GeorgeEl grito salió desde lo más profundo de mi alma, el dolor quemó cada parte de mí, otro grito y cuando abrí mis ojos, estaba a oscuras, la luz a mi lado se encendió, estaba jadeando, está temblando, tenía dolor en todo mi cuerpo.— ¿George? —era mi padre. —Dios mío, estás tiritando, estás hirviendo y sudando—intenté tomar aire pero me fue imposible. — ¡Victoria! —gritó mi padre, las arcadas aparecieron haciendo que solo hiciera un movimiento para hacerlo a lado de la cama encontrándome con el bote, lo atrapé y empecé a vomitar.— ¿Qué es lo que pasa? —debió de mirarme vomitando hasta mi alma—Dios mío, ¿George? ¿Qué tienes? Llamemos a un doctor—pidió cuando se quedó a mi lado, —intenta no hacer tanto esfuerzo, amor. —Pasó mi mano por mi espalda y la retiró—Estás hirviendo, ¿Tienes dolor? —terminé de vomitar minutos después, tomó el bote al ver que se había calmado, el dolor se intensificó, necesitaba mi morfina. —George, ¿Tienes dolor? —asentí recostándome de nuevo y empecé a llo
VictoriaCaminé de un lado a otro, George se había desmayado en la bañera y yo pensé por un momento que lo había perdido para siempre. El corazón latió a toda velocidad sin saber que podía hacer, Marie estaba pálida, preocupada al igual que yo, pero solo quedaba esperar a que el doctor saliera y nos informara si estaba bien. Albert estaba sentado en una silla en el pasillo. La puerta se abrió y apareció el doctor.—Ya ha reaccionado, pero le he dado un poco de medicamento para calmar su dolor, pero es temporal. —pudimos respirar un poco. —Pero lamento decirles que necesita ser hospitalizado de inmediato, podría llamar ahora una ambulancia y estaría en menos de cinco minutos aquí afuera. —Llama. —dijo Albert.—Pero papá....—comenzó a decir Marie.—No puedo tenerlo aquí sin ayuda, necesita ir al hospital. —Pienso lo mismo, —dije poniéndome a lado del doctor.— ¿Y si solo le damos morfina? Eso lo mantendrá descansando sin el dolor y...— ¿Qué es lo que pasa, Marie?—dijo de repente Albe
Victoria—Estoy mirando mal, no he descansado lo suficiente…míralo tú. —le dije a Marie estirándole lo que tenía en la mano, ella lo tomó y abrió sus ojos, luego los desvió hacia a mí.—Estás embarazada, Victoria. —el jadeo que salió de mi boca no lo reconocí, me llevé la mano a mi vientre y arrugué mi ceño. Cuando no había venido el mes anterior mi regla, pensé que era el estrés, incluso me hice la prueba con Marie en la casa de George y salió negativo…” ¿Falso negativo?”—Estoy…estoy embarazada, ¡ESTOY EMBARAZADA! —abracé a Marie y me rompí llorando, por eso andaba más sensible de lo normal.—Busquemos una ginecóloga para que confirme esto, aprovechemos que estamos en el hospital. —y así fue, un par de horas después, tenía la ecografía en mis manos, tenía casi ocho semanas de embarazo, saqué cuentas aproximadas y quiero imaginar que fue la primera vez que tuvimos nuestra noche George y yo en Estocolmo. Cerré los ojos y mi mano de forma protectora contra mi vientre.—Tu papá está en
Queridos lectores que siguen esta historia del "El magnate" : Pido disculpas por no entregarles aun el resto del maratón final de esta historia como se planeó, pero debido a fallas de internet por las lluvias en mi ciudad, (Temporada de lluvias) He tenido dificultad para publicar, pero entre hoy y mañana tienen sus capítulos :) Gracias por la espera y por sus mensajes en mis redes sociales. Me han preguntado acerca de la segunda temporada, les cuento que es pequeña y estará dentro de este mismo libro, en estas próximas actualizaciones. Tendrá un final, epílogo y un capítulo extra. Pd. Tengan a la mano sus pañuelos jajajaja
