Punto de vista de IsabellaCuando respiro, el aire que entra en mis pulmones no es el mismo de antes. Algo ha cambiado. Es un aroma peculiar, una mezcla de poleo y flores silvestres. Dulce, pero con una nota amarga que no puedo ignorar. Me envuelve, me inunda y, aunque quisiera que me diera calma, solo logra revolverme por dentro. Ese olor es un recordatorio, un roce del destino que insiste en plantarse frente a mí.No quiero esto. No quiero sentir nada. Quiero ser invisible, desaparecer en la nada, pero mi cuerpo traiciona mis deseos. Late, respira, lucha. Y duele. Cada inspiración pesa en mi pecho, como si arrastrara conmigo todo el pasado que intento olvidar.El pasado. Ese infierno que sigue aferrándose a mi mente, al borde de cada pensamiento, a cada momento de silencio. Todo lo que Adán me hizo sigue ahí, tatuado en mi piel y en mi alma. No importa cuánto lo niegue, cuánto luche, ese día me persigue como un monstruo en la sombra.Lo recuerdo todo.Su aliento en mi cuello, cálido
Punto de vista de Julia: Sofía no me habla. Apenas me responde con monosílabos cuando le pregunto algo, y aunque trato de no demostrarlo, cada palabra que no dice me duele como si fuera un golpe directo al pecho. Sé que es mi culpa, que sea así. Sé que ella aprendió de mí, porque yo misma fui igual con ella cuando era niña.Recuerdo las veces en que me encerraba en mi cuarto porque estaba cansada, agotada de cargar con un peso que no entendía del todo. Sofía me buscaba, me llamaba, pero yo solo quería que me dejara en paz. Me sentía atrapada en mi propia frustración, en mi propia soledad, y nunca supe cómo darle algo mejor. Ahora, verla reír con mis padres, verla salir a correr con ellos en su forma de lobo, me rompe. Me rompe porque sé que yo nunca le di esa alegría.Dicen que los abuelos tienen más tiempo para sus nietos que el que tuvieron para sus hijos, y creo que es verdad. Me pregunto si algún día Sofía me dejará conocer a mis nietos, si es que los tiene. ¿Qué estoy diciendo?
Mi madre intenta acercarse. Lo noto en las pequeñas cosas: como la comida que ahora traen mis abuelos, que sé que ella preparó; las miradas furtivas cuando cree que no me doy cuenta; los intentos torpes de iniciar una conversación. Pero no puedo. No sé cómo derribar esta barrera que siempre ha existido entre nosotras.Cuando era niña, la buscaba desesperadamente. Recuerdo cómo corría hacia su habitación, golpeando la puerta, pidiéndole que saliera, que jugara conmigo, que me hablara… y siempre era lo mismo: silencio. Un silencio frío, pesado, que me hacía sentir invisible. Con el tiempo dejé de intentarlo. Aprendí a guardar lo que sentía, a no esperar nada de ella.Mis abuelos siempre estuvieron ahí, llenando el vacío que ella dejaba. Fueron ellos quienes me enseñaron a transformarme, quienes corren con nostras, alma mi loba los adora, quienes me aplaudieron cada pequeño logro, quienes me hicieron sentir que valía algo. Pero incluso con su amor, siempre me pregunté por qué ella no pod
Habían sido tres días intensos desde que nuestra familia llegó. Cada quien pasó tiempo con sus seres queridos, explorando la ciudad y visitando lugares que rápidamente se convirtieron en favoritos de todos. Fue reconfortante verlos felices, disfrutando, especialmente después de todo lo que habíamos vivido en los últimos años.Finalmente llegó el gran día: nuestra titulación. Las cámaras no dejaron de capturar cada momento, cada sonrisa. Me sentía orgulloso, no solo por el logro, sino también por la compañía. Pero mi atención estaba puesta en Rocío.Ella se veía... perfecta. Llevaba un vestido sencillo, pero en ella parecía hecho a medida, resaltando su delicada figura. Su olor, una mezcla dulce y fresca, invadía mis sentidos, y tuve que luchar para mantener a mi lobo bajo control. Él quería reclamarla, acercarse, confirmar lo que yo sospechaba pero aún no había podido comprobar: si Rocío era mi mate.El problema es que ella no tiene lobo. Eso lo hace más complicado, más incierto. Y aun
