Francia 1940
Scarlett
— Scarlett Lefebvre, he estado esperando por ti— Un humo negro se balanceo entre sus dedos—, sabia que oirías mi llamar
— Quiero tu ayuda— musite al fin
Una sonrisa torcida tiró de sus labios al oírme. Elevo una de sus manos dando un pequeño ademán en el aire, di un respingo asustada cuando la entrada a mi espalda se cerró con brusquedad, voltee a tiempo de ver como la desgastada lona era sellada por el mismo humo negro que destellaba de sus manos.
— Ya es demasiado tarde para arrepentirse, Scarlett— siseó jocosa
Voltee a verla de nuevo, estaba asustada, pero no retrocedería.
— Quiero tu ayuda— reitere firme— Lo que voy a pedirle quizá sea una locura, pero...
— ¡Oh, querida!— interrumpió riendo entre dientes— No eres la primera, ni serás la última a quien la guerra le ha arrebatado un ser amado... Mientras existan hombres ansiando más y más poder, siempre habrá quienes paguen el precio por sus actos— Señaló— Lo quieres de vuelta ¿verdad?
— ¿Pue-puedes traerlo de vuelta?— El corazón me latía tan desbocado que trababa mi hablar— Te daré lo que sea, pero tráelo de regreso
La mujer de largos cabellos asintió, junto sus manos y las colocó bajo su mentón mientras sonreía espléndidamente.
— Estás aquí aunque te advirtieron de no hacerlo, no me sorprende que vayas a convertirte en una de las mujeres más revolucionarias de todo Francia— Rió, balanceando su poder entre los dedos
— Una mujer revolucionaria... ¿Cómo puede usted saberlo?
Anoushka echó la cabeza hacia atrás maldiciendo en lo que pude distinguir como ruso— Es tan típico de simples mortales destinados al fracaso dudar del poder supremo de la magia
— No vine aquí a que lea mi futuro— advertí— vine aquí por una sola razón, y si tanto alardeas de tu poder, entonces ya debes saber el motivo
La mujer dejó de reír en seco para fijar sus oscuros ojos en los míos. Mi corazón dio un brinco cuando estampo ambas manos con brusquedad en la mesa.
— La nigromancia no es un juego, niña— Sonrió pasando su lengua entre los dientes— Manipular a los muertos, traerlos de nuevo a la vida ¿Conoces el precio a pagar por ello?
Su cuerpo se acerco aun mas a la mesa al igual que su rostro al mío. Anoushka tomó un mechón de cabello de mi frente y lo colocó tras mi oreja. La sola sensación de su tacto en mi piel me causó escalofríos, de nuevo ese sentimiento de arrepentimiento y desesperación albergo todo mi cuerpo.
— ¡Estas tan aterrada, Scarlett!— vociferó, carcajeando— Lo puedo sentir, tus manos están sudando y cada fibra de tu ser está temblando, te preguntas si ya es tarde para huir ¡Lo es, querida! ¡Demasiado tarde para huir!
Un jadeo involuntario escapó de mis labios. No podía controlar mi respiración, tampoco calmar el bombeo apresurado de mi corazón, las sienes comenzaron a palpitar dolorosamente. Estaba usando su magia en mi, no podía verla pero sabía que era cierto, estaba tratando de quebrarme.
— Me sorprende verla dudar a veces, es una mujer tan capaz y fuerte ¿por que duda de si misma?
Apreté las manos en un puño— ¡Detente! ¿Crees que podrás romperme? Pierdes tu tiempo entonces, vine aquí por algo y no me iré sin ello
La mujer entonces se alejó de mí, devolviéndome el control absoluto de mi cuerpo. Volvió a alzar su mano e hizo un ademán nuevamente, un cuervo negro nació de entre su humo— Lo preguntare una sola vez mas ¿Estas dispuesta a pagar el precio?
Asentí— Le daré todo mi dinero, inclusive más
— ¡He ahí de nuevo! Te recomiendo no subestimar mi poder, malyshka*— Advirtió amargamente— No necesito dinero, puedo crearlo cuando me plazca o controlar a quien pueda dármelo... no, lo que quiero es aún mayor
— Te daré lo que sea
— Quiero un favor— Sentenció al fin
Solté una carcajada amarga— ¿Un favor? ¿Ese es el "tan elevado precio"?
