Mi llegada a la casa Stevens había sido la gota que derramó el vaso para la familia de mi padre. Yo había sido producto de un desliz y me había tocado crecer bajo la mirada reprobatoria de aquella mujer. Mi madre biológica había sido alcohólica y mi padre había obtenido la custodia completa, así que a Darla le había tocado vivir bajo la sombra del engaño de su marido. Sin embargo siempre me mantuve en bajo perfil, siempre trate de comportarme de la mejor manera y recibí el apoyo de mi hermana mayor Gina. Mi columna, mi ejemplo a seguir, mi mejor amiga.
—Sabes que Genave aplico para una beca en Columbia —comentó Gina, mientras su madre cruzaba las piernas de manera incomoda.
—No tiene necesidad de una beca —dijo nuestro padre con molestia —el dinero que no voy obviamente a invertir en ti lo hare en ella —Gina soltó un resoplido, porque a pesar de apoyarla en su decisión de ser modelo a nuestro padre le hubiese gustado que estudiara una carrera universitaria.
—Ya aplique—Me apresure a decir para evitar un conflicto entre ellos dos —así que, si me gano esa beca puedes usar ese dinero para otra cosa —la sala se quedó en absoluto silencio y sabía que Darla no podría quedarse callada. Ella no desaprovechaba las oportunidades para hacerme sentir que no era parte de esta familia.
—Es lo menos que puedes hacer —comento sin ningún tipo de remordimiento —Vives en esta casa, Rey te lo ha dado todo, así que lo menos que puedes hacer es ahorrarle algunos dólares a tu padre.
—Darla, detente —mi padre se encontraba con el ceño fruncido y Gina miraba a su madre como si fuese a matarla y lo odiaba. Me molestaba ser la manzana de la discordia que mi padre y mi hermana tuviesen que defenderme siempre. Ya sí que estaba harta y no era la misma niña que se quedaba siempre callada.
—Yo también soy su hija Darla —dije por primera vez sosteniéndole la mirada —Y te tengo mucho respeto, pero ya no voy a permitir que me trates como si no tuviese el mismo derecho que tus hijos. Soy tan hija de Rey como ellos dos —Me puse de pie y camine hacia mi habitación para no escuchar nada más de aquella mujer. Gina corrió detrás de mí y la escuche reprocharle a su madre.
Sabía que ella se sentía entre la espada y la pared. Tenía la certeza de que para ella era sumamente difícil estar entre las dos. Aunque era verdad que Gina y su madre no tenían una relación perfecta. Ellas no estaban nunca de acuerdo y aquello había influido en la decisión de mi hermana para irse a vivir a Italia, era la oportunidad de demostrarle a su madre de que estaba hecha de que nada ni nadie la detendría, por eso admiraba su coraje y tenacidad era algo que la hacían destacar que hacía que mi hermana brillara con luz propia.
—Siempre estaré aquí para ti Gena —dijo entrando en mi habitación. Se acomodó a mi lado sobre la cama y coloco sus manos sobre las mías—Te amo pequeña mocosa y estoy muy orgullosa de ti. Por favor has oídos sordos con lo que diga mamá —Acomode mi cabeza sobre su hombro y deje que me consolara. Sabía que mi hermana me amaba como yo la amaba a ella y sabía que podría llorar sobre su hombro siempre que lo necesitara.
Maldita pesadillaGenaveLevante la copa para brindar por los novios y le regale una inmensa sonrisa a mi hermana. Estaba feliz por ella, al fin podía respirar y vivir su historia de amor con Alessio sin piedras en el camino, mientras para mí era todo lo contrario. Mire la pantalla de mi móvil y decidí que era momento de apagarlo. Esta era la quinta vez que aquel hombre llamaba, después de enterarme de sus negocios por la izquierda decidí hacer una investigación más extensa, vaya sorpresa la mía. Era el hijo de uno del mafioso más grande de toda Rusia.—La foto familiar, Genave deja ese celular —escuche decir a Darla y me sentía muy cómoda con esta nueva relación con ella. No era que iba a llamarla mamá ni nada por el estilo, pero era lo más cercano a una madre que había tenido toda mi vida.Gina me
El poderGenaveMe acomode el vestido y me arregle el cabello. Gina y Alessio se despedían de todos cuando salí a la parte delantera de la casa, la mirada de mi hermana se encontró con la mía y pude percibir la pregunta en sus ojos, sabía que le contaría en algún momento, pero ahora ella debía preocuparse por disfrutar su luna de miel, no por los enredos amorosos de su hermana menor.—Disfruten su viaje —dije tratando de escucharme lo más casual posible. Gina se acercó a mí y me abrazó.—Hablamos a mi regreso —susurro y dejo un rápido beso en mi mejilla, luego se perdió en el interior de aquella limosina.Despedimos a los últimos invitados y mi padre, Darla y yo terminamos de recoger los desperdicios que se encontraban sobre el césped, Jimmy salió huyendo como siempre, ayudar
