¿Qué se puede hacer en estos casos? Estoy de pie en medio de la sala de estar con los ojos llenos de lágrimas y con las manos temblorosas. Detrás de mí está Hannover quien es lo único que me queda y también le he fallado al no tener al bebé en el vientre. Cierro los ojos, pensar en mi hijo no nato me rompe el alma y las ilusiones...—Deja de decir que lo sientes porque estoy segura que nunca te pusiste a pensar en lo que yo iba a sentir si me enteraba de esta mierda— niego fervientemente, pues simpre estuvo ahi... en mi cabeza.—No... no... no, por favor créeme, Hannah yo siempre intenté dejar a Maximiliam porque sabía que estaba mal —intento caminar hacia ella, pero es Hannover quien me detiene.— Hannah, no seas tan dura conmigo, te lo suplico. —¿Qué no sea tan dura? ¿Sabes en donde está el mentiroso de Maximiliam?—No lo sé —pues el se marchó del hospital cuando se lo pedí. —Pues... se fue a buscarte, me dejó aquí como una tonta deseosa de una buena explicación que haga que no te
Maxine. El olor de mi casa me envuelve y me hace sentir querida y en paz. Saber que estoy lejos de Maximiliam y de Hannah y de todo el bullicio de problemas que ambos tienen contra mí, me hace feliz. Estoy tan contenta de estar lejos de ellos, en especial de Max pues... lo amo. Me gusta muchísimo, pero no puedo estar a su lado. Hannah se merece algo bueno, eso es Hananh, alguien bueno. Ella es perfecta y sobre todo es la mujer que apuesto que la madre de Max aceptará para él. A puesto a que Natalia sabía de nosotros, por eso me trataba tan mal... me miraba con odio y superioridad. —¿Cómo te sientes?— escucho decir a Hannover detrás de mí. —¿Ya estás más tranquila?—Estoy mejor, querido— le regalo una sonrisa amplia y verdadera, pues mis palabras son sinceras. Estoy contenta de estar en mi casa, de estar se sentada en mi incomodo sillón viejo, pero al final del día en mi lugar.— Gracias por traerme a casa, Hannover. —Renato se tuvo que ir a una emergencia de trabajo, por eso que es q
Maximiliam. —¿Esta segura de eso?— la recepcionista del hospital me mira enojada, llevo más de quince minutos esperando a que me diga la verdad. Maxine no pudo irse así como así. —Está bien... gracias —contesto, después me doy media vuelta y camino hacia la salida. No está, ella ya no está en el hospital. Se ha marchado seguramente debe de estar aún en la su casa, en donde la vi tirada en el suelo. Ahí debe de estar. Corriendo, voy hacia la camioneta esperando a llegar a tiempo. Maxine no se puede ir sin saber la verdad, sin saber que todos lo saben ya. No tenemos que escondernos si ya todo el mundo sabe que nos amamos. Estoy seguro de que cuando lo sepa dejará de ser tan injusta y me dejará estar con ella para el resto de nuestros días como yo ya había planeado. Conduzo por las estrechas calles, esperando encontrar a esa mujer y pedirle de rodillas que se case conmigo. Ahora mismo tengo en mi poder el regalo que compré para ella, estoy casi seguro de que le va a encantar... est
Maximiliam No hay nada que hacer por un futuro con Maxine si ella no lo quiere o si ella solo quería mi dinero. La amistad con su amiga era lo de menos, pero ahora no tiene ni amiga ni un hombre que la pudiera sacar de trabajar y darle aunque sea un poquito de éxito comi actriz. Yo la hubiera ayudado, hubiera movido cielo, mar y tierra si ella así lo hubiera querido con tal de que mis contactos le dieran un papel, el más mínimo que fuera. Y todo para que ella iniciara su carrera, porque hasta hace dos días, pensaba que Maxine se merecía el cielo, por ser una mujer que había pasado por cosas difíciles. Ahora ya no es nada más que un recuerdo borroso que solo buscaba utilizarme a su antojo. —¿Qué es lo qué tienes?— Sebastian me mira expectante, pide una respuesta, pero no encuentro que decirle.—Pues... hay algo que te debo de decir, porque al final estoy casi seguro de que todos se van a enterar. Es mejor que te diga las cosas por mi cuenta, porque eres mi mejor amigo y no debí de oc