— Oh querida, eres tan ingenua— Tomo al cuervo entre sus manos acariciándolo con rudeza— ¿Crees que un favor es una cosa vaga? No tienes idea de lo que implica deberle algo a una persona... ¿Qué pasaría si te pidiese que... no se... mataras a alguien?
Me paralice, estaba dispuesta a pagar lo que fuera por poder sentir sus brazos rodeando mi cuerpo otra vez... pero no se si era capaz de una cosa tan semejante.
— ¿Vas a pedirme que mate a... alguien?
— ¡Por favor, claro que no!— Negó horrorizada— ¿Por quién me tomas? Solo era un ejemplo, para que no menosprecies el poder de un favor
— ¡Venga ya! Déjate de embrollos— Grite poniéndome de pie— ¿Vas a hacerlo o no?
— No estás en condiciones de exigirme nada— Recordó tranquila— "Una vez que entres, no saldrás siendo la misma..." Quizá la próxima vez quieras oír a tu madre, Scarlett
Intenté caminar, pero ningún músculo respondió a mi mente. Fije mis ojos en su cuerpo, sus manos estaban vagamente elevadas desprendiendo ese maldito humo negro que se impregnaba en mi cuerpo.
— ¡Déjame ir!— Solloce— Pue-puedo ayudarte a huir
— ¿Huir? ¡Ja! No pienso huir a ninguna parte, me gusta aquí
— ¿Sabes lo que te harán si te encuentran aquí? ¡Todo el pueblo quiere tu cabeza colgada en la plaza!
— ¿No es una lastima?— Cuestiono risueña— Soy como ese Dios al que tanto alaban pero mejor, no pido tanta adoración semanal y os concedo vuestros más grandes anhelos con rapidez
— Entonces puedo evitar que te busquen, mi padre mandó esa escuadra tras de ti, el es...
— Teniente Howard Lefebvre— Interrumpió cantarina— Oh sí, lo conozco, ese hombre me aborrece ¡Y mira! Su pequeña y adorada hija está delante de mí ansiando mi poder... Irónico ¿no crees?
— ¡¿Entonces qué es lo que deseas?!— Grite rendida— ¡Solo quiero a Nathan de nuevo!— Chille sorprendiéndome a mi misma por la rudeza
Anoushka apretó el cuervo entre sus manos hasta que esté explotó volviéndose polvo, deje escapar un grito ahogado por la sorpresa.
La mujer sin inmutarse esparció el polvo en la mesa creando una cubierta sólida y comenzó a dibujar un círculo con sus dedos mientras murmuraba conjuros. Un pedazo de cristal escarlata se elevó en el aire flotando frente a mis ojos sostenido por su humo negro.
— Mantenlo entre tus manos— Me ordenó sin levantar la vista
Tome el cristal entre mis manos y lo apreté con fuerza, de repente mi osadía se estaba yendo como una cascada. Anoushka seguía moviendo sus dedos formando lo que parecía ser una estrella de cinco puntas.
— Copias occultatum in tenebris, ut vos iubes dare huic vitam pentacle— murmuró cerrando sus ojos. Elevó ambas manos al aire y las mantuvo estáticas con las palmas bien abiertas— Nil amilius aperta! (Fuerzas oscuras escondidas en las tinieblas, os pido darle vida a este pentáculo) (¡Pentáculo abierto!)
Su cuerpo se irguió de repente hacia atrás, como si algo le hubiese golpeado el pecho, entonces abrió los ojos y extendió su mano derecha hacia mi.
— El collar que llevas sobre el cuello— masculló— Entrégamelo, será un portal de conexión
Quite con lentitud la cadena de acero de mi cuello, observe las placas nuevamente. Mis ojos se aguaron de nuevo, la tristeza me consumía con tan solo leer su nombre, no importaba nada más, suficiente castigo era no tenerle en mi vida.
Extendí el collar depositándolo entre sus dedos, ella lo tomó y lo colocó con precisión en el centro del dibujo.
— Aperi portal, coniungere in animabus ... O copiae in tenebras!— Gritó con una voz grave, casi como si fuera masculina— Do vobis potestatem! (Abre el portal, conecta las almas... ¡Oh, fuerzas en las tinieblas! ) (¡Os doy el poder!)
