Capítulo 11: Descubierto

José Manuel dio un paso atrás, sintiendo el peso de la nostalgia y la culpa oprimírsele en el pecho. Había venido sólo para asegurarse de que Samuel estaba bien, o al menos eso se decía a sí mismo. Pero la imagen de su hijo riendo con Eliana, disfrutando de su compañía como no lo hacía con él, le había desarmado.

Suspiró con frustración y decidió irse antes de que ella lo descubriera. Sin embargo, al girar sobre sus talones, su pie tropezó con una piedra suelta en el camino. Perdió el equilibrio por un momento, tambaleándose hacia atrás, y soltó un suspiro irritado.

El ruido llamó la atención de Eliana. Desde adentro, su cuerpo se tensó al percibir un movimiento fuera de lugar. Frunció el ceño y se acercó a la ventana. Al correr la cortina, su mirada se encontró con la de José Manuel.

En ese instante, su expresión pasó del desconcierto al enojo.

Salió de la casa con pasos firmes, con el ceño fruncido y la rabia ardiéndole en el pecho.

—¿Qué haces aquí? —espetó, cruzándose de brazos.

J
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