Había pasado más de una semana desde que habían rescatado a Layla de las garras de Robert, pero ella aún continuaba sin dar signos de ningún cambio. Eso debería aliviarle, solían repetirle el personal, diciéndole que en esos casos muchas veces la falta de noticias eran buenas noticias, ya que eso quería decir que la salud de Layla no estaba deteriorándose, pero que en esos casos todo podía variar demasiado, Layla podía despertar en horas, días, meses, inclusive años, o simplemente no hacerlo nunca. Y era precisamente esa última posibilidad la que más lo aterraba. Que ella no despertara nunca.
El solo pensar que eso podía llegar a pasar le helaba la sangre, como si esos maravillosos momentos que habían pasado juntos fueran un cruel regalo, un atisbo de lo que no podrían tener jamás… de lo que no podrían ser nunca. Eso le part&iMarcus estaba reunido con Diana, discutiendo los pormenores de la seguridad constante que tenían protegido a Layla y vigilando al Duque de Nolan. La gente estaba cansada, los turnos eran muy duros, y el tener que dividirse en cuatro grupos alternándose la mitad del día cada uno con todo el armamento y equipo resultaba agotador, pero nadie había flaqueado ni un poco, por más evidentes que fueran los signos de cansancio en sus semblantes estaban determinados a cumplir su misión impecablemente hasta el final, algo que no extrañaba a nadie, ya que, después de todo, todos tenían motivos propios para querer que aquello concluyera de forma favorable a sus mutuos intereses.Él se froto la cienes, estaba agotado, podía notar que Diana también, sobre todo porque eran ella y Amshel quienes supervisaban personalmente que las operaciones se realizaran según lo previsto, dividiéndose, estando un
No había una sola parte de su ser que no le doliera infernalmente, sentía como si cada uno de sus músculos quemara y cada parte de su piel se encontrara en carne viva. De ser sincera hubiera preferido no despertar nunca. Todo había sido demasiado, y estaba agotada a un nivel físico y mental que jamás creyó posible, aunque era el cansancio mental y emocional los que más la afectaban. Estaba cansada de luchar, harta de pelar para conseguir cada maldita cosa en su vida, como si debiera ganarse el derecho a respirar, pero en cuanto terminara con eso… En cuanto concluyera su misión… estaba determinada a mandar todo al diablo, conseguir un trabajo que le permitiera sobrevivir, y un lindo y pequeño lugar para vivir, no esperaba nada más de la vida que eso, una vida simple y tranquila. Aunque tomando en cuenta como haba sido toda su vida, inclusive eso parecía mucho pedir.Levantarse hab&i
La vista de Layla permaneció fija en el suelo, completamente incapaz de moverse o enunciar una sola palabra. Aquella declaración la había abrumado a tal grado que no se veía capaz de procesar lo que Roxanne le había dicho. Aquello simplemente no podía ser cierto. Y cuando Marcus se apresuró a alcanzarla y tomarle la mano, en un acto que claramente pretendía reconfortarla, ella casi en un acto reflejó se apartó alejándose de su alcance. Marcus y todos los demás la miraron sorprendidos por su reacción, pero ella no los miró de vuelta.-Váyanse-ordeno con voz queda, carente de toda entonación, como si la emoción no llegara a infundir las palabras. Pero al ver que nadie parecía moverse de su lugar ella aferró los reposabrazos de la silla de ruedas y los miró claramente alterada -¡Fuera! ¡No quiero ver a nadie!-ordeno rotunda con la voz quebrada y un tanto trémula, su labio inferior temblando, y sus facciones aun un tanto amoratadas, una clara evidencia del agónico sufrimiento que sus
