"- ¿Cuánto seguirás resistiendo, Scarlett? Tu voluntad es fuerte, pero dime ¿es inquebrantable?"
Apreté los puños sobre mis labios evitando hacer audibles los sollozos. Las lágrimas mojaban mis mejillas dejando un rastro caliente tras ellas, simplemente estaba agotada, quería que todo acabara, pero bien sabía yo que era imposible.
Propiné una patada a la cómoda, ésta se tambaleó un par de segundos y luego volvió a detenerse inmóvil sin dejar caer nada. Desearía que mi vida fuera así de estable.
Observé tras el vidrio empañado, como las nubes grisáceas se reagrupaban en el cielo anunciando la posible llegada de otra tormenta, supongo que para nadie era sorpresa alguna. Después de todo es lo que ganas por vivir en la ciudad de la lluvia constante, Inglaterra.
- ¡Nissa, baja ahora mismo!- gritó la señora Lancaster
Pensé miles de excusas viables en una variante de segundos, sin embargo, sabía bien que aquella mujer era de carácter fuerte.
«El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situación, escuchando a cada cmpañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro; y examinándote de la asignatura fundamental: el amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida». El club de los poetas muertos. A mis padres, que inspiraron esta historia. A ella, que aún acompaña mis días.&nbs
Francia 1940Era una Francia desolada, abatida por la guerra. Cubierta de un manto carente de alegrías, en la que abundaba el desespero, la tristeza y el miedo.Aproximadamente unas semanas después de que Hitler desatara lo que se conocería como la Segunda Guerra Mundial, miles de jóvenes a lo largo del mundo, abandonarían sus hogares, a sus familias y amigos para combatir en el frente.El ambiente en su totalidad era desesperanzador y grisáceo, el sonido de la muerte podía oírse incluso desde el hogar más alejado. Aunque ciertamente no sería la mejor época para la historia de la humanidad, aun entre el caos, los sentimientos de dos jóvenes florecían con la fuerza suficiente para luchar contra toda guerra y todo perjuicio.Una bocanada d
Francia 1945ScarlettHabía conocido a Lesly Craig hace dos años atrás, habíamos cruzado miradas y unas que otras palabras, fuera de eso, no existia relación alguna. No fue hasta que ingrese a la improvisada base médico militar como enfermera que unimos lazos. Lesly estaba a cargo de un reducido grupo del cual formaba parte, ella se encargó de enseñarme todo lo que se sobre sanación y curación de heridas, desde entonces hemos estado juntas.Ahora mismo, su sonrisa espléndida era bastante contagiosa. Sus ojos chisporroteaban de felicidad al ver los incontables tipos de telas finas sobre la mesilla, podría jurar que se veía igual a una niña en una dulcería.— Esta seda es tan fina— comentó embelesada— un corset con ella se te vería exquisito ¿Qu
Francia 1940Scarlett— Scarlett Lefebvre, he estado esperando por ti— Un humo negro se balanceo entre sus dedos—, sabia que oirías mi llamar— Quiero tu ayuda— musite al finUna sonrisa torcida tiró de sus labios al oírme. Elevo una de sus manos dando un pequeño ademán en el aire, di un respingo asustada cuando la entrada a mi espalda se cerró con brusquedad, voltee a tiempo de ver como la desgastada lona era sellada por el mismo humo negro que destellaba de sus manos.— Ya es demasiado tarde para arrepentirse, Scarlett— siseó jocosaVoltee a verla de nuevo, estaba asustada, pero no retrocedería.— Quiero tu ayuda— reitere firme— Lo que voy a pedirle quizá sea una locura, pero...— ¡Oh, querida!— interrumpió riendo entre dientes— No eres la primera, ni serás la última a quien la guerra le ha arrebatado un ser amado... Mientras ex
Francia 1940El corazón le latía desbocado con cada paso que daba. Obligó a sus piernas a continuar corriendo aunque estas quisieran sucumbir al cansancio, dio una sonora inhalación y siguió aventurandose entre la multitud de personas.En las calles todo era un festejo, familias enteras reencontrándose luego de la guerra, cánticos en alto y el orgullo palpable al ejército francés y a cada valiente soldado. Luego de los días grisáceos que habían azotado al mundo, Francia volvía a recuperar su alegría y color.Dio un traspié cuando su tobillo se dobló cansado del esfuerzo cayendo al suelo de rodillas, gimió cuando su piel comenzó a escocer maldiciendo por lo bajo.— Mademoiselle— Una anciana se acercó a ella preocupada— il va bien ? (¿se encuentra bien?)Scarlett se puso de pie con prisa y echó a correr de nuevo— Oui!— gritó en respuesta m
NissaAbrí los ojos con lentitud sintiendo como se hirritaban cada vez más. Podía apreciar mi reflejos en el agua cristalina como si se tratara de un espejo.Las hebras rubias del cabello flotaban hacia arriba junto al collar con la piedra brillante. Mi cuerpo se hundía más y más en las profundidades oscuras del inmenso océano.La marca del cuello ardía pero era soportable, podía ver su brillo enceguezedor por el rabillo del ojo. Tenía los labios ligeramente entreabiertos dejando escapar el oxígeno restante... de todos modos no podía ahogarme, ella nunca lo permitiría.En la lejanía entre las sombras pude ver una figura manifestándose delante de mí. Podía apreciar una larga cabellera castaña cayendo en cascada por su espalda. Algo en aquella extraña figura me hacia palpitar el ya dormido corazón, sentía una extraña familiaridad, un deseo por juntar nuestras manos.Cuando la figura comenzó a voltear la sensación de calidad desapar
Scarlett povExisten tres sentimientos que nunca olvidas en tu vida.Uno de ellos es cuando encuentras al amor de tu vida...El día que conocí a Nathan tenía tan sólo dieciséis años, estaba pintando en el jardín cuando lo encontré de pie frente a los rosales blancos de mi madre, algo en su mirada despertó una sensación, hasta ese momento, extraña en mi pecho. Sus ojos estaban vacíos y llenos de lágrimas al mismo tiempo, en ese momento no supe distinguir que era ese deseo creciendo en mi interior, las incontrolables ganas de saber que acongojaba su alma para buscar la forma de darle de nuevo la paz.Quizá cuando mis pies se movieron por propia voluntad mi cuerpo me estaba diciendo que incluso él había entendido ese remolino de emociones antes que mi propia mente.Los días siguientes a ese, Nathan me había vuelto a mirar muchísimas veces, sin embargo la mirada de aquel día… el día que nuestros destinos se chocaron, esa jamás podría
La primera vez que ocurrió, creyó estar soñando...Abrió los ojos con un repentino abrupto irguiéndose sobre el mullido colchón que se balanceo bajo su peso. Su respiración desbocada le provocaba un inmenso dolor en su pecho, con las manos temblorosas apretó sus huesos en un intento desesperado de que el dolor desapareciera. Poco a poco su respiración fue tomando un ritmo lento como una entonada balada.La luz dorada del sol en el horizonte iluminó su rostro a través del empañado ventanal lateral, el cabello rojizo le cayó sobre el rostro brillando bajo los rayos solares.Las ramas del membrillo golpearon con fuerza los vidrios empujados por la ráfaga de viento, haciéndola sobresaltar. Observó espantada la ventana entreabierta por donde se colaba la gran ventisca del exterior. Con curiosidad bajó de la cama caminando perezosamente, el suelo de madera rechinaba con cada paso que la muchacha daba. Cuando llegó al ventanal observó como un manto bl