La tormenta
Genave
Salí de aquel lugar más segura de que debía mantener la distancia. Rubén era un hombre que no conocía el pudor y que estaba acostumbrado a tener todo a sus pies, aun no podía creer lo que mis ojos habían visto, tampoco la forma tan obscena en la que aquella mujer me había mirado, podía sentir una fuerte atracción por él, pero no estaba dispuesta a ser tratada como si fuese un objeto, algo que puedes usar y desechar a tu antojo, cumpliría con lo que me habían encomendado y me iría lo más pronto posible de este lugar.
Tome el móvil para llamar a Gina, necesitaba desahogarme, tenía que deshacer esta opresión que tenía en el pecho y ella era la única que podía ayudarme, por un momento dude antes de marcarle, pero necesitaba que alguien me recalcara el hecho de que soy
Destrucción y muerteRubénCaminó con determinación sin mirar atrás y aquello me encolerizo. Jotrov me miraba fijamente y sabía que tenía muchas cosas que decir, pero aunque tuviese razón no iba a importarme, aquella mujer sacaba lo peor de mí, me hacía desearla y odiarla al mismo tiempo, eran tantos sentimientos que no me podía controlar y un hombre como yo debía tener el control absoluto sobre sí mismo.— ¿Por qué insistes si sabes que va a terminar mal? —Levante la mirada y fije mis ojos en él —Tú no vas a dejar este mundo y ella no dejará el suyo, tienes que controlarte y tienes que dejarla ir —Como dije sabía que él tendría la razón, pero aún así seguía queriendo tenerla.—No puedo dejarla ir y no sé porque,
Ninguna otraRubénMiraba con mucha atención la grabación que Jotrov me mostraba y me arrepentí en aquel mismo instante de haberle enviado ese mensaje, también me odie por haberme emborrachado como un idiota, Marco había cruzado el límite y tenía la certeza de que él también había descubierto que mi interés por Genave iba más allá del deseo ardiente que corría por mi sangre de hacerla mía y no podía darme el lujo de que precisamente él utilizará aquello en mi contra y mientras yo no lo admitiera aquello no era verdad.— ¿Qué es lo que sabe? —dije sin apartar los ojos de la pantalla.—Lo sabe, no es estúpido —lo mire con molestia y este ni siquiera cambio la expresión de su rostro —Tú error fue irrumpir en el club de aquella fo
Pagar con sangreRubénMiraba la pantalla de mi móvil y me debatía en si debía marcar o no su número nuevamente. La primera vez no había contestado, pero sabía que la mucha insistencia daba sus frutos y podía pasarme todo el día llamándola, aunque tenía un presentimiento extraño, que se confirmó cuando marque su número una vez más y la contestadora dijo que aquel número no existía.— ¿Qué demonios está pasando? —dije mirando la pantalla de mi teléfono y Jotrov entro en aquel momento al despacho con algo en la mano.—No debería, pero de todas formas ibas a enterarte —me entrego el ejemplar de The Russian Intertational, era la revista más comprada en toda Rusia por su amplio contenido y chismes de gente famosa.— &iques
La jugadaRubénSu aroma natural estaba a punto de enloquecerme, pero no quería perder los estribos, quería hacerla disfrutar, que confiara plenamente en mí y que se entregar al placer que le daban mis labios. Pase mi lengua por su clítoris y luego hice pequeños círculos con ella sobre el mismo, Genave se retorcía de placer, mientras sus dedos se enredaban en mi cabello, provocando que una sonrisa socarrona apareciera en mis labios.Introduje suavemente un dedo en su cavidad, con cuidado de no lastimarla y la escuche retener la respiración, deje una pequeña mordida sobre uno de sus labios y esta soltó un ligero grito que hizo que mi cabeza diera vueltas. La punta de mi pene se encontraba mojada y moría p
Sobre mi cadáverRubénHabía tratado de mantener a Genave ocupada todo el día, su móvil había sonado unas cuantas veces, pero me encargue de mandar al buzón de voz aquellas llamadas, se acercaba una tormenta, una de la cual necesitaba mantenerla alejada, aunque sabía que Noah no se quedaría quieto, que trataría de involucrarla y ni hablemos de los que estarán realmente afectados cuando explote la bomba, las cosas estarían realmente turbias y no quería hacer que ella se preocupara.—Gracias—dijo mientras se acomodaba junto a mí en el sofá, la estreche en mis brazos y deje un beso sobre su frente. Yo era el que debía estar agradecido con ella, porque había comenzado a entender el verdadero valor de tener a alguien junto a ti y agradecía que fuese ella.Encendió el televisor
Volviéndome locaGenaveEscuche unos pasos acercarse y una sombra bajo la puerta, contuve la respiración. El sudor bañaba mi frente y podía sentir el temblor incesante de mis manos ¿en qué demonios se había convertido mi vida? Era una pregunta que daba vueltas y vueltas en mi cabeza, pero al final no tenía una respuesta para ella, solo sabía que debía confiar en el hombre que estaba allá afuera, porque ya no había forma de regresar el tiempo y lo quería. Quería que Rubén fuese solo para mí, aunque aquello me arrastrara al mismísimo infierno.Un disparo lleno aquel silencio y luego escuche los pasos alejarse, el sonido de vidrios rotos y luego un incesante murmullo procedente del pasillo, sabía que se trataba de los vecinos y me sentía completamente perturbada, porque sabía que uno de ellos
Inocencia y virginidadRubénLa deposite delicadamente sobre la cama y rápidamente deslice mis manos por debajo de su blusa, provocando que cerrara los ojos ante mi roce y yo ya me encontraba duro como una piedra con solo mirar sus pezones endurecidos. Quería borrar esta noche de su mente y el hecho de que mi vida y la suya eran demasiados distintas, Genave y yo encajábamos a la perfección, una muestra de eso era como nuestros cuerpos reaccionaba al encontrarse.—Quiero que te dejes llevar —dije sobre sus labios, mientras le quitaba aquellos pantalones cortos que la cubrían.No tenía ropa interior y aquello encendió más la llama que comenzaba a crecer dentro de mí, había sido atrevido y excitante, sabía que estaba lista para recibirme, pero primero deseaba jugar un poco con su cuerpo. Le había pedido a Jotrov que
Sucia jugadaRubénAl despertar aquella mañana y darme cuenta que no había nadie junto a mí, mis alarmas se dispararon. Un extraño malestar me abrazo el pecho, pero trate de mantener la calma, Genave pude haber ido a cualquier lugar dentro del hotel y además no podía haber salido por la puerta sin que mis hombres se dieran cuenta. Marque rápidamente el número de Jotrov y este tomo la llamada al primer timbrazo.—Está conmigo —se apresuró a decir aunque lo sentí algo extraño —Salió a encontrarse con alguien —No sé porque demonios había hecho una estupidez como esa, pero me escucharía desde que pusiera un pie en esta habitación.—Pásamela —dije y escuche a Jotrov decirle que era yo.—Se niega hablar con usted &m