(6)
Todo esto era como una película para mí, había un hombre rico y también había gente que quería matarme. Pero a pesar de que suena emocionante, es terrible saber que tu vida está de por medio. Así que mientras los policías buscaban pistas en mi departamento, Sandra, el señor Wagner y yo, no reunimos en la sala, para poder hablar de lo que estaba pasando.
–No sé qué pensar. –Murmuré mientras mi pie estaba encima de una almohada.
–Lo único que debe pensar, es que debe de estar conmigo si no quiere morir. –Yo misma me pongo algo molesta, por lo que el señor Wagner dice. Es como si me quisiera en su casa, de una forma u otra.
–¿No abra alguna posibilidad, de que me cuide estando en mi propio hogar? –Le pregunté mientras el hombre de inmediato se mofa de mí.
–Sí, claro. –Murmuró mientras sonríe un poco. –Para que logren matarla. Mis hombres estaban en el edificio y no pudieron ver la entrada de ese hombre a su departamento. –Comenta con un poco molestia.
–¿Nía? –Sandra llama mi atención. –Creo que lo que el señor Wagner dice es algo que tienes que hacer. –Mi mejor amiga estaba realmente preocupada.
–¿Y que pasara con Sandra? Solo la dejare aquí, para que alguien logre matarla. –Le comenté con preocupación por la seguridad de mi mejor amiga.
–No se preocupe por eso, señorita Williams. –Responde el joven guapo. –Mis guardaespaldas estarán en este edificio vigilando a su amiga. –Y de la nada, entran los dos guardaespaldas del hombre, luciendo sus trajes de negro y lentes del mismo color.
–Alex, Thomas. –El hombre rico llama la atención de los guardias. –Esta es la señorita Sandra Hamilton, ustedes se harán cargo de ella. –Mi mejor amiga de inmediato empieza a sonreír, ya que los dos guardaespaldas eran bastantes guapos. –La seguirán todo el tiempo, para mantenerla a salvo. –Así que mientras mi mejor amiga entra a la novena nube, yo soy capaz de darle un golpe con mi pierna sana. Ella solo reacciona con sus ojos bien abiertos.
–Creo que me gustaría que no estuvieras tan feliz, por tener guardias, ya que también quieren matarte. –Le dije rodando los ojos, mientras miraba hacía el señor Wagner. –¿Y qué hay de mis otros amigos? –Pregunté preocupada.
–A ellos también se les fue asignado un guardaespaldas, evidentemente sus otros amigos no saben mucho de lo que está pasando ahora, así que por el momento mis hombres se encuentran en cubierta. Es mejor que sus mejores amigos no sepan sobre esto. –Yo solo suspire con fuerza, porque quizás él tenía razón, es mejor que ellos no sepan lo que está pasando.
–Está bien, señor Wagner. –Le dije con fuerza, mientras suspiraba con profundidad. –Acepto vivir con usted, pero no permitiré que controle mi vida. –El hombre rico de ojos azules solo se empieza a mofarse, mientras muestra su dentadura blanqueada.
–Eso lo veremos. –Contestó el joven levantándose del sillón, para ir hacía la salida, dejando en el aire su perfume que olía delicioso. Así que en cuanto el hombre dejo el lugar, mi mejor amiga está dispuesta a decirme sus pensamientos.
–¡Tienes tanta suerte! –Expresa la joven de rizos.
–¿De qué demonios hablas? Me quieren matar. –Trate de traerla al mundo real.
–Se que eso es terrible, pero no todo el mundo tiene la suerte de que un hombre rico, quiera ver por alguna de nuestras vidas. –Me responde un poco enojada, de que yo lo esté tomando de una forma poco favorable. –Y no puedes negar que es un bombón. –Mi mejor amiga se queda pensando algunos segundos. –¿Me pregunto, si le gustaras?
Y como respuesta a su comentario, tomo una almohada, para aventársela con fuerza.
–¡Deja de soñar! Lo más seguro es que solo sienta lastima por mí. –Murmuré un poco triste.
–¡Señorita Williams! –Entra a la habitación el señor Wagner. –Estamos listo para partir. –Yo solo suspiro una vez más, para asentir con mi cabeza. Estaba preparada para cambiar toda mi vida, solo por mi seguridad. Así que me levante del sillón, mientras me recargaba en todo lo que estaba cerca de mí, para poder acercarme a mi mejor amiga y darle un gran abrazo.
–¡Te extrañare tanto! –Le dije a la joven de rizos, mientras podía oler el perfume de su pijama favorita. Así que no pude evitar dejar caer algunas lágrimas, ya que tenía viviendo con ella más de cuatro años.
–Todo estará bien. –Me asegura la chica, mientras me da un beso en la frente.
–Eso espero. –Le contesté muy poco segura de lo que decía. Así que, con el pie lastimado, intento caminar hacía la salida, así que cuando uno de los guardaespaldas me ve, intenta acercarme a mí para poder ayudarme, pero antes de que el joven de cabellera castaña, lograra acercarse a mí, el señor Wagner lo hace a un lado, para cargarme entre sus brazos, no solo sorprendiéndome a mí, sino a todas las personas que estaban en el lugar.
Yo no puedo creer que este hombre de gran altura, ojos azules y perfil griego, me esté sosteniendo entre sus brazos realmente fuertes, para regalarme una hermosa sonrisa mientras lo miró, a algunos centímetros de su cara.
–Eso hora de salir, señorita Williams. –Me dice mientras el olor de su boca, llega hacía mis fosas nasales, haciendo que yo cerrara lo ojos, realmente encantada por su olor a mente. El hombre estaba dispuesta a bajar cuatro pisos, sin siquiera sudar un poco, mientras que más de uno de sus guardaespaldas, le intentaban decir al hombre, que se podían hacer cargo de mí, pero el hombre no hizo caso y siguió bajando las escaleras, hasta que llegamos a la salida del edificio, en donde una camioneta negra no estaba esperando.
El hombre espera que uno de sus guardaespaldas, le ayude a abrir la puerta, para después ponerme en uno de los sillones de la parte trasera del auto. Y cuando me deja sobre el sillón, nuestras miradas se juntan. Yo no pude evitar que mi piel se erizara, al juntar mi mirada con este hombre que me hacía sentir sin armas.
Había una parte de mí, que quería mantenerse fuerte, contra los encantos del señor Wagner, pero había otra parte de mi cuerpo que quería descubrir hasta el último punto de su cuerpo. Así que mientras nuestras miradas siguen juntas, puedo sentir como pasa sus dedos por mis mejillas, acariciándome con el calor que emanaba su cuerpo.