Robert enloquecía mas día con día en esa celda entre una pared de un vidrio que no podía ser penetrada por balas, completamente aislado del mundo. Sus amigos lo habían abandonado, su familia le había dado la espalda, todos esos ingratos mal agradecidos a los cuales había ayudado a llenar sus bolsillos ahora se creían con la posición suficiente como para negarle su ayuda, como si de alguna forma estuvieran por encima de él. Como si fueran mejores… Robert golpeo la pared transparente e inflexible que lo mantenía prisionero, los guardias tanto propios del lugar como los que el carbón de Marcus Volkán había asignado a vigilarlo, ni se inmutaron por el arranque de ira. Ahí ellos solo estaban para evitar que el pudiera escapar, aunque dado que ellos mismos se habían encargado de cortarle todas las rutas de escape, tampoco era como que ahí metido pudiera hacer mucho
Gabriel permaneció fuera de la habitación sin apartarse de aquel lugar, no sabiendo muy bien que hacer. Lucas lo había animado a preguntar a los hombres de Marcus que era con exactitud lo que le habían dicho a Layla para que reaccionara de aquella forma, pero aunque lo había intentado ellos se habían negado a responder categóricamente en todo momento.Los que él había identificado como los más cercanos a ella habían venido habitualmente a visitarla, pero ella se había negado a recibir a cada uno de ellos negándose a hablar con nadie que no fuera miembro del hospital, y aun con ellos no intercambiaba más que palabras de cortesía. El personal y los hombres de Marcus le habían aconsejado que fuera a su casa a descansar, que ya le avisaran cuando Layla cambiara de opinión y accediera a ver a alguien, pero él se había rechazado hacerlo. Ya que de
De alguna forma que no se lograba explicar, una fotografía de Layla en cuidados intensivos llena de cables, tubos, vías de acceso y sondas, había terminado como portada de las páginas principales de todos los periódicos amarillistas. Y en el momento en que uno de sus agentes se los mostró a Marcus casi corriendo para alcanzarlo en uno de los pasillos, la sangre le hirvió en las venas de rabia pura, ante el descaro y atrevimiento de aquellos repugnantes seres que tomaban ventaja de la desgracia ajena como modo de vida. Rápidamente se lo informo a Pamela, y esta se aseguró de que sus fuentes las retirarán tan pronto como les fue posible, pero el daño ya estaba hecho, y aunque aquello seguramente les beneficiaría en el próximo juicio, el hecho de que hubieras sido capaces de cometer una violación tan grave e insensible a la intimidad de Layla lo llenaba de rabia. Y a pesar de que deseara e
El caos más absoluto se desato en el momento que las puertas del hospital se abrieron cediéndole el paso a Layla, quien era resguardada por los agentes de Marcus y algunos miembros de la policía destinados a evitar un desastre.Llegar al auto fue toda una odisea por sí misma, con los periodistas y camarógrafos luchando entre sí y con los agentes que la protegían para captar la mejor foto posible, pero el tener que representar su papel y fingir una gran dificultad para moverse permitiendo que los agentes le ayudaran a subir al auto, fue todo un esfuerzo en sí mismo. Sobre todo porque el fingir aquella dificultad le requería un mayor esfuerzo del que hubiera sido necesario de hacerlo por si misma, provocando punzadas dolorosas en cada uno de sus músculos, aunque aquello ayudo a montar un espectáculo, permitiendo que aquello se reflejara a su rostro dejando que la prensa capturara aquellas imágenes
Coordinar las actividades de aquel día había sido todo un reto, sobre todo al tener que trabajar en conjunto con una organización ajena a ellos, con la que por más que insistiera en decir que así era, no compartía en lo absoluto su propósito, buscando cada oportunidad posible para sabotearlos.Pero ellos conocían su funcionamiento y forma de operar de sobra, aunque algunos de sus miembros aún continuaban ignorándolo, ya que ellos mismos habían sido parte de la organización con la que se veían obligados a lidiar en aquellos momentos. Una organización que despreciaban con cada gramo de su ser, al ser dirigida por personas corruptas que siempre favorecían a quienes más les convenía, sin importarles en lo más mínimo la verdad o la justicia. Y la situación que tenía entre manos era el más claro ejemplo de ello.Más que