Piero volvió al país y se dirigió a su mansión en Buenos Aires.La niñera se incorporó a su trabajo, se tenía que cubrir de paciencia, porque la niña quería a toda costa ir a la casa de Mora y él señor no le había dado permiso.Cuándo estaba acomodando la ropa de Camila, vio un montón de disfraces de adultos.-Son para Mora y Sofía, los de príncipes son para mi papá, para que haga juego con los de Mora.Esa niñera no conocía a Mora y no entendía tal obsesión, pero se abstuvo de decir algo, en algún momento lo iba a hablar con el padre, para que la chiquita hiciera terapia.Tampoco sabía que esa misma obsesión tenía su padre.Bruno se acercó a la oficina de Piero, hacía tres días que trabajaba contra reloj, porque suponía que volverían a viajar, él quería hacerlo para ver a Sofía y concretar de una vez por todo.-Vamos a almorzar y me contás las novedades.Su primo sonrió pensando que lo que tenía para decirle no lo iba a hacer en un lugar público, pero como tenía hambre, decidió almor
A Amadeo le llegó la dirección exacta de donde se estaba hospedando Mora y decidió ir a buscarla, pero cuando Carla fue hasta su oficina y él quedó prendado por su forma de ser en la cama, se retrasó unos días.Es que la estaba pasando demasiado bien con ella y la transformó en su amante, era algo de paso, por supuesto, pero no podía dejar de disfrutar el momento.La llevó a uno de los departamentos que tenía, estuvo tres días sin salir de él.Recibió un mensaje de su jefe de seguridad informando que Piero con su hija y Bruno, se dirigían a San Bernardo.-Mierda y yo perdiendo el tiempo con esta puta.Le dijo.Carla lo escuchó y se enfureció.-Sabés cómo son las cosas, si querés estar bien, te calmás, Mora va a ser mi esposa, podés tener tu lugar, si respetás mis condiciones.Le dijo con desprecio.A Carla no le quedó otra que aceptar.Amadeo era increíble en la cama y era un hombre bello, también es rico y poderoso, si podría ser su amante fija, no volvería a trabajar, aguantando a l
Bruno se estaba divirtiendo por las ocurrencias de esa hermosa criatura. -Ok, te mando la dirección, te espero para concretar lo que los dos queremos. -Sí, sí. Le contestó, estaba apurada, pero Bruno la tomó en sus brazos y la besó hasta dejarla sin aire. -Vení ahora. Gimió sobre su boca, su sangre estaba hirviendo y moría por estar con ella. Dejó de besarla, porque ya no podía controlarse, ella estaba casi desnuda y él no podía con eso. -No, voy a buscar mi ropa y te veo después. -Te acompaño. -No…estoy con mis padres y no puedo irme con un hombre, ellos son muy…son…evangelistas, sí, son muy rectos en sus creencias. -¿No estabas con amigas? -Sí, son parte de la iglesia, miembros muy… importantes de la colectividad, mejor compro dos licuados más y les digo que me perdí. Sofía compró dos licuados y se alejó, dejando a Bruno parado, mirándola, apenas ella se dio unos pasos, él la siguió, pensando que en unos minutos iba a desenmascarar su mentira. Mora estaba tomando sol,
Fueron a un restaurante un tanto informal, cercano a la playa, las chicas estaban apenas cubiertas con soleros playeros transparentes y por debajo se les veía perfectamente las bikinis y ellos tenían remeras cubriendo el torso y shorts de baño.Detrás de ellos entraron cinco custodios, uno de ellos era Oscar, que como había sido invisible, las chicas no lo conocían y no le prestaron atención.Mora conocía a Ricardo y a otro guardaespaldas, por las veces que viajó en auto con Piero, pero no prestó atención a las otras personas, ni siquiera sabían que eran guardaespaldas.Se apostaron en distintos puntos del restaurante, tres estaban en la barra, consumían algo rápido porque no sabían si tendrían que actuar en algún momento, aunque todo estaba muy tranquilo.Mora pidió pollo asado.-Quiero lo mismo y con papas fritas.Dijo Camila.-Yo también, pero que no sean grasosas.Le pidió Mora al camarero.Pidió agua saborizada de manzana, las bebidas dulces le daban arcadas y tenía que disimula
