Capítulo XV

Me desmorono cuando llegamos a salvo a la cabaña.

El diluvio no tarda en caer cuando deposito la mochila en mi cama.

Me vuelvo para dejar el rifle en el armario y acomodo mi ropa por instinto. No quiero allanar de más el espacio de Oliver. Entretanto, él enciende el fuego y le echa leña.

—¿Cómo se llama tu madre? —le cuestiono cuando se acuesta en su cama con la cabeza sobre sus manos.

—Ava.

—Bonito nombre.

Me acerco, me descalzo las botas y me acomodo a su lado. Impresionado, deja que envuelva mi brazo en su cintura y acomode mi rostro en su pecho. Oigo los latidos pasivos de su corazón.

—¿Eli…?

—Déjame dormir contigo, por favor.

—Ya no estamos en peligro.

Me aprieto contra su cuerpo y esta vez hundo mi cara en su cuello.

—El peligro está incluso en el lugar más protegido.

Suspira y pasa sus dedos por mi cabello.

—¿Así eras con los Connecticut?

—Sí, por eso cada noche me

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP