Capítulo 30Elijah Walker acaba de casarseSolo pude sentir la mano de mi esposo sobre mi nuca mientras bajaba mi cabeza, alejándome de todos mientras cubría mi rostro con su americana. Mis padres los sacaron de la villa campestre con seguridad, rodeándolos por si algún periodista intentaba interceptarlos y así no terminar por engrandecer la situación. Henry y Paolo nos abrieron paso entre la multitud. Buscaban la manera de sacarnos de aquí sin que mi rostro fuera filtrado.La sofocación de la tela que cubría la mitad de mi cuerpo empezó a asfixiarme. Sin embargo, entendía que esto era lo mejor por el momento. Mis pasos se sentían pesados a medida que atravesábamos el jardín. Mis tacones se hundían en el césped con cada movimiento que daba. ¿Quién se había atrevido a hacer algo como esto?Cuando logramos salir a la carretera principal, una multitud de reporteros ya nos esperaba en la entrada de la villa. Los flashes golpeaban cerca de nosotros, aunque los guardias de Elijah hicieron t
Capítulo 31Voy a tocarte ahoraMis piernas comenzaron a temblar en el momento justo en que apresuré mis pies para poder seguirle los pasos al señor Walker entre la multitud de empleados que ahora mismo lo miraban. Las secretarias y asistentes chismoseaban entre ellas, quizá intentando sacar la mayor información posible y de este modo alimentar mucho más el morbo que rodeaba a nuestro jefe desde ayer.Mis manos vibraron al percatarme de que un grupo de chicas no dejaba de mirarme, así que decidí bajar mi cabeza para no caer en un juego interminable en donde todos buscaban un pedazo de mí y los secretos del hombre del cual estaba a cargo porque era mi trabajo. Esta mañana muchos de los empleados me hicieron preguntas respecto al matrimonio secreto del señor Walker, aunque, por fortuna, Anya supo sacarme de aquella encrucijada alegand
Capítulo 32La piscinaMis manos temblaron mientras intentaba enmendar el error que causó Elijah al romper todos los botones de la camisa de mi uniforme. Me moví involuntariamente de un lado a otro al tratar de pensar qué haría si la abuela de mi esposo se llevaba una pésima impresión de mí. Como pude, limpié la humedad que se seguía escurriendo entre mis piernas con las servilletas de papel que Elijah me entregó para ayudarme a secarme un poco.—¿Qué voy a hacer? —susurré al notar que todos los botones se habían esparcido por todos lados.—Ponte una de mis camisas —dijo sin ningún tipo de remordimiento en su rostro.—¿Estás loco? —grité, pero luego bajé la voz—. ¿Quieres que tu abuela piense que soy
Capítulo 33La primera vezElijah Walker Mis ojos se encontraban pegados en ella y mis manos acariciaban la piel de su rostro con delicadeza por temor a romperla. La tela fina de ese vestido que escogí para ella esta noche se adhería sensualmente a su cuerpo por culpa del agua que ahora empapaba cada centímetro de su existencia. No pude evitar sonreír porque estaba perdidamente enamorado de mi esposa, de la mujer que elegí para amarla y respetarla por el resto de mis días.Me sentía perdido sin Emilia, y ahora que me encontró estaba más que seguro de que todo mejoraría para mí. Pasé tantos años solo, intentando mejorar ese aspecto que mi padre quería que mejorara. Debía ser el mejor en todo, incluso mejor que mi propio hermano, creando rivalidades entr
Capítulo 34Emilio Park—Hola…El suave susurro de alguien detrás de mí me obligó a impulsar mi silla giratoria hacia atrás para poder saber de quién se trataba. Con lentitud, me quité los auriculares que utilizaba para escuchar una de esas canciones de Straykids que mi amiga Anya me había pedido oír con demasiada insistencia.Los enormes ojos de un chico casi pálido, de aspecto occidental y cabello al estilo asiático llamaron mi atención.—¿En qué puedo ayudarte? —Una de mis piernas se sacudía sin parar.El joven sonrió amplio y extendió su mano con respeto.—Mi nombre es Emilio, pero puedes llamarme Lino. —Mis manos cubrieron mis labios al percatarme de que llamaba igual que yo—. Anya m
Capítulo 35Ella es mi esposaMis oídos comenzaron a dolerme cuando las palabras del señor Walker golpearon mi cabeza. Todos los empresarios fijaron sus ojos sobre mí, mientras que algunos detallaban cada espacio de mi cuerpo, quizá sin comprender cómo una chica cualquiera y peculiar como yo podría ser la pareja de alguien tan importante como el heredero de esta compañía.Mis piernas se tambalearon, sintiéndome por primera vez en mi vida tan pequeña e insignificante. Retrocedí al ver cómo mi esposo agarró con vehemencia al alemán del brazo para luego exigirle que se disculpara conmigo. Un hilo de sudor se deslizó por mi frente hasta chocar con el suelo. El aire que entraba por los enormes ventanales de la s
Capítulo 36Mi antigua casaVer la tristeza en los ojos de Emilio removió todas mis entrañas. Debía ser terrible para él vivir cada día solo, sin nadie que pudiera consolarlo en sus momentos más oscuros. Caminé un par de pasos detrás de él, mientras veía cómo la camioneta de mi esposo se marchaba a lo lejos. Mi teléfono dentro de mi bolso no dejaba de vibrar, así que decidí solo ignorarlo por el momento.Cuando llegamos al estacionamiento de la empresa, Lino me abrió la puerta del copiloto para que me sentara dentro del coche junto a él. El vehículo olía a lavanda, un aroma un poco peculiar para mi gusto. El asiento se sentía cómodo a pesar de ser un modelo un poco antiguo, y me di cuenta de que la situación económica del pasante del equipo de marketing no era muy buena.El pelinegro quitó algunas cosas que se encontraban sobre su asiento para luego sonreír en mi dirección.—¡Listo! ¡Vamos para tu casa!Su voz se escuchaba entusiasmada.El coche salió de la empresa para después dirigi
Capítulo 37La bañeraMis ojos recorrieron el cuerpo húmedo de mi esposo. Se sostenía del marco de la puerta con fuerza para no caerse. Su rostro estaba tan enrojecido, como si hubiese llorado por mucho tiempo. Intenté acercarme a él, pero el olor a alcohol que desprendía de su cuerpo me obligó a retroceder.Mis manos tiraron de él para poder guiarlo hacia el sofá más cercano. Cayó a un costado de él sin siquiera poder articular correctamente alguna palabra. Como pude, le quité los zapatos y la americana para darle un poco de aire a su sistema.—¿Qué crees que estás haciendo, Elijah? —mascullé.Sus zapatillas cayeron al suelo. Me estiré un poco para alcanzar la taza de café frío que no logré beberme cuando Lino estaba aquí y mantuve sujeto a mi esposo con la otra mano, buscando mantener el equilibrio y no dejarlo caer.—Bebe esto. —Empujé el borde de la taza sobre sus labios.Su frente se arrugó un poco, tal vez porque el sabor ahora no era muy bueno, aunque por el momento era lo únic