Apreté con fuerza el cristal en mis manos, los ojos de Anoushka perdieron el negror natural de su iris, en su lugar solo quedaban unos ojos blancos y vacíos.
— Luciferum! Draco magne, quia unus movet in tenebris, parentes ... mendacium est hodie a vobis potestatem ut ostenderet tibi, Domine rex, serpentis antiqui! Hoc innocentis et castae anima vestra, et abundat ... ut eius collectio infinitae animae et det ei vis, vocantem est filia tua vobis! (¡Lucifer! Gran dragón, aquel que se mueve entre las sombras, padre de las mentiras ¡Muestra hoy tu poder! ¡Oh gran rey! Antigua serpiente, hoy te entrego este alma casta e inocente a tu abundante e infinita colección, concede su gran anhelo y toma su vida en posesión ¡Tu hija te esta llamando!
— Animabus quae circum latrantibus... — Unas voces aniñadas comenzaron a canturrear lentamente haciéndome estremecer— Animabus quae circum latrantibus... (Las almas están aullando... )
— Levate! Tolle illum a mortuis? Ad vitam tribuunt possessori de essentia ... De mortis inferno specu surge et ambula! (¡Levanta! ¡Levantalo de entre los muertos! Da vida a aquella esencia entre los difuntos... ¡Vuelve a la vida!)
El cristal en mis manos quemó como si sostuviera una llama del mismísimo infierno entre ellas, grite dejándolo caer sobre la mesa. Mire asustada a Anoushka, la mujer estaba completamente pálida, como si estuviera en medio de un trance. Sus dedos dibujaban sin conciencia un nuevo símbolo sobre el pentáculo, un emblema curvilíneo formado por tres brazos en espiral que se unían en un punto central.
— Excitavit est anima tua— murmuró (Su alma ha despertado)
El símbolo en la mesa comenzó a brillar, quise obsérvalo de cerca pero dos grandes manos negras tomaron con fuerza mis hombros clavando sus grandes y afiladas uñas en mis clavículas.
Grite con fuerza, dejando salir todo el aire de mis pulmones, lloré sin poder evitarlo.
— Soporta el dolor, Scarlett— Me ordeno la mujer con firmeza— Estas siendo marcada por el sacrificio que deseaste
Anoushka se colocó de pie mientras yo lloraba en silencio, mis dientes rasgaban la piel de mis labios con fuerza.
— Aquel al que amas...— Susurro colocando un collar sobre mi cabeza dejándolo caer en mi cuello—... ha despertado de entre los muertos—
Jadee al oírla, observe cómo su cadena descansaba sobre mi vestido junto a un pequeño camafeo.
— ¿Cu-cuál es el... favor?
Anoushka sonrió— Veamos... nunca le digas a nadie de esto— masculló
Una ventisca se levantó de repente azotando la carpa con brutalidad. La mujer comenzó a carcajear ruidosamente, el aire parecía volverse denso.
Anoushka tomó el camafeo sobre mi cuello y lo jalo con fuerza lastimando mi cuello— Proklinayu tebya do kontsa dnya, Skarlett! (Te maldigo hasta el fin de los días, Scarlett)
El aire abandonó por completo mis pulmones y caí de rodillas sobre la hierba muerta. Sujete con fuerza ambos lados de mi cabeza, una punzada dolorosa se instaló en mis sienes como si algo perforara desde dentro. Sin poder evitarlo mi cuerpo golpeó el suelo, estaba tirada entre el pasto seco y la tierra húmeda, la lluvia volvió a aparecer quitándome de aquel trance.
Observé mi alrededor confusa, ni la carpa, ni la niebla, ni siquiera aquella tenebrosa mujer se encontraban frente a mi. En su lugar solo había naturaleza muerta, era imposible que lo hubiese imaginado, tantee mi cuello confundida, las marcas no estaban ahí, todo rastro de los sucedido se había esfumado junto a la fugaz ventisca.
— ¡Bajen las armas, es la hija del teniente!
Levante la cabeza encontrándome a cuatro hombres a caballo apuntándome con grandes armas.
— ¿D-daniel?— El hombre de cabello castaño sonrió y bajó del caballo— ¿Qué están haciendo aquí?