Hannah. Lloro, he llorado todo el tiempo desde que me supe que Maxine me había traicionado... me ha dolido el corazón, me he sentido como una tonta... una estúpida por ser tan buena con ella por años. Siempre 3estuve ahí cuando ella me necesitaba, nunca me importó si ella estaba lejos de mí, yo buscaba la forma de no dejarla sola porque si yo la ayudaba, yo me ayudaba a mí también. Yo, yo la quería como una hermana porque para mí así lo era... No puedo recordar algún cumpleaños en el que ella noe estuviera, al menos no de aquellos cuando éramos dos niñas risueñas que se querían. Toda mi familia oa la recibió con los brazos abiertos, siempre fue así, pero ella tomó todo eso y lo desechó a la basura sin importarle nada. Maxine es mala, mala amiga y una mala persona, quizás su traición no me dolería tanto si ella hubiera sido un poco más sincera conmigo. Puede que no ame a Maximiliam, porque no lo hago, su presencia en mi vida es irrelevante, pero la de ella es importante. No quiero a
—Hannah, me llamasta ayer en la noche... eres tú la que me ha buscado, ahora ten la maldita decencia de decirme para qué lo has hecho— comenta al otro lado de la línea muy, pero muy molesto.—Leo, yo... quiero verte. —No tengo tiempo,— miente, sé que Leo tiene tiempo y que si no lo tiene no se negaría nunca a buscar un espacio para mí.—Por favor... solo un momento, Leo, te suplico que nos veamos, es por los viejos tiempos— lo intento convencer, pero solo obtengo un suspiro por parte de él. —Quiero contarte algo, Leo, es muy importante, necesito a alguien a quien contarle toda la mierda que me esta pasando con Maximiliam y con Maxine. —¿Y qué tengo que ver yo, Hannah? Dime por qué eres así, eres grosera conmigo... casi todo el tiempo y ahora quieres que sea tu amigo para consolarte. Creo que eres muy injusta, eres mala Hannah, por eso no quiero verte— se le rompe la voz un poco— es mejor que nos alejemos definitivamente, ya dejemos esto por la paz.—¿De qué hablas, Leo? No quiero ha
Lleno mi pecho de aire, me estoy quedando sin él y estoy a nada de convertir esto en una ida al hospital, pues siento que en cualquier momento me puedo desmayar o peor, puedo tener un ataque de ansiedad. —Leo, estas siendo bastante grosero conmigo. —Le recuerdo, por si de casualidad no se había dado cuenta de lo grotesco que están siendo cada una de sus palabras hacia mí. —Tú desde siempre has sido mala conmigo, Hannah y aun así siempre he estado. Y no, no se trata de devolverte lo que me has hecho, sino que estoy cansado de ser el bueno aquí, no es malo optar tu actitud también. —Cruza los brazos en su pecho satisfecho de lo que ha dicho, además de eso, eleva la barbilla muy ,pero nuy orgulloso.—Leo, te estas pasando conmigo —la voz me tiembla por el dolor que estoy sintiendo. Me duele escucharlo, me duele sentir que me odia.—¿Por qué cuando también te dije algo así no me hiciste caso?— trago saliva, esa acusación es muy... dura, me duele. Mira hacia atrás y me toma del antebrazo
Regreso a casa con el corazón roto y muy adolorido. Me duele saber que mi mejor amigo me odia y que no quiere saber nada de mí, pero lo que más me duele es que ahora solo soy yo y que esos tres amigos que en algún momento jugueteaban en esta enorme casa. Aquí jugabamos, pasamos los días corriendo y gritando cosas sin sentido, pero éramos felices y éramos amigos, que es lo que importa. Ahora estoy en el jardín, el lugar donde casi siempre estabamos, estoy aquí sintiéndome la mujer más sola del mundo. Soy una mujer que en unas semanas estará casándose con el hombre que la engañó con su mejor amiga por días enteros, con ese hombre se casará.Trago saliva al ver entrar a mi mamá, ella no sabe nada, ni siquiera lo de Maxine y no puede saberlo.— Hija— me mira con ojos llenos de amor, amor desbordante, eso es lo único que necesito ahora mismo, amor de madre. ¿Pero cómo le digo a mi madre que tengo el corazón roto? Sé que ella me daría amor, me daría consolación, pero no quiro que sepa el mo