En un mundo donde los hombres lobos existen, y la Diosa Selene, los protege, también podemos ver clases sociales, estás se dividen de la siguiente manera:Alfa: El líder de la manada, fuerte, guerrero, inteligente y capaz. Vigila que la manada se mantenga segura, además de trabajar en las empresas para asegurar la economía de la manada.Luna: La compañera y pareja del Alfa. Una vez que el Alfa la marca / se casa con ella (lo que suceda primero), se convierte en la Luna y dirige la manada junto a él. Además de trabajar en la manada y manejar la economía.Beta: El segundo al mando. En ausencia del Alfa, el Beta reemplazará al Alfa, se encargará de que todo funcione correctamente. Suele ser la persona de mayor confianza del Alfa. Además de ser el consejero y verificar que la economía de la manada funcione correctamente Gamma: El tercero en la jerarquía, generalmente es el que se encarga de la comunicación entre el mundo humano y los hombres lobos, además de desarrollar la información y p
Capítulo 1: El Día de Mi Transformación Hoy cumplo 18 años. Al fin conoceré a mi mate, mi predestinado, esa persona que me amará tal como soy y que me protegerá. No puedo describir lo feliz y ansiosa que me siento. Mis padres me apuran para que baje a desayunar. Ambos son Omegas, como yo.—¡Rocío, baja ya! —me llama mi madre desde la cocina.Ella trabaja como jefa de cocina en la casa de la manada, donde viven el Alfa, su familia y su sequito y sus mates.El resto de nosotros vivimos en pequeñas casas, en sectores como si fueran poblaciones, pero cada una es independiente y tiene un patio amplio para que podamos transformarnos sin destrozarlas.Sí, leyeron bien: transformarnos. Somos una manada de hombres lobo, como en los libros de ciencia ficción.Nuestra manada, Nova Luna, es pequeña en comparación con otras, pero somos autosuficientes. Tenemos un supermercado, colegio, instituto, nos dedicamos en gran parte a la exportación de alimentos agrícolas, eso genera trabajo tanto para hum
Capítulo 2: Raíces y Aspiraciones Soy Max Roberts, futuro Alfa de la manada Nova Luna, actualmente estoy en Australia, extraño a mis padres, el Alfa Antonio y la Luna Graciela Roberts, (En la manada solo se usa el apellido del padre, y cuando se casan, las mujeres adoptan el apellido de su esposo).Tengo una hermana de 16 años. Es bastante malcriada y egoísta, pero la adoramos; no es mala, solo inmadura. Mi madre dice que últimamente ha cambiado, que está más enfocada en sus estudios y evita mencionar que es hija del Alfa para que no atribuyan sus logros a su apellido. Eso me llena de orgullo.Jason, mi mejor amigo, será mi Beta cuando él reemplace a su padre, el actual Beta Charles. Crecimos juntos, y fue lógico que lo eligiera.Sé que suena egoísta, pero nunca consideré a nadie más. Siempre hemos compartido todo y peleado de igual a igual, lo cual fue un reto para mí al momento de competir.Recuerdo que cuando estaba en el instituto y tenía 15 años, al ser hijo del alfa todos quería
Punto de vista Rocío Estoy lista. Mi madre me compró un vestido sencillo, pero hermoso. Aunque soy bajita, mido 1.60 y peso alrededor de 53 kilos, mi hermano siempre bromea diciendo que todo lo llevo en la delantera “-Ja, ja, ja—, hoy no me ha llamado, pero tal vez es porque aquí no tenemos señal.” Me encantaría que estuviera aquí. Mis padres, con tanto cariño, me van a causar diabetes.Ojalá algún día tenga algo así con mi mate, aunque le diré que no sea tan intenso como ellos.—“¡Dios mío, qué empalagosos!”— les digo, mientras van abrazados y se besan.Nos dirigimos al bosque, y me encuentro con mi mejor amiga, Sofía. Siempre está ahí para mí, es la nieta de mi jefe, y los fines de semana trabajamos juntas.Las dos estamos enamoradas de los “chicos guapos” que están en Australia, tan simpáticos y… ¡uff! Guapísimos. Sofía aún no ha encontrado a su mate, obvio aún no cambia. Cumple años el 24 de febrero, y hoy es 5 de enero. “¡Falta poquito!”—Te traje un chocolate —me dice, con una