—¿Estás listo para volver a casa, Damián? –cuestiona el doctor —Si, estoy muy emocionado. —Disculpa que te lo diga pero no pareces muy emocionado. ¿Está todo bien? ¿Algo te duele? —El corazón. –respondo y se acerca con rapidez. —Dime dónde te duele exactamente. —Lo siento mucho doctor, me temo que no es lo que piensa, tengo el corazón roto todo por ser un idiota. —Damián por dios, me asustaste. No tengo cura para el corazón roto pero si te sirve se algo, no vale la pena sufrir por algo que tiene solución. Y si no la tiene sufrir no creo que sea. —Yo la amo. —Y si la amas y no está aquí no vale la pena. –señala y siento una puñalada dolorosa en mi corazón. —¿Y si yo la alejé de mi a pesar de que quería quedarse?—Entonces no la mereces. ¿Por qué alejarla si la amas? Es lo más tonto e inmaduro que he oído en toda mi vida como doctor y créeme que he oído mucho. —¿Está queriendo decir que yo soy culpable de que duela? —Me niego a creer que eres así de tonto. ¿Cómo no darte cuen
Tania.La vida aquí empieza a ser mejor, conociendo a todos mis vecinos me di cuenta de lo afortunada que soy de haber llegado aquí. Mi vivero ha arrancado de manera positiva siendo mis primeros clientes todos y cada uno de mis vecinos y amigos nuevos. Incluso Jess se llevó una maceta con tulipanes. Hoy llegará nuevo cargamento y estoy emocionada por qué pedí flores preciosas y árboles miniatura. Los gemelos dinamita han estado viniendo a ayudar un poco al igual que Antón y Nicolás mientras Gladys nos prepara té. Pero ahora todos se pusieron de acuerdo y tenían cosas que hacer así que estoy sola. El timbre de mi puerta interrumpe mi sesión de fotos para el marketing, emocionada dejo todo por que seguramente será mi pedido. Camino hasta allá y al abrir la puerta me encuentro con Alexey...y un plato de galletas humeantes. —Tania.—Alexey...—¿Interrumpo? Es que yo probé una receta nueva y...—Para nada, llegas a tiempo. Estoy haciendo sesión de fotos para subirlas al blog. Gracias
Alexey vuelve a su casa sintiendo una mezcla extraña en el cuerpo. Hace tiempo que no sentía esto y no, no está preparado para sentirlo, es demasiado pronto...aunque tal vez Tania no vaya por ese lado y entonces el que está siendo paranoico es él.Pone la rosa que ella acaba de regalarle sobre la mesa junto a su retrato, se siente un poco incorrecto especialmente por qué aún le duele un poco su partida. Alexey es un reconocido pintor, solitario y viudo. Llevaba años siendo un ermitaño hasta que ella llegó a este lugar. En cuanto la vio bajar de ese auto con ojos llorosos y alma derrotada, sabia que está derrotada por qué la suya estaba igual o lo sigue estando ya no esta seguro. No fue la pena lo que lo impulsó a acercarse a ella, fue...curiosidad. ¿Cómo una chica tan bonita llegó a este lugar sola? Es algo que no va a entender, no hasta saber por qué lo hizo. Se deja caer sobre la cama y sonríe de manera inconsciente, está asustado aunque no lo parezca por qué Tania le hace sent
Cómo parte de mi rutina, salgo al jardín a sentarme en mi lugar especial a meditar un rato. No les voy a mentir, el aroma fresco del pasto y todas las flores que tengo aquí, le dan a mi alma la paz que necesita. No tengo que pensar, tomar decisiones o hacer nada más que respirar y tratar de calmarme, analizar las cosas, agradecer las que tengo y...El timbre interrumpe, ¿Quién se levanta a las ocho de la mañana y toca la puerta de alguien más? Supongo que alguien que como yo no puede mantenerse más tiempo en la cama. Camino hasta la puerta y antes de hacerlo observo por la mirilla. Alexey está allá afuera con una bandeja en sus manos. Mi corazón se acelera en cuanto lo veo, el respirar me cuesta un poco y no puedo evitar que me suden las manos. Tomo una respiración profunda y me seco las manos en mi pantalón antes de abrir. Una mirada aliviada me recibe cuando lo hago. —Eh, hola. Yo preparé el desayuno y...Lo miro con sospecha mientras habla y habla, sonrío cuando lo veo balbucea
