Max Es la primera vez que duermo en mi camioneta... creo que debería de ir y buscar una más cómoda para la próxima vez que deba de dormir en la pequeñez de un asiento. Creo que el sofa del hospital era un poco más comodo que esta mierda y eso que mi camioneta ha costado bastante dinero. Para la próxima haré pruebas más rigurosas que solo irme por lo brilloso del capo y su bonito cuero en los asientos. Es hora de conducir de camino a la casa de los Parker con el corazón roto y con las ilusiones frustradas. Ya no hay un Max y Max, ahora parece que solo hay una alternativa, Max y Hannah y no me gusta nada, pero es lo que me toca. Hoy aceptaré la decisión de Max, si ella ya no me quiere y ya no me necesito es por algo y está bien. Admito que me hubiera gustado formar una familia con ella, pero ella lo único que quería era sacarme algo de dinero. Y creo que el bebé era su contraseña a mi caja fuerte, yo por ese niño hubiera dado todo, incluso dejar la comodidad de mi trabajo por ella. Si
Despierto gracias a la luz que se cuela por las persianas de la habitación. Tengo ganas de agarrar de los pelos a esa persona que se ha atrevido a abrir las persinas sin preguntarme, como sea abro los ojos completamente. La luz me molesta, pero a nadie le importa al parecer. Volteo hacia el sillón... está vacío, no sé porque mi corazón deseaba que en él estuviera el cuerpo dormido de un alto Maximiliam, pero no hay nada y sé que es por mi culpa. Todo lo que pasó ayer fue mi culpa y sé que estuvo mal... pero son medidas extremas para situaciones extremas como estas.—¿Y Maximiliam?— los ojos de Hannover aparecen por la puerta, esta de pie con un vaso de café y un sándwich en las manos. Me mira esperando una explicación que no creo que estar lista de hacerlo, pero aún y con eso sonrío por verlo.—Hola... Maxine, ¿cómo estás? ¿Como te sientes?— contesto irónicamente, pues ni siquiera me ha saludado, solo esta preguntando por Max...—Lo siento, hola, Max... pero ¿en dónde está ese hombre?
Maxine.No entiendo como es que Barry fue el que me trajo al hospital y tampoco puedo creer que haya llorado como dice Hannover. Él me tiene lástima porque desgraciadamente he perdido algo tan nuevo como lo era mi pequeño bebé, es lastima la que siente por mí, no amor. Trago saliva incómoda por lo que escucho, no puede ser cierto, no puede ser que Max haya reaccionado así. Conmigo se mostró tan fuerte y seguro que entendí que solo actuaba de forma amable conmigo por lástima, solo por eso. Fui demasiado dura con él, he sido grosera, pero es que es mi método de defensa. Ya no quiero ser dañada por nadie y en especial por él. —Para empezar, ¿por qué te caíste? ¿Qué estabas haciendo que casi te rompes el cuerpo?— no me rompí nada, pero si perdí a alguien. —Tuve una discusión con mi padre. Lo empecé a seguir y no sé si él fue quien me empujó o solo caí, no lo sé. —Me duele la cabeza de solo intentar recordarlo.— Creo que eso ya no tiene nada que ver ahora.—¿Qué? No, no, no, es important
Maximiliam. Antes de la discusión de Maxine y Hannah...Bajo las escaleras en busca de mi madre y de la mismísima Hannah... no estaba en mis planes que ella escuchara sobre el embarazo de Maxine. Lo primero que veo es a mamá intentando hablar con ella, pero se niega rotundamente. —¡No! Señora Natalia, lo que su hijo hizo es imperdonable. —Si tan solo hubiera hecho las cosas diferentes. Maxine me va a matar cuando se entere de que su mejor amiga ya sabe lo que ella y yo tuvimos...—, es una falta de respeto, es una maldita falta de respeto para mí y a para mi familia. —Tranquilízate Hannah, yo sé que estás enfadada, pero los hombres son así, hija. Mi hijo no piede ser la excepción y tampoco tu amiga... ella debió de hacerlo a propósito, apuesto a que desde que llegó lo intentó seducir y Max cayó. —Natalia siempre siendo... ella.Bajo los escalones para llegar hasta donde ellas están discutiendo acaloradamente. Por nada del mundo voy a permitir que mi madre le meta ideas malas de Maxi
