Capítulo XXXII

Una batalla a muerte. Parte VI

- Ustedes solo fueron quienes propiciaron nuestra conversión, nunca hicieron nada para ayudarnos, ustedes solo son un montón de escoria, incapaz de ser lo suficientemente fuerte como para tomar acciones contundentes frente a lo que sucede, solo son pequeñas migajas frente a todo el basto mundo que alberga muchas otras cosas, ustedes son los principales responsables de la muerte de cientos, miles, e incluso millones de personas cada día. - Agregó con furia el Omantre que había hablado en primer lugar, se dirigía a los árboles, los ánimos empezaron a ponerse calientes, por lo que los árboles también se colocaron a la defensiva, su naturaleza no era de luchar, pero en caso de necesitarlo lo harían.

Mientras que estos discutían muy acaloradamente, en el cielo se observó la sombra de un ave silenciosa, que solo pudo ser percibida por Naim que no dejaba que ningún detalle se le escapara, su mente estaba trabajando muy arduame