Alicia Montero A regañadientes, accedí a encontrarme con ella, a pesar de todas mis reservas. No puedo creer que haya cedido a sus constantes llamadas y súplicas para vernos.Sabía que Harry nunca estaría de acuerdo con esto, así que decidí reunirnos en un restaurante alejado de la mansión, para evitar cualquier confrontación innecesaria. Después de todo, ¿qué daño podría hacer dejar a Harry y a Damon solos durante un par de horas? Además, mi pequeño se lleva de maravilla con su abuelo Liam, así que al menos estaría en buenas manos durante mi ausencia. Aun así, no puedo evitar sentir un nudo en el estómago ante la idea de enfrentarme a esta situación.Blanca me ha causado un dolor inmenso. Confíe en ella como en nadie más. Fue la primera en enterarse de mi embarazo, y a pesar de que reveló la verdad a mi padre, me aseguró que todo estaría bien. Pero nunca imaginé que sería la misma persona que me robaría a mi bebé. Podría perdonar muchas cosas, pero eso... eso no. Podría esperarlo de
Alicia Montero.Durante los últimos días, mi cuerpo ha estado pasando por un torbellino de sensaciones. Las náuseas se han vuelto mi compañera constante, y los vómitos parecen no tener fin. He tratado de ignorar estos síntomas, convenciéndome de que desaparecerán por sí solos. Sin embargo, Harry insistió en que debía ir al médico, preocupado por mi salud y la del bebé.Aquí estoy ahora, en la clínica, con una mezcla de ansiedad y culpabilidad. No puedo evitar sentirme responsable de cualquier malestar que pueda estar experimentando mi bebé. ¿Estoy comiendo lo suficientemente bien? ¿Estoy tomando las vitaminas adecuadas? Son preguntas que revolotean en mi mente, llenándome de dudas y temores. Me siento como si nuevamente fuera primeriza.Finalmente, llega el momento de la ecografía. Me acuesto en la camilla, sintiendo la frialdad del gel sobre mi abdomen mientras el médico mueve el transductor con habilidad. Mis ojos están fijos en la pantalla, esperando ver una pequeña señal de que to
Sentada en el sofá del despacho, frente a Harry, sentía el peso de la tensión en el aire. Mis manos temblaban ligeramente mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas para empezar. La habitación parecía más silenciosa de lo normal, como si el aire estuviera cargado de expectación. Miré a Harry, quien parecía perdido en sus propios pensamientos, con una expresión de confusión en su rostro. Respiré profundamente, preparándome para abordar el tema delicado que necesitábamos discutir.— Harry, tengo que contarte algo importante. Tengo ocho semanas de embarazo, y cuando estábamos juntos antes de mi boda con Raúl, concebimos al bebé.— ¿Qué estás insinuando?— Pregunta en un tono serio — Que el padre de mi hijo es Raúl, no tú.—¡No puede ser! ¿Estás diciendo que esperas un hijo de Raúl? ¡Después de todo lo que hemos pasado juntos, de todo lo que te he dado! ¿Cómo pudiste hacerme esto?— Espetó molesto mientras forma puños en sus manos.—Lo siento, Harry, sé que es difícil de aceptar,
Harry Chrysler Me siento como si un torrente de furia recorriera cada fibra de mi ser. No puedo creerlo, no puedo aceptarlo. Mi mente se nubla con la indignación y la traición. ¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo pudo ella entregarse a ese desgraciado? La imagen de ellos juntos se reproduce una y otra vez en mi cabeza, como un tormento constante.Cada vez que cierro los ojos, veo la sombra de Raúl teniéndola entre sus brazos, como un espectro que se burla de mí. Me siento engañado y usado como un títere en su retorcido juego de poder. ¿Cómo pudo arrebatarme mi propio hijo y luego acostarse con mi mujer? La ira se convierte en un fuego ardiente que consume todo a su paso.Mis puños se aprietan con tanta fuerza que siento que podrían estallar en cualquier momento. Quiero gritar, quiero golpear algo, quiero desahogar esta rabia que me consume desde adentro. Pero también siento un profundo dolor, una herida abierta que no cicatriza. Mi familia ha sido destrozada, mi confianza ha sido pisotead
