La ira y la frustración de Marcus eran palpables, y la tensión del ambiente tan densa que podía cortarse con un cuchillo. Había sido todo un esfuerzo no ir junto a Layla para asegurarse de que se encontraba bien. Pero había enviado a uno de los equipos de confianza de Diana para asegurarse de esa tarea, por no hablar de que Giovanni monitoreaba toda la situación de manera remota, y sabía que los informaría de cualquier cosa que necesitaran saber.
Pero el dejar el destino de una de las personas más importantes de su vida en las manos de alguien más, iba en contra de la naturaleza de Marcus. Aunque el saber la importancia de la tarea que tenían entre manos, y su deseo de justicia eran lo único que le permitían apegarse al plan y no mandar nuevamente todo al diablo.Podía ver la mirada de Diana que le advertía que no volviera a perder el control nuevamente y desviarsGabriel había seguido a la camioneta donde llevaban a Layla, importándole muy poco abandonar a la prensa y todos los que se encontraban en el lugar tras él. Ni siquiera le importo comprobar que su primo fuera llevado ante la justicia. Para él, había una sola cosa que importaba en el mundo, y esa era Layla.Cuando Marcus la había sacado en brazos… su cuerpo completamente desnudo lleno de marcas que delataban la brutalidad de la que era capaz el ser humano… él se sintió morir… pero al ver que ella no se movía y permanecía inerte entre sus brazos, con los ojos cerrados. Un terror que no había conocido nunca antes se apodero de él, queriendo ir a su encuentro en ese mismo instante. Pero uno de los hombres de Marcus previendo su reacción le impidió abrir la puerta de su auto.-Sígalos si así lo desea, pero no comprometa su posición. De la p
La prensa había inundado todos los medios de comunicación con la noticia de lo que había sucedido. Y con aquella simple acción, el infierno se había desatado en la tierra.Toda la familia real se había acuartelado en el interior del palacio de invierno negándose a dar ningún tipo de declaración a la prensa que se había instalado en las afueras de la propiedad. Los únicos que entraban y salían de esta eran los sirvientes que se negaban a pronunciar una sola palabra de lo que ocurría tras las puertas del palacio, y todos aquellos agentes encargados de investigar el caso.Este era sin lugar a dudas el peor escándalo que la corona del país hubiera enfrentado en toda su historia. Y por lo que se mostraba en gran parte de las pruebas que la organización anónima de Marcus había proporcionado, esto venía manejándose así desde hac&
Layla había entrado y salido del quirófano tan frecuentemente como su cuerpo se los permitía.Cuando habían llegado, desde un principio sabían que la situación de la duquesa y su estado de salud eran malos, pero no se habían imaginado que con las maniobras que les habían permitido mantenerla con vida, provocarían el peor de sus problemas. Uno de los fragmentos de una de las costillas que el duque de Nolan le había roto en uno de sus arranques de ira, se había desprendido con las maniobras del RCP como tanto habían temido que sucediera, y este no únicamente había perforado uno de los pulmones, sino, que había llegado hasta el corazón causando grandes daños en este.La primera cirugía había sido para sacarla de aquel riesgo inminente que corría su vida, pero al percatarse de lo que estaba sucediendo al ir a reparar su pulmón evidentemente colapsado, habían notado lo que había ocurrido a su corazón, y Roxanne se había percatado de que era lo que lo había provocado. Y había sido u
La fecha del juicio público al que se sometería al duque de Nolan por sus presuntos crímenes se había publicado a primera hora del día, y el mundo se había encontrado conteniendo el aliento a la expectativa de lo que sucedería a continuación. Ya que entre los testigos que habían sido citados para testificar en la audiencia se encontraban miembros de la mismísima familia real, según decían algunas fuentes, y ante esa declaración una nueva interrogante apareció. ¿Se encontraría su majestad la reina Margarita tercera entre los testigos? Ya que aunque la soberana no estuviera obligada a participar, y ninguna institución pudiera forzarla a hacerlo, el que se presentara seria sin lugar a dudas un punto a favor de la monarquía ante la opinión pública que iba rápidamente en declive, pero también seria prestarse a un escrutinio públi