Se encontraron en la puerta del restaurante más exclusivo de la zona.Las chicas tenían puesto tapados largos, no eran muy gruesos, pero servían para cubrirlas de la suave brisa nocturna que se hacía sentir.Al sacarse los abrigos, los dos primos quedaron deslumbrados.Eran bellas, sí, pero aparte tenían esa frescura de la juventud.Piero no podía dejar de imaginarse el tenerla nuevamente en sus brazos, estaba su hija presente y él apenas podía disimular la atracción casi animal que sentía por Mora.-¿Por qué me hacés esto?Le preguntó en el oído a Mora.-¿Qué te hago?Le preguntó ella a él de la misma manera.-Nena, me hacés hervir la sangre.Camila, como si supiera que no podía interrumpir en ese momento, tomó su celular y no levantó la vista de la pantalla.Esperaba que su papá pudiera convencer a Mora para que sea su novia, aunque no sabía porque pero pensaba que eso iba a ser difícil.Sin embargo, veía que su tío quería como novia a Sofía y la besaba, a lo mejor a su papá le daba
Quería amanecer con ella, no lo hizo muchas veces, pero le encantaba sentir su presencia en la almohada.Quería guardar en su alma cada momento que vivían juntos.La penetró sin poder contenerse, Mora lo había extrañado demasiado y al sentirlo, tan apasionado, llegó al delirio en unos minutos.-Te amo, nena, te amo.-Síii, yo también, te amo, te amo.Ella tampoco pensaba, solo decía lo que sentía.Piero la miró, temblaba tanto como ella y al escuchar que le decía que lo amaba, fue el mimo que estaba necesitando.Inmediatamente, comenzó a bombear como un loco, apretando los pechos de Mora y besando no sabía que parte de su cuerpo, todo era exquisito.Luego de tener el orgasmo más potente de su vida, y cuándo recuperó el aliento, se dio cuenta que no fue cuidadoso, hacía tanto que estaba imaginando tenerla, que en él, solo existía su costado animal, ese que despertaba Mora, como nadie más lo había despertado.-¿Fui muy brusco?Le preguntó, no podía agregar nada más a sus palabras.-No,
Piero terminaría con su dignidad y de verdad bailaría a su compás como un títere en sus manos, se arrastraría a sus pies, sería una sombra para el gran ceo y siempre temiendo que él la vuelva a mirar de forma despectiva y pensaba que nunca ocuparía el lugar que tuvo en su vida su primera esposa, por más que él dijera que la amaba como nunca amó a nadie, era una locura todo esto, lo mejor era callarse la boca y esperar que él, en unos días, parta a su zona de confort.-Gracias.Se vistió presurosa y se estaba alejando, el ceo no sabía por qué huía, sabía que ella estuvo a punto de confesarle que estaba embarazada, podrían ser felices estando juntos.-Mora, te amo, quedate conmigo, por favor.-No puedo.Dijo con voz de niña.-Dejate de tonterías, sos el gran amor de mi vida, sos la que me provoca un incendio incandescente cuando nos amamos, por favor, mi alma te necesita, mi cuerpo no puede pasar de vos, nunca me vas a borrar de tu vida ni yo te voy a poder olvidar jamás.Mora se acercó
Mora estaba bajando por el ascensor, con una Camila muy feliz, porque finalmente su maestra preferida era la novia de su papá, ella quería que se casen y tenerla como mamá, estaba segura que su verdadera madre estaba de acuerdo.Camila adoraba a Mora, porque ella siempre la cuidaba y la mimaba.El ascensor paró a un piso de distancia y para sorpresa de Mora, al abrirse las puertas, se encontró con Amadeo, que subió rápidamente, mirándola con ojos acusadores.-¿Quién es?Le preguntó él, señalando a la criatura.-Soy Camila y ya me conocés.Le contestó la pequeña, que sabía muy bien quién era ese hombre, no le gustó nunca su actitud, pero no le tenía miedo.Con su inocente soberbia, pensaba que iba a arreglar cualquier situación y que nada le impediría ser feliz con Mora y su papá.-¿Salís con el hijo de puta?-Por favor, tené en cuenta que está Camila.-Me importa una mierda, vos sos mía y siempre lo vas a hacer.Le dijo, obsesionado con esa idea.-Las personas son libres y vos la vas