George“Estoy embaraza…” esa palabra había provocado muchas emociones en mí, no pude decir algo de inmediato, estaba atónito por la noticia, quería levantarme de esta maldita cama y abrazarla, decirle que gracias por darme un segundo milagro que era dar vida, las lágrimas comenzaron a caer y Victoria se unió a mí, me abrazó por encima para no lastimarme o evitar desconectar algo de los cables que estaban unidos a mí. De repente el “bip” acelerado nos alertó, ella se enderezó y revisó que todo estuviera bien, pero la puerta se abrió y aparecieron las dos enfermeras, le pidieron a Victoria salir pero yo no quería que se fuera. —Por favor, no—supliqué a la enfermera. —D-Déjenla. —intenté detenerlas pero apenas podía hablar, el "bip" aumentó.—Señor Western, tiene que permanecer tranquilo. —me ordenó una de las enfermeras.— ¡NO! —escuché mi voz ronca salir de mi boca, por un momento no me reconocí, las tres se quedaron quietas. —Dejen a mi mujer aquí a mi lado, no arruinen un momento e
VictoriaMeses después…Acaricié mi vientre de tres meses, apenas se podía ver, sonreí con emoción al saber que pronto sabríamos que sería, aunque no importaba, sabía que a George le gustaría saber para ir viendo colores de habitación, de ropa y nombres. Durante las quimioterapias de los siguientes meses, George había perdido el pelo, se había vuelto más débil, pero teníamos esperanzas con el tratamiento de Amal, hace una semana se había sometido a otras terapias que estaban programadas a seguir, aumentó sus vómitos, su piel cambió drásticamente, volviéndose seca, sus uñas habían cambiado de color, tenía problemas en sus músculos y sus nervios se entumecieron, así como hormigueo y dolor, pero George tenía esperanza. Nos aferramos a que ocurriría el milagro.—Mi madre ha llegado. —anunció Marie, arrugué mi ceño y solté la mano de George para levantarme e ir a hacia Marie quien esperaba en la puerta. Al llegar la miré extrañada.— ¿Qué pasa? —Marie mostró preocupación.—Bajemos, no quie
GeorgeAbrí mis ojos y no reconocí el lugar donde estaba, era extraño, no podía formular en mi cabeza la pregunta, miré mi ropa y tenía un traje blanco, miré mis manos y eran las que solía recordar, me llevé las manos a mi barba y ahí estaba. — ¿Dónde estoy?—susurré para mí mismo, la voz que escuché, era mía, no era débil, no era ronca ni baja, no tenía las llagas de mi boca y me escuché claro. —George, —escuché que me llamaron y la voz era familiar, busqué de donde venía y ahí estaba, era Bryan, el novio de Marie. Vestía igual que yo, traje en blanco y sonrió cuando se acercó a mí. — ¿Me darás un abrazo?—preguntó, mi labio inferior tembló cuando abrió sus brazos para que le respondiera el abrazo, lo hice y le di unas palmadas en su espalda. —He muerto—dije finalmente al separarme, —No pude despedirme de Victoria, de mi hija, de Marie, de mis padres...—Bryan suavizó su mirada. —Bienaventurados aquellos que tienen la oportunidad de despedirse de las personas que uno ama antes de pa
VictoriaEl grito que había salido de mis labios fue de dolor, un dolor que me estaba partiendo el alma cuando George no respondió a los primeros auxilios que Amal estaba dándole, Marie desconsolada, yo a su lado suplicando que regresara con nosotros. Y ahí estaban sus ojos oscuros abiertos, tomó una bocanada de aire y sentí como el alma había vuelto a regresar a mi cuerpo. —Debes de ir a descansar—dijo Amal—George está estable. Marie estaba a mi lado rodeándome con su brazo y su cabeza en mi hombro, —En tu estado es mejor prevenir, tienes recién cumplidos los tres meses y por lo que acabas de pasar, esperemos esté todo bien. —me llevé una mano a mi vientre que apenas resaltaba de mi pantalón de resorte. —Quiero estar aquí cuando despierte. —dije, Marie se sentó bien y miró a su amigo. —Victoria no se va a mover, Amal. Ella es roca cuando se trata de alejarse de mi hermano, —luego me miró y sonrió—Pero concuerdo con él, has tenido un gran susto y tenemos que verificar que nuestra p