Capítulo 99

Capítulo 99Ava Nuestro viaje llegó a su fin luego de cinco maravillosos días, en los que nuestra pasión se desbordó como un río que ha perdido el cauce. Parecíamos un par de adictos, él era mi vicio y yo el suyo. No teníamos suficiente, siempre queríamos más. ¡Jamás olvidaría nuestro primer aniversario!Estábamos tan agradecidos con mi cuñada y con Ken por dedicarse a mi pequeño tesoro como lo hicieron que decidimos regalarle dos días más en la isla para los dos, lo merecían. Nos despedimos de ellos en el hotel y volvimos a casa con nuestro hijo.Varios días después, Jake me llamó para decirme que Claire había roto aguas, que la estaba llevando al hospital en ese momento. Su parto se había adelantado una semana, Sara hab&

Epílogo

EpílogoJacobCinco años después A veces sentía que estaba soñando, parecía irreal que tuviera una familia tan hermosa y perfecta. Mis hijos y Ava eran mi vida entera, eran el motor que me impulsaba a levantarme cada mañana, eran mi mayor logro. Harry estaba por cumplir seis años y estábamos celebrando los cuatro años de nuestra princesita Amelia, una Ava en miniatura, como le decía Jake. Era igual de hermosa que su mamá, también tenía su inteligencia, su corazón y su carácter. Me tenía comiendo de la palma de su mano, era mi niña consentida, pero pronto dejaría de ser la más pequeña porque Ava estaba esperando a nuestro tercer hijo, un terremotico que no la dejaba dormir por las noches con todo lo que se movía.Miré a mi esposa caminar hacia mí y sonreí, su enorme panza de embarazo la hacía andar lento y de una manera graciosa. Pobre de

Agradecimiento

Agradecimientos. Estoy profundamente agradecida con Dios por acompañarme hasta el día de hoy. Gracias, padre amado, sin ti no tengo nada.Agradezco a mi madre, Iris Durán, por sus consejos, por estar para mí y siempre impulsarme a salir de adelante. Sin tu apoyo, no lo habría logrado. Te amo, mami.A mi esposo por hacer todo lo que hace falta cuando estoy escribiendo. Gracias, mi amor.A mi hermana Iris, por darme aliento y alentarme a continuar, a no rendirme. Te admiro, hermana, y te amo.A Jull Dawson, por tu gran ayuda al momento de escribir la sinopsis, eres fantástica.A Kass Finol por su ayuda desinteresada, por sus instrucciones y su amistad. Te quiero, mi loca.A Liz Rodríguez por responder con paciencia algunas de mis inquietudes y por estar siempre dispuesta a ayudar.Gracias a ti, que estás leyendo, por darle una oportunida

Más sobre la autora

Capítulo 1

Los minutos no parecían pasar lo suficientemente rápido mientras aguardaba ansiosa por los resultados que podían cambiar mi vida para siempre. Me había levantado a primera hora de la mañana y, tras leer las instrucciones, me hice cinco pruebas caseras de embarazo. Alineé cada una en el suelo y esperé sentada sobre la tapa del sanitario, mordiéndome nerviosamente la uña del dedo pulgar, un mal hábito que jamás pude superar a pesar de haber intentado todo para hacerlo.Tras los cinco minutos más largos de mi vida, cerré los ojos y suspiré antes de atreverme a mirar los test en el suelo, a mis pies. ¡Había llegado el momento de la verdad!—¡Oh, Dios mío! —pronuncié cubriéndome la boca con una mano cuando descubrí que cada prueba había arrojado el mismo resultado: positivo. ¡Estaba embarazada! L&aa

Capítulo 2

—Señor Juez —saludé con un asentimiento y me puse en pie, dejando mi bolso sobre el asiento. Su metro noventa y tanto de altura me hacía sentir diminuta, aunque de pie aún me sobrepasaba por más de veinte centímetros. No voy a negar que, cuando lo vi en persona por primera vez, me pareció un hombre muy atractivo, y seguía pensando igual. Era guapísimo, con unos ojos preciosos y una mirada profunda y misteriosa.—Un placer verte de nuevo, Ava. —Se acercó un poco más, inclinándose hacia mí para darme un beso rápido en la mejilla, como si fuéramos íntimos. ¿A qué ha venido eso? Me ha dejado boquiabierta –no literalmente, era demasiado orgullosa para dejarlo saber que me había afectado, pero no me lo esperaba–. El hombre es un descarado, pero olía divino, a aire fresco, masculinidad y seducci&oacut

Capítulo 3

¿Su hijo? ¿Eso quiere decir que…? ¡Dios mío! ¡Jacob Harris es el cliente que mencionó el abogado! ¡Usaron su semen en mí y yo… yo espero un hijo suyo! —Esto no… Él no va a… —balbuceé sin poder completar la frase. Me sentí mareada, todo daba vueltas a mi alrededor y mi respiración comenzó a verse comprometida, apenas podía respirar, estaba teniendo un ataque de pánico, no me había sucedido en años. Mi cuerpo sucumbió a temblores involuntarios, menoscabando mi fuerza, e Intenté llegar hasta la mesa, pero solo logré tambalearme de un lado al otro.—Te tengo —susurró Jacob, sujetándome de la cintura.—Suélteme —impuse altanera, empleando la poca reserva de energía que me restaba. No quería que me socorriera de ninguna manera

Capítulo 4

—Dios, mujer, eres terca como el infierno —gritó, caminando de regreso a mi puerta, e intentó abrirla, pero la bloqueé en cuanto me subí—. ¿Estás enojada conmigo? Bien, lo entiendo, pero no seas insensata. Va a anochecer en cualquier momento y no veré una mierda. —Se pasó una mano por el pelo y suspiró exasperado—. Abre el jodido capó y déjame ver qué está mal con el auto —demandó obstinado, pero no iba a ceder, no quería. Aunque me hacía falta salir a tomar aire fresco, estaba sudando y empezaba a sentirme un poco claustrofóbica.Quería gritarle que se fuera a la mierda, pero en ese momento contestó el operador de ayuda vial y elegí hablar con él, no pensaba perder la llama de nuevo. Le expliqué mi situación, respondí las preguntas que me hizo y murmuré un sí c