—Jacob… ¿No has considerado que el bebé no sea tuyo? No podemos estar seguros de que esa chica haya hecho lo que dijo, las pruebas que envió la clínica no prueban que tú seas el progenitor.
—Sí, lo he hecho, pero no hace falta que lleve mi ADN para que sea su padre. Será mío porque lo criaré yo —respondió con tanta certeza que no lo puse en duda.
Fue la cosa más dulce que pudo haber dicho. Juro que en ese momento me robó un gran trozo del corazón.
—Está bien. —La sonrisa no me cabía en la cara. Sentí que había dejado caer un gran peso al aclarar el asunto de la paternidad con él. También haber escuchado su historia con Leah. Esa mujer no lo merecía.
Cuando terminamos de comer, Jacob levantó la mesa y caminó con total confianza a la cocina. Lo seguí y me senté tras el mostrador mientras él se encargaba de lavar los platos y demás utensilios de cocina que utilicé para hacer la pasta. Me mordí el labio mirándolo, mis ojos fijos en su trasero, fantaseando
—Dime que tuvieron sexo caliente todo ese tiempo —preguntó Claire con una sonrisa maliciosa mientras se paseaba por la sala mirando todo como si buscara algún indicio. Vino a mi apartamento cuando le escribí que ya Jacob se había ido. Sus heridas ya habían comenzado a sanar y la inflamación en su cara era menor.—No —giré los ojos.—¿En serio? ¿Nada de nada? —Me miró con asombro y se dejó caer en el sillón—. Mierda. ¿Fue culpa mía?, ¿enfrié las cosas para ustedes cuando aparecí?Me senté en el sofá, frente a ella, donde Jacob se había quedado dormido. Su olor quedó impregnado en la tela y sentí electricidad entre mis piernas.Tan fácil, tan necesitada…—No. Bueno, puede que sí, pero evitaste que hiciera algo que aú
Puse mi móvil en el altavoz y lo dejé sobre la mesita. Me levanté, me quité las bragas y me acosté en el sofá, con el pulso acelerado y la garganta seca.Un trago de vino me vendría bien en este momento. —Ya estoy acostada —pronuncié con un hilo en mi voz, mi respiración haciéndose más pesada, mi corazón latiendo más fuerte…—Alza tu vestido y separa tus piernas —susurró en el tono más seductor e indecoroso que había escuchado alguna vez, excitándome tan mal que estaba ansiosa por comenzar a tocarme—. Ava ¿sigues conmigo?—Sí, sí —dije sin aliento.—Bien, amor. Quiero escucharte mientras lo haces, dímelo todo, habla conmigo.—Okey, okey —suscité nerviosamente—. Doblo lentamente mis piernas y me apoyo en mis t
—Hola —escuché decir cuando comenzaba a despertar, mi corazón acelerándose en reconocimiento. Era Jacob. Estaba acostado a mi lado, en mi cama. Su mano reposaba gentilmente en mi cadera, sus ojos color almizcle me veían con expectación.¿Cuándo llegó? ¿Cómo no me he dado cuenta? ¡Dios! Debo verme horrible, recuerdo muy bien la imagen que me devolvió el espejo en mi primera ronda de arcadas y no era nada alentadora. ¡Voy a matar a Claire!—¿Cómo te sientes? —preguntó moviendo su mano hasta mi cara, acunándola con un gesto cariñoso.—¿Qué… qué haces aquí? —balbuceé sorprendida, mi voz era más ronca de lo que solía ser cuando despertaba, me dolía un poco la garganta y la sentía arenosa, tambi&eacu
Espero no estés enojada, hice lo que creí mejor para ti. ¿Cómo te sientes? Me escribió Claire por WhatsApp.Lo estuve, pero ya te he perdonado. Débil, pero sin náuseas. Jacob está haciéndome desayuno. ¿No es lindo? Si, y también muy atractivo. Mi sobrino o sobrina será el bebé más hermoso que se haya visto. Siiiii. ¿Dónde estás? En la sala de espera de Lockart, tengo mucha mierda que resolver.¿En serio? Estoy orgullosa de ti, Claire. Gracias, no estaría aquí de no ser por ti. Te quiero. Voy a entrar, diviértete con Jacob.Yo también te quiero. Estoy enferma, no va a pasar nada. Incluí un emoji de ojos en blanco.Claire