Daniel extendió su mano hacia mi y me ayudó a ponerme de pie— Los hombres que tu padre enviaron a capturar a la bruja no han vuelto— informó echando un vistazo a mi cuerpo— ¿Se encuentra usted bien, Scarlett? Esta algo pálida
— Estoy bien, solo he salido a caminar y terminé perdiéndome en el bosque
Daniel soltó una risotada— Me imaginaba ya que mi esposa debía de estarla saturando con telas y propuestas de vestidos, Lesly está muy emocionada por vuestro compromiso
— ¿Qué pasó con los hombres de la escuadra?
Un cuervo negro como la noche descendió a un lado de nosotros observándonos. Daniel tomo el arma y disparo aumentándolo, el pájaro salió volando con prisa graznando en su dirección.
— Probablemente ese haya sido uno de ellos— masculló con firmeza— Scarlett, si vuestros padre se enteraran que ha estado aquí enloquecerían, es un lugar muy peligroso para una dama como usted, permítame escoltarla de vuelta a su propiedad
— ¿Ella es la hija del teniente Lefebvre?— cuestionó un soldado algo puberto— ¡Señorita, la guerra acabó!
Di un traspié hacia atrás, Anoushka había dicho que Nathan había regresado de entre los muertos. El corazón comenzó a latir con rapidez haciéndome doler el pecho.
— ¿El-ellos están...?— balbucee apresurada— ¡Dime que Nathan está vivo! Por favor, Daniel....
El castaño me observó con una sonrisa paternal y rodeó sin previo aviso mi cuerpo. Todo mi ser temblaba asustado ¿Por qué no había respondido mi pregunta?
Absolutamente todo había sido en vano...
— ¡Responde!— Grité alejándolo de mi
— ¡Señorita!— chillo uno de los soldados— El sargento Nathan la espera en casa junto a al teniente Howard
Entonces dejé salir todas las lágrimas acumuladas, las de dolor mezclándose con las de inmensa felicidad, Nathan estaba vivo... él volvió a mi.
Nathan cumplió su promesa.
Francia 1940El corazón le latía desbocado con cada paso que daba. Obligó a sus piernas a continuar corriendo aunque estas quisieran sucumbir al cansancio, dio una sonora inhalación y siguió aventurandose entre la multitud de personas.En las calles todo era un festejo, familias enteras reencontrándose luego de la guerra, cánticos en alto y el orgullo palpable al ejército francés y a cada valiente soldado. Luego de los días grisáceos que habían azotado al mundo, Francia volvía a recuperar su alegría y color.Dio un traspié cuando su tobillo se dobló cansado del esfuerzo cayendo al suelo de rodillas, gimió cuando su piel comenzó a escocer maldiciendo por lo bajo.— Mademoiselle— Una anciana se acercó a ella preocupada— il va bien ? (¿se encuentra bien?)Scarlett se puso de pie con prisa y echó a correr de nuevo— Oui!— gritó en respuesta m
NissaAbrí los ojos con lentitud sintiendo como se hirritaban cada vez más. Podía apreciar mi reflejos en el agua cristalina como si se tratara de un espejo.Las hebras rubias del cabello flotaban hacia arriba junto al collar con la piedra brillante. Mi cuerpo se hundía más y más en las profundidades oscuras del inmenso océano.La marca del cuello ardía pero era soportable, podía ver su brillo enceguezedor por el rabillo del ojo. Tenía los labios ligeramente entreabiertos dejando escapar el oxígeno restante... de todos modos no podía ahogarme, ella nunca lo permitiría.En la lejanía entre las sombras pude ver una figura manifestándose delante de mí. Podía apreciar una larga cabellera castaña cayendo en cascada por su espalda. Algo en aquella extraña figura me hacia palpitar el ya dormido corazón, sentía una extraña familiaridad, un deseo por juntar nuestras manos.Cuando la figura comenzó a voltear la sensación de calidad desapar
Scarlett povExisten tres sentimientos que nunca olvidas en tu vida.Uno de ellos es cuando encuentras al amor de tu vida...El día que conocí a Nathan tenía tan sólo dieciséis años, estaba pintando en el jardín cuando lo encontré de pie frente a los rosales blancos de mi madre, algo en su mirada despertó una sensación, hasta ese momento, extraña en mi pecho. Sus ojos estaban vacíos y llenos de lágrimas al mismo tiempo, en ese momento no supe distinguir que era ese deseo creciendo en mi interior, las incontrolables ganas de saber que acongojaba su alma para buscar la forma de darle de nuevo la paz.Quizá cuando mis pies se movieron por propia voluntad mi cuerpo me estaba diciendo que incluso él había entendido ese remolino de emociones antes que mi propia mente.Los días siguientes a ese, Nathan me había vuelto a mirar muchísimas veces, sin embargo la mirada de aquel día… el día que nuestros destinos se chocaron, esa jamás podría
