Raúl Hoffmann.Aún no puedo creer todo lo que ha ocurrido, cómo Harry Chrysler ha logrado arruinar mis planes con Alicia. Deberíamos estar casados para este momento, construyendo nuestro futuro juntos. Pero ahora, ella me mira con desprecio y odio, todo por culpa de ese miserable.Me encuentro en mi casa, rodeado de un caos de emociones y pensamientos tumultuosos. Mientras reúno las maletas de Damon, siento un nudo en el estómago. No puedo permitir que nadie me quite a mi hijo, no después de todo lo que he pasado por él, no después de haber esperado tanto tiempo para tenerlo conmigo.Decido que lo mejor es llevarme a Damon muy lejos, donde nadie pueda arrebatármelo. No quiero separarlo de Ally, sé lo importante que es para él, pero tampoco puedo permitir que nadie se interponga entre nosotros. Tomaré las medidas necesarias para proteger a mi hijo, cueste lo que cueste.- Estás cometiendo una locura, hermano. La policía te perseguirá y ni siquiera nuestro poder te salvará -advirtió Rod
Alicia Montero.Me desperté lentamente, con la mente nublada y el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. La luz tenue de la habitación de la clínica me confundía al principio, pero pronto me di cuenta de que no estaba sola. Harry estaba a mi lado, sosteniendo mi mano con ternura, y al verme despertar, depositó un suave beso en mis labios.Lo último que recordaba era estar en el aeropuerto con Raúl y mi hijo, Damon. La tensión en el ambiente, las palabras acaloradas, y la sensación de que mi mundo se estaba desmoronando a mi alrededor.La presencia de Harry en este momento, en este lugar, era completamente inesperada y confusa. ¿Qué hacía él aquí, en la clínica, a mi lado? ¿Y qué había pasado con Raúl y Damon? Las preguntas se agolpaban en mi mente, pero en ese momento, lo único que podía hacer era mirar a Harry, buscando respuestas en sus ojos, en su expresión, en el gesto de su mano que aún sostenía la mía con firmeza.— Harry, ¿qué pasó? ¿Dónde está Damon? —pregunto con preocupaci
Harry Chrysler.Me siento como un completo idiota por no poder acercarme a mi propio hijo. A veces me pregunto qué hice mal para que Damon me odie tanto. Todo lo que quiero es ser un buen padre, diferente al que tuve yo. Pero Raúl se interpuso durante los primeros cinco años de la vida de Damon, y ahora recuperarlo parece una tarea casi imposible. Alicia es el pilar de mi vida, y el hecho de que esté esperando un bebé solo aumenta mi deseo de tener una familia unida. Pero últimamente ha estado distante, como si algo la estuviera molestando. Siento que hay algo más detrás de su comportamiento, pero no puedo dejar de preguntarme si soy yo el problema.Poco a poco he comenzado a recordar. Sin embargo, tal vez ella no ha perdonado del todo las tonterías que he hecho. Ella se marchó muy temprano diciendo que debía encontrarse con un amiga y yo me he quedado en casa con Damon y mi padre. Liam se ve demás pálido, me temo que su enfermedad avanza con rapidez.— Papá, ¿quieres que llame nueva
Alicia Montero A regañadientes, accedí a encontrarme con ella, a pesar de todas mis reservas. No puedo creer que haya cedido a sus constantes llamadas y súplicas para vernos.Sabía que Harry nunca estaría de acuerdo con esto, así que decidí reunirnos en un restaurante alejado de la mansión, para evitar cualquier confrontación innecesaria. Después de todo, ¿qué daño podría hacer dejar a Harry y a Damon solos durante un par de horas? Además, mi pequeño se lleva de maravilla con su abuelo Liam, así que al menos estaría en buenas manos durante mi ausencia. Aun así, no puedo evitar sentir un nudo en el estómago ante la idea de enfrentarme a esta situación.Blanca me ha causado un dolor inmenso. Confíe en ella como en nadie más. Fue la primera en enterarse de mi embarazo, y a pesar de que reveló la verdad a mi padre, me aseguró que todo estaría bien. Pero nunca imaginé que sería la misma persona que me robaría a mi bebé. Podría perdonar muchas cosas, pero eso... eso no. Podría esperarlo de
