Raúl Hoffmann Subí las escaleras hacia la habitación de Damon, sintiendo el peso de la conversación con Damon aún sobre mis hombros. Al abrir la puerta, mi corazón se llenó de calor al ver a Damon jugando con sus juguetes favoritos en su cama. Su cabello oscuro caía sobre su frente mientras sus ojos azules intensos brillaban con emoción. Era hermoso verlo así, tan lleno de vida y alegría. Me acerqué lentamente, tratando de no interrumpir su juego. Cada gesto, cada risa, solo reafirmaba lo mucho que se parecía a su padre biológico. Era una imagen conmovedora, pero a la vez dolorosa, recordándome constantemente la complicada situación en la que nos encontrábamos.Cuando me di cuenta de que Ally estaba observando desde la puerta, sentí un nudo en el estómago. Era evidente que ella estaba muy molesta, y no podía culparla. —Papi, ¡juega conmigo!— Pide Damon.—Enseguida, campeón, pero antes debo hablar contigo.— Le informe mientras me senté en la cama a su lado.—Papi, ¿qué pasa?—Inquier
Alicia Montero Estaba tranquilamente abrazando a Damon, sintiendo el calor reconfortante de su cuerpo contra el mío, cuando el sonido insistente del timbre irrumpió en nuestra paz. Cada timbrazo resonaba en la casa como un eco de desasosiego. Sin cesar, me separé de Damon y me levanté, preguntándome quién podía ser. Un instante de preocupación fugaz cruzó mi mente, pensando que quizás era Raúl regresando por alguna razón. Sin embargo, cuando abrí la puerta, me encontré con Harry, quien parecía visiblemente molesto.Sus ojos lanzaban chispas de ira mientras sostenía un ramo de rosas rojas en su mano. Sin decir una palabra, me arrojó el ramo, y las flores cayeron al suelo con un susurro suave. Era evidente que Harry estaba furioso, y yo me quedé allí, sintiéndome desconcertada y vulnerable ante su furia.—Yo, de estúpido, he venido a disculparme y me encuentro con ese estúpido afuera del departamento. Dime qué mierda hacía aquí.— Pregunta Harry molesto.—Vino a ver a Damon.— Rodee los
Alicia Montero Es reconfortante tener a Damon aquí conmigo en la clínica. No tengo a nadie más con quien dejarlo, así que él me acompaña a la consulta. Aunque solo venimos por una pequeña consulta, Damon toma mi mano con tranquilidad. Parece estar fascinado mientras el doctor le explica sobre la salud de su hermanito.— Lamento haberte hecho venir nuevamente tan pronto, Paulina, pero es importante que te realices este estudio. — Anunció el médico y — ¿Otra vez, doctor? ¿Por qué?— Pregunté extrañada debido a que en mi última cita él afirmó que nos veríamos dentro de al menos un par de semanas y ahora me llamo de emergencia.— Algo no está bien con el bebé. En tus últimos resultados, vi algo anormal. No quiero adelantarme, pero necesitamos investigar más a fondo para estar seguros. — Informo con un semblante serio en su rostro.—¿Qué significa eso? Estoy preocupada, doctor. — Confesé — Entiendo tu preocupación, Alicia. Pero es mejor que lo averigüemos lo antes posible para poder toma
Raúl Hoffmann No puedo creer que nuevamente seré papá es como un sueño hecho realidad, uno que he anhelado desde siempre. Imaginar una familia grande y llena de amor, es algo que me llena de felicidad y gratitud. Y con Alicia es mucho mejor.La amo con cada fibra de mi ser, es la mujer de mi vida.En este momento, estoy en mi departamento, rodeado de mis hermanos. Rodrigo, siempre tan efusivo y cariñoso, no deja de abrazarme y felicitarme por la noticia. Su alegría es contagiosa. Mi cuñado James también comparte su entusiasmo, mientras que Raquel, mi hermana , parece estar sumida en sus pensamientos y mantiene una expresión sería.— No me felicitarás porque seré papá, Raquel.— Le pregunté a mi hermana.— No puedo felicitarte, Raúl. Esa mujer será tu perdición. Por su culpa, nuestra madre está en prisión, y ahora quiere embaucarte con un niño que no es tuyo.— Espetó — Ese bebé es mío, estoy seguro. Y mamá no está en prisión por culpa de Alicia. Mamá se equivocó, y yo también.— Expliq