Me mordí la uña del dedo pulgar mientras esperaba el retorno de Jacob. Se había demorado lo suficiente como para estar discutiendo con Barry por teléfono. Incluso, para haber bajado al lobby y tener una pelea.—¡Jacob! —Lo llamé esperando que viniera a la habitación para comprobar que seguía allí. No obtuve respuesta—. ¡Jacob! ¿Estás ahí? —Volví a llamarlo, alzando más la voz, y respondió diciendo «sí, enseguida estoy contigo», lo que me produjo un enorme alivio.—¿Estás bien?, ¿tienes náuseas? —preguntó alarmado, entrando a la habitación como una ráfaga y apresurándose a venir a mi lado. Tocó mi frente con una mano y con la otra presionó mi pulso, mirándome con preocupación. Fue un error procurarl
Estaba acostada en el sofá de la sala viendo Las Chicas del Cable en Netflix cuando llegó Claire. Ya me había duchado, vestido y secado el cabello para entonces. Lo que más tiempo me tomó fue elegir el atuendo correcto y, luego de un rato moviendo la ropa en mi armario de un lado al otro, elegí jeans raídos y una camiseta blanca de tirantes cuello en v, metida dentro del pantalón. Mi vientre era plano aún, en algunas semanas no podría usar ropa tan ajustada.Me calcé con unas sandalias bajas de tirantes, algo que me pudiera quitar y poner rápido. También me maquillé un poco: colorete, brillo labial y máscara en las pestañas. Ella lo notó y sonrió con picardía, sabía que era por Jacob, nunca me maquillaba cuando estaba en casa.Hablando de él… me escribió un mensaje cuando llegó
Estaba llegando a la oficina cuando Jacob me llamó para darme los buenos días y saber cómo estaba. Le dije que había dormido bien y que solo tenía un poco de náuseas, pero que era normal en las mañanas. Le pregunté por su madre y contestó que pasó una buena noche y que lo más seguro era que la darían de alta en la tarde. Me alegré al saberlo y prometí que iría a visitarla más tarde, cuando saliera del trabajo. Él estuvo de acuerdo y me dijo que estaba de camino a su casa, que tomaría una ducha y descansaría antes de volver al hospital. Nos despedimos y estacioné el auto frente al edificio donde trabajaba.Una vez en la oficina, tuve una reunión con Joel, quien vino a informarme de los avances del caso que investigaba. Él era muy bueno en su trabajo, pero nunca perdía oportunidad de insinuárseme. Era atractivo,
Jacob se acercó, entrelazó nuestros dedos y me besó el dorso con dulzura. Lo miré y vi en sus ojos la emoción que mis palabras le habían inspirado. —Bésala ya, cariño. Sé que quieres hacerlo —pidió Abby a su hijo, pero ni él ni yo queríamos dar un espectáculo delante de ella, así que solo nos miramos y sonreímos, sabiendo que, cuando estuviéramos solos, nos daríamos todos los besos que nos debíamos. —Iré a hablar con el médico para que podamos llevarte a casa —dijo Jacob caminando hacia la puerta—. Y no interrogues a Ava en mi ausencia —advirtió antes de salir, mirándola con las cejas alzadas. Su madre se rio, lo hizo hasta que él cerró la puerta murmurando algo que no alcanzamos a entender. —Nunca lo vi tan feliz que ahora. Estuvo amargado durante mucho tiempo, pero no creo que haya amado a Leah, ella no es una mujer que los hombres amen, es alguien a quien codician, es un trofeo —dijo tomando seriedad, estuvo esperando este momento—. No creas nada de lo que