Layla miro a Amshel al tiempo que atravesaba los pasillos buscando a Marcus, él le sonrío amable haciendo una inclinación de cabeza a modo de saludo, ella correspondió su sonrisa y le saludo de igual modo.
No cabía la menor duda de que Amshel era un hombre apuesto que además de una habilidad sin igual en la lucha, poseía un trato fácil y una agradable personalidad. Irónico que un hombre con un carácter tan afable y extrovertido fuera precisamente aquel que sostuviera una relación con Diana por más informar que está fuera. Aunque viéndolo desde otro punto de vista era de lo más normal que esos dos terminarán juntos. Y más, dado que Layla comenzaba a sospechar que por más agradable que fuera él con ella y con los que parecían rodearlo, estaba casi seguro que tenía una personalidad mucho más fría y estoica con aquellos a q-Discúlpame Amshel, peor debo hablar con Marcus y dudo mucho que desees estar presente- le dijo Layla a modo de despedida dándose la vuelta sin esperar su respuesta y yendo hacia la sala de juntas esperando encontrarlo, y por fortuna o por desgracia así fue.Giovanni y otro joven se encontraban reunidos con él hablado sobre la vigilancia de la mansión. Ella no se molestó en saludar al entrar como haría normalmente, lo que inmediatamente extraño a los presentes quienes alzaron las miradas de lo que fuera que estaban haciendo en ese momento en una laptop frente a ellos.-Por favor salgan-pidió Layla sin dar lugar a cuestionamientos en un tono que sonó mas a una orden. Los tres hombres se miraron entre sí sin saber que era lo que estaba sucediendo pero por la expresión de la mujer frente a ellos prefirieron no hacerla enojar más tratando de averiguarlo, ya se enterarían de lo que
Ella no espero a que alguien se ofreciera a llevarla de regreso al gimnasio donde la esperaba John para regresar a la mansión, en cuanto dio vuelta al pasillo donde Marcus estaba parado fuera de la sala de juntas y escapo de su vista prácticamente corrió fuera desesperada por escapar de ese dolor que comenzaba a consumirla por dentro como si de alguna manera eso le permitiera huir de él.Sus palabras habían roto algo fundamental en su interior, como si hubieran echado atrás todo el trabajo, todo el esfuerzo por reconstruirse a sí misma durante todos esos meses. Un fuego glacial quemaba y consumía ahí donde tocaba destrozándola de a poco.Le había dado todo, había confiado en sus manos todo su ser y él lo había utilizado en su contra sin ningún tipo de miramiento. Todo lo que sabía de ella, todo lo que había investigado y todo lo que ella misma le hab&iacut
Giovanni y los demás miraron las cámaras, lo que vieron lo alarmo en un principio preocupado por lo que podría haber pasado entre Marcus y Layla para alterarla de esa forma. Él la había visto a través de las cámaras cuando salió corriendo por los pasillos, había llamado a los guardias de seguridad a cargo de Amshel para que la detuvieran y evitaran que se fuera en ese estado exponiéndose a que algo malo le pasara, pero no hubo nadie que lograra alcanzarla a tiempo antes de que se subiera a un taxi y desapareciera.Cuando llego a la mansión y se encerró tanto tiempo en el cuarto de baño miro horrorizado la puerta cerrada sintiendo que su estómago se volvía de plomo en su interior casi cayendo en el impulso de llamar a Marcus para que enviara a alguien para comprobar su estado. Pero justo cuando estaba por tomar el teléfono ella salió, sus movimientos ligeros y p
El poder sobreponerse a lo que estaba pasando se sintió como si de nadar para salir de lo más profundo del océano se tratara. Para cuando logro asomar la cabeza por encima de la superficie ya se sentía agotada y temblorosa, pero una especie de satisfacción, de victoria ante ese logro que podía llamar suyo la lleno de una forma que no había conocido nunca antes. Y eso le proporcionó una gran satisfacción, aunque la costa estuviera aún muy lejos y le faltara todavía un largo camino por recorrer.Layla vendo con cuidado sus manos ampolladas y doloridas tanto por el entrenamiento como porque pasaba todo lo que le restaba de tiempo libre tocando el cello en el sótano y en la mansión de Robert perdiéndose por completo en la música. Su esposo por fortuna no la había reprendido por tal comportamiento, inclusive parecía disfrutarlo.Una noche que había decid
