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Capítulo dieciocho; Mensajes calientes

—Mi madre me sorprende. Apenas puedo creer que no te haya apoyado con eso y de paso pensar que fue tu culpa.

—Tampoco sé que pasa por su mente. Creí que me apoyaría, ¡Él me pegó!

Sarah mira las marcas en mi cuello y hace una mueca triste. Acaricia la zona afectada y veo que comienza a llorar.

—Nadie merece esto Tania. Si fue o no fue tu culpa eso no es justificación para golpearte ni herirte. Sé que solo hiciste lo correcto.

—Me humilló delante de Mildred, Lila y Damián. Lila aún no puede superar el momento y Damián tuvo que llevársela de aquí por qué amenazó con cortarle las bolas.

—Estoy totalmente de acuerdo con Lila. Sebastián no tenía derecho de golpearte. No te merece.

—Quiero divorciarme. –le repito y ella hace una mueca.

—Papá jamás va a permitirlo. Pero quizás si le exponemos el caso entienda que no eres feliz y él no te merece.

—¿Puedes ir conmigo?

—Por supuesto que sí. Es más, vamos ahora. Debe estar en la oficina.

—Pero Sebastián estará ahí.

—Ya veremos cómo hac
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