¿Qué se puede hacer en estos casos? Estoy de pie en medio de la sala de estar con los ojos llenos de lágrimas y con las manos temblorosas. Detrás de mí está Hannover quien es lo único que me queda y también le he fallado al no tener al bebé en el vientre. Cierro los ojos, pensar en mi hijo no nato me rompe el alma y las ilusiones...—Deja de decir que lo sientes porque estoy segura que nunca te pusiste a pensar en lo que yo iba a sentir si me enteraba de esta mierda— niego fervientemente, pues simpre estuvo ahi... en mi cabeza.—No... no... no, por favor créeme, Hannah yo siempre intenté dejar a Maximiliam porque sabía que estaba mal —intento caminar hacia ella, pero es Hannover quien me detiene.— Hannah, no seas tan dura conmigo, te lo suplico. —¿Qué no sea tan dura? ¿Sabes en donde está el mentiroso de Maximiliam?—No lo sé —pues el se marchó del hospital cuando se lo pedí. —Pues... se fue a buscarte, me dejó aquí como una tonta deseosa de una buena explicación que haga que no te
Maxine. El olor de mi casa me envuelve y me hace sentir querida y en paz. Saber que estoy lejos de Maximiliam y de Hannah y de todo el bullicio de problemas que ambos tienen contra mí, me hace feliz. Estoy tan contenta de estar lejos de ellos, en especial de Max pues... lo amo. Me gusta muchísimo, pero no puedo estar a su lado. Hannah se merece algo bueno, eso es Hananh, alguien bueno. Ella es perfecta y sobre todo es la mujer que apuesto que la madre de Max aceptará para él. A puesto a que Natalia sabía de nosotros, por eso me trataba tan mal... me miraba con odio y superioridad. —¿Cómo te sientes?— escucho decir a Hannover detrás de mí. —¿Ya estás más tranquila?—Estoy mejor, querido— le regalo una sonrisa amplia y verdadera, pues mis palabras son sinceras. Estoy contenta de estar en mi casa, de estar se sentada en mi incomodo sillón viejo, pero al final del día en mi lugar.— Gracias por traerme a casa, Hannover. —Renato se tuvo que ir a una emergencia de trabajo, por eso que es q
Maximiliam. —¿Esta segura de eso?— la recepcionista del hospital me mira enojada, llevo más de quince minutos esperando a que me diga la verdad. Maxine no pudo irse así como así. —Está bien... gracias —contesto, después me doy media vuelta y camino hacia la salida. No está, ella ya no está en el hospital. Se ha marchado seguramente debe de estar aún en la su casa, en donde la vi tirada en el suelo. Ahí debe de estar. Corriendo, voy hacia la camioneta esperando a llegar a tiempo. Maxine no se puede ir sin saber la verdad, sin saber que todos lo saben ya. No tenemos que escondernos si ya todo el mundo sabe que nos amamos. Estoy seguro de que cuando lo sepa dejará de ser tan injusta y me dejará estar con ella para el resto de nuestros días como yo ya había planeado. Conduzo por las estrechas calles, esperando encontrar a esa mujer y pedirle de rodillas que se case conmigo. Ahora mismo tengo en mi poder el regalo que compré para ella, estoy casi seguro de que le va a encantar... est
Maximiliam No hay nada que hacer por un futuro con Maxine si ella no lo quiere o si ella solo quería mi dinero. La amistad con su amiga era lo de menos, pero ahora no tiene ni amiga ni un hombre que la pudiera sacar de trabajar y darle aunque sea un poquito de éxito comi actriz. Yo la hubiera ayudado, hubiera movido cielo, mar y tierra si ella así lo hubiera querido con tal de que mis contactos le dieran un papel, el más mínimo que fuera. Y todo para que ella iniciara su carrera, porque hasta hace dos días, pensaba que Maxine se merecía el cielo, por ser una mujer que había pasado por cosas difíciles. Ahora ya no es nada más que un recuerdo borroso que solo buscaba utilizarme a su antojo. —¿Qué es lo qué tienes?— Sebastian me mira expectante, pide una respuesta, pero no encuentro que decirle.—Pues... hay algo que te debo de decir, porque al final estoy casi seguro de que todos se van a enterar. Es mejor que te diga las cosas por mi cuenta, porque eres mi mejor amigo y no debí de oc