Jess, se ofreció a llevarme a comprar algo lindo para esta noche, estoy nerviosa no solo por el hecho de que será mi primera noche de fin de año estando lejos de todo lo que me rodeó en algún momento, mi casa, mis padres, mis hermanas, sino por qué está noche la voy a compartir con Alexey, un hombre que conocí hace poco más de un mes de estar aquí cumpliendo un sueño. Es increíble rápido que pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando llegue aquí, gracias a la señora Ginebra quien no solo me ayudó a guardar el secreto, también me brindó está casa. Me quedé un poco corta de fondos al comprarla pero valió la pena cada centavo. —¿Qué tienes en mente? ¿Algo que grite "soy cogible y estoy soltera" o algo más atrevido? –cuestiona Jess y yo casi siento que me sonrojo. —¿Qué? ¿Acaso puede haber algo más atrevido que eso? –señaló y asiente mostrándome un vestido que a mí parecer, es un triángulo de tela atado con tres listones delgaditos en la espalda. —Eso diría "no me alcanzó para más" –
Al llegar a casa de Alexey, Tania lo primero que nota es lo descuidado que tiene su jardín, su instinto solo la hace imaginar todas las posibilidades por hacer en este lugar.—Deja los pensamientos de trabajo para después. –le pide y ella se siente atrapada y termina por asentir. Una sensación de escalofríos recorre su cuerpo al atravesar el marco de la puerta, pero la calidez de la mano de Alexey sobre la suya le devuelve la tranquilidad. —¿Todo está bien? —Solo estoy nerviosa. –confiesa y Alexey le regala media sonrisa. Si supiera que él está aún más nervioso pues después de cinco años, una mujer vuelve a pisar su hogar. —Es una casa preciosa. ¿La decoración es tuya? —No es de lo mejor pero es trabajo honesto. –bromea y el peso en sus hombros se hace aún más grande. No solo está nervioso, está asustado, no quiere que nada salga mal y por un mal entendido ella decida irse de su lado y no dejar que se le acerque de nuevo. —Es preciosa, se nota que tienes buen gusto. Los cuadro
Alexey se detiene frente a la puerta de la que ahora es su habitación y duda en abrirla, no sabe cómo va a reaccionar Tania cuando vea lo que quiere mostrarle, solo rezará para que lo tome bien. —¿Puedes ser completamente honesta cuando lo veas? —¿Muy, muy honesta? —De preferencia.—Muy bien, lo haré. Alexey abre la puerta y le pide a Tania que entre. Ella lo hace y al igual que en el recibidor, la decoración es preciosa, su habitación está llena de pequeños cuadros que seguramente el pintó, observa la rosa que le regaló junto a la mesa de noche y una fotografía de él junto a una chica. Tania no dice nada pero ese detalle la hace sonreír. Podrá haber superado lo que pasó pero las personas siempre seguirán siendo parte de nuestros recuerdos. —Quiero que veas esto. –Alexey toma la mano de Tania y la lleva hasta la ventana. Ella puede observar su jardín desde aquí, el lugar donde justamente le gusta leer y beber café. Sus manos se mantienen unidas y eso la pone un poco nerviosa, s
—¿Dónde pongo esto, Tania? –cuestiona Antón mientras hace malabares con algunas cajas de suculentas. —Ponlas en la mesa del fondo por favor Antón y ten cuidado, algunas tienen espinas. —De acuerdo. —¿Donde ponemos los listones Tania? –hablan al unisono Elian y Emiliano. —Junto a los globos y hay que empezar a inflarlos. El que haga más se gana una sorpresa. –aseguro y ambos corren por el lugar gritando felices. Realmente son dinamita esos dos. Siento que soy abrazada por la espalda y grito cuando comienzo a dar vueltas. Pongo los pies en en piso y me gira para verlo. Su sonrisa me hace sonreír a mi, me abraza y deja un beso en la punta de mi nariz. Tiene una regla sobre no besarme en los labios cuando los niños estan aquí. Ellos son demasiado curiosos y les encanta estar vigilando nuestros movimientos a pesar de que Antón ya les explicó que es normal que los enamorados hagan eso. Por supuesto que nuestra relación no fue secreta por qué para empezar Alexey gritó a todo pulmón qu