Alicia Montero.- Estoy muy enojada ¿por qué peleaste con Maxon? - Pregunté, tratando de contener mi frustración.- Ese niño es muy malo, mami. Golpea a los demás niños y cuando me pegó, yo solo me defendí. - Respondió Damon, con un tono de justificación en su voz.- Damon, eso está muy mal. La violencia nunca es la respuesta. - Afirmé, buscando transmitirle la gravedad de sus acciones.- Pero mami, por favor, no le digas nada a papi. Me va a castigar. - Suplicó Damon, con temor en sus ojos.- Raúl es capaz de cancelar el campamento. - Advertí, recordándole las posibles consecuencias.- Por favor, no, mami. - Rogó Damon, con desesperación en su voz.- Está bien, bonito. Le diremos cuando regreses del campamento. Pero tienes que aprender que no está bien pelear, ¿entendido? - Le expliqué, tratando de enseñarle una lección importante.- Sí, mami. Lo siento. - Respondió Damon, con un deje de arrepentimiento en su voz.Nuestro diálogo fue abruptamente interrumpido por la entrada de Raúl e
Harry Chrysler. Aún no puedo creer que se hayan atrevido a drogarla, y lo peor es que su novio ni siquiera se dio cuenta. Ese idiota no tiene ni idea de cómo cuidarla, nadie sabe hacerlo excepto yo.Si no estuviera vigilándola todo el tiempo, ni siquiera me habría dado cuenta de lo que pasaba. En este momento, ella está en mi cama, riendo como si le hubieran contado el chiste más divertido del mundo. Conozco perfectamente cómo funcionan estas drogas, así que solo tengo que estar con ella y esperar a que pase el efecto. En este estado, cualquier miserable podría aprovecharse de ella. Ni siquiera confío en el miserable de Raúl.— Tengo mucho calor.— Pronuncia Alicia.— Entonces, duérmete, Alicia.— Respondo rodeando los ojos.— Raúl, mi amor, ven.— Pide ella mientras extiende sus manos hacia mí.— No soy Raúl, soy Harry.— Jamás pensé que tendría que decir eso.— Tú eres Raúl, tú sí me quieres, no como él.— Afirma ella y siento que la rabia me invade —Tú eres Raúl, mi verdadero amor. No
Alicia Montero.Cuando llegué a la habitación, me encontré con Raúl profundamente dormido, con un vendaje en la cabeza que indicaba que algo grave había sucedido. Sin perder tiempo, me acosté a su lado y lo abracé por la cadera, tratando de despertarlo suavemente.La incertidumbre me envolvía por completo. No tenía idea de lo que estaba sucediendo, quién había golpeado a Raúl ni quién había intentado hacerme daño a mí. Mis pensamientos eran un torbellino caótico y confuso, incapaz de recordar dónde estaba Raquel o qué había pasado con ella.— Mi amor, ¿por qué estás así?— Inquiere Raúl mientras acaricia mis mejillas deteniendo mis lágrimas.— Amor, ayer ocurrió algo horrible. Unos tipos me drogaron y trataron de llevarme a una habitación. Además, no sé dónde está Raquel.— Le confesé sintiendo que mi voz tiembla.— Eso no puede ser. Por favor, dime que no te hicieron daño.— Ruega Raúl.— No, no me hicieron daño.— Negué con la cabeza.— Dime la verdad, Alicia. ¿Quiénes fueron esos malna
Alicia Montero.Mientras camino por el pasillo hacia el departamento de Raúl, siento un nudo en el estómago. La tensión entre nosotros es intensa, y no puedo evitar preguntarme qué estará pensando. Finalmente, llego a su puerta y toco el timbre, sintiendo el corazón latir con fuerza en mi pecho.Raúl abre la puerta con una expresión seria en el rostro. Sus ojos reflejan preocupación y algo más que no puedo descifrar de inmediato. Entro a su departamento, sintiéndome incómoda por el silencio que reina en el ambiente. Raúl cierra la puerta detrás de mí, pero no dice nada.— Raúl, necesito hablar contigo.— Solicité.— No quiero que insistas con lo de Raquel.— Pide Raúl.— No se trata de eso, mi amor. No quiero que te sientas inseguro por Harry.— Advertí.— Sé perfectamente que ustedes tuvieron historia juntos.— Eso es parte del pasado. Aunque lo dudes, yo te amo, Raúl.Me acerqué a Raúl, sintiendo la electricidad en el aire mientras nuestros labios se encontraban en un beso ardiente y a