Había pasado más de una semana desde que habían rescatado a Layla de las garras de Robert, pero ella aún continuaba sin dar signos de ningún cambio. Eso debería aliviarle, solían repetirle el personal, diciéndole que en esos casos muchas veces la falta de noticias eran buenas noticias, ya que eso quería decir que la salud de Layla no estaba deteriorándose, pero que en esos casos todo podía variar demasiado, Layla podía despertar en horas, días, meses, inclusive años, o simplemente no hacerlo nunca. Y era precisamente esa última posibilidad la que más lo aterraba. Que ella no despertara nunca.El solo pensar que eso podía llegar a pasar le helaba la sangre, como si esos maravillosos momentos que habían pasado juntos fueran un cruel regalo, un atisbo de lo que no podrían tener jamás… de lo que no podrían ser nunca. Eso le part&i
Marcus estaba reunido con Diana, discutiendo los pormenores de la seguridad constante que tenían protegido a Layla y vigilando al Duque de Nolan. La gente estaba cansada, los turnos eran muy duros, y el tener que dividirse en cuatro grupos alternándose la mitad del día cada uno con todo el armamento y equipo resultaba agotador, pero nadie había flaqueado ni un poco, por más evidentes que fueran los signos de cansancio en sus semblantes estaban determinados a cumplir su misión impecablemente hasta el final, algo que no extrañaba a nadie, ya que, después de todo, todos tenían motivos propios para querer que aquello concluyera de forma favorable a sus mutuos intereses.Él se froto la cienes, estaba agotado, podía notar que Diana también, sobre todo porque eran ella y Amshel quienes supervisaban personalmente que las operaciones se realizaran según lo previsto, dividiéndose, estando un
No había una sola parte de su ser que no le doliera infernalmente, sentía como si cada uno de sus músculos quemara y cada parte de su piel se encontrara en carne viva. De ser sincera hubiera preferido no despertar nunca. Todo había sido demasiado, y estaba agotada a un nivel físico y mental que jamás creyó posible, aunque era el cansancio mental y emocional los que más la afectaban. Estaba cansada de luchar, harta de pelar para conseguir cada maldita cosa en su vida, como si debiera ganarse el derecho a respirar, pero en cuanto terminara con eso… En cuanto concluyera su misión… estaba determinada a mandar todo al diablo, conseguir un trabajo que le permitiera sobrevivir, y un lindo y pequeño lugar para vivir, no esperaba nada más de la vida que eso, una vida simple y tranquila. Aunque tomando en cuenta como haba sido toda su vida, inclusive eso parecía mucho pedir.Levantarse hab&i
La vista de Layla permaneció fija en el suelo, completamente incapaz de moverse o enunciar una sola palabra. Aquella declaración la había abrumado a tal grado que no se veía capaz de procesar lo que Roxanne le había dicho. Aquello simplemente no podía ser cierto. Y cuando Marcus se apresuró a alcanzarla y tomarle la mano, en un acto que claramente pretendía reconfortarla, ella casi en un acto reflejó se apartó alejándose de su alcance. Marcus y todos los demás la miraron sorprendidos por su reacción, pero ella no los miró de vuelta.-Váyanse-ordeno con voz queda, carente de toda entonación, como si la emoción no llegara a infundir las palabras. Pero al ver que nadie parecía moverse de su lugar ella aferró los reposabrazos de la silla de ruedas y los miró claramente alterada -¡Fuera! ¡No quiero ver a nadie!-ordeno rotunda con la voz quebrada y un tanto trémula, su labio inferior temblando, y sus facciones aun un tanto amoratadas, una clara evidencia del agónico sufrimiento que sus