Alicia Montero.Durante los últimos días, mi cuerpo ha estado pasando por un torbellino de sensaciones. Las náuseas se han vuelto mi compañera constante, y los vómitos parecen no tener fin. He tratado de ignorar estos síntomas, convenciéndome de que desaparecerán por sí solos. Sin embargo, Harry insistió en que debía ir al médico, preocupado por mi salud y la del bebé.Aquí estoy ahora, en la clínica, con una mezcla de ansiedad y culpabilidad. No puedo evitar sentirme responsable de cualquier malestar que pueda estar experimentando mi bebé. ¿Estoy comiendo lo suficientemente bien? ¿Estoy tomando las vitaminas adecuadas? Son preguntas que revolotean en mi mente, llenándome de dudas y temores. Me siento como si nuevamente fuera primeriza.Finalmente, llega el momento de la ecografía. Me acuesto en la camilla, sintiendo la frialdad del gel sobre mi abdomen mientras el médico mueve el transductor con habilidad. Mis ojos están fijos en la pantalla, esperando ver una pequeña señal de que to
Sentada en el sofá del despacho, frente a Harry, sentía el peso de la tensión en el aire. Mis manos temblaban ligeramente mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para empezar. La habitación parecía más silenciosa de lo normal, como si el aire estuviera cargado de expectación. Miré a Harry, quien parecía perdido en sus propios pensamientos, con una expresión de confusión en su rostro. Respiré profundamente, preparándome para abordar el tema delicado que necesitábamos discutir.— Harry, tengo que contarte algo importante. Tengo ocho semanas de embarazo, y cuando estábamos juntos antes de mi boda con Raúl, concebimos al bebé.— ¿Qué estás insinuando?— Pregunta en un tono serio — Que el padre de mi hijo es Raúl, no tú.—¡No puede ser! ¿Estás diciendo que esperas un hijo de Raúl? ¡Después de todo lo que hemos pasado juntos, de todo lo que te he dado! ¿Cómo pudiste hacerme esto?— Espetó molesto mientras forma puños en sus manos.—Lo siento, Harry, sé que es difícil de aceptar,
Harry Chrysler Me siento como si un torrente de furia recorriera cada fibra de mi ser. No puedo creerlo, no puedo aceptarlo. Mi mente se nubla con la indignación y la traición. ¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo pudo ella entregarse a ese desgraciado? La imagen de ellos juntos se reproduce una y otra vez en mi cabeza, como un tormento constante.Cada vez que cierro los ojos, veo la sombra de Raúl teniéndola entre sus brazos, como un espectro que se burla de mí. Me siento engañado y usado como un títere en su retorcido juego de poder. ¿Cómo pudo arrebatarme mi propio hijo y luego acostarse con mi mujer? La ira se convierte en un fuego ardiente que consume todo a su paso.Mis puños se aprietan con tanta fuerza que siento que podrían estallar en cualquier momento. Quiero gritar, quiero golpear algo, quiero desahogar esta rabia que me consume desde adentro. Pero también siento un profundo dolor, una herida abierta que no cicatriza. Mi familia ha sido destrozada, mi confianza ha sido pisotead
Alicia Montero.Dejar a Harry fue una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar en mi vida. Recuerdo el dolor en mi pecho mientras tomaba mi bolso y cerraba la puerta detrás de mí. Ya no soy la misma joven que se enamoró perdidamente de él a los diecisiete años. Ahora soy una mujer, madre de dos hermosos niños, Damon y el bebé que está por llegar. Aunque mi corazón aún se estremece al pensar en Harry, sé que nuestra relación es tóxica. No puedo permitir que mis hijos crezcan en un ambiente lleno de tensión y desamor. Me duele saber que Damon no crecerá en la familia que siempre he soñado para él, pero sé en lo más profundo de mi ser que esta es la decisión correcta para nuestro bienestar. A medida que me alejo, siento un peso enorme liberarse de mis hombros. Es el inicio de una nueva etapa, una en la que seremos más felices y estaremos libres de la sombra del pasado.El silencio del departamento me envuelve mientras observo las paredes familiares que alguna vez llamé ho