La primera vez que ocurrió, creyó estar soñando...Abrió los ojos con un repentino abrupto irguiéndose sobre el mullido colchón que se balanceo bajo su peso. Su respiración desbocada le provocaba un inmenso dolor en su pecho, con las manos temblorosas apretó sus huesos en un intento desesperado de que el dolor desapareciera. Poco a poco su respiración fue tomando un ritmo lento como una entonada balada.La luz dorada del sol en el horizonte iluminó su rostro a través del empañado ventanal lateral, el cabello rojizo le cayó sobre el rostro brillando bajo los rayos solares.Las ramas del membrillo golpearon con fuerza los vidrios empujados por la ráfaga de viento, haciéndola sobresaltar. Observó espantada la ventana entreabierta por donde se colaba la gran ventisca del exterior. Con curiosidad bajó de la cama caminando perezosamente, el suelo de madera rechinaba con cada paso que la muchacha daba. Cuando llegó al ventanal observó como un manto bl
"- ¿Cuánto seguirás resistiendo, Scarlett? Tu voluntad es fuerte, pero dime ¿es inquebrantable?"Apreté los puños sobre mis labios evitando hacer audibles los sollozos. Las lágrimas mojaban mis mejillas dejando un rastro caliente tras ellas, simplemente estaba agotada, quería que todo acabara, pero bien sabía yo que era imposible.Propiné una patada a la cómoda, ésta se tambaleó un par de segundos y luego volvió a detenerse inmóvil sin dejar caer nada. Desearía que mi vida fuera así de estable.Observé tras el vidrio empañado, como las nubes grisáceas se reagrupaban en el cielo anunciando la posible llegada de otra tormenta, supongo que para nadie era sorpresa alguna. Después de todo es lo que ganas por vivir en la ciudad de la lluvia constante, Inglaterra.- ¡Nissa, baja ahora mismo!- gritó la señora LancasterPensé miles de excusas viables en una variante de segundos, sin embargo, sabía bien que aquella mujer era de carácter fuerte.
«El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situación, escuchando a cada cmpañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro; y examinándote de la asignatura fundamental: el amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida». El club de los poetas muertos. A mis padres, que inspiraron esta historia. A ella, que aún acompaña mis días.&nbs
Francia 1940Era una Francia desolada, abatida por la guerra. Cubierta de un manto carente de alegrías, en la que abundaba el desespero, la tristeza y el miedo.Aproximadamente unas semanas después de que Hitler desatara lo que se conocería como la Segunda Guerra Mundial, miles de jóvenes a lo largo del mundo, abandonarían sus hogares, a sus familias y amigos para combatir en el frente.El ambiente en su totalidad era desesperanzador y grisáceo, el sonido de la muerte podía oírse incluso desde el hogar más alejado. Aunque ciertamente no sería la mejor época para la historia de la humanidad, aun entre el caos, los sentimientos de dos jóvenes florecían con la fuerza suficiente para luchar contra toda guerra y todo perjuicio.Una bocanada d
Francia 1945ScarlettHabía conocido a Lesly Craig hace dos años atrás, habíamos cruzado miradas y unas que otras palabras, fuera de eso, no existia relación alguna. No fue hasta que ingrese a la improvisada base médico militar como enfermera que unimos lazos. Lesly estaba a cargo de un reducido grupo del cual formaba parte, ella se encargó de enseñarme todo lo que se sobre sanación y curación de heridas, desde entonces hemos estado juntas.Ahora mismo, su sonrisa espléndida era bastante contagiosa. Sus ojos chisporroteaban de felicidad al ver los incontables tipos de telas finas sobre la mesilla, podría jurar que se veía igual a una niña en una dulcería.— Esta seda es tan fina— comentó embelesada— un corset con ella se te vería exquisito ¿Qu