Capítulo XXXIII

La batalla.

Palpatar solo obedeció las órdenes del joven mago, voló desde su hombro en dirección a donde estaba la Reina, se posó sobre uno de los árboles cercanos a ella, y el resto de las personas que se encontraban en el lugar.

- ¿Qué creen que suceda? - Cuestionó la Reina intrigada por la vista que tenía, los árboles empezaban a dejar su forma humanoide, y volvían a plantarse en el suelo, eso era un escena extraña que solo se podía observar pocas veces en la vida, todos estaban cuestionándose.

Un Omantre se trasportó hasta donde se encontraba el rinoceronte gigante y sus tropas, y los envió a un portal que construyó para que llegarán al otro lugar sin dar muchas vueltas, para no tener que luchar contra el ejército de Consoal, eso hizo que de parte de la Reina y los amigos de Naim se cuestionarán lo que estaba sucediendo, en ese instante una intensa luz brilló desde el medio de donde estaba la Reina con sus guerreros y personas de confi