Pero toda esa tensión se acabó, cuando uno de sus guardaespaldas, exactamente Thomas, le llamo la atención. Así que el hombre cerró la puerta, dejándome sin aliento. No podía creer que la mirada de alguien me pudiera hacer sentir de esa forma, como si me arrebatara el corazón. Así que aprete mis nudillos, mientras cerraba los ojos con fuerza, pidiéndome a mí misma: “No te enamores. No te enamores”
(7)Después de dejar a mi mejor amiga bien segura, en el que ahora sería su departamento en Queens, me dirijo hacía el departamento del señor Wagner, quién está sentado en el asiento del copiloto, mientras yo veo toda la ciudad por la ventana, mientras está se llena de agua cayendo lentamente sobre la ventana polarizada, como si fueran lágrimas.Al llegar al edificio en donde el señor Wagner vivía, puedo ver el mismo patrón. El joven de cabellera negra y ojos azules, no permite que nadie me abra la puerta, era como si quisiera ser el único que tuviera contacto conmigo, abriéndome la puerta, para sostenerme una vez entre sus brazos fornidos. Yo no pude evitar perder el aliento, mientras él me sostiene con fuerza.Y cuando entramos al edificio, no puedo evitar ver como todas las personas, que estaban en la recepción, nos miran, o más bien que miran al señor Wagner siendo cariñoso con una chica. Mis mejillas se ponen roja, al ver como más de una mujer se ponen celosas de verme en esta po
(8)2AMMe despierto sudando al escuchar un gritó fuerte, mientras un rayo pasa por mi ventana, alumbrando la habitación. Así que de inmediato me levanto de la cama, haciendo que mi pie sintiera un gran dolor, pero a pesar de ese dolor, no dude en caminar con rapidez, hacía donde venía esos terribles gritos. Los gritos provenían desde dentro de la habitación del señor Wagner, así que de inmediato pensé que era el mismo hombre que me había atacado en la mañana, pero cuando abro la puerta, sintiendo miedo hasta por mi propia vida, veo que no hay nadie en la habitación, solo el joven Wagner, quién gritaba con todas sus fuerzas, mientras se movía con fuerza sobre su cama.Yo de inmediato corrí hacía él, notando que el hombre estaba temblando demasiado, mientras su cuerpo semi desnudo, estaba lleno de sudor. Parecía que estaba soñando con algo malo, así que empecé a moverlo de un lado para otro.–¡Nate, Nate! –Grité una y otra vez su nombre, pero el hombre no reaccionaba, hasta que tomé u
(9)El auto que me lleva al trabajo, es una camioneta negra blindada. Y mientras miró la ciudad desde mi asiento, en donde viven los ricos, empiezo a sentir que extrañare mucho tomar el subterráneo, e incluso vivir en Queens. El chofer que me está llevando, es desconocido para mí, ya que Thomas solo me condujo al auto, para avisarme que iría a mi viejo departamento, a cuidar a Sandra.Por otra parte, sabía que Sandra estaba disfrutando de ver a esos guapos guardaespaldas, que el señor Wagner les asigno. Así que mientras miro el suelo, puedo ver que, aunque ya puedo caminar, mi pie sigue inflamado. Pero a pesar de que estaba lastimada, tenía mucho que probarle al señor Wagner. Así que cuando llegamos a la empresa, el auto se detiene enfrente de esta. El conductor de inmediato me da el aviso.–Señorita Williams, estamos en su trabajo. –Yo reaccione con lentitud, mirando esa gran empresa, que para todos los que pasaban a su lado, les causaba un poco de temor por su imponencia. Todas las
(10)El señor Wagner era tan extraño, me hacía cambiar de humor como nadie más en este mundo. Así que salí de la empresa enojada, mientras mi corazón latía con fuerza. Pero a pesar de que estaba muy confundida, la camioneta blindada ya me estaba esperando fuera de la empresa. Así que uno de los porteros del lugar, me abre la puerta de la camioneta.Entre a esta y ahí estaba Liam, esperándome con una sonrisa en su boca.–Buenas tardes, señorita Williams. –Me dice el amable chofer.–Hola. –Le contesté sin ganas. –Quiero ir casa. –Le dije mientras me ponía el cinturón de seguridad.–A la orden. –Me responde el hombre, dándole marcha al auto.Y mientras íbamos por la ciudad, lo único que puedo hacer es mirar por la ventana, mientras veo una vez más, las gotas de agua cayendo sobre la ventana. Por un momento, dejé este mundo y me hundí dentro de mi cabeza, pero cuando despierto, es cuando veo que el auto no nos estaba llevando a la dirección correcta, sino a la contraría.De inmediato me p