En la boca del loboGenaveAún no podía creer que me encontraba en un vuelo camino a Rusia. Mi padre no estuvo del todo de acuerdo con ese viaje y cuando se lo comenté a Gina la verdad es que se veía realmente preocupada, pero aquello era parte de mi trabajo, era por lo que tanto había luchado y esperaba que Rubén se limitara a dejarme hacerlo. Tenía miedo debía admitirlo, porque no sabía de lo que podía ser capaz aquel hombre.Busque a mí alrededor una pancarta que pusiera mi nombre en cuando salí del chequeo del aeropuerto y la visualice en la lejanía. El nombre estaba mal escrito ponía Génova Stevens, pero cuantas Stev
Necesito escaparGenaveNecesitaba salir de aquella casa, estar cerca de aquel hombre me hacía sentir asfixiada y me provocaba. Mi cuerpo con su sola presencia reaccionara y sabía que él podía notarlo. Mi mente me gritaba que me alejara, pero mi cuerpo no quería acatar aquel mandato y tenía que obligarlo, por eso necesitaba poner distancia y quizás una visita a las oficina, rodearme de trabajo me regalaría aquel equilibrio que tanto necesitaba.Salí al pasillo y lleve mis pasos de regreso a la que habían asignado como mi habitación, me sorprendí al encontrar a una chica del servicio dentro de ella acomodando pacíficamente las cosas de mi maleta en el gigantesco closet que poseía aquella estancia y por un momento me molesto que estuviese tocando mis cosas, pero sabía que solo hacia su trabajo, así que solo tome una lar
Alimente sus deseosGenaveRompió los botones de mi blusa y deslizo su mano por debajo de mi sostén, contuve la respiración mientras el liberaba uno de mis senos y me sentí vulnerable, expuesta y cuando sus dedos rozaron mi pezón, cerré los ojos ante aquella excitante y maldita sensación. Rubén era un animal salvaje, una bestia que no se podía domar y me gritaba a mí misma que me debía alejar, que esto que sentía por él solo me complicaría la vida, pero cada vez que buscaba poner distancia, algo terminaba arruinando todo.— ¿Vas a permitir que me vean? —le pregunte tratando de soltar mis manos de su agarre.—Nunca —dijo pasando tentadoramente su lengua por mis labios —No se ve nada desde allá fuera y nunca permitiría que nadie te viera, así que solo déjate llev
La tormentaGenaveSalí de aquel lugar más segura de que debía mantener la distancia. Rubén era un hombre que no conocía el pudor y que estaba acostumbrado a tener todo a sus pies, aun no podía creer lo que mis ojos habían visto, tampoco la forma tan obscena en la que aquella mujer me había mirado, podía sentir una fuerte atracción por él, pero no estaba dispuesta a ser tratada como si fuese un objeto, algo que puedes usar y desechar a tu antojo, cumpliría con lo que me habían encomendado y me iría lo más pronto posible de este lugar.Tome el móvil para llamar a Gina, necesitaba desahogarme, tenía que deshacer esta opresión que tenía en el pecho y ella era la única que podía ayudarme, por un momento dude antes de marcarle, pero necesitaba que alguien me recalcara el hecho de que soy
Destrucción y muerteRubénCaminó con determinación sin mirar atrás y aquello me encolerizo. Jotrov me miraba fijamente y sabía que tenía muchas cosas que decir, pero aunque tuviese razón no iba a importarme, aquella mujer sacaba lo peor de mí, me hacía desearla y odiarla al mismo tiempo, eran tantos sentimientos que no me podía controlar y un hombre como yo debía tener el control absoluto sobre sí mismo.— ¿Por qué insistes si sabes que va a terminar mal? —Levante la mirada y fije mis ojos en él —Tú no vas a dejar este mundo y ella no dejará el suyo, tienes que controlarte y tienes que dejarla ir —Como dije sabía que él tendría la razón, pero aún así seguía queriendo tenerla.—No puedo dejarla ir y no sé porque,
Ninguna otraRubénMiraba con mucha atención la grabación que Jotrov me mostraba y me arrepentí en aquel mismo instante de haberle enviado ese mensaje, también me odie por haberme emborrachado como un idiota, Marco había cruzado el límite y tenía la certeza de que él también había descubierto que mi interés por Genave iba más allá del deseo ardiente que corría por mi sangre de hacerla mía y no podía darme el lujo de que precisamente él utilizará aquello en mi contra y mientras yo no lo admitiera aquello no era verdad.— ¿Qué es lo que sabe? —dije sin apartar los ojos de la pantalla.—Lo sabe, no es estúpido —lo mire con molestia y este ni siquiera cambio la expresión de su rostro —Tú error fue irrumpir en el club de aquella fo