Alicia Montero.Dejar a Harry fue una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar en mi vida. Recuerdo el dolor en mi pecho mientras tomaba mi bolso y cerraba la puerta detrás de mí. Ya no soy la misma joven que se enamoró perdidamente de él a los diecisiete años. Ahora soy una mujer, madre de dos hermosos niños, Damon y el bebé que está por llegar. Aunque mi corazón aún se estremece al pensar en Harry, sé que nuestra relación es tóxica. No puedo permitir que mis hijos crezcan en un ambiente lleno de tensión y desamor. Me duele saber que Damon no crecerá en la familia que siempre he soñado para él, pero sé en lo más profundo de mi ser que esta es la decisión correcta para nuestro bienestar. A medida que me alejo, siento un peso enorme liberarse de mis hombros. Es el inicio de una nueva etapa, una en la que seremos más felices y estaremos libres de la sombra del pasado.El silencio del departamento me envuelve mientras observo las paredes familiares que alguna vez llamé ho
Raúl Hoffmann Subí las escaleras hacia la habitación de Damon, sintiendo el peso de la conversación con Damon aún sobre mis hombros. Al abrir la puerta, mi corazón se llenó de calor al ver a Damon jugando con sus juguetes favoritos en su cama. Su cabello oscuro caía sobre su frente mientras sus ojos azules intensos brillaban con emoción. Era hermoso verlo así, tan lleno de vida y alegría. Me acerqué lentamente, tratando de no interrumpir su juego. Cada gesto, cada risa, solo reafirmaba lo mucho que se parecía a su padre biológico. Era una imagen conmovedora, pero a la vez dolorosa, recordándome constantemente la complicada situación en la que nos encontrábamos.Cuando me di cuenta de que Ally estaba observando desde la puerta, sentí un nudo en el estómago. Era evidente que ella estaba muy molesta, y no podía culparla. —Papi, ¡juega conmigo!— Pide Damon.—Enseguida, campeón, pero antes debo hablar contigo.— Le informe mientras me senté en la cama a su lado.—Papi, ¿qué pasa?—Inquier
Alicia Montero Estaba tranquilamente abrazando a Damon, sintiendo el calor reconfortante de su cuerpo contra el mío, cuando el sonido insistente del timbre irrumpió en nuestra paz. Cada timbrazo resonaba en la casa como un eco de desasosiego. Sin cesar, me separé de Damon y me levanté, preguntándome quién podía ser. Un instante de preocupación fugaz cruzó mi mente, pensando que quizás era Raúl regresando por alguna razón. Sin embargo, cuando abrí la puerta, me encontré con Harry, quien parecía visiblemente molesto.Sus ojos lanzaban chispas de ira mientras sostenía un ramo de rosas rojas en su mano. Sin decir una palabra, me arrojó el ramo, y las flores cayeron al suelo con un susurro suave. Era evidente que Harry estaba furioso, y yo me quedé allí, sintiéndome desconcertada y vulnerable ante su furia.—Yo, de estúpido, he venido a disculparme y me encuentro con ese estúpido afuera del departamento. Dime qué mierda hacía aquí.— Pregunta Harry molesto.—Vino a ver a Damon.— Rodee los
Alicia Montero Es reconfortante tener a Damon aquí conmigo en la clínica. No tengo a nadie más con quien dejarlo, así que él me acompaña a la consulta. Aunque solo venimos por una pequeña consulta, Damon toma mi mano con tranquilidad. Parece estar fascinado mientras el doctor le explica sobre la salud de su hermanito.— Lamento haberte hecho venir nuevamente tan pronto, Paulina, pero es importante que te realices este estudio. — Anunció el médico y — ¿Otra vez, doctor? ¿Por qué?— Pregunté extrañada debido a que en mi última cita él afirmó que nos veríamos dentro de al menos un par de semanas y ahora me llamo de emergencia.— Algo no está bien con el bebé. En tus últimos resultados, vi algo anormal. No quiero adelantarme, pero necesitamos investigar más a fondo para estar seguros. — Informo con un semblante serio en su rostro.—¿Qué significa eso? Estoy preocupada, doctor. — Confesé — Entiendo tu preocupación, Alicia. Pero es mejor que lo averigüemos lo antes posible para poder toma