Raúl Hoffman.Me siento exultante, finalmente tengo todo lo que anhelo: a Alicia a mi lado y a mi hijo. Pronto, Ally será mi esposa, compartiremos nuestra vida juntos y seremos tremendamente felices los tres.Organicé una cena espectacular para esta noche, donde anunciaremos la noticia ante toda nuestra familia. No puedo dejar de rememorar la noche maravillosa que pasamos anoche. Sus besos, sus caricias y su cuerpo. La amo y la deseo con todo lo que soy, ella ya es mía, ya es mi mujer, mi esposa.Me siento lleno de determinación y seguridad al pensar en Alicia a mi lado. Sus ojos, su sonrisa, cada parte de ella me pertenece. La certeza de que Harry está en la ciudad no me inquieta en lo más mínimo, porque sé que nadie podrá arrebatar lo que es mío por derecho.Anoche, durante nuestra primera noche Alicia se convirtió en mía. Cada momento, cada palabra compartida, selló nuestro vínculo de forma irrevocable. Ahora, más que nunca, sé que ella es mía en cuerpo y alma. No permitiré que nad
Alicia Montero.Me quedé boquiabierta cuando vi a Harry irrumpir en mi cena de compromiso. Su presencia era como una tormenta inesperada en un día soleado. Sus ojos chispeaban con una mezcla de determinación y descaro mientras se acercaba a mí, ignorando las miradas curiosas de los invitados. Además el miserable se atrevió a traerme serenata. ¿Acaso desea que Raúl lo mate?— Buenas noches— Saluda el descarado — Lo siento, pero necesito hablar contigo, Alicia.— declaró, su voz firme pero cargada de emoción. Los murmullos se extendieron por la habitación, pero todo parecía desvanecerse mientras él se plantaba frente a mí. — No puedo creer que estés aquí— murmuré, tratando de contener la mezcla de sorpresa y exasperación que bullía dentro de mí. Harry era como una montaña rusa emocional, trayendo consigo una oleada de recuerdos y sentimientos que preferiría haber dejado en el pasado. — Lo sé, pero esto es importante — insistió, con un brillo desafiante en sus ojos. — Harry, ¿qué
Me desperté envuelta en la calidez de Damon, mi pequeño acurrucado entre mis brazos. Anoche sus ojos curiosos buscaron respuestas sobre su padre, pero decidí desviar la conversación, entre cuentos y caricias, manteniendo su inocencia intacta. La noche en mi departamento había sido tranquila, ya era habitual para él dormir con él.Al amanecer, noté que mi bebé aún dormía, así que me deslicé cuidadosamente fuera de la cama y me dirigí a la cocina. Mientras preparaba los panqueques, el sonido del timbre rompió la tranquilidad de la mañana. Al abrir la puerta, me encontré con Harry, quien entró como si el lugar también fuera suyo, sin previo aviso.—¿Qué haces aquí? ¿Acaso no te cansas de perseguirme? —le espeté a Harry con un dejo de exasperación en mi voz.Él me miró con firmeza y respondió— Jamás me cansaré, pero esta vez no vengo a repetirte lo mucho que te amo. Vengo a decirte que Raúl no es el hombre adecuado para ti. Él no te merece.—Baja la voz, Harry. Damon está aquí —le advertí
Harry Chrysler Han sido varias semanas en las cuales me he intentando acercar a Alicia; sin embargo, no he tenido respuesta. Me evade todo el tiempo. Me estoy volviendo completamente loco al no saber nada de ella.Aunque me consuela saber que tampoco está con Raúl. Faltan menos de dos días para su famosa boda; sin embargo tengo la esperanza de que ella se dé cuenta que Raúl no es para ella y si no lo hace soy capaz de presentarme en la ceremonia y robarmela. Mi mujer jamás será de otro. Tal vez la solución para que se olvidé del pequeño Damon es volverla a embarazar.Estoy parado en medio de mi departamento, el reloj marcando el tiempo que se escapa rápidamente. El sol ya se oculta más allá de los edificios, y me doy cuenta de que estoy a punto de llegar tarde a mi reunión con mi padre. De repente, un sonido insistente rompe el silencio del lugar: el timbre de mi departamento. Mis pensamientos se dispersan por un momento mientras me pregunto quién podría ser a esta hora. Me apresuro