Alicia Montero.Estoy en el acogedor departamento de Carolina, donde la atmósfera siempre parece estar impregnada de calidez y tranquilidad. Desde aquí puedo observar cómo Maximiliano y Damon juegan juntos, como si fueran dos niños pequeños en un mundo de fantasía y diversión. Carolina, siempre tan atenta y cariñosa, nos ofrece algo de beber mientras disfrutamos del espectáculo.— Aún no puedo creer que estés embarazada, me parece increíble...— Expresa Carol — Yo tampoco. Jamás me imaginé tener otro bebé, y mucho menos ahora.— Admito— Mucho menos de Raúl Hoffmann, lo sé. ¿Tú desearías que ese bebé sea de Harry, verdad?— Pregunta ella.— No vale la pena hablar del "hubiera", Caro. Además, esto me sirvió para entender que él jamás me ha amado. Después de todo lo que hemos pasado, él no puede entenderme. Me parece tan injusto.— Expliqué — Harry es demasiado complicado. He sido su mejor amiga desde que tengo cinco años, así que imagínalo, Ally. Él necesita ayuda profesional. Por más q
Ha pasado más de dos meses y actualmente tengo cuatro meses de embarazo. Recibimos la noticia de que esperamos una niña, y mi vientre comienza a mostrar signos evidentes de la nueva vida que crece dentro de mí. Cada día que pasa, la emoción y la expectativa se mezclan con el temor por lo que depara el futuro. Los últimos estudios confirmaron el género del bebé, pero también nos recordaron la presencia de esa anomalía que sigue siendo una preocupación constante.A pesar de todo, Raúl y yo nos aferramos a la alegría de la espera. Nos sumergimos en la planificación y la preparación para la llegada de nuestra hija, aunque siempre con la incertidumbre latente sobre su salud. A pesar de los miedos, encontramos momentos de felicidad compartida mientras elegimos la ropa para nuestra pequeña princesa.Harry sigue siendo parte de nuestra vida, aunque en un segundo plano. Nuestros encuentros son esporádicos y generalmente están relacionados con Damon. Él lo lleva a sus terapias y a los partidos
Harry Chrysler.Nos encontramos en mi hogar, con las risas de los niños llenando cada rincón. Oscar, mi mejor amigo desde la infancia, está aquí con su esposa Marina y su pequeño Matt. Desde que llegaron, Damon y Matt se han vuelto inseparables, como si se conocieran de toda la vida. Es increíble ver cómo se divierten juntos.Aunque la atmósfera es alegre, no puedo evitar que mi mente divague hacia mis propios desafíos como padre. Ser padre de Damon ha sido una montaña rusa emocional. En los momentos más difíciles, he sentido que no estaba a la altura, que no podía ser el padre que él necesitaba. Me he preguntado si me odia por todo lo que ha pasado, por las veces que no estuve allí cuando más me necesitaba.Desearía poder retroceder en el tiempo y estar con él desde el momento en que nació, ser el padre que siempre quiso tener. Pero sé que no puedo cambiar el pasado, solo puedo esforzarme por ser mejor cada día, por estar ahí para él ahora y en el futuro. Quizás, con el tiempo, pueda
Harry Chrysler.— ¿Le dirás a mami o a papi Raúl que me peleé con Maxon?— Me pregunta Damon mientras conduzco rumbo al departamento de Alicia.— Tú eres un niño inteligente y puedes entender que yo soy tu padre. Haría lo que sea por ti y por tu mami. Los amo a los dos. Sé que prefieres a Raúl y te está costando mucho trabajo convivir conmigo, pero solo te pido una oportunidad, Damon.— Repliqué centrando mi mirada en él.Debo admitir que Raúl ha hecho un buen trabajo con él. Es un niño amoroso, respetuoso y con un gran corazón; sin embargo, no deja de ser un niño y entendí que no puedo hacer que olvidé a Raúl, debo ganarme un lugar en su corazón.— No quiero que mamá se enoje contigo, pero Maxon siempre me molesta y no sé qué hacer.— Confiesa mi hijo.— Papi Raúl me regaña cuando peleó.— La violencia no es la solución, pero hay situaciones en las que se requiere mano dura, enano. Tú eres mi hijo, eres un Chrysler, eres Damon Chrysler, y nadie nunca debe pasarnos por encima. — Expliqué