que tuvo al último con Maia. Decidió darse una ducha fría para terminar de desperezarse. Quizá comiendo algo volvieran sus fuerzas.Mientras el agua corría por su abotargado cuerpo le vino la frase que dijo Maia: " Es tan diferente a como fue con Michael"...¿A qué se referí
JoshCasi al finalizar la reunión con mi socio, ví llegar a Maia con mi padre y otros dos hombres más, seguro son otros inversionistas. Traté de hacer contacto visual con ella. Teníamos que hablar. Le envié un mensaje de que nos reuniéramos aquí mismo una vez desocupados de nuestros compromisos. Ella estuvo de acuerdo. Se fue mi cliente y también vi cuando mi padre se levantó y se despidió de Maia.—Hola, papá. ¿Cómo te fue?—Tenemos que cruzar los dedos, si todo sale como creo, levantaremos Nigel Corp nuevamente —lo abracé y dí unas palmadas en su espalda demostrando que lo apoyaba.—Así será, papa. ya lo verás.—Me voy a casa, ¿vienes?—No, papá. Quedé en resolver algunos temas pendientes con Maia —señalé en su dirección.
JoshSaqué mi foto de cuando tenía la misma edad de Michael y la puse en la mesa, cual si fuera una ofrenda. Ella lo miró extrañada, arrugando el entrecejo.—¿Quién es? —preguntó aun sin quitar la mirada de la fotografía.—Soy yo, tendría aproximadamente unos dos años —ella no salía del estado de extrañeza.—No entiendo...¿qué tiene que ver con lo que estamos hablando?—Tiene mucho que ver. Cuando me diste a entender hace un par de días que Michael podía ser tu hijo, tardé en digerir la noticia, no porque tengas un hijo, Maia. Quiero que te quites de la cabeza que voy a juzgarte por eso. Para mí eres suficiente mujer y me completas de una manera que nadie ha podido hacerlo...Ella larga unas lágrimas silenciosas. Se ve tan tierna. Por Dios, no quiero perderla. Quiero dila