Espiadas

Se complicó todo cuando palpitaba de emoción solo por verla y la tenía en su mente y en sus sentidos a cada momento.

Se la ganó a Amadeo, pero esa es otra astilla que tenía incrustada en su cuerpo.

Después de estar con él, ella siguió de novia con su rival, estuvo en la cama de Amadeo, eso hasta le dolía, entonces comprendió todo el dolor que siempre le provocó a su esposa.

-Katy, perdón.

Murmuró y no se dio cuenta que aun estaba en la habitación con su hija.

-Papi, mamá se murió, a la que le tenés que pedir perdón es a Mora, acordate que es el ángel que mami nos mandó.

-No le voy a pedir perdón, yo no hice nada.

-La trataste mal, a mamá nunca la tratabas así.

-Yo amaba a mamá.

-¿A Mora no la podés amar? Aparte que no la ames no quiere decir que la trates mal, sos malo con ella.

Piero tenía miedo de contestarle a su hija, él no la quería amar, parecía un capricho, pero sentía que ella le sacaba espacio, que en lugar de ser su dueño, se iba a convertir en su esclavo, que iba a vivir de
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