(11)Por la mañana despierto, con mucha tranquilidad, mientras que mi cuerpo se siente renovado. Así que inconscientemente, puedo suspirar con tranquilidad, mientras recuerdo cada parte de lo que paso anoche. Aún puedo sentir sus labios, pasándose por mi piel, mientras me estremecía con su simple toque, pero a pesar de que quería seguir soñando con él, tuve que abrir mis ojos con lentitud.Pero en el lugar en donde me encontraba, no era el mismo lugar en donde cerré los ojos. Estaba en la habitación del mismísimo Nate Wagner. Así que de inmediato me cubro con las sábanas de su cama, para darme cuenta que estaba usando un pijama de seda blanca, que sabía de ante mano, era nuevo. ¿Cuándo fue el momento en que cambie de ropa?Aún no entendía lo que estaba pasando, así que levanté de la cama, dejando mi comodidad a un lado. Tomo su bata color negra, que estaba colgada en uno de sus ganchos, para después ponerme sus pantuflas, para dirigirme hacía planta baja, en donde de inmediato me encu
(12)Sabía que era buena y que lo tenía que hacer.Lo quería, realmente lo quería. Quería ser una diseñadora de modas, con todo mi corazón, así que sabía que tenía que volver al trabajo, después de que el señor Wagner me avergonzara enfrente de todos los nuevos diseñadores. Así que mientras el señor Wagner y yo, nos dirigimos hacía su empresa en la quinta avenida, mientras Thomas conduce el auto, no puedo evitar mirar al suelo con preocupación, hasta que puedo sentir el toque del señor Wagner.–Nía, deja de preocuparte de más. –Me dice el hombre con simples palabras.–Lamento mucho estar de esta forma, pero siento miedo. –Le confesé mientras entrelaza su mano con la mía. –Tengo miedo de no ser lo suficiente, como para poder con este trabajo. –El hombre solo suspira, mientras me escucha.–Nía, te debo de decir que no solo hice esa campaña por ti, sino que invertir millones de dólares en esto, porque sé que usted tiene la capacidad de hacerlo. –Y aún que se escucha sincero, aún sigo si
(13)El tiempo se fue pasando con mucha rapidez, el trabajo y el desfile, me mantuvieron ocupada por dos meses, mientras que parecía que los ataques del cartel, que querían mi pellejo, se habían calmado. Durante estos dos meses, pude conocer muy bien al señor Wagner, pero a pesar de que mi estúpido corazón latía por él con frecuencia, perecía que el señor Wagner también estaba ocupado en su trabajo. Había noches en la cuales no llegaba a dormir, lo cual me preocupaba, ya que me dejaba sola en ese enorme departamento, custodiado de guardaespaldas.Había una gran parte de mí, que quería volver a tocar sus labios, o tocar su cuerpo bien formado, pero también había otra parte, que quería darle su espacio, eso fue hasta que llego el día del desfile. El desfile se llevaría a cabo dentro del teatro de uno de los mejores hoteles, el Hilton.La señorita Visage realmente logro, que cada uno de nuestros diseños fuera prolijo y mostrara una parte, de cada uno de los diseñadores. Así que la ropa e
(14)La sorpresa de ver nuestros nombres en esa nota, nos hicieron temblar en nuestros asientos. Pero el señor Wagner, no estaba dispuesto a quedarse sentado con las manos cruzadas. Así que se levantó de su asiento, para pedirle a su personal algunas cosas.–¡Quiero que la ropa de la señorita Williams, este empacada! –Le da órdenes a la servidumbre, mientras camina por el departamento con rapidez. Yo le sigo para preguntar, que trataba de hacer.–¿Qué hace? ¿Nos iremos? –Preguntaba mientras seguía al hombre, que parecía no tener palabras para mí. Hasta que los dos llegamos a su despacho, en donde cerré la puerta para poder hacerle frente. –Tienes que decirme que haremos. –Le pedí mientras veía que el señor Wagner, lucía un poco débil. Así que se dejó caer sobre su asiento, para después murmurar:–No permitiré que le toquen ni un pelo, te llevare hacía el lugar más seguro y no me importa, si pueda ser incluso fuera de este mundo. –Me comenta mientras que yo lo sigo mirando, con mucha a