Cuando las vacaciones finalmente terminaron regresar a la vida pública le resulto un tanto pesado. La reina y todos los compromisos le absorbían gran parte de su tiempo, teniendo que ingeniárselas para cumplir con las misiones que le asignaban en el cuartel general de forma diligente sin dar pie a comentarios o reproches al respecto.El ambiente se había vuelto casi perpetuamente tenso en sus instalaciones, hacía que ella rehuyera el presentarse en ellas a no ser que su presencia fuera indispensable. Un sentimiento que Diana y ella compartían. Aunque recientemente eso no fuera lo único que compartieran.Ambas entrenaban diariamente sin falta, y en un par de ocasiones habían apartado tiempo para almorzar juntas en aquel sótano. Ese se había vuelto su lugar secreto. Su santuario privado. Un consuelo lejos de la vida diaria que las agobiaba.Aparentemente aunque su gemela jamás la juzgara
Layla se miró rápidamente en el espejo de mano que guardaba en su bolso comprobando su aspecto y retocando un poco su maquillaje. Su apariencia era pulcra y elegante con el cabello recogido bien peinado y el maquillaje discreto de aspecto impecable.Tras varias reuniones y deliberaciones había conseguido que su propuesta fuera aceptada por todos para disgusto de Marcus, quien no teniendo otra opción dados los recientes acontecimientos no tuviera otra alternativa más que acceder a regañadientes. Para ella había sido una fortuna haberlo podido solucionar antes de que los compromisos dela familia real consumieran su tiempo por completo.Esa semana había viajado a otra ciudad a unas horas en auto y le habían agendado demasiados compromisos, tantos que ni siquiera había tenido tiempo de revisar de qué se trataba cada uno. Cuando John detuvo el auto frente a un gran edificio de aspecto sencillo pa
Lidia y la señora Aragón se había quedado arriba atendiendo a los invitados y entreteniendo a la prensa, impidiéndoles por cualquier medio necesario el abandonar el cuarto piso para seguir a Layla y capturar una imagen nada favorecedora de ella. Una malita muñeca en el aparador, eso es lo que era para ellos, y nada más. Solo un objeto decorativo y nadie se tomaban la molestia de percatarse del ser humano detrás.Con el tiempo que había estado en el evento era suficiente como para tener una historia estelar de primera plana en la que se relatará la dedicación de la duquesa de Nolan y la familia real hacia los huérfanos de la nación, y como ella era tan generosa y desinteresada, ya que aún a pesar de haber perdido a su propio hijo luchaba tan altruistamente para darles al resto de los niños del reino una vida mejor. Así, siendo un claro ejemplo de la dedicación y
El camino de regreso, aunque largo, le pareció demasiado corto, y para su gusto ella y Gabriel llegaron al palacio de invierno demasiado pronto.El consuelo de Gabriel la había reconfortado lo suficiente como para no terminar hecha pedazos, pero aun así le dolía el alma. Lo que habían hecho, lo que se habían atrevido a hacer... era simplemente demasiado. Y pensar que ahora debía pagar las consecuencias por la puñalada que ellos mismos le habían asestado, eso la hacía que temblara de rabia e impotencia.Debía contenerse, sabia de sobra el papel se suponía debía interpretar, su celular no había dejado de sonar como si sus aliados desearan recordárselo, pero ella se dedicaba a ignorarlo. No podía lidiar con más cosas de las que ya tenía entre manos en ese momento. Estaba demasiado cansada y se sentía demasiado quebrada como para tene